El castaño observó por enésima vez el gran reloj de pared en su salón de clases y suspiró al saber que aún faltaban 40 minutos para que sonara la campana, la clase (como todas) le parecía muy aburrida y difícilmente entendía algo, tan solo quería salir e irse rápidamente a casa...¿Era tanto pedir?
Pasaron los 40 minutos, que para el castaño con ojos color avellana fueron como 4 horas, y al fin el profesor dio por finalizada la clase dejando un sinfín de tareas, que probablemente no podría resolver
Tsuna acomodó sus cosas, tomó su mochila y salió del aula a paso apresurado
Sawada Tsunayoshi era un chico simple, callado y solitario, pero no porque él quisiera, al contrario, él siempre se había esforzado por tener amigos y ser como cualquier adolescente, ¿Cuantas veces había deseado poder llevar a casa amigos a almorzar, jugar play station, hacer trabajos en grupo y esas cosas?... sí cuantas, pero la vida era cruel y ya había perdido toda esperanza
Caminaba rumbo a casa, donde esperaba su madre lo recibiera con una hermosa sonrisa, ese gesto que por un momento parecía hacerlo olvidar el tipo de vida que llevaba, como acto rutinario dobló en una esquina y sintió que chocó con alguien cayendo al suelo
-Itte- dijo Tsuna por el dolor que le provocó la caída
-Pero si es dame-tsuna- dijo el chico con el que había chocado Tsuna a sus compañeros que se encontraban a su lado
- Ja... es tan tonto que ni siquiera se fija por donde va- dijo otro de los chicos
No...no puede ser...son ellos
- Hey estúpido dame, hoy perdimos en un partido de futbol y estamos enfadados, nos divertiremos contigo un rato ¿qué dices?- el chico sonrió maliciosamente y levantó al castaño de su camisa bruscamente y lo llevó junto con sus compañeros a un callejón
Una, dos, tres patadas en el estómago, el castaño tan solo trataba de cubrirse lo más que podía el rostro para que su madre no se enterara de la golpiza que estaba recibiendo, hace mucho tiempo que ya había dejado de llorar y pedir que lo dejaran tranquilo.... sabía que no lo harían
-¡Esto es lo que te mereces por ser tan estúpido!- le dijo uno de los 4 chicos que lo golpeaban para luego darle una nueva patada y jalar de su cabello castaño
¿Porque?, aún me sigo preguntando, ¿que hice yo para merecer esto?
Flash Back
El castaño llegó a la secundaria Namimori con la esperanza de cambiar lo que había sido una primaria solitaria y dolorosa. El primer día de clases trató de entablar alguna conversación, pero por su timidez no lo lograba. Luego, pasado unos días, una chica llamada Sasagawa Kyoko le habló para pedirle prestado un borrador, la sonrisa que le dirigió hizo saber a Tsuna que se había enamorado por primera vez, el castaño le prestó inmediatamente el objeto y le devolvió la sonrisa
Al cabo de una semana Tsuna se armó de valor y se acercó hacia una de las carpetas del centro del aula, donde varios de sus compañeros charlaban animadamente, los saludó y ellos lo miraron un poco confundidos, ya que se les hacía raro que el chico más callado del salón les hablara
Uno de ellos estaba por contestarle, hasta uno de los que también se encontraba allí dijo un poco alto
"Pero si es dame tsuna"
Los otros chicos lo miraron y le preguntaron si lo conocía de algún lugar
"Claro, estudie con él, era el hazmerreír de toda la escuela, conocido por todos como el tonto dame-tsuna... jaja si les contara lo estúpido que es"
Los demás chicos miraron divertidos a Tsuna, quien solo bajó la mirada, y le pidieron al chico que les contara lo que había pasado con el chico para que tuviera ese apodo tan ridículo
"Está bien, lo de dame- tsuna fue un apodo que le puso unos de mis amigos porque este tonto en la clase de educación física..."
Tsuna tan solo escuchaba como aquel chico que había estudiado con él, contaba todo lo que deseaba olvidar, supo que gracias a eso podía decirle adiós a la idea de tener amigos
Se alejó de ellos y se fue a sentar a su carpeta, escuchando como se reían luego de que su ex compañero de la primaria terminara de contar su "divertido relato"
Así pasaron varios meses, no hablaba con nadie y tan solo se limitaba a ver de lejos a la linda Kyoko-chan, todos lo molestaban e insultaban cada que podían, eran muy crueles con él, Tsuna lloraba casi siempre en la soledad de su habitación y maldecía su vida
"¿porque yo?" ¿Porque me tiene que pasar esto a mí? ¿Acaso nunca podré ser aunque sea un poco feliz?"
Eran una de las tantas preguntas sin respuesta que se hacía Tsuna cada día, cada largo y doloroso día
Aún lo recordaba, eran mediados de junio cuando Tsuna estaba en el pasillo, iba rumbo al baño antes de que terminara el receso cuando, la persona que menos esperó le hablo dulcemente
"Sawada-kun, puedo hablar un momento contigo"
El castaño tartamudeó un poco y le respondió afirmativamente
"Yo quería decirte...que me gustas mucho y quería preguntarte si quieres salir conmigo"
Tsuna estaba anonadado, no podía creer lo que escuchaba ¿Acaso la ídolo Sasagawa Kyoko, se le había declarado?
Tsuna se quedó inmóvil por varios minutos y si no es porque la chica lo movió ligeramente, se hubiese quedado así toda la vida
"Cla-Claro que sí Kyoko-chan, t-tú también m-me gustas"
Luego de dos días de la declaración de Kyoko, Tsuna se dirigía alegremente para buscarla, se sentía la persona más afortunada, no le importaba que lo siguiesen tratando como un dame, si estaba con Kyoko todo lo malo no importaba...
Tsuna la divisó, estaba en una esquina charlando con su mejor amiga Kurokawa Hana
Iba a llamarla pero se detuvo al escuchar lo que dijo la castaña
"¡No entiendes Hana, ya no soporto estar ni un día más con ese idiota!"
"¡Cálmate Kyoko!, ganaremos la apuesta, ¿tan solo faltan unos días no?"
"Sí, pero ya no aguanto ver su estúpida sonrisa todo el tiempo,... Hana...sé que es un buen dinero pero en serio ya no quiero seguir con esto"
"Pero Kyoko sabes que..."-Hana notó a Tsuna, y sonrió de medio lado
"Kyoko, creo que ya perdimos... mira "-Hana le indicó a Kyoko que voltease y esta se sorprendió a ver allí a Tsuna
El castaño tenía los ojos llorosos y tan solo miraba fijamente a la castaña
"¿Escuchaste verdad?"- preguntó Kyoko con un deje de fastidio
"Di-Dime que no es cierto Kyoko-chan"- dijo Tsuna con una mirada que imploraba que todo lo que había escuchado fuese mentira, él sabía que Kyoko no haría eso, ella sí lo quería ¿cierto?
"Uhm, después de lo que escuchaste aún dices eso, sí que eres un idiota"- dijo Kyoko sonriendo de medio lado
"Po-Porque Kyoko-chan...no entiendo... tú me dijiste que..."
"¿No entiendes?- interrumpió Kyoko- era una apuesta, si lograba soportar estar contigo una semana, Kensuke y su grupo me darían un buen dinero, ¿ahora si captas? dame-tsuna"
Lagrimas bajaban por sus mejillas. Tsuna sintió su corazón romperse en pedazos al escuchar a Kyoko, esa chica a la que tanto quería, a la que tanto admiraba... ella no había hecho más que solo jugar con sus sentimientos, era igual que todas las personas que lo herían y lastimaban
"Ya comenzó a llorar, que fastidio, vámonos Kyoko, tenemos que decirle a Kensuke que el dame ya lo sabe, además hoy tenemos una reunión en su casa ¿no?"
"Sí, vamos Hana"- las dos chicas se alejaron dejando a un castaño quien se dejó caer al piso abrazando sus rodillas tratando de que de sus ojos no cayeran más lagrimas
Luego de lo sucedido no asistió a la escuela por una semana, se quedó en su cuarto llorando cada día, su madre estaba muy preocupada pero él solo le decía que se sentía mal y que ya pasaría, no quería preocuparla
Regresó a la escuela y al entrar sus compañeros empezaron a murmurar, Tsuna se dirigió a su asiento, pero antes de que llegara uno de los chicos le puso el pie e hizo que cayera, todo el salón comenzó a reírse de él, el castaño se levantó, sacudió su uniforme y fue a sentarse.
Luego de un tiempo la rutina de las golpizas comenzó, casi siempre los del club de futbol, o Kendo lo golpeaban por diversión, no había semana en la cual no lo hicieran
Había pensado muchas veces en el suicidio, aunque tuviera el cuchillo en sus manos no tenía el valor para cortarse las venas, cada vez que lo intentaba la imagen de su madre surcaba su mente y se lo impedía, no... no podía hacerle eso... no a la única persona que lo quería, no a la mujer que daba todo por él y lo había criado prácticamente sola ya que su padre casi siempre estaba en Italia y raras veces lo veía
El castaño tan solo se resignó a soportar todo lo que le hacían a diario
"¿Algún día parara esto?" era lo que siempre se preguntaba antes de dormir
Fin del flash back
Comenzó a llover, Tsuna aún estaba tirado en la acera, hace tan solo unos minutos los chicos del club de futbol se habían ido cansados de pegarle
Tengo que levantarme, pensándolo mejor espero que mamá no esté en casa, no quiero que me vea así
El castaño se levantó del suelo con dificultad, buscó con la mirada su mochila, la cual se encontraba sucia y mojada por la lluvia, la tomó, trató de arreglar un poco su uniforme y con dificultad para caminar, retomó el camino a casa
Luego de unos 15 minutos llegó a su hogar, abrió la puerta lentamente y se dirigió a su habitación, al llegar se metió rápidamente a la ducha, luego tomó el botiquín que se encontraba debajo de su cama y comenzó a curar sus heridas, de tanto el abdomen, los brazos y las piernas, le dolían y ardían mucho, pero tenía que limpiar la sangre sino se podía infectar. Después de limpiarlas las vendó y para terminar se colocó ropa que cubría la mayor parte de su cuerpo y bajó a la cocina.
Se alegró al saber que en definitiva Nana no se encontraba en casa, pues le dejo una nota al lado de la deliciosa comida que siempre le preparaba, esta decía que había ido a comprar al supermercado y regresaría en una horas
Tsuna colocó la nota sobre la mesa nuevamente, tomó asiento en una silla y comenzó a comer. Tras unos 15 minutos, luego de terminar y lavar los servicios, fue hacia su habitación, aunque no quisiera tenía que hacer los deberes, o por lo menos trataría ya que sabía que no entendería nada
Pasaron 2 horas y su mamá llegó del super, subió a su habitación, y le dio un gran abrazo. El castaño tuvo que reprimir un quejido de dolor, pues no podía permitir que su mamá se diera cuenta de sus golpes, Nana se separó y le regaló una sonrisa, para luego decirle que iría a preparar la cena y que se esforzara en los deberes
Luego de cenar y desearle dulces sueños a su madre, se fue directo a la cama
¿Algún día parará esto?- el castaño cerró sus ojos y se quedó profundamente dormido