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Improper Therapy por Akira-san

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Notas del fanfic:

Los personajes de este fanfic no son mios, son de la legendaria Maki Murakami

Disfrutenlo

Notas del capitulo:

Disfruten!

Capítulo 1: Farsa

Seis años. Seis impecables años ayudando a que tanta gente supere sus problemas. Seis ejerciendo la profesión de una manera magistral. Seis en que la ética laboral me parecía una burda regla que hasta el más ingenuo imbécil podría respetar.

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-Ese maldito crio…

El teléfono de la oficina sonó de una forma desconcertante.  El pitido y la luz roja le informaron que se trataba de una llamada entrante de Hana, su secretaria.

-Maldita sea-pensó- ¿Quién es?- El rubio llevaba tan solo medio día en la consulta y las ganas de irse lo asechaban descaradamente. Su vida últimamente se estaba convirtiendo en un total desastre.

-Shindou está esperando señor Uesugi, le dije que usted no lo quería recibir, le sugerí una consulta amiga, pero él insiste que debe conversar con usted.-informó susurrante. El muchacho la esperaba no muy lejos de donde estaba conversando.-Procuré dejarle claro que no atiende si no ha sacado hora previamente pero no se quiere mover, ¿Qué es lo que hago?-inquiría nerviosa la chica que le acompaño desde que el psicólogo comenzó con ese pequeño negocio personal. Ese que seis años después se había convertido en una de las consultas más demandadas de todo Japón. – está llorando…-

<< Se nota que le ama…>>

-Has que pase.-dijo con voz arrastrada. No esperaba verle, ya no luego de la última charla que tuvieron hace más de un mes.  No quería escucharlo nuevamente, ese mocoso había acabado con su tranquilidad y autocontrol. No podía echar todo a la borda producto de un amor pasajero…-

-¿Yuki?...-susurró gentilmente. Sus ojos tal como le había predicho su secretaría se encontraban hinchados de tanto llorar.-Te juro que lo dejaré… yo te amo a ti, de verdad te amo, soy un tonto… Yuki, me da miedo que él me mate… por favor Yuki, por favor-

<< Créeme >>

-Jódete-masculló- Existen muchas más consultas dentro de esta misma región, no quiero verte Shu, eres un mentiroso autocompasivo. No puedo tratarte por más tiempo-

<< Si sigo así… yo también caeré >>

-Pero… YUKI, ¡si Ryuichi sabe esto me matará!, ya me lo dijo una vez, sospecha de ti y tengo miedo…

Un final tan patético me parecía cómico. Desembocar en una tragedia burda como la que estaba viviendo… es por eso que decidí cortar con todo, terminar con esa ilusión tonta de poder pasar a llevar las normas éticas, de tener una relación estable con alguien tan inconsistente como él.

De enamorarme.

~*~

Marzo 14. La consulta abría sus puertas alrededor de las 7 con veinte de la mañana. Una mujer esperaba en la  acera, inquieta, mientras que la recepcionista le faltaban unos cinco minutos más por llegar; el automóvil que utilizaba se averió poco después de que su hermano lo dejara en la cochera tras salir con su tercera novia en el mismo mes.

El piso inmaculado relucía impecable, la mujer seguía en la acera, no muy lejos de la puerta principal, esperaba a su hija mayor, quien le había prometido acompañarla en su primera consulta con un psiquiatra luego de la separación con su esposo.

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-No me abandones Misa…-

Un hombre de traje azul pasaba al lado de la mujer, la miró de reojo y siguió su camino. La consulta le esperaba, y parecía que el trabajo que debía hacer era mucho más de lo que le comentó Hana un mes antes, cuando Misa personalmente asistió a la consulta a solicitar una hora para su madre.

-¿Miedo a la soledad?-el maletín que traía en sus manos poseía los archivos de cientos de personas, cientos como ellas.-nadie es especial…-

-Uesugi-san, hoy llegó un tipo muy extraño de cabello rubio preguntando por usted-comento Rita, la asistente personal de Eiri- tenía pinta de gangster.

-¿Qué quería?-sabía que no podía entrar con un cigarro a la consulta, la ley se lo prohibía hace dos años pero aun así prefirió acabar con el resto de su vicio. La última pitada antes de llegar al filtro.

-Que atendieras a un chico, ¿conoces a ese cantante pop que está de moda hace no mucho tiempo?, ese que se casó con otro cantante de la misma productora.-hizo un gesto de desaprobación. Según Rita cuando ocurrían matrimonios así eran puros enredos para ganar unos cuantos pesos- ese niñito vendrá por la próxima semana. Seguramente el show le está pasando la cuenta-

<< ¿Cómo puede aguantar una falsedad?>>

-Mientras venga a esta consulta…-se alejó- me importa muy poco porque sea.- Su consulta necesitaba ascender, el poco tiempo que llevaba en el negocio aún no lograba reembolsar todo el dinero que gasto con su yerno.

<< Matrimonio forzoso… la avaricia condena hasta al más desentendido >>

Su oficina era de un color pastel. Ese celeste que utópicamente le damos al cielo cuando somos infantes, poseía unos muebles de cuerina blanco, espaciosos para que fácilmente una persona pueda recostarse en ellos. Al frente, otro sillón de color morado, esculpido de forma milimétrica. Flores sobre su escritorio de vidrio, frescas. Para Eiri un lugar grato necesitaba tener la frescura de las flores, ya que después de todo, a las chicas les encantaban. Un montón de carpetas ordenadas sobre dicho escritorio, al costado que daba contra la pared; informes que revisaría quien sabe qué día.

Abrió su notebook, nunca antes había tenido interés en espiar la vida de alguien que aún no atendía, pero la idea de un matrimonio por conveniencia le resultaba tan desagradable que su curiosidad fue superior.

Después de todo, él sabía lo que se sentía.

Tecleo de manera superflua. No sabía nada de su vida ni mucho menos conocía su música.

<< Tiene cero talento >>  pensó cuando en ese placer humano, espió uno de sus hits más conocidos.

~*~

-El matrimonio es la idea más descabellada que le han impuesto a un idol en todo Japón. ¿Cómo Shu va a aguantar estar atado a una persona que él apenas conoce?-

-Justamente es eso lo que les parecerá llamativo K-san,  un joven cantante de pop encuentra el amor en el mismo mercado, siendo este su superior y su más importante inspiración, que no puedo dejar de mencionar resulta ser un hombre, ¿no me digas que no te parece llamativo?-supuso uno de los productores ejecutivos de la disquera NG Records Corporation. Las ventas en la temporada otoño-invierno bajaron peligrosamente gracias a la emergencia musical de los vecinos coreanos y tailandeses. –

-Shuichi es un joven muy alocado. Dudo que tenga alguna queja.- respondió otro.

-Pero si alguien descubre que esto es un montaje o Shuichi no aguanta un tiempo razonable, los fans que llevan años siguiendo a Ryuichi pueden verse defraudados con esto. –refutó el agente de lentes cuadrados.

La plática duró horas, la puesta en marcha de un plan como ese tenía muchos riesgos de ser un total fracaso. Ocho de los diez representantes de la compañía presentaban dudas, K el agente de Shindou era parte de esos ocho sujetos, pero el contrato era un ingreso extra y el muchacho necesitaba ese dinero.

El rubio optó por llamar al presidente y productor de NG, veinte minutos de retraso estaba haciendo que a todos los socios del proyecto cayeran en frases despectivas.

-Ese niñato no va a ser capaz de aguantar una idea como esta aunque necesite ese dinero para llevarse el pan a la boca, no tiene ni talento para cantar ni para actuar, con suerte tiene el talento suficiente como para moverle el culo a Ryuichi cuando necesita algún consejo.-

-Me da desconfianza que pueda aprovecharse de la situación y empiece a robar las cosas de la casa que les dispongamos, después de todo, ese mocoso tiene una deuda muy importante con nosotros y no es por mero talento o gracia que se encuentre acá.

-No entiendo porque no se dedicó a algo que nos complaciera más-sugirió con tono pícaro-ustedes saben a lo que me refiero-y la horda de risas masculinas remeció levemente el ánimo del hombre con instintos gangster.

-Aquí no se está discutiendo el talento del joven Shindou-saltó de pronto-el chico esta consiente de que tiene una deuda bastante grande y desea pagarla, sé que se remitirá con el mayor profesionalismo a cumplir cualquier cosa que en la industria se le pida.

-Podemos especular mil cosas pero lo más factible es hacer este matrimonio y transmitirlo por nuestra emisora, pasaremos comerciales, haremos entrevistas y nos preocuparemos que esto parezca real, si es posible haremos que el pequeño se enamore de Ryuichi hasta tal punto que se olvide que todo esto es una farsa-culminó Seguchi cerrando la puerta con brusquedad.-Todo saldrá a la perfección.

~*~

Para Seguchi, todos aquellos pequeños problemas que implicaban su presencia eran una pérdida de dinero, tiempo y por sobretodo un desgaste físico irreparable. La compañía necesitaba de él a pesar de llevar cinco años instaurando un método de supervisión en gerencia para no tener que recurrir a las visitas sorpresivas.

Nada daba resultado.

Llegó a su hogar a las once con siete minutos. Mika yacía despeinada en el sillón semi dormida, los parpados le pesaban y es que aquel día una de las empleadas de la empresa de seguros que dirigía presentó una demanda por explotación laboral.

-He venido a representar a mi cliente.-se adelantó un hombre vestido de café, maceteado y con el pelo perfectamente peinado hacia su costado izquierdo.

- ¿Por qué llegaste tan tarde?- su matrimonio muchas veces podía pasar por la monotonía y el compañerismo infantil. Nada de pareja, nada de amantes.- Te he esperado para cenar.

-Cené en la empresa-repuso sacándose la corbata y el sombrero-estamos preparando un matrimonio por conveniencia, la compañía puede repuntar en las ventas si todo sale bien, pero el muchacho me da desconfianza, no creo que aguante lo suficiente como para no ser un fracaso o tal vez hable más de la cuenta-suspiró- puede que la compañía se cierre.

<< Todo depende de esto>>

-Si el chico se doblega simplemente llévalo a la consulta de Eiri, has que conversen, no sé… mensualmente, o dos veces al mes, con eso ten por seguro que todo saldrá bien. Eiri tiene una capacidad inigualable cuando se trata de convencer a alguien- dijo en eso que se incorporaba a sentarse- es por eso que lo transformó en su profesión.  El otro día imagina que salió con seis chicas en tres días, si es que ese hombre no tiene el don del habla, pues no sé cómo lo hace…-

<< Mi hermano nunca va a sentar cabeza… >>

-Está haciendo eso más seguido luego de que tu padre trato de casarlo… siempre pensé que era un error, Eiri… él no está hecho para el compromiso. A veces creo…-suspiró- creo que le tiene miedo.

-Más que miedo supongo que no quiere que le pase lo mismo que le paso con Yuki, él se enamoró de la persona equivocada. En el mismo tiempo que su matrimonio fue descubierto su romance con su maestro de catedra, la carga emocional que llevó en esos momentos lo debió colapsar simplemente. Y Eiri no es de los tipos que aguanten presión, tan solo caen.

<< Sé que aún no lo olvida por completo…>>

-¿Tú crees que Eiri sea homosexual?- indagó Mika expectante de una respuesta de su marido. Segushi siempre había sido tan sobreprotector con Eiri, había compartido y estado en todos sus momentos difíciles, si es que alguien supiera la respuesta a esa pregunta sería él.

-Homosexual…-la palabra traía una connotación negativa que iba más allá del prejuicio. En una sociedad conservadora como la japonesa definirlo así podría traer muchos problemas con gente ignorante: disputas, descalificaciones, el trato que podía recibir era tan relativo. Es la aceptación o el purgatorio… ¿Qué le depararía a Eiri?- no te podría decir si él es o no homosexual, no lo sé, Eiri tan solo “es”, no es algo de lo que yo podría emitir algún juicio o encasillarlo porque Eiri es una persona bastante peculiar…- la duda por su orientación ya había surgido en la época universitaria del psicólogo, pero aun así no le quiso preguntar para resolverla.

Tohma no era un ser que juzgase a los demás por orientación, raza o gustos. Tenía miedo de padre, a pesar que este no lo fuese, Eiri era la persona más importante en su vida; la relación filial con el muchacho le hacía temer por un futuro incierto.

<< No quiero se enamore de nuevo de alguien que no le aprecie…no quiero que sufra como en esos años >>

-Pienso lo mismo, lo único que me interesa es que mi hermano sea feliz, como sea pero que llegué el día en que me diga-rió- aunque sea utópico, que está bien con quien quiera que este y verle bien-la mujer abrazo a su esposo, después de todo ambos deseaban cosas parecidas y eso era una de las virtudes que la unía con el hombre de cabellos rubios.

Se transmitían confianza con el contacto, el matrimonio para ellos se resumía en esa palabra. En acompañarse, transmitir opiniones y remar hacia el mismo lado.

-A veces creo que ese hombre volverá a buscar a Eiri-los ojos de Mika se abrieron de par en par, el miedo que sentía se había transmitido.

~*~

El tráfico le impedía llegar a tiempo pero no le molestaba, aún seguía pensando en cómo contarle al joven de cabellos rosas el plan que tenía la compañía para que el menor disolviera su deuda.

-Espero no colapse-comentó entre dientes y cigarro. Su 4x4 avanzó lo que avanza una persona en una fila bancaria a eso de las una de la tarde-denme tiempo-continuó ajustándose los lentes de sol.

Lo caluroso del día lo sofocaba hasta el punto que no pudiese respirar bien, maldecía su atuendo y lo poco fresco que resulta una camisa blanca, esa que se pavonea de no ahogar a nadie por lo reflectante que es del sol. Los zapatos de cuero tampoco le ayudaban, así que opto por lo sano: poner su aire acondicionado.

-¡Avanza maldito imbécil!-vociferó el conductor tras el automóvil colosal. La bocina sonó una y mil veces, llevaba cuarenta minutos tratando de salir del embotellamiento y el dueño de la 4x4 no le ayudaba mucho-¿te vas a mover o tendré que sacarte yo?-prosiguió.

-Shut up, Little man-respondió el rubio de cola larga cuando regreso a sus cabales. La meditación le obviaba el hecho de moverse a tiempo- take it easy, todos estamos en las mismas.

La sugerencia no tuvo resultado. El resto de automovilistas se unieron a las quejas contra el dueño del todoterreno.

-Hey tú, tenemos que llegar al trabajo, si quieres pavear sale de los carriles-

Los bocinazos se oyeron en una escandalosa calle. La paciencia del manager de Shuichi era tan escasa ante estas situaciones, odiaba las exigencias, los gritos y los reclamos. Él era el que debía gritar y exigir, estaba acostumbrado a ello. No podía soportarlo, así que reacciono como solia hacerlo.

-Si quieren pelear vengan aquí-gritó tras salir de su automóvil y montarse en el techo de este. Saco un arma de cada costado de su cinturón, dos Smith & Wesson modelo 57, las mismas diseñadas para el uso de la policía-come one everybody

~*~

La semana había pasado más rápido de lo que  el especialista de salud psiquiátrica creyó. La semana estaba llena de clientes, uno tras otro con problemas que parecían distintos pero muchas veces tenían un punto en común.

-podría unirlos a todos en una habitación con sillas y una pequeña mesa para picoteo como en alcohólicos anónimos.-refunfuño en el patio trasero del recinto. Su próximo cliente aun no llegaba y eso para tipos como Eiri era casi un delito-ja…pero solucionarían sus problemas solos y eso no me sirve-

-Si quiere podemos llamar a su manager y cancelar la hora por retraso-sugirió Rita-puedo decirle a Hana que lo llame, ella tiene el teléfono celular en su agenda o yo misma puedo hacerlo-continuó tomando un poco de distancia, el genio de ese hombre llegaba a dar miedo cuando estaba de malas.

-Cancélala.-

-¡Lamento la demora Mister Ueusugi!, aquí le traigo a su cliente.

El chico cabizbajo no pronunció palabra alguna. Su vida había cambiado para mal y no sabía si podía confiar lo suficiente en un desconocido.

-Bien, entremos…-tiró el cigarrillo al concreto y lo pisó con premura.- Dime, ¿qué tienes que contarme?

Continuara…

 

Notas finales:

Nos vemos pronto!


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