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yo soy tu maestro por SYRY

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Notas del capitulo: deberia estar terminando fics pero...
 yo soy tu maestro
 
Por syry
Slam dunk
Hanaru-ruhana
 

Disclaimer: slam dunk no pertenece porque si lo hicieran seria una serie yaoi y todos estarían todo el día en Cama  y no precisamente enfermos… jejeje ^.~

^.~  ^.~ ^.~

 

Aviso: esto es una historia basada en los personajes de slam dunk, pero al ser un au, la personalidad y la situación están algo cambiadas. A quien no le guste, que se abstenga de leer. A los demás, a todos, disfrútenlo.

               

Capitulo único


 YO SOY TU MAESTRO 

Vendido.

 

Así se sentía hanamichi sakuragi después de que sus padres le anunciaran su eminente compromiso. Uno que no tenía vuelta atrás.

 

Cuando esa misma mañana sus padres le habían pedido hablar se pudo oler que algo malo pasaba pero jamás se imaginó que sería algo así.

¿Cómo se atrevían ha hacerle algo así?                 

Por dios estaban en el siglo veintiuno, ya no se llevaban los matrimonios concertados... aunque fuera para salvar su empresa.

 

Estaba totalmente chafado. El que soñaba con el amor... vale, parecía una niña enamorada en vez de un hombre pensando eso pero...  ¿qué le importaba?

Ahora jamás seria libre para amar o elegir a su pareja.

 

Pero eso no era lo más gordo, no señor, para colmo ni siquiera conocía a su futuro esposo, tan solo lo conocía de oídas.

Akira sendoh...

Es mayor que hanamichi ocho años, tiene treinta y tres años pero aparenta veintitantos; moreno, alto, con el pelo peinado en forma de pincho, de piel clara, ojos grandes y violetas, tipo atractivo, labios finos pero boca grande. De personalidad curiosa: irresistible, afable, sonriente e irresistible.

 

 Y un ultimo detalle..., para conocerse mejor, en vez de quedar, como es lógico, vivirán ¡juntos! ¡Todo un año!... solo de pensarlo ya se enfadaba... de nuevo. Mierda, debía dejar de pensar porque, mañana a primera hora le vendría a recoger su prometido para llevarlo a su nueva casa, y aun tenia que hacer las maletas.

 

Se levantó de la cama en la cual estaba  acostado y se dirigió al armario, lo abrió y de la estantería superior saco dos grandes maletas negras.

A continuación, las apoyo en la cama, las abrió, y guardo en ellas todas sus cosas de forma desordenada. Tardó treinta minutos.

 

Luego, al ver que eran las nueve de la noche decidió ducharse para intentar relajarse... y pensar.

Se preparó la toalla, un bóxer, un pijama y abrió el grifo de agua fría por la mitad y el grifo de agua caliente a tope. Sin esperar a que se templara se metió bajo el chorro de agua e, ignorando el cambio de temperatura, cerró los ojos y se puso a pensar.

 

¿Cómo afrontaría eso? Y cuando sendoh le besara, le tocara, ¿cómo le respondería si no le amaba? ¿Esperaría sendoh a que estuviera preparado para “hacerlo” o no? Dios... ojala alguien le ayudara...

 

Salió de la ducha y sin secarse ni vestirse se tiro a la cama...  y lloró; lloró de rabia, impotencia y dolor. Como desearía morir en ese instante... perderse... como deseaba por lo menos un consuelo... ojala por lo menos pudiera enamorarse de sendoh...

Pensando y pensando se durmió.

 

A la mañana siguiente amaneció y un hermoso pelirrojo se despertó desnudo. De un salto, se bajó de la cama y se vistió aprisa pues en menos de una hora vendrían a buscarle. Por una vez odió al sol.

 

Abrió una de las maletas y cogió lo que encontró a mano. Un bóxer rojo vino, vaqueros azules claros, y una camisa blanca sin mangas. Se engominó el pelo, se lo despeinó y luego se puso las zapatillas de deporte blancas. Para finalizar su tarea, volvió a cerrar las maletas, las agarro y salió de su habitación rumbo a la salita a esperar a su prometido.

 

Al arribar, encontró a su madre que lucía triste su mirada, lagrimas secas se veían en sus mejillas. Al ver aparecer a hana se lanzo a sus brazos y se volvió a poner a llorar. Hana soltó las maletas y la abrazo mientras le susurraba palabras de aliento al oído. Cuando hoka, su madre, se relajo, le preguntó:

 

-¿qué pasa mama?

-perdóname hana, yo no quería pero... es por el bien de todos

-lo se mama, no te preocupes, ya esta todo bien, relájate, prometo visitarte cada día.

-lo siento, soy una mala madre

-solo eres una humana, suficiente has hecho, te has entregado al máximo, solo eso cuenta.

-disculpen, ya han venido a por el señorito

-gracias spike, ahora voy, bueno mama, esto no es un adiós, es solo un hasta mañana. Un beso. Chao.

-cuídate hijo. Mucos besos, hasta mañana.

 

Y así hana salió de su hogar para ir en busca de su destino. Lo que no se esperaba era que este le jugase tan mala pasada. Al entrar en el coche le esperaba  un joven vestido de negro, aparentemente de su edad, de pelo color azabache y unos lentes oscuros ocultando sus ojos. Hana deseó verlos.

Al cabo de poco el desconocido habló.

 

-me llamo kaede rukawa, y por orden del señor sendoh seré su guardaespaldas. Ahora le indicaré lo que vamos ha hacer

-¿por qué no ha venido akira?

-ha tenido una reunión inaplazable y basta de cháchara, que el tiempo vuela.

-... ¿qué vamos hacer?...

-....

-maldito...

 

hana se calló abruptamente al observar como el moreno se quitaba las gafas mostrando unos hermosos ojos azules, fríos, inexpresivos... zorrunos...

unos que simulaban al mar

unos que lo tenían dominado

Y en ellos se perdió durante unos instantes, para luego volver la vista  hacia la ventana, todo sonrojado, pues pensó que era un lindo muchacho y sintió algo especial en su corazón.  Se estremeció...  le gustaba... ¡su guardaespaldas!... nada podía ir peor...

 

pero nunca digas eso... pues siempre empeora...

 

llegaron a los diez minutos de salir de su casa  a una linda mansión a las afueras de kanagawa, enfrente de la playa, con paredes blancas y lindos ventanales de color azul... parecía un palacio de cuentos de hadas...

 

En esto pensaba cuando vio a kaede entrar... así que le siguió. El moreno le guió por unos laberínticos pasillos hasta que, al cabo de unos cinco minutos, se paró frente a una puerta.

 

-pasa-ordenó

-... – hana no contestó, solo paso por su lado y entró en una hermosa estancia decorada con muebles de madera antigua y paredes, sabanas, etc., de un suave color melocotón. Estaba todo decorado con un gusto exquisito pero entonces reparó en algo... en vez de las  dos habituales puertas, que suelen conducir a un aseo privado y a un vestidor, había tres... ¿para qué sería la tercera? Curioso, le preguntó a kaede.

 

-¿hacia dónde lleva esa puerta?

-a mi habitación

-¿¡que!?

-pues eso, do´aho...

-¿¡a quien llamas do´aho!?

-¿ves a alguien mas?

-maldito kitsune...

-¿cómo?

-zorro, de eso tienes cara, de zorro apestoso...

-do´aho

-estúpido

 

Iba a lanzarse contra el ojiazul cuando el sonido de un móvil le hizo desistir. Era el móvil del moreno...

 

-moshi, moshi

-...-

-si señor sendoh, vamos para allá

-...

-ng... no opinaré

-...-

-chao... - colgando el móvil y dirigiéndose al pelirrojo- el señor nos espera, deje sus cosas y vamos... do´aho

 

Kaéde observó atento los movimientos del ojimiel y pensó en lo que le había dicho sendoh...

/kaede, ven ya con sakuragi, esta todo preparado/

/¿Qué te ha parecido? Hermoso ¿verdad? Y tiene carácter, lo que me hace falta/

/cuídalo, te lo confió, eres el mejor... chao... /

 

¿Por qué le había preguntado que le parecía?... era hermoso, sí, y muy atractivo, pero demasiado infantil, chillón e impulsivo... también inocente... lastima que sendoh le fuera a quitar esa inocencia, esa pureza, esa belleza, lastima que sendoh solo quisiera jugar con él, que sólo lo quisiera para su cama y para “asentar” públicamente la cabeza...

 

¿Por qué pensaba en eso? Ya había tenido que cuidar a muchos amantes del señor antes, ¿por qué precisamente se preocupaba de este?,¿Quizás le gustaba el pelirrojo bocón?... no, no podía ser, ni tan siquiera lo conocía, era lastima, si, lastima, solo eso... ¿verdad?

 

Tuvo que dejar de pensar cuando el pelirrojo le miró fijamente... y se perdió en la dulce y embriagante mirada miel... ¿un flechazo? El no creía en eso entonces... ¿qué era eso que nacía en su interior hacia ese monito pelirrojo?... la respiración se le aceleró cuando el pelirrojo le puso la mano en la frente e inocentemente preguntó:

 

-¿te sientes bien? Te has quedado pasmado y estas muy rojo

-... sí, estoy bien, vámonos...

-... vamos...

 

Ambos hombres se marcharon de nuevo hasta la limusina y se dirigieron a un lugar, desconocido para uno, habitual  para el otro. Al llegar, kaede deseaba pedirle al chofer que diera media vuelta, ya que sabía lo que sendoh le haría al pelirrojo... y se enceló..., no quería que nadie tocara al pelirrojo, era solo suyo, sentía que si dejaba que alguien, sobre todo sendoh tocaba a ese ser tan puro que se encontraba a su lado, moriría... pero él sólo obedecía ordenes. Así que como siempre, escondió sus sentimientos y bajó indicando a sakuragi que bajara también; este bajó.

 

Kaede condujo a hana al interior de un elegante edificio que, por su altura y disposición, semblaba un hotel. Y así era. Lo llevó hasta una suite privada en la cual, unos pasos mas allá de la puerta de entrada, estaba dispuesta una mesa para dos. En la habitación se podía escuchar una melodía romántica... era la canción my hearts will go on, de  celine dion.

 

-siéntate   do´aho...

-¿y akira?

-aquí estoy... por favor kaede, retírate, y gracias por todo.

-... –inclinando levemente la cabeza, se dio media vuelta y se marchó afuera. Como era su deber, se quedó vigilando al lado de la puerta... con el corazón en un puño. Ojalá que el pelirrojo insistiera en esperar a la boda... y sendoh lo respetara. Ojalá.

 

Dentro de la habitación, los “tórtolos” hablaban y bebían vino, pues era demasiado temprano para comer. Sendoh miraba coqueta y lascivamente a un muy nervioso hana, al que no le gustaba nada la mirada de sendoh ni la situación en la que estaba. Se levantó, copa en mano, y salió al balcón a refrescarse. Al poco unos brazos le rodearon la espalda y un cálido aliento le golpeó al oído a la par que una erección le apretaba el trasero por encima de la tela. Apesumbrado, se separó de golpe. Akira le dijo:

 

-no temas, no te haré daño, te va a gustar, además, estamos prometidos, te amo, ¿qué hay de malo en demostrártelo?. Nada

-lo siento, pero yo no te amo, y aun no estamos casados

-pues tómalo como solo sexo, vamos, anímate

-¡¡¡no!!!, si no me respetas no habrá compromiso

-¿y quien perdería más, yo... o tu?

-desgraciado...

-jejeje, estas en mi poder...

-por favor sendoh, por favor... ¡no!

-te gustará...

 

hana cerró los ojos para esperar lo inevitable, perder la virginidad y el orgullo. No quería permitirlo pero la empresa... ¡a la mierda!

 

-o me sueltas o te mato....

-jajaja, por el bien de tu empresa no lo harás....

-eso que te lo crees tú- y hana le propinó un cabezazo y tiró al suelo a sendoh- que dices, ¿esperaras?

-... sí...

-pues, me voy a “casa” a ordenar a mi gusto mi recamara. Me llevo a kaede ¿no? Para que me “proteja” de las personas malas... de todas menos de ti...

-cuidado con lo que dices

-no me amenaces, estoy contigo por la empresa, no por ti

-...

-adiós...

 

hana salió, aun un poco nervioso de la suite.  Se apoyó en la puerta y soltó un profundo suspiro sin percatarse de que había alguien a su lado.

 

-do´aho

-... kitsune...

-vamonos

-sí... por favor, vamonos rápido.

 

Se fueron caminando ligeros hacia la limusina y al llegar, se sentaron uno a cada lado de la limusina.

Kaede quería abrazarle, decirle que la próxima vez no lo permitiría, que él lo defendería de todo y todos pero, ¿cómo esperaba que hana le creyera cuando le dijera que se había enamorado de el a primera vista?¿Cómo podía incluso el mismo aceptarlo en voz alta? Se distrajo de sus pensamientos al notar como hana se convulsionaba a causa del llanto. A continuación, para sorpresa del moreno, hana le abrazó, muy fuerte, como si temiera que le hicieran daño. Kaede correspondió al abrazo al instante, sin pensar más.

 

Kaede se separó ligeramente de hana, le agarró del mentón e hizo que el pelirrojo le mirase a los ojos. Se permitió perderse un instante en ellos   para luego preguntar, con un tono entre comprensivo, dulce y amable,... celoso

 

-¿te forzó?

-lo intentó

-¿?

-no se lo permití

-estaba borracho

-aun así, no debió hacerlo

-... tienes razón... perdón por no haber entrado

-no podías enfrentarte al gran jefe... tranquilo, lo entiendo...

-pero yo ahora te defiendo a ti debería...

-te has vuelto muy locuaz, ¿a qué se debe?

-a que quiero cometer una locura, y no sé si debiera...

-¿una locura como cual?

-como esta

 

Y le besó. Un simple roce, suave, dulce, cálido. Hana por un momento se sorprendió, e incluso dudo que eso fuera lo correcto. Pero luego se rindió a la verdad: el también lo deseaba, desde que lo había visto lo deseo; quizas fuese amor a primera vista, el creia en eso, y muy dentro sabia que lo que sentia por el ojiazul era amor.

¿Pero, como era posible? ¡Solo se conocían desde hacía unas horas....!,

Eso que más daba, el solo sabia que ansiaba estar entre sus brazos, perderse entre sus besos, entregarse a él, en cuerpo y alma.

 

El beso, poco a poco fue cobrando intensidad, las lenguas salieron de su escondite dispuestas a jugar en territorio ajeno, las manos exploraban más allá de la ropa y, cuando ambos sentían que deseaban mas, la limusina paro frente a la mansión sendoh.

Fatigados, con la respiración entrecortada, se separaron y miraron a los ojos. Acto seguido se sonrieron, acomodaron las ropas, y bajaron del auto rumbo a la habitación de hanamichi.

 

Al llegar, usaron la poca lucidez que les quedaba para cerrar con llave la puerta. Se volvieron a besar, pero con más fuego, con más ansia, con necesidad. Las ropas volaron, esparciéndose desordenadamente por la habitación. Las manos, tocando todo lo que encontraban a su paso. Los pies danzando hacia atrás, los cuerpos, calientes, acalorados, afiebrados, rodando en la cama, las vergas, rozándose impacientes buscando atención. La razón había quedado atrás y todos los movimientos eran prodigados por los sentimientos.

 

Kaede le enseñaba a hana, pues esta era su primera vez, a reconocer los puntos erógenos de su cuerpo, le enseñaba lo que era el placer... le enseñaba a sentirse amado. Un amor que recién florecía, que parecía  una locura para aquellos que no lo sintieran. Kaede le enseñaba el pecado más dulce: el pecado del plcer, del deseo, del extasis.

 

Primero se entregó hana, luego kaede, se amaron el resto del DIA, hasta que a la noche tuvieron que separarse, pues se acercaba la hora en la que llegaría sendoh.

 

Kaede se metió bajo el chorro de la ducha para limpiarse el resto de remen seco y pegajoso. Dejo que las gotas resbalaran por su bien formado físico y que dieran descanso a su físico después del “ejercicio”. Ahora, lo que debía pensar, era como hacer que sendoh desistiese en su idea de casarse con SU hana. Pero todo lo que se le ocurría  podía dañar a hana, y eso no lo permitiría.

 

Hana por su lado, estaba ordenando la habitación, pues ya se había duchado rápidamente. Ya estaba la habitación lista cuando alguien llamo a la puerta para acto seguido entrar.

 

-sendoh...

-me gustaría que me llamases akira, pero si, soy yo

-¿qué haces aquí?

-tenemos que hablar

 
 

Pasaron varios meses en los que el pelirrojo y el moreno fueron amantes, pero hana, al terminar, siempre estaba como ausente desde su segundo encuentro. Kaede no se podía explicar este hecho; había aguantado porque no deseaba perderlo si le sacaba el tema, pero ya no podía  aguantar más. Después de una sesión de sexo, kaede habló

 

-hana, tenemos que hablar.

-mmm

-esto no puede seguir así, cuando lo hacemos, no participas mas que con gemidos y al acabar estas ausente, me tienes preocupado, ¿qué te pasa?

-... no quería desilusionarte

-¿?

-me he dado cuenta de que solo pienso en que estoy traicionando a sendoh y además... me he dado cuenta de que le amo, voy a casarme con él

-dime la verdad, tú estas seguro de que quieres volver con él

Él va a volver tu vida una pesadilla

yo no sé pero como se te olvidó

con quien estas hablando

-...

Yo soy tu maestro quien supo enseñarte fui
el segundo en tu vida pero el primero en
amarte como es posible que me digas que lo
amas cuando yo sé que soy el dueño de tu
Cama.
-esa es la verdad kaede yo...
-Yo soy tu maestro quien supo enseñarte
de tu cuerpo yo conozco hasta la más intima
parte como es posible que me digas que lo
amas cuando yo sé que soy el dueño de tu
Cama.
-lo amo, es la verdad
-Cuando estabas afligio n mi tú encontraste
amor y aquella capa de lo que repelló tu
corazón, junto a mí tus días grises
volvieron a ver el sol y ahora tu me dices
que fue todo antiguo amor y que lo quieres
lo amas y con él vas a cazarte tratas de
hacerme sufrir para que un día llegue a
odiarte pero mientras más lo intentas mi
Amor se hace más grande.
-yo no intento nada mas que contarte mi decisión
-Yo soy tu maestro quien supo enseñarte fui
el segundo en tu vida pero el primero en
amarte como es posible que me digas que lo
amas cuando yo sé que soy el dueño de tu
Cama. Yo soy tu maestro quien supo enseñarte
de tu cuerpo yo conozco hasta la más intima
parte como es posible que me digas que lo
amas cuando yo sé que soy el dueño de tu
Cama.
-tu no eres dueño de nada
-Ruqui, me dice cool hermano te debes
resignar y ese es el tipo de consejo que no
quiero escuchar, no puedo seguir viviendo si
a mi lado tu no estás. Vuelve te necesito
, o ya, vuelve mi cuerpo extraña tu
calor. Vuelve te necesito , o ya,
vuelve que estoy ardiendo de pasión.
-no voy a volver- decía a la vez que saltaba de la cama y se vestía
-Yo soy tu maestro quien supo enseñarte fui
el segundo en tu vida pero el primero en
amarte como es posible que me digas que lo
amas cuando yo sé que soy el dueño de tu
cama. Yo soy tu maestro quien supo enseñarte
de tu cuerpo yo conozco hasta la más intima
parte como es posible que me digas que lo
amas cuando yo se que soy el dueño de tu
cama.
-y dale, no eres nada para mí
-Y yo recuerdo aquellos besos como si
hubiesen sido ayer, lo dulce de tus labios
que para mi sabían a miel, mi cuerpo poco a
poco adentrándose en tu ser, o yal, y lo
tierno de tu piel. Susurros en tus oídos que
te hacían excitar lo bien que nos sentíamos
a la hora de amar, cada minuto, cada segundo
lo solíamos disfrutar baby pero ahora ya no
estás.
Ahora parece que solo estoy yo, que no comprendes(esta frase es mia)
Yo soy tu maestro quien supo enseñarte fui
el segundo en tu vida pero el primero en
amarte como es posible que me digas que lo
amas cuando yo sé que soy el dueño de tu
Cama.

-kaede, no te hagas ilusiones, para mi solo eran revolcones, una diversión

-(desde aquí todo es mío, lo otro que dice kaede es una canción) por favor hana, no intentes engañarme

-no te engaño, en dos días me caso con akira. Adiós.

 

Kaede se derrumbó. Hacía años que no lloraba, por nada ni nadie pero ahora necesitaba llorar. Hana, su hana se alejaba de él, sabia que mentía pero, ¿qué podía hacer? Una idea cruzó por su cabeza y no se detuvo en pensarlo. Ya sabía que hacer.

 

El día de la boda había llegado, kaede estaba en un rincón de la iglesia ultimando planes cuando los invitados comenzaron a entrar. Al poco entró sendoh y un cuarto de hora después lo hacia hana. La música comenzó a sonar y kaede veía como, a cada paso que daba hana, este se entristecía más. Buena señal.

 

La boda transcurrió normal. Ya estaba llegando el momento que kaede estaba esperando

Y los nervios le estaban matando. Oyó la palabra detonante, ando hasta el centro de la iglesia y habló

 

-yo rengo algo que objetar

 

la sala se llenó de murmullos y sendoh giró pasito, mientras que hana ni se dio la vuelta

 

-¿qué deseas objetar?

-que yo amo a este hombre y él me ama a mí y que se casa con sendoh obligado

 

hana entonces si giró, poco a poco, como deseando que algo le salvara.

 

-mientes- siseo sendoh con odio

-bien sabes que no

-hana, dile que miente

-...

-vamos díselo... o destruiré a tu familia- dijo esto ultimo susurrando

-mientes kaede

-mírame a los ojos y dime que es mentira

mirándole a los ojos-yo... yo...

-díselo hana

-yo..Yo.. lo siento... sendoh... si le amo

-¿¡como1?

-desde el primer momento me atrajo, y me fui enamorando poco a poco de él. Fue amor a primera vista

-si no te casas conmigo, tu familia caerá

-¿para que deseas casarte conmigo si no me amas? Busca el amor sendoh, y sé feliz

-... –sendoh se rindió, así como el fantasma de la opera entendió, ahora entendía él- cuídale kaede, hazle feliz, hana, perdóname y por favor, ¡sé feliz!

-lo haré, gracias... akira

 

Así, el moreno y el pelirrojo se marcharon, juntos, felices y amándose. El mundo de nuevo fue de color de rosa pero aun quedaba una conversación pendiente.

 

-hana

-¿Sí?

-¿por qué?

-... veras...

 

++++flash back++++

 
alguien llamo a la puerta para acto seguido entrar.
 
-sendoh...
-me gustaría que me llamases akira, pero si, soy yo
-¿qué haces aquí?

-tenemos que hablar

 

-de qué

-no, no, así no debes responderme, debería estar yo enfadado

-te mereciste el golpe

-no, no por eso ¿te parece bonito ponerme los cuernos sin estar casados?

-¿cómo lo sabes?

-lo vi todo

-¿?

-desde una cámara oculta...

-...

-si quieres que todo vaya bien  para tu familia, te casaras conmigo, pero mira, seré generoso, podrás follarte a kaede, o él a ti, hasta el día de nuestra boda. No lo olvides, lo vuestro no tiene futuro

 
+++ Fin flash back++++
 

-si que fue eso

-si... perdóname

-ya lo he hecho... te amo

-y yo a ti

-hana

-¿?

-no lo olvides-¿el que?

-               “yo soy tu maestro”   
 
 
                                         FIN 

N:A: weno, por aqui estoy con un Nuevo fic. Es principalmente un ONE-shot corto y apresurado que narra una historia de amor a primera vista. Estoy pensando en hacerlo en versión extendida, de varios capis y desarrollar mejor la acción, mas minuciosamente. Pero perderá lo que es la base de este fic, pues en este se trata de amor a primera vista y el otro sería un amor que crece poco a poco. Ustedes deciden.

 
Dedicado a khira por su paciencia y por aconsejarme. Muchos besos.
Ojala os guste. Dejen review plis.
 

syry alguien llamo a la puerta para acto seguido entrar.


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