Son las tres de la tarde, el día es bastante caluroso, todo se encuentra tranquilo en la ciudad de L.A. California, y eso en ésta ciudad es casi imposible, pero por el día de hoy sorprendentemente no. En un departamento bastante acogedor; se encuentra una joven muy guapa, de esbelta y linda figura, lee una novela romántica cómodamente en un sofá, cuando termina, cierra el libro y lo pega contra su pecho, la chica muestra una gran sonrisa que con sólo verla se puede notar que el leer ese libro le trae un gran felicidad y tranquilidad…pero esa tranquilidad y felicidad se esfuman cuando ve el reloj de pared y observa que hora es…
-¡OMG! Es tardísimo, ya está por llegar y yo aún no término de cocinar –La castaña apresuradamente se dirigió a la cocina dejando el libro en la barra, en ese momento alguien entró al departamento
-Jessica, ya llegué, ¿Dónde estás?
-En la cocina, amor
-¿Qué? ¿Aún no está lista la comida? ¿¡Jessica, qué demonios haces en todo el día, ah!?
-Yoong no te enojes, ya casi está –La castaña intentó acercarse a su novia para darle un beso, pero ésta la empujó y se dirigió a la barra tomando el libro
-En esto desperdicias el tiempo, en esto… ¡En estupideces! Jessica entiende, toda ésta mierda que lees, no es verdad, el amor no es así –Yoona tiró el libro a la basura –Y ahora dame de comer que tengo demasiada hambre
-Sí…sí, ahora mismo te sirvo –Jessica estaba a punto de llorar pero se tragó su llanto y sirvió de comer a Yoona, al darle el plato, la muy desconsiderada de su novia se lo arrebató, y al dar el primer bocado…escupió todo
-¡Esto sabe horrible! Se nota que eres una inútil, ni siquiera sabes cocinar
-¡Basta! –Jessica empezó a llorar
-¿Qué dijiste? –Yoona se acercó hasta donde estaba Jessica y entonces… ¡Plaf! La tiró de una bofetada –Te he dicho una y mil veces que no me contestes, ¿Sabes qué? Mejor me voy a comer fuera, ya que aquí ni eso puedo hacer en paz –Después de eso, salió azotando la puerta y dejando a Jessica tirada en el piso, llorando y agarrándose la mejilla adolorida
Pasaron un par de horas, Jessica se encontraba poniéndose algo de hielo en la mejilla para bajar la hinchazón causada por aquel golpe, entonces alguien llamó a la puerta.
-¡Hola Jess! Cómo es… –La pelirroja cayó al ver a su amiga de nuevo golpeada, así es, “de nuevo” – ¡Otra vez te pegó esa imbécil! –La chica entró para ayudar a su amiga a “curar” ese golpe
-Tiff, qué bueno que has venido –Jessica mostraba una falsa y amarga sonrisa
-No trates de desviarte del tema Jess, y dime ¿Ésta vez por qué te golpeó la muy cobarde?
-No pasa nada, ya sabes, tuvo un mal día en el trabajo, eso es todo
-No Jessica, eso no es todo, ella no tiene por qué tratarte así, entiendo que la amas y que por eso la defiendes, pero no puedes seguir así, ¡Jess un día te va a matar!
-No exageres Tiff, sólo es una bofetada
-¿Sólo una bofetada? ¡Ah! Es increíble…está bien, tienes razón, ésta vez sólo fue una bofetada, pero las anteriores fueron más que eso…como el día que te pegó tan fuerte en una costilla que casi te la rompe, o el día que te pegó tanto que el doctor no creía que fueras capaz de librarla…o el día que llegaste a casa porque te habías escapado pues ella estaba como loca porque pensaba que la engañabas, he intento lastimarte con un cuchillo, Jess entiende, Yoona está mal, necesita ayuda profesional, no puede reaccionar tan neurótica por cualquier cosa y a veces sin motivo alguno
-Tú no entiendes, Yoona no es así todo el tiempo…ella…ella no era así cuando la conocí…
Flash back ON
-¡Hola! Mucho gusto, me llamo Im Yoona ¿Y tú? –La chica sonreía de lado a lado
-¿Ah?... ¿Me hablas a mí?
-Claro, ¿A quién más? Si estamos solas –El salón donde se encontraban, se hallaba solo
-Sí, tienes razón, hola, soy Jessica Jung –Extendió su mano a la bella castaña
-Un placer Jess… ¿Ah?… ¿Jessica? ¿Acaso no eres de aquí?
-¡Ah! Eso…sí, pero nací en EE.UU., mi padre tenía un buen trabajo allá, pero cuando cumplí los once lo transfirieron de nuevo a Corea
-Ah, ya veo... sin embargo no te había visto antes en la escuela
-No, mi familia y yo recientemente nos cambiamos de casa, así que apenas me transfirieron a éste colegio, aunque no entiendo para qué si solo me falta un año para terminar la preparatoria…y tú ¿En qué año vas? –Preguntó inocente
-Vaya que eres distraída, yo estoy en el mismo salón que tú, ¿Acaso no me viste en clase?
-No, lo siento –Dijo apenada –Y sí, a veces soy muy distraída
-Ya me di cuenta –Rió divertida –Como sea, te invito a tomar un helado, ¿Qué dices?
-¿Eh?...claro, por qué no –Sonrió
-Sabes Jessica, presiento que tú y yo seremos buenas amigas –Sonó convencida
-Sí, yo también lo creo Yoona
Flash Back OFF.
-Sí Jess, y te creo, pero hay algo que hizo que Yoona cambiara y lamentablemente ese cambio fue para mal
-Lo sé, pero ella no es así todo el tiempo…ella... –Jessica fue interrumpida por su amiga
-¿Ella qué? ¿Ella es diferente? Tal vez, pero sólo cuando le dices que vas a dejarla, entonces cambia su actitud y eso dura sólo unos días, después vuelve a ser la misma, Jess…por favor déjala, hazlo por tu bien –Pedía desesperada
-¡Tiffany, yo la amo!
-¡Eso no es amor! Lo que tú sientes por Yoona es miedo, pavor de que ella pueda hacerte daño si la dejas, estás en una relación masoquista y eso no está bien, yo no voy a permitir que mi mejor amiga termine en una relación enferma, Jess, por favor recapacita –La pelirroja pasó así más de una hora; tratando de convencer a su amiga de dejar a su novia, pero todos sus argumentos fueron en vano, Jessica repetía una y otra vez que amaba a la castaña y que no la dejaría, así que a Tiffany no le quedó de otra más que irse pidiendo a Dios que protegiera y cuidara de su amiga
Poco después llegó la noche, Jessica esperó a Yoona lo más que pudo, pero ésta simplemente no llegó, decidió que lo mejor era ir a descansar. Al pasar las horas, como a eso de las tres de la madrugada, por fin llegó la susodicha y para variar bastante tomada. Después de chocar con varios objetos que se “atravesaron” en su camino, por fin llegó a la recamara que compartía con la bella castaña. Sigilosamente se metió a la cama y empezó a besar el cuello de su novia, Jess por su parte empezó a despertar.
-Yoong qué… ¿Qué haces? –Seguía algo dormida
-¿No es obvio? –La chica hablaba entre beso y beso –Quiero estar con mi novia
-No…Yoona por favor –Jessica se separó de ella y apartó las manos de ésta que empezaban a rosar delicadamente sus senos
-¿Por qué no? –Preguntó la castaña oscura, algo irritada
-Porque estás tomada y… ¡Porque no quiero! –Respondió tajante
Yoona hizo caso omiso de lo que dijo su novia y la volvió a besar, pero ésta vez con la intención de lastimarla.
-¡Dije que no! –Jess logró zafarse del fuerte agarre –Mejor duérmete ya –Volvió a recostarse dándole la espalda, Yoona por su parte tomó una almohada y cobija del armario
-Está bien, pero cuando encuentre a alguien más que sí quiera darme lo que tú no, no te quejes –Sin decir más, salió de la recamara azotando la puerta, dispuesta a dormir en la sala.
Al día siguiente la castaña oscura despertó con una gran resaca, dolor de cabeza y aún molesta con Jessica por no haber querido nada de nada la noche anterior, tanto era su enojo que prefirió ir a trabajar con ese horrible dolor de cabeza y desayunar fuera, antes que quedarse en casa.
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En una casa algo grande con olor a “nuevo”, se encontraban una rubia y una pelirroja acomodando algunas cosas, ya que se habían mudado hace un par de días y aún no terminaban de desempacar.
-¿Sabes?…ayer visité a Jess y… –La pelirroja fue interrumpida
-Y ya sé, la encontraste deprimida, llorando o golpeada porque discutió con Im –La rubia ya se sabía la historia, siempre la misma historia, incluso estaba algo irritada por el comentario de su novia
-¡Tae! –Le recriminó la chica
-Perdón…pero es que siempre es lo mismo, siempre que visitas a Jessica te pones mal, triste y eso no me gusta para nada –Agachó un poco la cabeza, sabía que en cierta manera estaba sonando y siendo egoísta, pero no le gustaba ver sufrir a su novia por no poder ayudar a su amiga
-¿¡Y cómo quieres que esté!? ¡Si mi mejor amiga sufre por estar con esa tipa! –Los ojos de la pelirroja se cristalizaron amenazando con llorar –…Cuando conocí a Jessie…desde ese día supe que seríamos las mejores amigas…
Flash Back ON
En un lindo jardín de niños, se encontraba una pequeña de alrededor de 5 años; se hallaba jugando sola en un arenero, hasta que una pequeña castaña se acercó a ella…
-Hola, tú eres la niña nueva…Ste…Stephanie ¿Cierto?
-S…sí… –La entonces pelinegra era algo tímida –Y tú ¿Quién eres?
-Soy Jessica Jung, pero puedes llamarme Jess, Jessie o Sica, como quieras –La castaña era todo lo contrario, una niña muy extrovertida – ¿Puedo jugar contigo? …si me dices que sí, te invitaré del sándwich que me preparo mi mami
-Sí –La pelinegra sonrío aún algo tímida y la castaña se sentó a su lado
-¿Sabes?…eres muy callada…aun así me agradas, me he enterado de que tus papis son coreanos igual que los míos, y que naciste aquí, así que tú eres como yo, corea…coreano-ame… ¡Ash! Algo así –La castaña puso cara de fastidio
-Coreano-americana –La pelinegra terminó de decir la palabra que no pudo pronunciar la castaña
-¡Eso! ¡Ja! Yo nunca puedo pronunciarlo bien
-Algún día podrás –Le animó la pelinegra
-¿Tú crees? –La pequeña Jessica sonrió esperanzada
-Sí…tú también me caes bien, ¿Quieres ser mi amiga?
-¡Sí! –Contestó rápido y bastante contenta –Pero con una condición
-¿Cuál? –Preguntó curiosa su nueva amiga
-Que mañana tú me invites de tu sándwich –Sonrió divertida mientras que la pequeña pelinegra asentía con una gran sonrisa
La campana sonó señalando que el recreo había terminado, y así las dos pequeñas regresaron a su salón tomadas de la mano.
Flash Back OFF.
-Entiéndeme Tae, no me es fácil ver cómo se encuentra Jess por…“esa”
-Te entiendo amor –Tae abrazaba a su novia por la espalda –A mí también me duele ver la situación por la que pasa Jessie
-Tenemos que ayudarla –La pelirroja se giró para quedar frente a frente
-Pero ¿Cómo Tiffany? Si cada vez que lo intentamos falla, si llamamos a la policía, ella lo niega todo, si le decimos que la deje, nuestras palabras le entran por un oído y le salen por el otro, no nos hace caso y hasta se enfada con nosotras, no sé, ¿Qué más podemos hacer?
-Y si… ¿Amenazamos a Yoona? –Preguntó crédula
-¿Contra quién crees que la va a agarrar? –Contestó la rubia
-Sí…lo sé, si hacemos esa estupidez…la única que va a sufrir es Jessica
-Exacto
-Pero Tae, no la podemos abandonar, ¡Esa cobarde algún día la va a matar! –La pelirroja se volvió a alterar y estaba a punto de volver a llorar, se podía notar la enorme preocupación en su voz
-Lo sé…lo sé amor, tranquila, ya se nos ocurrirá algo
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXJessica empezaba a despertar, al hacerlo por completo: tomó una ducha y se preparó para salir, no sin antes ponerse unas enormes gafas de sol para tapar el gran moretón causado por el golpe que le dio Yoona, pues a pesar de haber puesto en su ojo una bolsa de hielo el día anterior, no logró del todo borrar las secuelas del golpe, al salir del apartamento, rápidamente tomó el ascensor y al estar a punto de apretar el botón que la dirigiría hasta el lobby , se oyó a alguien hablar…
-¡Espera! –Una chica un poco más alta que ella, de cabello negro hasta la cintura, apresuró su paso y tomó el ascensor junto a ella –Ahora sí, ¿A qué piso vas? –Voltea a ver a la castaña
-¿Eh?...planta baja –Jessica trataba de ocultar su rostro
-Yo igual –La chica apretó el dichoso botón
Después de eso, el momento silencioso se volvió incómodo, así que Jessica trató de ocupar su tiempo en una distracción, y esa distracción fue su acompañante, miraba de reojo a aquella pelinegra y pudo notar la gran belleza de ésta, piel bronceada, buena figura y sus hermosos ojos negros, de pronto aquella mujer a la que estaba admirando decidió romper el silencio.
-Mmm…tú eres la chica del 302 ¿No? –La pelinegra sonrió lindamente
-¿Eh?...ah…sí, ¿Y tú eres?…
-¡Oh claro! Pero que mal educada soy…hola mucho gusto, mi nombre es Yuri, Kwon Yuri –La joven estiró su brazo para estrechar su mano con la de la castaña –Y soy tu nueva vecina, yo vivo en el 303
-Mucho gusto, soy Jessica Jung –La castaña estrechó gustosa, la mano de Yuri
El ascensor llegó a su destino y abrió sus puertas, cuando la morena se disponía a salir del elevador; escuchó un gracioso chillido de delfín que escapó de los labios de la castaña.
-Te… ¿¡Te pasa algo!? –Voltio rápidamente a ver a Jessica
-Dijiste ¿Kwon Yuri? –La chica aun no salía de su asombro
-¿Eh?...sí… ¿Me conoces? –Yuri rascó su nuca y sonrió nerviosa al ver que aquella chica al parecer sabía quién era
-Pero claro, tú eres ¡Kwon Yuri! La gran escritora –Jessica se estaba comportando como toda una fan girl que ve a su ídol favorito
-Bueno, así que digas: una GRAN escritora, pues no…sin embargo me defiendo –Ambas rieron ante el comentario de la pelinegra y por fin bajaron del ascensor
-Pero claro que eres una gran escritora, no deberías subestimar tu talento –Jessica sonreía a aquella desconocida que ya no era TAN desconocida para ella, Yuri era la autora de todas sus novelas románticas favoritas
La pelinegra se perdió en aquella sonrisa, a pesar de que la castaña llevara esas enormes gafas, Yuri podía notar que era hermosa; de tez blanca, bella sonrisa, dulce voz y bueno…ni qué decir de su sexy figura. Ambas se dirigían a la entrada del lujoso edificio, que por cierto se encontraba en uno de los barrios más sofisticados y de “la alta”, en la ciudad de Los Ángeles.
- ¿De verdad crees eso? –Cuando Yuri regresó de su “viaje” por el cuerpo de Jessica, por fin preguntó aquello
-¡Por supuesto!
-¡Vaya! Al parecer te agrada mucho mi forma de escribir
-Sí, la verdad es que sí, pero principalmente el género que manejas
-¿Qué? ¿Novelas románticas? ¡Ja! Jamás pensé que me encontraría con una persona mayor de veinte a la que le gustaran mis libros
-¿Mmm? –La castaña no entendía el comentario
-Sí, no me mal intérpretes, pero la gente que lee mis libros son chicas de entre 14 y 17 años –Al llegar a la entrada, ambas se detuvieron a seguir charlando
¿Me acabas de decir vieja y que soy como una adolescente inmadura? –Jessica reprochó cruzándose de brazos
-No…no, yo no quise decir eso… –Yuri se puso muy nerviosa
-Tranquila, es broma, y creo que tienes razón, tus novelas son más para adolescentes –Jess sonrió al notar el nerviosismo de la joven
-Qué bueno, por un momento pensé que había metido la pata en grande –La pelinegra le devolvió la sonrisa –Además no subestimes a las adolescentes, no todas son tan inmaduras y viven en un mundo de color rosa, hay chicas muy maduras para su edad
-Eso es cierto –Decía la castaña recordando a alguien en especial –En fin, fue un placer conocerte Yuri, no te quito más tu tiempo, de seguro una persona como tú debe tener mucho que hacer
-No estás tan equivocada, pero hoy decidí tomarme el día libre…por cierto, ¿Sabes dónde queda el supermercado más cercano?
-Eh…sí, se encuentra a tres cuadras de aquí, de hecho voy a comprar algunas cosas ahora mismo, si quieres…podemos…ir…juntas –Jessica bajó la cabeza, no quería que Yuri notara su sonrojo
-¿De verdad? –La pelinegra sonrió de sobremanera
-Claro
-Bueno, entonces vamos –Yuri tomó el brazo de Jess y empezaron a caminar rumbo al supermercado
-Vamos –La castaña se sonrojó aún más por la acción de Yuri y por un momento pensó en alejarse para romper ese contacto, sin embargo…no lo hizo