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¿Cuál es la realidad? por cho-chan

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Notas del fanfic:

¡Hola! Este es mi segundo fanfic en esta categoría, constará de 3 capítulos, no más y no menos, espero sea de su agrado; hago esto sin fin de lucro; sólo por entretenimiento y como un desahogo de mis emociones.

 

Notas del capitulo:

Dedicado a mi hermana Geral que también gusta de este anime y a todos los hermosos fans de la misma.

Me disculpo si hay faltas de ortografía y términos mal dichos.

La pareja es Yuuram y no hay una advertencia por ahora. Sin más ¡Disfrútenlo!

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Wólfram abrió los ojos con gran sorpresa al escuchar aquellas palabras; esas que se resignó a no escuchar jamás. Pensó que la vida (o que el mismo Shinou) le estaba jugando una mala broma o que finalmente había enloquecido. Debía tratarse de la última porque esa persona frente a sí mismo no era él; esta persona no era el Yuuri que había pasado años rechazándole y negando su compromiso (aunque haya sido accidental seguía siendo oficial).

Parpadeo confundido y de sus labios salió un simple “¿Qué?” No es que no le haya oído la primera vez sino que, era algo tan irreal que quizá el enloquecer no era la opción indicada; probablemente ya había muerto o quedado en un coma profundo. Sí, eso sonaba mejor.

Su vista se dirigió a los labios del otro, los noto abrirse y tartamudear algunas cosas pero no logró entender nada de lo mencionado “lo siento….” Dijo interrumpiéndole y notando el rostro de tristeza que el pelinegro ponía al instante por sus palabras; no te entiendo quiso completar pero el mundo a su alrededor comenzó a tornarse borroso y a oscurecerse. Lo último que observó fue el rostro preocupado de su prometido y nada más.

Cuando abrió los ojos se encontró en una habitación que ya conocía bien; su propia habitación; esa en la que solía dormir cuando no podía soportar el dolor que se albergaba en su corazón al sentirse no correspondido. Ese lugar en dónde podía llorar y desahogarse sin que nadie le interrogase o le mirara con lastima.

Observó su alrededor después de incorporarse y permanecer sentado sobre la cama. Se encontraba solo en esta; no es que esperara que alguien estuviera a su lado; su corazón ya no se hacía falsas esperanzas pero al parecer su mente aún seguía albergando ilusiones, sueños y promesas de amor. El momento anterior que había vivido con el pelinegro no había existido; no era más que un engaño, un sueño que su subconsciente había creado para darle un pequeño momento de alegría a su ya marchito corazón.

 Se sujetó la cabeza con una de sus manos; le dolía horrores; debía pasar con Gisela y pedir le diera algo para aminorar el dolor. Se puso de pie y su cuerpo se tambaleo cuando quiso dar algunos pasos y cayó al frio suelo quedando de rodillas sobre este. Notó que traía puesto su viejo camisón rosa; otra señal de que había tenido un sueño bastante irreal; en ningún momento había abandonado su vieja habitación.

Se incorporó con lentitud buscando apoyarse sobre el colchón de la cama; su vista se dirigió hacia la ventana; al parecer el amanecer haría su aparición pronto. No podía volver a dormir con semejante dolor de cabeza; lo mejor sería vestirse y buscar a Gisela. No tomaría un baño por esta ocasión; lo haría más tarde cuando recuperase fuerzas y el dolor se marchara.

Un fuerte mareo le hizo perder la visión por unos instantes. Probablemente tenía fiebre y una muy alta. Permaneció sentado sobre el colchón hasta que se sintió mejor; se incorporó de nuevo, se vistió y salió de la habitación de forma normal como siempre lo hacía.

Salió a un par de guardias y caminó en dirección a dónde sabía podía encontrar a la peli verde a esas horas. Observó a su hermano mayor aparecer en una de las esquinas y caminar hacia él con un rostro más serio del usual. Probablemente quería informarle de alguna misión, o de que Yuuri ya había abandonado el palacio para regresar a su propio mundo. Estuvo a punto de preguntar cuál de esas razones era la que sucedía pero el “Ven a mi oficina ahora” que salió de los labios del mayor le dejó desconcertado. Sin pensarlo mucho asintió y caminó detrás del mayor, un silencio incomodo se instauro de camino a la oficina, más no preguntó la razón de la actitud de Gwendal. Cuando llegaron al lugar antes mencionado el otro le pidió tomar asiento frente a él; cuando se negó su hermano insistió y terminó por obedecerlo. Un par de minutos pasaron en completo silencio; notó la incomodidad del mayor antes de hablar; probablemente se trataba de un tema delicado de mencionar. Fue entonces que sus ojos verdes se abrieron al darse cuenta de cuál era el motivo o de a que se relacionaba.

“Tiene que ver con Yuuri ¿no es así?” hablo antes de que el otro lo hiciera y notó la sorpresa en los ojos azules del otro “¿Le ha sucedido algo?” pregunto temeroso de la respuesta; el otro negó con la cabeza e intento hablar pero le interrumpió de nuevo “Es…sobre el compromiso ¿verdad?” el mayor de los hermanos se tensó ante las palabras y evitó mirarle; al parecer la estantería de libros era aún más interesante que la conversación seria entre ambos “Él….va a disolverlo ¿verdad?” hizo una mueca con amargura, sabía que este momento llegaría en algún momento, se estuvo preparando para ello durante mucho tiempo pero aun así dolía demasiado el que de verdad sucediera “lo entiendo” tomó una gran bocanada de aire y trató de mantenerse impasible “sólo dame el papel para firmarlo y acabar con todo esto” extendió su mano ante la incrédula mirada de su hermano “estoy bien” contestó cuando se dio cuenta de que Gwendal iba a hablar de nuevo “solo dámelo, es lo mejor” no prestó atención a las palabras que su hermano mencionó posteriormente, no lo necesitaba, tomó el trozo de papel que anulaba su compromiso y lo firmó sin leerlo ni prestarle atención a su contenido “si es todo, me retiro” dejó la pluma en el tintero y se puso de pie dispuesto a marcharse de ahí.

Tomó en su mano el pomo de la puerta, lo giró y permaneció quieto nos segundos “Él encontró a alguien ¿cierto?” preguntó sin girar a verle, obtuvo un a su pregunta y sintió como algo dentro de si se quebraba “lo sabía” dijo más para sí que para el otro “espero sea feliz” abrió la puerta y abandonó el lugar sin decir más.

Caminó por los pasillos con toda calma, como si nada hubiera pasado; se dedicó a saludo a algunos sirvientes que pasaban por los pasillos y se detuvo en el que daba su vista hacia el jardín. Observó las flores que su madre había plantado con anterioridad por unos momentos y continuo con su camino. Al doblar en una esquina, reviso que en los alrededores no estuviera persona alguna; al no notar a nadie se apoyó sobre la pared de roca, cruzó sus brazos abrazándose a sí mismo y comenzó a sollozar.

Esperaba nadie más pasara por ahí en un buen rato; odiaba ser débil y verse así de vulnerable. No supo cuánto tiempo permaneció en ese lugar; probablemente hayan sido solo unos pocos minutos o más; no lo sabía. Escuchó una voz conocida llamándole; se frotó los ojos con las mangas de su playera blanca; en esta ocasión solo había colocado esta y encima un chaleco de gamuza en el tono usual de azul que solía vestir. Tomó aire y se giró a ver a la persona recién llegada “Conrad esto no es l….”se sintió rodeado por los brazos del castaño repentinamente y bajo su propia sorpresa; pensó en rechazar el contacto y empujar al otro lejos de sí; pensó en decirle que estaba bien y que no necesitaba su lastima ni la de nadie; más sin embargo; terminó por aferrarse al cuerpo contrario y llorar como no lo había hecho en mucho tiempo. Esta persona, a pesar de todo lo sucedido en el pasado le brindaba una sensación bastante agradable y reconfortante. Se sintió como en los viejos tiempos; cuando su pequeño gran hermano mayor le protegía del monstruo del armario y del fantasma del pasillo y se quedaba con él hasta quedar dormido.

Fue un momento agradable; a pesar de que no recuerda lo que sucedió el resto del día.

Dos meses habían pasado desde que había concluido su compromiso; sabía que estaba mal permanecer en el castillo. No era sordo, podía escuchar los rumores que las sirvientas y los otros nobles hacían sobre su persona; desde antes los habían mencionado y le habían nombrado de varios sobre nombres debido a su insistencia hacia Yuuri y de su constante persecución a su prometido. ¿Cuáles eran esos apodos? Además de Lord mocoso….ha, si, eran ¿El perro del rey? ¿El no amado? ¿Compromiso eterno Bielefeld? No recuerda, a decir verdad son tantos (sumando a los nuevos) que ya dejaron de importarle y molestarle.

Lo que le molestaba eran las miradas de lástima que le brindaban, como si fuese un perro abandonado bajo la lluvia y no ayudado por nadie. Le tenían hastiado esa miradas y deseo en el fondo de su ser, que todos fueran directamente al carajo.

Él no necesitaba la lástima de nadie, no la necesita ahora ni en el futuro; lo que necesita es que le dejen en paz y poder marcharse lejos. Ojala pudiera hacerlo, pero no podía.

El rey había llevado a una mujer traída del otro mundo al castillo hacía menos de un mes y, para sorpresa de todos, la había presentado como la futura reina de Shin Makoku. Wólfram notó las miradas dirigidas hacia su persona ante esta declaración pública; las ignoró, permaneció impasible y esbozó su mejor sonrisa deseándole la mayor felicidad al pelinegro. Era lo mejor que podía hacer; no podía armar un escándalo por ello ahora que ellos no tenían ningún tipo de relación.

Una gran fiesta fue llevada a cabo poco después para celebrar la boda del vigésimo séptimo rey de los demonios. Wólfram deseo marcharse antes de ello, pero Yuuri pidiéndole quedarse con esa cara de cachorro abandonado le hizo permanecer aun a pesar del dolor de su corazón. Estuvo presente en la ceremonia con una gran sonrisa y en la fiesta de recepción también. Ignoró todos los comentarios y, ya entrada la noche, abandonó el castillo sin despedirse de nadie. Ese era el último día que estaría ahí y quería marcharse con la sonrisa de felicidad de Yuuri grabada en su memoria.

Regresó a las tierras de Bielefeld con su tío, quien estuvo de acuerdo en su regreso. Paso algún tiempo y a esas tierras llegó la noticia del nacimiento  del hijo del rey. Decir que escucharlo no le dolía sería una gran mentira, sin embargo, logró enfrentarlo, mando algunas felicitaciones y no volvió a pisar el palacio Pacto de Sangre en su vida.

Durante todos esos años, varias proposiciones de matrimonio llegaron hacia él y aunque ignoró todas llegó un momento en el que decidió que era hora de dejar su amor por el pelinegro atrás y rehacer su vida al lado de otra persona que pudiera brindarle el amor que no había tenido antes por parte de su ex prometido.

Aceptó leer la siguiente proposición que llegó a sus manos, con la condición de dar una respuesta afirmativa sólo si podía tratar en persona al susodicho en cuestión. Era una persona agradable y bastante amable. Con el tiempo quizá podría llegar a amarlo como él lo hacía.

Si, podría olvidar a Yuuri con esta persona.

Algún día también tendría una propia familia y sería realmente feliz.

 

o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.

 

Notas finales:

Hasta aquí llega el primer capítulo, el siguiente será desde la perspectiva de Yuuri.

 No sé si se note pero disfruto mucho los amores no correspondidos y frustrados, me dan mucho para imaginar y escribir je. En fin, espero haya sido de su agrado, sus opiniones son bien recibidas y me ayudan a mejorar como pseudo escritora.

¡Hasta el siguiente capítulo! ;)

 


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