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La esencia del café por Daymin VIP

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Notas del fanfic:

Bueno, gente de A-Y, se estaran preguntando si morí o perdí las manos, o algo parecido xD ¡La respuesta es no! Sigo viva y completita :D...Según.

Estoy al final de mis vacaciones y, como buena malvada escritora, decidí tomarme vacaciones de escritura también -La golpean- Estaba cansada >< y mi cerebro colapsó, realmente no se me ocurrían cosas. Pero pude terminar este OS random y tengo mis demás actualizaciones a la mitad xD

Además sufrí de alergías y torceduras de tobillo estos días TnT Así que tengan compación de mi alma pura (?)

 

 

Notas del capitulo:

Como se darán cuenta el OS es como una especie de fragmento ligado a mi Fic completo "Café", aunque sino lo leyeron no hace falta xD Sólo es algo que surgió de mi mente por exceso de café y leer tanto Mpreg e___é

-No, no es Mpreg- xD 

La esencia del café

 

La clave de un buen café depende de muchas cosas…Hay que saber elegir muy bien los ingredientes, hervir a un punto culminante y especial, verter con delicadeza y empeño, y amar el hecho de prepararlo, de esa manera puedes sacar lo mejor de cada componente. Es todo un arte.

Hay muy poca diferencia entre un buen café y el amor. En el amor también hay que poner nuestro máximo esfuerzo y desear de forma sobrehumana que funcione.

Ambos deben ser cálidos y al gusto, con una esencia única.

.

Ji Yong soltó un largo suspiro, mientras continuaba formando un pequeño dibujo en el capuchino que se preparaba. Aún era muy temprano en la cafetería y había pocos clientes, además ahora que era el dueño debía tener sumo cuidado en no perder la práctica.

Miró complacido el resultado de su trabajo, había dibujado una dulce familia, una familia de tres, como la que él deseaba tener con Seung Hyun.

—Es una tontería…—Se recriminó asimismo.

No sabía porque, pero llevaba días con la misma idea en la cabeza. Se sentía deprimido al pensar que sólo serían dos, siempre dos…

Quizá se debía a que su mejor clienta estaba esperando un bebé y, desde luego, no dejaba de hablar de ello. La felicidad y brillo en los ojos de Chae Rin cuando hablaba de ello tan sólo incrementaba su propio deseo…

Era muy egoísta, desde  luego que sí, sobretodo porque no pudo ocultarlo y terminó diciéndoselo a Seung Hyun, recordaba la tristeza reflejada en su rostro y la decepción. Se sentía un traidor.

Había decidido pasar toda su vida al lado de Seung Hyun, y estaba dispuesto, pero sentía que algo faltaba.

Revolvió su cabello con enojo, mientras recordaba la pelea matinal que había mantenido con su esposo.

...

—Pero Ji, si no me dices que ocurre no lo entenderé. —Volvió a intentarlo el mayor.

Llevaba días observando un decadente estado de humor en su pequeño y le preocupaba. Le había preguntado al respecto, pero el menor tan sólo se había negado a decir algo y ahora estaban discutiendo por algo que no entendía.

—Ya te dije que estoy bien, Seung, tan sólo…

— ¡Deja de mentirme! —Explotó Seung, sintiéndose dolido ante la negación del otro. — Soy tu esposo, Ji Yong, te amo más que a nadie... ¿No puedes confiar en mí?

Ji apretó sus labios con nerviosismo, a tal punto que tuvo que morder el inferior. Se había prometido no llorar ante la respuesta que recibiera... Pero ahora estaba ahí, frente a Seung, quebrantándose.

—Mi amor... ¿Qué ocurre? — Murmuró un enternecido Seung Hyun. Ver a su pequeño llorar siempre le tocaba el corazón. Tomó de la mano al menor y lo atrajo hacia él, en un cálido abrazo.

—Lo... Lo lamento —Sollozó al oído del mayor, aferrándose al cálido cuerpo ajeno. —No quise decirte nada porque sé que te enojarías…pero yo sólo quise intentarlo…

—Cariño, Ji… ¿Qué ocurre? Me estoy asustando —Sus cuerpos no se separaron, tan sólo el abrazo incrementaba su fuerza.

—Te dije que olvidaría la idea de tener un hijo…pero…fui al centro de adopción…—Un triste sonido, similar a una risa, salió de los labios de Ji Yong. Decir todo aquello lo hacía sentir estúpido. Espero alguna palabra del mayor, pero éste tan sólo siguió abrazándole. —Sabía que me rechazarían, realmente creo que fui por eso…Creí que escuchar que no soy “apto” para criar un niño me haría olvidarlo…pero…—El nudo en su garganta se hizo más grande. —Cuando esas personas me lo dijeron…yo sólo sentí que moriría

Hubo un largo lapso de silencio, ni siquiera el débil sollozo del menor podía escucharse.

— ¿Esas personas te trataron mal? —Fue lo primero que cruzó por la mente de Seung.

—No realmente…pero son realmente buenos para decir la realidad. —Ji volvió a intentar reír, pero no pudo conseguirlo por completo.

Se limpió las lágrimas y se separó del arquitecto. Sus pequeños ojos dudaron en ver los del otro, no sabía qué clase de expresión tendría y eso le asustaba, pero cuando lo hizo tan sólo el llanto regresó.

Seung Hyun no estaba molesto o extrañado, tan sólo sus ojos estaban cristalinos, a punto de llorar.

—Ven aquí. —Murmuró el mayor, tomando la mano ajena y llevándolo hasta el sofá más grande de la sala. Juntos, se sentaron y observaron la pintura que Ji había mandado a hacer, aquella donde lucían felices en el parque, recostados en el césped. En silencio, cada uno releyó la frase y sonrieron. —Cuando nos casamos, me prometí a mí mismo que lo haría todo para verte feliz, —El menor recargó su cabeza en el hombro ajeno, escuchando las dulces palabras. —Y ahora, verte así…y sabiendo que no puedo hacer nada…no puedo evitar sentir que te defraudo

— ¡No, no, Seung, no te sientas mal…! —El mayor posó uno de sus dedos sobre los labios de Ji.

—El mundo no entiende que podemos ser buenos padres…lo que sea que te hayan dicho esas estúpidas personas…te juro que no es verdad. Serías un excelente padre, el más cariñoso y consentidor de todos…—Acarició la suave mejilla del otro.

El menor se mantuvo en silencio, degustando la suave caricia. ¿Cuándo se había vuelto tan egoísta? Aquel hombre había luchado contra su amor del pasado para quedarse con él, siempre le había elegido a él, y en cambio tan sólo estaba pagándole con tristes palabras. Sonrió gentilmente entonces

—Te amo, Seung…Y lo voy a olvidar ¿de acuerdo?

Seung no hizo nada, ni negó ni afirmó, pues eso era algo que sólo Ji Yong podía elegir, tan sólo se acercó un poco más y besó la frente ajena.

—Vamos, te llevaré a la cafetería.

Los días habían estado realmente aburridos para Ji Yong en la cafetería, no había muchos clientes debido a las vacaciones de verano, incluso había pensado en salir con Seung de la ciudad y tomarse unos días.

—Si tan sólo V.I y Taeyang estuvieran aquí…—Murmuró pesadamente.

Esos dos habían pedido toda una semana de vacaciones, excusándose con que no habría mucho trabajo, cosa certera. Lo gracioso de la situación era que ambos hombres habían desaparecido, no contestaban las llamadas ni daban señales de vida, cosa que sólo alimentaba la sospecha de Ji Yong, quien pensaba que Ri y Bae llevaban una relación secreta.

Ji Yong no pudo evitar reírse ante tan descabellada idea, sin embargo no podía sacarse la idea de la cabeza, aún así no se lo mencionaba a Seung, pues éste era un hombre muy obstinado y despistado, probablemente saldría con algo como “Eso no es posible, Ji Yong”

—Tonto…—Afirmó aun divertido, mientras bajaba de su transporte y caminaba por la acera en camino a su casa.

Aún era de día, el flamante sol lo afirmaba, a Ji Yong le hubiese encantado quedarse en el jardín a disfrutar el clima, sin embargo por las peticiones de su esposo había cerrado la cafetería temprano y regresó pronto a casa. Al parecer tenía una sorpresa.

—Estoy en casa, Seung. —Anunció, dejando sus zapatos y bolso en la entrada, mientras avanzaba hacía la sala de estar. — ¿Seung? —Volvió a llamar, fue entonces que le escuchó hablar por teléfono en la cocina.

En silencio caminó hasta el lugar y observó en silencio, intentando no soltarse a reír. Su apuesto esposo arquitecto vestía un ridículo mandil de florecillas mientras sostenía el móvil entre su hombro y oreja, y sus manos se movían ágilmente preparando algo delicioso seguramente.

—De acuerdo, aquí los esperamos…—Agregó Seung Hyun, extrañamente lleno de energía. —Y Hyun Su…Gracias…

Kwon siguió observando en silencio, ésta vez lleno de curiosidad. Era la primera vez que escuchaba ese nombre, sin embargo su esposo lucía particularmente alegre en ese momento.

—Ji, cariño, has llegado. —El mayor soltó su móvil en algún lugar de la barra de alimentos y corrió a abrazar a su marido.

—Sí… ¿Con quién hablabas? —Cuestionó con interés, viéndose un tanto acosador en el transcurso.

—Con nuestros invitados de hoy. —Sonrió.

— ¿Invitados?

—Es un secreto, Ji.

— ¿Compañeros de trabajo?

—No te lo diré. —Se negó infantilmente, comenzando a reír después. Sus hoyuelos se acentuaron, lo que sólo desorientó más al pobre Ji Yong. Hacía un largo tiempo que no había visto esa sonrisa tan sincera en el mayor. —Ahora ve a bañarte y ponte guapo, no tardan en llegar.

Ji Yong tan sólo refunfuñó un poco más e hizo lo que Seung le había indicado. Después de todo, si Seung Hyun se estaba esforzando tanto era porque los invitados eran alguien muy importante.

El timbre sonó justo antes de Ji Yong comenzara a hacer todo un drama para conseguir saber la identidad de los invitados, motivo por el cual Seung salió disparado hacía la entrada. Ji decidió que lo mejor sería esperar en la sala, mientras sentía asfixiarse con aquella vestimenta tan formal que traía puesta a petición de su esposo. Seung casi nunca le pedía vestir así, sólo en ocasiones realmente importantes, por lo que dedujo que ésta sería una muy grande.

—Por favor, pasen. —Escuchó decir a Seung.

Ji Yong esperaba ver a algún viejo malhumorado y con aires de ser adinerado, sin embargo un joven hombre y dos pequeños niños acompañaban a Seung en su dirección. Cosa que descolocó un poco a Ji.

—Bueno…él es Ji Yong, mi esposo. —Indicó Seung Hyun, extrañamente nervioso, mientras miraba a los dos pequeños infantes.

El joven hombre se apresuró a tomar la mano de Ji y saludarle.

—Un placer, soy Kwon Ji Yong. —Saludó el rubio, sonriendo amablemente.

—Kim Hyun Su, el placer es mío. —Dijo también sonriendo, fue entonces que soltó el saludo y se inclinó hacía los niños. —Ella es Kim Hye Yoon y él Kim Hye Young. —Dijo el hombre, señalando a cada niño.

Un click resonó en la cabeza de Ji Yong y su gesto se tornó confundido, mientras se inclinaba a la altura de los menores y les observaba. Cabellera densa y negra, piel blanca, ojos grandes y hermosos, labios definidos y cejas pobladas y detalladas…

Era el rostro de un Choi.

—Ji…él es el esposo de Hye Yoon, y éstos son sus hijos…nuestros sobrinos…

Ji se quedó en silencio, tomando su tiempo para similar si había escuchado bien, pero al ver la radiante sonrisa de Seung Hyun tan sólo supo que era real.

—Hola, pequeños…yo soy el tío Ji Yong. —Murmuró dulcemente, acariciando el rostro de los niños, quienes le miraban apenados. —Son…hermosos, como Hye Yoon…—Susurró, sintiendo un nudo en la garganta.

Los tres adultos sintieron una opresión en su pecho, sus ojos se cristalizaron y se mantuvieron en silencio. Honrando la memoria de Hye Yoon.

Una hermana

Una esposa

Una cuñada

Y una madre

—Vayamos a comer ¿sí? —Intentó animar Seung Hyun.

— ¡Sí! —Afirmaron a la vez los pequeños niños, mientras seguían a su tío al comedor.

El resto de la tarde se había consumido en largas charlas, alegres y tristes, anécdotas y recuerdos. Hasta que la noche llegó, y con su oscuridad se llevó a los invitados del matrimonio.

—Prometan que vendrán pronto a visitar a sus tíos ¿De acuerdo? —Comentó un alegre Seung Hyun estrujando entre sus brazos a los niños, quienes asintieron alegremente.

—Los traeré pronto, Seung Hyun. —Afirmó el padre de los niños, sonriendo con amabilidad.

—Nuevamente, muchas gracias….realmente quería conocerles…

—No agradezcas…Hye estaría feliz…

Ambos hombres tan sólo se miraron y estrujaron sus manos a manera de despedida, compartiendo aun esa pérdida.

—Entonces, nos retiramos. —Anunció de nuevo, tomando en brazos a sus dos pequeños niños.

—Hasta luego… ¡Vuelvan pronto! —Dijo Ji Yong, observando el auto marcharse.

Ambos suspiraron y entraron a la casa.

— ¡Eres tan malo, Seung! ¿Por qué no me dijiste que vendrían, ah? Hubiese comprado algún pastel o algo, pensaran que somos aburridos y que…

—Basta, basta, Ji…Si te lo hubiese dicho no te hubiera sorprendido. —Sonrió, abrazando por la espalda al menor, recargando su mentón en el hombro ajeno.

—Eish…Eres un tonto…—Murmuró apenado, girándose para poder besarle dulcemente. —Gracias…

—Gracias a ti.

Ninguno tuvo que decir más. Ji Yong sabía perfectamente que Seung se había decidido a contactar a la familia de su difunta hermana tan sólo para que él pudiera conocer a sus sobrinos, tener una compañía infantil en casa le vendría de maravilla. Y Seung estaba profundamente agradecido que por ese motivo de hacer feliz a su esposo, él se había atrevido a contactar a Hyun Sun, sino jamás lo hubiese hecho.

—Buenos días, amor. —Murmuró Seung Hyun al oído del otro, mientras le rodeaba por la espalda.

Ji Yong había despertado muy temprano ese domingo, pues serían visitados por sus sobrinos, como cada semana desde hace años, pero dado el caso que ese día era el cumpleaños de la menor, Ji quería sorprenderle con un rico pastel horneado en casa. Estaba verdaderamente emocionado.

—Huele delicioso, Ji, ¿Qué preparas?

—El pastel de Hye…Falta poco para que esté, quiero que todo esté listo para cuando lleguen a medio día.

—Son las nueve, Ji…Hay mucho tiempo. —Ji Yong no pudo evitar suprimir su traviesa sonrisa, al sentir las manos de su esposo deslizarse por debajo de la camisa que usaba, única prenda además, costumbre suya.

—Cariño…—Un beso en el cuello. —Mi amor…—Otro más. —Seung…realmente no hay tiempo…—Y una pequeña mordida, que hizo al menor aferrarse al otro. Sus ojos se conectaron. —Sólo un poco.

Y un rápido beso se desató.

Entre torpes movimientos lograron regresar a su habitación, Seung no se explicaba por qué había despertado tan emocionado ese día, tal vez había sido que llevaban algunas semanas sin hacerlo, o aquella vestimenta tan pequeña y provocadora del menor, o sólo su necesidad de sentir ese cuerpo cálido cerca de él.

La puerta fue cerrada con sus cuerpos unidos, recargados en ese punto, Ji Yong con las piernas rodeando la cadera de Seung. El mayor hundió su rostro en el cuello ajeno, mientras se deshacía de la camisa que usaba el menor. Hasta que una pequeña risa se escapó de sus labios.

— ¿O-Ocurre algo? —Preguntó un agitado Ji Yong.

—Café. —Gruñó el otro.

No necesitó de una explicación más precisa, Seung hablaba de su esencia corporal, siempre impregnada de café. Aún se preguntaba de vez en cuando como el mayor soportaba su olor, hasta que venía éste de nuevo con sus besos y le hacía olvidar.

—No…no hay mucho…tiempo…

—Siempre impaciente…

Ambos rieron, mientras pasaban a la cama.

—Pero hoy debemos ser rápidos.

Ji asintió, ante la mirada sensible del otro, como siempre, pidiéndole permiso para continuar. El menor tan sólo relajó su cuerpo y cerró sus ojos, mientras sentía la fría mano de su esposo pasar por sus piernas, en camino a su trasero, su cuerpo se sentía ansioso por sentir esas caricias de nuevo. Sentía vibrar.

Sus ojos se cerraron con más fuerza cuando el primer dedo le palpó, lento y dudoso, circulando su entrada, como pidiendo permiso. Al mismo tiempo su propia lengua imitaba aquellos movimientos, pidiendo liberar los primeros jadeos, y así lo hizo cuando el dedo se introdujo, suspirando levemente.

Ji abrió sus ojos, Seung lucía lejano, no le gustaba verle tan lejos, menos mientras mantenían relaciones, a pesar de que sabía que el mayor sólo lo hacía para prepararle lo mejor posible. Por lo que, con esfuerzo, se levantó, sacando al mayor, quien le miraba extrañado. Sonrió y se sentó en las piernas de éste, frente a frente y con las piernas bien abiertas.

—Continua. —Susurró, arrastrando cada letra de manera provocativa, mientras restregaba su miembro en el abdomen del otro. Seung tan sólo le miró, procesando como había cambiado todo, pero decidió que no había nada que entender, se relamió los labios y besó al otro.

Sus lenguas se empujaron y enredaron de manera automática y casual, sin escrúpulos, el sabor del otro estaba tan grabado ya que les resultaba suyo, sólo suyo.

— ¡Ngh! —Gimió Ji Yong, ahogándolo en la boca ajena, mientras sentía ser tocado de nuevo en su entrada, esta vez por dos dedos. Sus uñas rasguñaron los hombros a los que se aferraba y mordió la lengua del mayor, de manera dulce, sin hacerle daño. Entonces aquellos dedos entraron hasta el fondo.

Para ese momento, sus oídos no eran capaces de escuchar más allá de los gemidos ajenos, ni siquiera el sonido del horno, avisando que el delicioso pastel estaba a punto de dejar de ser tan bueno y pasar a ser una especie de masa de carbón.

—Te amo, Seung….te amo…—Suspiraba, manteniendo el contacto visual. —Ngh…Te…ah…amo…

El tercer dedo fue introducido, volviendo loco al menor, sonrojando aún más sus mejillas. Con valor, tomó los miembros de ambos y los comenzó a frotar, sintiendo la calidez y palpitar del otro.

—Mmmh Ji…ah…Te amo también…

—Ha-Hazlo…

Entonces, sin previo aviso, Ji fue penetrado con fuerza, volviendo a estar abajo y Seung sobre él, entrando y saliendo de manera alternada.

Entre besos y caricias fueron terminando, Seung dentro de Ji, y Ji sobre él. Como siempre.

Ambos exhaustos se recostaron el uno al lado del otro, abrazados, tan sólo disfrutando la compañía del otro.

—Seung…

— ¿Sí?

—Realmente lo siento…sobre el mal rato que te hice pasar por lo de no poder adoptar…fui un tonto. —Sonrió apenado.

—No importa, Ji, está bien que me digas que es lo que deseas. Y si está a mi alcance, sabes que lo conseguiré para ti. —Se besaron de nuevo. —Además…Así podemos intentar hacer un bebé siempre ¿no crees?

Ambos rieron.

—Eres un tonto, Seung. —Rio, abrazándole más.

Todo parecía estar bien, perfecto, de la mejor manera posible. Hasta que…

— ¡Llegamos! —Unas dulces voces se escucharon a lo largo de los pasillos de su casa, eran sus sobrinos. — ¡Tía Ji Yong, tío Seung!

— ¡Los niños, Seung, vístete!

El matrimonio intentó vestirse de la manera más veloz posible y salir de la recamara.

— ¡Tía! —Gritaron ambos menores, abrazando con fuerza al agitado Ji Yong.

—N-niños…Hola. —Tomando sin importancia la manera en la que se dirigían a él, era una costumbre que tenían ambos.

—Hola tío, Seung. —Ahora abrazaron al mayor.

—Hola niños, ¿Cómo han estado, eh?

—Bien, tío. —Sonrió la pequeña Hye. —Tío…hueles a café. —Dijo extrañada, recordando lo mucho que odiaba esa bebida su tío.

— ¿Sí? ¿De verdad? —Rio nerviosamente, intentando despistarle. —A mí me parece que huele a humo.

— ¿Humo? —Dijo Ji Yong, percatando ese olor peculiar de algo quemándose. — ¡El horno!

Todos corrieron a la cocina, encontrando el horno a punto de colapsar.

—Y esta, niños, es la razón por la que la tía Ji Yong no debe intentar cocinar.

Los menores rieron, mientras que Ji intentaba evitar que su cocina explotara, sacando la masa negra del horno. Todos miraron aquello con espanto.

—De acuerdo… ¿Quién quiere comer afuera?

— ¡Yo! —Dijeron los otros tres sonriendo a un más.

Ji Yong entonces lo comprendió, su café estaba listo, con los ingredientes adecuados y preparado de la mejor manera posible. Esa era su familia, la única y perfecta familia. Y amaba eso, más que a cualquier cosa.

Esa era la esencia del café.

Notas finales:

¡Ta-Da! Les dije, bien random, sin pies ni cabeza xD Pero con amorsh xD
Sólo lo hice para anunciar mi regreso xD 
Ahora si trabajaré en mis fics uwu No me peguen más, ni me amenacen más e__é

Además les traeré unos OS extras pronto ♥

Gracias por seguir leyendome y por esperar tanto :*
¡BB en México! eaeaeaea (No había tenido tiempo de fangirlear) -Es de México- ¡GD&TOP is back! *QQQ*

Ahora sí ¡Bye! ♥


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