Aquel día fue extraño, no lo negare. Y tu objetivo en aquel entonces era asesinar a Padre, ¿Lo recuerdas? No negare que me daba algo de gracia tu comportamiento, tú debías de saber que no lograrías lo que tanto querías hacer.
Fue una noche de verano cuando yo me enamore de ti.
Me mirabas a los ojos y sabía que eras para mí.
El recuerdo más presente que tengo fue cuando te hice el amor, cuando gemías pidiéndome más, cuando me decías ‘’Te amo’’ reiteradas veces. Ese recuerdo nunca se borrara de mi mente.
Ojala supieras cuanto yo te amo,
Y estar contigo es lo que más feliz me hacía.
Pero aquel día llego, Teach asesino a Sacchi y tú, como buen y fiel comandante, fuiste tras su pista. A pesar de los ruegos de Padre para que no fueras, tú querías que el espíritu de Sacchi descansara en paz.
Cuando partiste juraste regresar.
Cumpliste aquella promesa, volviste y dejaste a mi cargo algo que ni yo podía creer. Sin embargo, volviste a marcharte. No te rendirías hasta acabar con Teach, y, en aquel momento, adore eso de ti.
La vida me puso junto a ti.
Nunca pude predecir el futuro.
En plena guerra, decidiste que si querías vivir al ver como todos arriesgábamos nuestras vidas para salvarte. Nuestro rescate iba bien… hasta que te sacrificaste para salvar a tu hermano menor.
Nos agradeciste a todos por el sacrificio que hicimos, y me pediste que La cuidara, que le diera el amor que tú no podrías darle.
He caído de rodillas
Cantando un murmullo de dolor.
Siento que mi melodía se rompe.
Entonces caíste, con una sonrisa en el rostro. Yo solo pude gritar tu nombre, mientras tu hermano entraba en estado de shock. No podía volver, todos me agarraban y me tiraban para que escapáramos. Pero yo no podía dejarte ahí, no en ese lugar.
¿Vas a ayudarme en mi caída?
Recógeme, llévame en tus brazos.
Akainu quería acabarte de una vez por todas, pero yo no podía dejar que eso pasara. Sin embargo, antes de poder hacer algo, uno de los marines se interpuso. Y luego apareció Shanks, y logro detener la guerra. Padre había muerto y tu igual…
Al final pudimos darles un funeral digno, y logramos despedirnos. Entonces, entendí que tenía algo porque vivir. Supongo que en algún punto tú lo sabias, por eso me La dejaste a mí.
A nuestra hija.
Truco de manos y jugadas del destino,
Aun hoy yo te espero.
Gracias, Ace. Y nunca olvides que te amé, te amo y te amaré siempre.
Desearía estar con ella, hasta mi último día.
Me levanto del suelo, girándome una vez que estoy de pie.
-Ann, es hora de irnos.- Ella se gira y sonríe abiertamente, al tiempo que balbucea algo que no logro entender.-
Viene gateando hasta mí.
Cuando llega a mis pies, se sienta y estira sus brazos, claramente pidiendo que la levante. Cuando la tengo a upa, ella aplaude y ríe fuertemente.
Miro la tumba de mi amado por última vez.
-Es tu vivo retrato, Ace.-
Comienzo a caminar con mi hija en brazos, sé que jamás será un Adiós porque sé que algún día nos volveremos a ver.