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Dispara -Drabble- por KrayTe

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Notas del fanfic:

Espero que les guste, a mi me encanto escribir algo asi -me emocione- 

 

Notas del capitulo:

Gracias a kannfx por haber beeteado este drabble.

Muchas gracias.

A leer :D

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

 

¿Te atreverías a disparar?

 

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

En el cuarto piso de un edificio se encontraba un hombre que disfrutaba de la noche desde la ventana, el vahó danzaba en el aire para después desaparecer. El traje que utilizaba, lo sofocaba. Pero no tanto como cuando lo usaba en tiempo de calor. Ahora agradecía, ya que el frio no podía llegar a su cuerpo. Su camuflaje.

Frente al hombre se encontraba un  fusil  perfectamente calibrado, ansioso por hacer su trabajo. Matar a su blanco. Kyungsoo amaba su trabajo sin duda alguna. Disfrutaba esconderse entre el concreto rectangular, fijar al blanco, contener la respiración y, por supuesto, lo que más disfrutaba. Disparar.  El trabajo perfecto, un hombre de sangre fría. Do Kyungsoo era sin duda alguna el mejor francotirador.

Por la mañana le dejó el desayuno en la mesa, le dio los buenos días con un beso. Sonrió, se aseguró de recordarle lo mucho que lo amaba. Pero trabajo era trabajo. Y Jongin no sabía de su suerte.

El sexo era bueno, no lo negaba, pero dejó de sentir esas mariposas cuando un sobre manila le informaba de su nuevo trabajo. Engañar. Eso hacía, analizaba al enemigo.  Fingir.  Lo hacía con tanta naturalidad que Jongin le creía. El sexo no dejó de ser bueno.

Pero era hora de terminar.

 

¿Estas listo?

—Nací para esto —Kyungsoo no mentía, adoraba matar a distancia, camuflarse con la noche. Sentir el metal frio en sus manos, contener la respiración. Mirar por última vez a la persona que en su tiempo hizo a su corazón derretirse como chocolate cuando es expuesto a altas temperaturas, fundirse y amoldase a Jongin.

 

Jongin.

 

 Y saber que apenas por la mañana le había dicho te amo.

 

Fuegos artificiales comenzaron a adornar el cielo nocturno, coloreándolo momentáneamente, embalsamando a los invitados de aquella fiesta en donde se hallaba el mayor reto. El francotirador sabía que esa era la señal. La primera tanda de fuegos artificiales terminó.

Tal y como lo habían planeado, se posicionó. Apuntó. El aire había desparecido, ya no sentía la caricia que producía el frio en sus mejillas. El trabajo perfecto.

Lo vio perfectamente, vestido con un traje completamente negro –el mismo traje que Kyungsoo había llevado a la tintorería–,  cabello peinado hacia un lado, sonriendo a la mujer frente a él,  disfrutando del vino, de la velada. Sin saber que está en la mira.

¿Te atreverías a matarme? ¿Apretarías el gatillo? ¿Matarías al amor de tu vida? ¿A tu esposo? ¿Kyungsoo? ¿Lo harías?

Nunca hubo respuesta para las preguntas que, en una noche de amor, Jongin le hizo. Aun podía sentir los dedos de Jongin acariciando su pecho, besando su cuello y sus labios, pintándolos de rojo. Esa mirada que imploraba una respuesta. Respuesta que nunca llegó.

Por un segundo el francotirador dudó. ¿De verdad lo haría? A pesar de todo.  Las peleas, los besos robados, las miradas cómplices, los momentos de pasión. Cuando Kyungsoo poseía a Jongin, cuando su ahora enemigo le suplicaba aumentar la velocidad de sus embestidas, cuando rogaba que lo besara, que lo marcara.

¿Dispararías?

La segunda ronda de fuegos artificiales comenzó. Sus ojos brillaron, hipnotizándolo. Bellos colores que iluminaron la noche, colores que no eran duraderos. Los colores se extinguieron, se volvieron cenizas,  cayeron y desaparecieron en algún lugar, siendo olvidados por los espectadores, sin color y sin belleza.

Kyungsoo se colocó nuevamente en posición. Su blanco se había movido, de nuevo lo buscó y lo encontró, ahora conversando con un chico. Hizo cálculos mentales de nuevo. Buscó el ángulo correcto. Apuntó correctamente. Kyungsoo relajó sus hombros, cerró sus ojos, respiró contaminación, exhaló. Sonrió como el loco que era. 

 

Como si Jongin supiera que estaba siendo observando, dejó de sonreír y miró hacia los edificios. Para muchos invitados era como si observara a la nada. Pero por alguna extraña razón su vista se posó específicamente en aquel edifico que estaba aún en construcción.

La tercera ronda de fuegos artificiales. La ultima para Jongin.

—Ahora.

Entendido…

Sus miradas se conectaron.

Kyungsoo sonrió. Jongin no lo hizo.

La adrenalina comenzó a recorrer su cuerpo, lo que dictaba su corazón quedó en un plano olvidado. Kyungsoo amaba su trabajo. Jongin amaba a Kyungsoo.

Un sonido silencioso. Un cuerpo cayendo. Una sonrisa ensanchándose. Una respuesta.

 

 

 

Si, lo haría.

Notas finales:

Espero que les haya gustado.

Gracias por su tiempo.

Cuidense mucho. 

 Tambien lo puenen encontrar en Wattpad.


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