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Primer amor |Changminho| por FireBummie

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Notas del fanfic:

Estaba escuchando una canción sobre el primer amor y me vino el Changminho a la cabeza. Aquí está un one shot chiquitín ^^ 

Solo un cruce de miradas. Era la primera vez que Changmin lo veía, la primera vez que su corazón no latía a un ritmo constante, la primera vez que la respiración se le cortaba y no tenía el trabajo en su pensamiento. Tal vez solo habían sido unos segundos, pero a él le parecieron horas, como si el tiempo se hubiera detenido. 
 
 
Lo vio de lejos, leyendo un libro, con las gafas caídas y sentado en el banco de metal. El tren pasó rápido y con fuerza, levantando aire, sacudiéndole el pelo. Y pudo ver esa sonrisa que adornaba su hermoso rostro. 
 
 
Hacía años que no se fijaba en nada a su alrededor, hacía años que no se fijaba en nadie, pero nunca había sentido algo como aquello. Quería acercarse, saludarlo, oír su voz, verle los ojos otra vez y estar seguro de que lo que sentía no era amor. 
 
 
El amor a primera vista no existía para él, enamorarse sin siquiera conocer a esa persona era algo que no lo convencía. Sin embargo, cuando ya estaba subiendo al tren, tuvo la impetuosa necesidad de girarse hacia el banco. 
 
 
El chico ya no estaba. 
 
 
Dos horas de camino a casa desde el andén y las pasó mirando por la ventana, viendo los árboles y el cielo huyendo de él, recordando esos ojos que lo habían mirado sobre los cristales. 
 
 
Llegó cansado, saludó al portero y cogió al ascensor. Le costó abrir la puerta tanto como dejar de pensar en él y acertar la llave en la cerradura. 
 
 
Estaba en casa y era de noche. Estaba solo, con sus paredes blancas y su planta de plástico en el balcón. El sofá blanco se hundió bajo su cuerpo y Changmin se quitó la corbata. Miró el techo.
 
 
  - ¿Que me está pasando?  
 
 
El corazón le golpeó la mano en el pecho, los ojos grandes se habían clavado en su mente y no querían irse. Aunque cerraba los ojos o se recordaba que tenía una reunión al día siguiente, nada le hacía olvidarlos. 
 
 
En sus sueños también apareció él, sonriendo mientras leía en el andén. Cerraba el libro y lo miraba más que unos pocos segundos, se quedaban fijamente en él y sus labios pronunciaban su nombre en silencio, a lo lejos. Changmin. 
 
 
Y cuando comenzaba a andar hacia él, el tren pasaba y una sacudida de aire lo hacia desaparecer. 
 
 
Despertó. El móvil le vibraba en el bolsillo, había dormido toda la noche en el sofá, sin cenar, sin siquiera cambiarse de ropa. 
 
 
Aquella noche, cuando volvía del trabajo y mientras esperaba el tren, se sentó en aquel banco. No es que fuera su intención hacerlo, ni lo había pensado antes de que sus pies se detuvieran allí y su cuerpo fuera hacia abajo. Abrazó el maletín de trabajo y miró la hora en la pantalla; aún faltaban veinte minutos para que el tren llegara. 
 
 
No podía levantarse, su cuerpo no se movía a voluntad, su cerebro no reaccionaba y su corazón seguía nervioso. Por primera vez en toda su vida estaba dudando de sus actos. 
 
 
Alguien se sentó a su lado, se sacó un libro de bajo el brazo y comenzó a leer. Changmin miró de reojo y allí estaba, sonriendo y parpadeando bajo las gafas. Era más hermoso de cerca. 
 
 
  - Perdona -su voz era dulce como la de un niño- ¿tienes hora?  
 
 
Se puso nervioso, asintió mirando el reloj en su muñeca y se quedó un rato mirándolo, con el corazón latiendo veloz y la mente nublada. Le costó un poco saber qué hora marcaban las manecillas. 
 
 
  - Las..nueve y cuarto. 
 
 
  - Gracias.  
 
 
El chico volvió a su libro y Changmin a observarlo de reojo, a mirar embobado como se pasaba un mechón de pelo tras la oreja, como pestañeaba, como se lamía el labio inferior inconscientemente o simplemente como pasaba a la página siguiente.  
 
El tren llegó y le sorprendió que el chico cerrara el libro y se levantara antes que él. Lo siguió hasta la puerta del tren y entraron juntos. El chico se sentó, abrió el libro y se camufló entre las personas que tenía a los lados. 
 
 
Changmin se sentó en el único lugar libre, lejos de él. 
 
 
No lo vio bajar, no lo volvió a ver en todo el viaje tampoco. Cuando su parada sonó en el altavoz, lo buscó con la mirada y no lo encontró. 
 
 
Las reuniones eran iguales cada día, los papeles sin importancia, las palabras de su padre orgulloso de él ya no le animaban tanto como antes. Necesitaba algo más que trabajo en su vida. Era la primera vez que era consciente de eso. 
 
Shim Changmin, un hombre de trabajo toda su vida, con pocos amigos, muchos estudios y ningún amor. Siempre tan ocupado que cupido parecía haber elegido la estación de tren para lanzar sus flechas. 
 
 
Todos los días en el mismo sitio, se sentaba en el banco y el chico lo hacía a su lado. Podía pasar veinte minutos, todos los días, solo mirándolo mientras leía. Ya llevaba un mes haciéndolo y su corazón le susurraba que sería capaz de hacerlo toda la vida. 
 
 
Salía del trabajo y corría a la estación solo para coger su sitio en el banco, dejaba el maletín a su lado e impedía que alguien le quitara el sitio a su chico lector. 
 
 
Aquel día la reunión se estaba alargando demasiado, el reloj ya marcaba las nueve y veinte y él ya debería estar allí, sentado y solo. Se frotó los ojos varias veces mientras su jefe hablaba sin parar. Y cuando terminó, todos lo miraron, se levantó de golpe y echó a correr. 
 
 
No había nadie en la estación. Se deslizó en el banco y echó la cabeza había atrás. ¿Iba a poder estar un día sin verlo? Aunque solo fueran veinte minutos...
 
 
  - ¿También llegas tarde?  
 
 
Su voz era inconfundible, habían hablado solo una vez y había sido más que suficiente. El chico caminó hasta el banco y se sentó a su lado, con el libro bajo el brazo y las gafas colgando del cuello de la camiseta. Le sonrío y Changmin creyó morir. 
Ni siquiera sabía que decir. 
 
 
  - Soy Minho.  
 
 
El nombre eran tan hermoso como él. Se atrevió a mirarlo directamente por primera vez. Estiró el brazo y aceptó la mano tendida. 
 
 
  - Changmin. -el silencio podía ser incómodo, pero los dos tardaron en separar sus manos. Se armó de valor para hablar una vez se separaron- ¿Qué lees? 
 
 
  - Love Story.
 
 
  - ¿Como la película?  
 
 
Minho asintió feliz. El corazón de Changmin estaba tan revolucionado como las mariposas en su estómago. 
 
 
Siguieron hablando sin parar, Minho le contó todo lo que la película le hizo sentir, todo lo que el libro le transmitía. Mientras, él lo escuchaba embobado, una mariposa nueva volaba con cada palabra que Minho decía. 
 
 
Una parada antes que la suya, se levantó.
 
 
  - Me bajo aquí.  
 
 
Solo pudo asentir y sacudir la mano. Ya entendía porque nunca lo veía bajarse con él. Las puertas se abrieron y Minho se giró, como si esperara algo. 
 
 
Changmin se levantó por un impulso y gritó su nombre. No sabía qué estaba haciendo.
 
 
  - Nos vemos mañana.  
 
 
Las mejillas de Minho enrojecieron y contestó alegre antes de irse.
 
 
  - Claro.  
 
 
Se deslizó en el asiento y se llevó las manos al pecho. Definitivamente estaba enamorado de él, no podía ocultarlo, no podía negarlo y mucho menos ignorarlo. 
 
 
Minho era su primer despiste, su primer pensamiento, su primer latido, su primer sonrojo, su primer libro romántico, su primera charla en el tren, su primer desvelo. Pero sobre todo, Minho era su primer amor. 
 
Notas finales:

Espero que os haya gustado y si queréis segunda parte decidmelo ^^ 

 

Pd: si no sabéis lo que es Love Story, os recomiendo que busquéis el resumen en internet ;--; tengo que ver la película o leer el libro.

Nos leemos en SOL NOCTURNO (si lo leéis xD) 


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