Capítulo 1.
— ¿Cómo crees que me queda? — pregunta Luna mientras gira un poco y se mira al espejo del probador.
— ¿Quieres mi opinión sincera como amigo o quieres mi opinión interesada como vendedor? — Luna ríe y responde:
— ¡Como mi amigo, Taemin tonto!
— Menos mal porque estaba muriéndome por decirte que deberías usar color verde y no amarillo patito.
— ¿Eso crees?
— Luna, no te dejaría salir a la calle con una remera de ese color si vas a usar botas rojas y menos si vas a ir a ver a Jonghyun-hyung.
— Pero él me dijo que le gusta cómo me queda el amarillo.
— Y te queda precioso pero no en ese tono ni en esa remera.
— ¡Aah! ¿Por qué es tan difícil elegir ropa para salir con alguien?
— No lo sé, corazón, pero prométeme que no saldrás con eso puesto. — Luna se mira un poco más al espejo bajo la mirada atenta y desaprobadora de Taemin antes de resoplar resignada:
— Gggr… de acuerdo, tráeme lo mejor que tengas. — el chico sonríe sin intentar ocultar su felicidad por haber ganado.
— Dame un segundo.
Cierra la puerta del probador y se dirige directamente a buscar la remera que cree que será perfecta; ya la había anotado en su lista mental cuando Luna le dijo que tenía una cita con su “¡no es mi novio, Taemin!”. Llega hasta donde se encuentra colgada junto a otras y busca el talle de su amiga, es verde militar y un poco más larga de lo normal con algunos detalles y parches, quedará perfecta con las botas bajas rojo oscuro que Luna ha decidido ponerse (por Dios. ¿Cómo ha podido jugársela de esa forma poniéndoselas? Teniendo otros zapatos… Taemin no entiende a su amiga a veces). Saca la remera de su lugar y al girarse sobre sus talones su camino es obstruido por el cuerpo de un joven que está de espaldas a él mirando ropa en la sección del frente. Taemin intenta pasar por su lado sin molestarlo ya que es un cliente y “el cliente siempre tiene la razón a menos que no la tenga” (como dice su jefe) pero el joven habla y Taemin se sobresalta por el repentino movimiento.
— ¿Tienes esta en azul? — pregunta tendiéndole una prenda que Taemin no puede ver bien pero que supone que es una remera ya que es esa la sección en la que se encuentra.
— Lo que hay exhibido es lo que tenemos. — le responde y se aleja rápidamente para volver con su amiga. Al llegar al probador da dos golpecitos en la puerta para avisarle que ha vuelto y ella abre la puerta.
— Pruébate esta y dime cómo te ves. — le dice extendiéndole la remera a la que su amiga agarra dudando.
— Aléjate un poco así puedo cerrar la puerta. — le dice Luna riendo un poco.
— Ups, lo siento. — se disculpa el chico. Luna cierra la puerta y Taemin mira hacia la tienda para ver si hay algún otro cliente pero sólo ve al joven de antes que sigue recorriendo todo mientras cada tanto saca prendas y las agrega a una pila que ha formado en una mesa del centro del lugar, esto llama la atención de Taemin quien se acerca al chico y le pregunta:
— ¿Todo esto va a llevar?
— Sí. — ni siquiera se gira para mirar a Taemin lo que lo molesta un poco.
— ¿En que talle? — pregunta más por obligación que por cortesía.
— Para una chica de 22 años.
— No puedo adivinar su talle solo con su edad. — Taemin revolea los ojos molesto y el otro chico se gira para enfrentarlo por primera vez. Lo mira de arriba abajo y suprime una risa lo que exaspera a Taemin. “El cliente primero. El cliente primero” piensa.
— ¿Me crees si te digo que sólo es un poco más pequeña que tú? — Taemin entrecierra sus ojos y observa al chico que es un poco más alto que él y lleva un traje hecho a medida negro con pequeñas rayas grises a lo largo. Seguro es un ricachón o algo por el estilo.
— ¿Talle pequeño o extra pequeño? — pregunta Taemin ya que el otro joven no parece saber mucho. El joven mete las manos en los bolsillos de su pantalón y adopta una postura relajada pero sin perder su magnitud.
— ¿Cuál es la diferencia? — dice y Taemin está a punto de explotar.
— ¿Tae? — por suerte su amiga hace que no cometa ningún acto del que luego pudiera arrepentirse.
— Discúlpame, puedes seguir viendo mientras vuelvo. — Taemin le sonríe falsamente y camina con rapidez hacia los probadores que están a unos pasos. Luna lo escucha llegar y abre la puerta completamente mientras gira sobre sí misma para que Taemin vea como le queda la remera. — ¿Qué fue lo que te dije? — asiente orgulloso de sí mismo — ¿Qué crees?
— Odio admitirlo pero tenías razón: esta es mejor que la otra.
— Por supuesto que lo es, ni siquiera sé por qué mi jefe trae mercancía tan fea como esa remera amarilla, apuesto lo que sea a que jamás se venderá. — cruza sus brazos y niega con la cabeza. Luna ríe y le dice:
— Entonces me la llevaré puesta.
— Genial, corazón, ya mismo te hago un ticket. — Taemin agarra la otra remera para devolverla a su lugar mientras Luna recoge sus cosas. Antes de llegar a la caja para cobrarle a Luna el otro joven (¿todavía está aquí?) se interpone en el camino de los amigos y le dice a Taemin:
— Es como ella.
Luna y Taemin intercambian una mirada, luego Taemin mira al alto y pregunta:
— ¿Quién?
— La chica para quien compro toda esta ropa. — cierto, el chico había elegido mucha ropa.
— Perfecto, dame un minuto y te traigo todo. — le pide Taemin, agarra la mano de Luna y se aleja del chico hacia la caja. Mientras Luna le paga Taemin dice — Mátame, Luna. — su amiga ríe pero contesta:
— Debes ser más paciente con la gente, Tae. Además míralo… — se pone un poco de costado para no tapar al otro joven (quien sigue mirando ropa) y que Taemin pueda verlo — se ve bastante lindo aunque ese traje tape todo.
— Por Dios, Luna, recuerda que estás por ir a ver a Jonghyun. — Luna ríe otra vez y agrega:
— Por Dios, Taemin, recuerda que tienes 23 años y que hace un año no sales con nadie. Mira como está Kai, parece que lo supero bastante rápido.
— Luna, no quiero hablar de eso ahora. — pensar en Kai lo ponía molesto, sin embargo no podía evitar sentirse nervioso y nada enojado cuando estaba con él.
— Lo siento, Tae, sé qué todavía sientes algo por él pero creo que ya es hora de que te des otra oportunidad.
— Luna, sabes que es difícil… ser como yo… no todos son así…
— Siempre puedes empezar sonriendo y luego preguntando. — su amiga le guiña el ojo y se gira para que Taemin pueda cortar la etiqueta de la remera. — Gracias, Tae — le dice, luego se acerca él para darle un besito en su mejilla y antes de irse agrega —, y ya sabes: si la vida te da limones, has limonada. — Taemin sonríe y despide a su amiga.
— Adiós, Luna, suerte con tu cita.
— No es una “cita”. — Luna responde desde la puerta.
— Claro, y yo soy Batman. — añade Taemin pero ella ya se ha ido. Vuelve hasta donde está el otro chico y le pregunta: — ¿Eso es todo?
— Por ahora sí. — responde el joven centrando su mirada en Taemin quien se siente un poco incómodo por la fuerza de la mirada del alto. Toma nota de todas las prendas y le dice:
— Dame un minuto y te traigo todo.
— ¿Sabes pedir algo más que minutos? — pregunta el chico pero Taemin ignora la pregunta. Se dirige a la parte de atrás de la tienda y busca las prendas que el joven ha seleccionado.
— ¿Sabes pedir algo más que minutos? — Repite Taemin en tono de burla ya que el otro no puede escucharlo — Sé dar golpes muy fuertes y si no me crees pregúntale a Kibum. — dice para sí mismo. Vuelve con las prendas y se encuentra con la sorpresa de que el alto continúa inspeccionando la tienda. “¿Es que no ha visto todo ya? No es una tienda tan grande”. — Aquí está todo. — anuncia para atraer la atención del otro quien se gira y dirige hacia la caja para pagar. Taemin pone todo en una bolsa.
— No has respondido mi pregunta. — dice el alto.
— Los cambios se realizan de lunes a viernes de 9 a 20 horas — Taemin pone a funcionar la grabadora —, para cualquier tipo de cambio la prenda debe tener la etiqueta puesta.
— Sigues ignorando mis palabras. — el joven sonríe y baja la mirada hacia su billetera, Taemin lo observa de reojo, el joven saca una tarjeta y cuando levanta la cabeza sus ojos se cruzan con los de Taemin pero este desvía su mirada rápidamente, el otro joven ríe y ladea su cabeza sin dejar de mirar a Taemin mientras le tiende la tarjeta, Taemin la agarra sin mirarlo y la pasa por el lector de tarjetas, luego le pasa un aparatito con un teclado de números.
— Escribe tu contraseña, por favor. — le pide y el chico lo hace. Taemin termina de cobrar y luego le tiende un ticket. — Gracias por su compra. — termina la transacción.
— Ni siquiera me miras, no sé que tendré en la cara. — El chico agarra todas las bolsas y agrega — Nos vemos… Tae. — sale de la tienda dando zancadas y deja a Taemin sorprendido. Bien, eso no se lo esperaba. Pero por suerte el otro chico por fin se ha ido.
Taemin mira la hora en su celular, sólo faltan diez minutos para que Krystal llegue y lo releve y él pueda ser libre. Apoya su cabeza en la mesa. Trabajar es realmente cansador y es peor cuando gente como esa llega a la tienda.
— Oh por Dios, ¿por qué no llegue cinco minutos antes? — la voz de Krystal hace que Taemin levante su mirada.
— Hola, Krys.
— ¿Viste la belleza que acaba de salir? ¡Qué digo! Si acaba de salir de aquí, ¡claro que lo viste! — Taemin ríe.
— Era bastante molesto. — dice él.
— Con esa cara puedo soportarlo. — Krystal le guiña un ojo y Taemin ríe de nuevo. — He llegado temprano para que puedas irte a jugar con Kibum.
— ¿Enserio has llegado antes por mí? — Taemin se incorpora y mira a Krystal.
— ¡Por supuesto! Hoy es viernes y los planes de los viernes son sagrados. Vete ya, diez minutos valen oro. — Taemin sale de detrás del mostrador de la caja registradora y abraza a su prima.
— ¡Eres la mejor! — se mueve un poco hacia los costados sin romper el abrazo lo que hace que ambos se muevan y Krystal ríe.
— Y tú un niño mimado. — Taemin se separa un poco.
— Cállate, tú eres peor.
— Bien, no discutamos sobre eso. ¡Ahora apúrate que tienes una presentación a la que asistir!
— ¡Sí! — Taemin recoge sus cosas y antes de irse le pregunta a Krystal — ¿Irás a vernos, cierto?
— Minnie, no me lo perdería por nada. — responde su prima sinceramente. Taemin le sonríe y ella lo saluda — Nos vemos en unas horas.
— Nos vemos en unas horas, Krys. — Taemin sale volando de la tienda y Krystal se ríe. Adora a su primo. Se sienta en la silla que está detrás del mostrador (donde antes estaba Taemin sentado) y está por poner música para alegrar el ambiente cuando algo encima del mostrador cerca de la pantalla de la computadora llama su atención: una tarjeta personal. La levanta y ve que pertenece a un tal “Choi Min Ho” y que debajo del nombre hay un número de teléfono. ¿Quién habrá dejado la tarjeta? La da vuelta y ve que detrás han escrito “Tae”. — ¿Tae? — se pregunta en voz alta. Vuelve a girar la tarjeta para ver si encuentra algo más que explique por que está ahí pero sólo lleva impreso el nombre y el número. Extraño. Supone que “Tae” significa “Taemin” así que guarda la tarjeta en su billetera para dársela a Taemin luego de su presentación de esa noche.