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Amor de Colegial por Ryu_Alexa

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Notas del capitulo: Bueno, los personajes de Saiint Seiya son sexyyysss, a no eso no verdad? no son mios, jejeje nadamas Hyoga, a no, tampoco, gomen ^^u pero los utilizo para mi convenciencia, digo para mis fanfics...

Milo miraba por la ventana, el árbol que se encantaba frente al salón 8D, su salón de clases, mientras su profesor de Química, Aioros, explicaba algo de Mitosis, a lo que Milo no ponía ni un gramo de atención. Ese árbol de cerezos era su favorito, y faltaba solo 5 minutos para que sonara la campana de salida, iría a ese árbol corriendo, en cuanto tocara el timbre, ahí escribía horas y horas, el era un poeta, no un químico, ¿porque los maestros no entendían eso?

Después de unos minutos eternos, toco la campana, tomo sus libros y se preparo para salir, pero el maestro lo llamo un momento. *¡¿Porque rayos a mi?!* pensó caminando hacia Aioros.

- ¿Pasa algo, profesor? – dijo eso con algo de sarcasmo, era un buen amigo de el hermano menor de Aioros, y cuando lo visitaba Aioros se portaba como uno de ellos, pero en la escuela, al igual que casi todos los maestros, era un rival mas.

- Si, veras, el director Aphrodite, se entero de que tú no compartías habitación. – dijo con una sonrisa.

- ¿A donde quieres llegar Aioros? – pregunto con algo de molestia.

- Es que hay un nuevo alumno, viene de Francia y no hay mas habitaciones, sabes que el colegio es pequeño, y como es de los mejores, hay demasiados alumnos, hay mas habitaciones, pero el director me comento que a pesar de tener comunicación con muchísimos alumnos, eres callado y solitario. Por eso me dijo que te indicara, que prepares tu habitación, por que el nuevo se quedara contigo...

- Ya veo... – dijo Milo tocando su cabeza – y ¿de que grado es?

- Entrara en 8b, al menos eso escuche, escuche que es adelantado, debería estar en 4to, creo.

- Wow, entonces es un cerebrito, ¡bien! – Dijo Milo alzando su puño – me ayudara en química, ¡¡¡y también en mate!!! – grito Milo.

- Bueno, era todo, llegara como a las 6:30, así que te quedan cuatro horas para preparar el cuarto.

Milo puso una cara de pánico increíble, ¿como acomodaría toooooodo su cuarto en solo cuatro horas? Si ni siquiera sabia donde había quedado la otra cama...salió corriendo, ni se acordó del árbol.

Llego a su cuarto, y como pudo lo acomodo, en tres horas estaba brillando de limpio – ¡Wow! No sabía que pudiera ser tan rápido. ¡Mira Milo, hasta tienes una alfombra! – decía en voz alta el de ojos celestes sin percatarse que su puerta se había abierto.

- Y tiene un bonito color -  dijo una tierna voz desde la puerta.

- ¿Hum? – Milo volteo, aun con sus manos en la cintura. – ¿Quién eres? – pregunto mirando al chico de cabello mas largo.

Traía una maleta tipo mochila cargando sobre su hombro, unos pantalones azul cielo, y una camisa que le quedaba grande, color blanco. Sus hermosos ojos dejaron a Milo impresionado, realmente parecía de unos 14 años, y tenia una tez blanca y fina, sus labios eran rosas y tiernos. – Mi nombre es Camus – dijo tímidamente.

Milo no podía despegar su vista de esos labios, se veían tan tiernos y lindos.

- ¿Y tu? ¿Cuál es tu nombre? – pregunto Camus dando un paso mas.

- Mi...Milo... – dijo sacando de su mente las raras imágenes que venían. - ¿Qué...que necesitas? – pregunto acercándose a la puerta, impidiéndole sin saberlo el paso a Camus.

- Entrar – dijo Camus con una ceja levantada.

- ¿Perdón? – pregunto Milo sin entender.

- Si, esta es mi habitación desde hoy – explico Camus con mucho cuidado.

- ¡¿¡¿¡¿TU?!?!?! – dijo Milo apuntándolo con el dedo. – pero eres un ¡¡¡niño!!! – sentenció.

- Te equivocas, tengo 17 años, y esta es mi habitación. – dijo a Milo, al tiempo que le hacia una seña de que le diera permiso.

Milo se movió casi sin notarlo, dándole así permiso a Camus, el cual puso su maleta sobre la cama libre.

Milo no podía despegar la vista de Camus *No es posible. ¡¡¡Voy a compartir habitación con esta belleza!!!* pensaba Milo aun parado como zombi.

- Y... ¿Te molesta mi presencia? – pregunto Camus con timidez.

- ¿Hum? – Milo reacciono por fin, y miro la cara sonrojada de Camus - ¡No! Para nada, ¿Por qué preguntas eso? – dijo Milo acercándose, sentándose sobre su cama, la cual estaba muy cerca de la de Camus.

- Pues porque estabas ahí parado, es solo eso... – dijo Camus aun con timidez.

- Ahhh, no, no me molesta, al contrario, creo que me caerás bien. – dijo cerrando la puerta detrás de el.

- Bien...y dime, ¿en que salón estas?

- En el 8D, tu en el 8B, ¿verdad? – dijo Milo recostándose en su cama, con sus manos atrás de la cabeza.

- Pues ya no se, mi padre pidió que estuviera en el salón donde todos fueran calmados, y el director dijo que era ese, pero ahora dijo que ya no había cupo en el, así que talvez este en el ultimo de octavo.

- ¿El mío? – pregunto levantándose de golpe.

- Mh! – Camus se asusto, tembló un poco, pero luego se calmo, y ligeramente respondió  - ¿el D es el ultimo?

- Sips – dijo Milo recostándose otra vez.

- Ah, pues parece que si – dijo subiéndose mas a la cama.

Como veras las habitaciones son muy pequeñas, pero en aquella puerta – dijo señalando algo junto a la cama de Camus – bueno, no en la puerta, dentro de la habitación, hay un baño, y allá – ahora señalaba el lado contrario, osea detrás de la suya – esta el cuarto de ropas, y los salones de juego, están afuera.

- Bien – dijo con voz muy delgada. – vengo de Francia, allá estudie unos años, pero mis maestros me reprendían mucho cuando decía cosas de la clase, y ellos no las sabían, entonces, mi padre dijo que aquí me ayudarían mas los maestros.

- Te gusta mucho estudiar, ¿verdad? – pregunto Milo con una sonrisa.

- No, la verdad es aburrido, pero amo leer, no sobre la escuela, pero en novelas veo mucho que es cierto, y comprobado, por eso, soy bueno en varias materias.

- Ohhh – dijo Milo algo sorprendido.

- ¿Y tu? ¿Te gusta estudiar? – pero para nada, odio hacerlo, es aburridísimo. Pero lo hago para poder ser lo que pretendo.

- Y ¿Qué es eso? – pregunto Camus con mas interés en el asunto.

- Mi sueño es convertirme en un gran poeta.

- Vaya, el mío es similar. – dijo Camus dedicándole una hechizadora mirada a Milo.

- ¿Cuál es? – pregunto Milo algo nervioso y sonrojado por la mirada del mas chico.

- Ser un gran escritor. Amo la literatura, sin duda alguna. – dijo Camus sonriendo tiernamente.

- Wow, impresionante, si son muy similares. Pero... ¿que tema de literatura te atrae mas? – pregunto Milo, con aire de superioridad.

- Pues, me gustan todos los campos, pero amo las novelas románticas y de misterio.

- Y... ¿que has escrito? – Pregunto con curiosidad, dándole ahora toda su atención al pequeño.

- Pues he hecho unos fanfics de Fruits Basket, ¿has visto esa serie? – preguntó Camus con inocencia.

- Si, es interesante.

- Milo-kun, ¿te puedo preguntar algo?

- ¿Mh? Solo dime Milo, y si, pregúntame lo que sea.

- ¿Tienes novia? – pregunto mirándole sonrojado.

- Mmm...no... – respondió Milo mirándolo con curiosidad.

- Ohhh... – dijo con una sonrisa que no pudo evitar.

- ¿Y tu? – pregunto sentándose.

- No... Milo...debo decir que...a mi...me gustan los hombres... – a pesar de su inmensa timidez ¡Lo había dicho! ¡¡¡Lo dijo!!!!

- Ya veo... – Milo se había impresionado, pero guardo la compostura, y actuó normalito.

- Se...se que tu no y... – se puso nervioso, pero no pudo continuar.

Milo se acerco a el, y le acaricio la mejilla... – nunca...me había gustado un hombre...hasta hoy... – confeso mirando el sonrojo de Camus.

- ¡¿MH?! – eso era acaso... ¿una declaración?

Milo tomo un mechón de pelo de Camus y lo olió con una forma muy seductora, que estaba volviendo loco por dentro a Camus. – que hermoso huele tu cabello....Camus...

Camus estaba totalmente nervioso, aunque ya había aceptado totalmente su sexualidad, ese chico era otra cosa, era tan excitante, tan maravillosamente hermoso.

Milo por su parte hacia el mas preciado intento de detener sus hormonas, pues el hermoso cuerpo de Camus lo tenia totalmente extasiado, no podía para ahí, no ahora, que todo su cuerpo le pedía seguir.

- Camus... me gustas... – susurro en el oído del más chico.

- M...Milo...- dijo Camus con algo de dificultad, pues ahora ni su mas potente mascara, lo protegía de ser transparente ante el mayor.

- Dime... – susurró Milo al oído de Camus.

- Tu...tu también me gustas... – dijo mientras apretaba sus manos hechas puño contra sus piernas en un intento de esconder el placer que los pequeños susurros de Milo le provocaban.

Milo no necesito mas para recostar a Camus sobre la cama y empezar a besar su blanco cuello, primero fueron pequeños besitos, pero luego unos muy apasionados.

- Mi...Milo... -  murmuro Camus entre gemidos de placer.

- ¿Si? ¿Mi hermoso Camus? – pregunto Milo deteniendo su placentero labor.

- Pri...primero...bésame la boca... ¿si? – dijo con ternura Camus.

- jeje – sonrió Milo ante la suplica del pequeño. Se acerco a el y primero rozó suavemente, pero luego metió su lengua en la boca de Camus, y comenzaron a entrelazarse de una forma tierna, pero apasionada.

Después de degustar por un rato los labios tiernos y suculentos que quería, Milo comienza a besar el cuello de Camus suavemente, recibiendo gemidos muy suaves y lindos.

Camus enredo sus dedos en el cabello de Milo cuando este comenzó a besar su pecho. Milo con mucho cuidado fue sacando la camisa de Camus, hasta dejarlo solo con su pantalón. En cuanto miró sus pequeñas tetillas se dirigió hacia ellas, en un acto casi desesperado, primero fue dejando pequeños besitos, luego hizo círculos con su lengua, hasta dejarlos totalmente duros.

- Ohhh...Milo...ahhh...m... – no podía decir nada, el placer se apodero de su frágil cuerpecito.

- Shht... – Milo cayó a Camus con un dedo y continuó su camino hasta llegar al borde del pantalón del más chico.

Lentamente abrió la cremallera y quito el pantalón azul cielo, quedando solo la ropa interior con dibujitos de copos de nieve. (Jeje XD) Cuando Camus vio la sonrisa de Milo ante la decoración de su prenda, se ruborizo, pero más se ruborizo cuando Milo saco la ropa, dejándolo desnudo, totalmente desnudo ante el.

Milo casi babea ante tal vista, pero se dio cuenta de que era totalmente, correspondido, ese chico era totalmente suyo ahora. Se acerco a su hombría y empezó a besar la punta muy despacio.

Los gemidos de Camus no se hicieron esperar, mientras movía las caderas con placer.

Milo disfrutaba ver la cara sonrojada del más chico, y sonreía, ahora metió mas el miembro de Camus a su boca, lo lamía con placer, y se lo metía cada vez más. Camus se movía, dando pequeñas embestidas a la boca de Milo, algo que el disfrutaba, pues le gusto ver la cara de Camus.

Camus termino en la boca de Milo, y este probó todo lo que el pequeño le había dado, comió hasta dejar limpio el miembro, y cuando termino, se acercó a Camus, para besarlo tiernamente, entonces beso de nuevo el pecho blanco, mientras metía dos dedos en la boca de Camus, el cual los recibió con placer, Camus se sentó y con sus manos tomo la de Milo para meter los dedos y chuparlos deseosamente.

Cuando Milo pensó que era hora, saco los dedos de la boca de Camus y se dirigió a su entradita, cuando los metió, el pequeño cerro con fuerza los ojos y abrazo a Milo.

Este por su parte metió los dos dedos de una vez, y comenzó a moverlos.

Camus comenzó a gemir, dándole al de ojos celestes la señal que buscaba, saco los dedos, su miembro estaba totalmente erecto, al ver tan excitado a Camus, y no necesitaba mas, abrió despacio las piernas del otro y comenzó con lo que deseaba. Camus, al sentir la punta del gran miembro de Milo hizo una mueca de mucho dolor, y algunas lágrimas comenzaron a salir de sus ojos.

Milo beso los ojos de su ahora amante y lo calmo con hermosas palabras – amor...veras que solo será un momento...pero...si no lo deseas... – dijo resignándose a una talvez negativa del pequeño.

- Mi...lo...quiero...quiero mucho... – pidió abrazándolo fuertemente.

Milo comenzó a penetrar en la entradita virgen de Camus.

- Me...me...me rompoooo – gimió con dolor el pequeño, esta vez era demasiado, era virgen y eso dolía mucho.

Milo no hizo caso, sabia que mientras mas pronto mejor, o mejor dicho, eso suponía. Penetro aun despacio, pero cada vez más adentro. Cuando había penetrado más, beso a Camus mientras acariciaba su miembro, sabía que eso calmaría su tortura, le beso los ojos y este sonrió, dándole así, una seña de que continuara. Despacio Milo empezó a moverse, recibiendo gemidos de placer y dolor por parte del pequeño, se movió cada vez más rápido, y mientras la tarde avanzaba Camus sentía mas placer. Las embestidas por parte de Milo aumentaron e iban cada vez más rápido, hasta que el cuerpo más pequeño no aguanto más...

- Me...ven...go... – murmuro Camus dejando salir la muestra de un puro placer.

Al ver venir a Camus, Milo hizo lo mismo, dentro del pequeño, sacando después su miembro de Camus. Se recostó a su lado, y el silencio invadió la habitación unos minutos.

Camus murmuro – gracias...amor... –dándose vuelta, para quedar frente a Milo.

Este le observo mientras se quedaba dormido, y luego beso sus ojos y lo abrazo, para quedarse dormido después.

 

¡¡¡FIN!!!
Es todo, gracias, espero que les haya gustado ^^U

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