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No me dejes solo por Hirra

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen…todos son propiedad de Dreamworks, Disney o Marvel, no obstante la historia es 100% de mi autoría, por favor respeta eso y di no al plagio 

Notas del capitulo:

Hola, hola…Me he desaparecido por mucho tiempo y si bien se que aún me faltan fanfics que actualizar, pido una disculpa…pero no pude evitar crear este nuevo fanfic que tuve en un sueño :D y que me dio para tanto que lo haré serie de cinco historias.

Para los que no me conocen, mi nombre es Hirra y para los que ya me conocen, saben que es un placer estar nuevamente a sus servicios

Espero que disfruten esta historia como yo disfruto escribiéndolas y como ya es costumbre mía.

 

TERCERA LLAMADA, TERCERA LLAMADA…COMENZAMOS XD

Primo passo – El beso

 

Besó dulcemente su frente en un gesto castro y sin maldad, se separó un par de centímetros de su rostro y con suave voz aterciopelada, le susurró al oído –Te amo- una melodía hipnotizante, el sonido penetró con fuerza sus tímpanos y acarició con gentileza el filo de su oreja. Le miró, su vista fija en aquellos ojos almendrados que le miraban con sorpresa y curiosidad. Se alejó un poco más de ese cuerpo que tanto le fascinaba, y le miró con absoluta devoción, con tanto esmero como el que era posible. Le amaba desde lo más profundo de su ser, desde el centro de su medula ósea, todo su cuerpo estaba sometido ante esos ojos en las que tantas se halló perdido.

Escuchó el sonido desgarrador que tanto había abrumados sus oídos y perturbado su alma. Dio una última mirada a la persona a la que amaba, y dando media vuelta desapareciendo entre nubes de humo y niebla.

-No, por favor, no, no, no vayas…! Noooooooo! –miró aquella fuerte espalda desaparecer entre la catástrofe. El mundo se nubló.

 

 

7 de agosto 2017 4:32 p.m.

–Siete años antes –

 

 

-¿Y por qué rayos yo también tengo que ir al maldito aeropuerto?

-Cállate,  no puede ser que a tu edad sigas siendo tan impertinente.

-Por favor, acabo de cumplir los 10 el mes pasado, ¡No me pidas madurez cuando eres tú el que trae un pantalón amarillo con dragones estampados por todos lados!

-Sí, pero eres tú, Jack, quien va a conocer a su pareja el día de ahora, así que guarda silencio y sígueme.

-Eres un maldito bastado ¿Lo sabes, Hiccup? –respondió sin mucho esfuerzo, mientras continuaba siendo, literalmente, arrastrado a la fuerza por el su hermano. 

Miró a la alta figura que le jalaba con demasía, trató de fulminarlo con la mirada pero el otro simplemente lo ignoró apretando aún más su agarre alrededor de la muñeca. Forcejeó, fue inútil. Se castigo a si mismo en el acto, ¿Cómo era posible que tratará de luchar sabiendo a cuestas lo fuerte que era su hermano mayor? No de a gratis, había logrado sobrevivir a la poderosa pareja que le habían asignado de niño. Realmente sabia  lo fuerte y poderoso que podía ser Hiccup, y más aún, cuando éste estaba al lado de su pareja.

Los nervios le carcomieron vivo al recordar la corpulenta y vasta apariencia de la pareja de su hermano. Era de los hombres más grandes e invencibles que había conocido. El cabello negro como la noche y los ojos tóxicos como el veneno, demasiado adictivos. Jack recordó el día en que le conoció, se había sorprendido de que tuviera el mismo color de ojos que su hermano, no obstante, eran sumamente diferentes en realidad. Toothless poseía intensidad y coraje, fuerza, guerra. Su hermano, en cambio, tenia ojos vivos, curiosos, si bien, también eran fuertes como los del azabache, la inteligencia sobresalía en ellos.

-Ahí esta –absortó en sus pensamientos, no logró reaccionar a la voz que le llamaba repetidamente. Jack se encontraba pensante, curioso ante la idea de que pronto lo vería; pronto conocería al ser del cuál su vida dependería indispensablemente. Su pareja.

Compartirían su propia energía a fin de no morir, eso es lo que se hace en este lugar. La gente de aquí es diferente a las de otros países. Aquí las personas se dividen en proveedor y receptor. Proveedor es el que crea la energía mientras que el receptor es el la consume. Un proveedor no puede vivir sin que el receptor absorba esa misma energía, es demasiado doloroso cuando se acumula demasiada. En cambio, para el receptor, es indispensable vivir sin la energía que el proveedor le da. Normalmente, los niños son enviados a la guardería al cumplir los tres años, edad en la el individuo comienza a desarrollar sus poderes. En la guardería se encargan de conocer a su pareja, por estudios médicos, se le asigna una persona que comparta la misma frecuencia de ondas. Una pareja dura para toda la vida, desde que son asignadas en la guardería hasta el momento de la muerte, es irremplazable.

Un apretón en su mano le hizo reaccionar, el pequeño dolor recorrió su palma haciéndole estremecer. Levantó la vista para encontrarse con el rostro de su hermano, quien le regañaba con gestos discretos. Hiccup movió sus pupilas varias veces hacia su derecha, como indicándole a su tonto hermano menor que mirara para aquel lado. Obedeció.

Un niño de cuatro años estaba parado entre la multitud, sujetaba fuertemente entre sus pequeños brazos, una pequeña mochila azul adornada con huevos de pascua en el estampado. El niño giraba su rostro constantemente en busca de algo…o alguien. Jack suspiró para sus adentros, no sólo no había podido encontrar pareja hasta los diez años, sino que su pareja resultaba ser un niño. Un hombre. Incluso las parejas del mismo sexo eran raras en este país, no obstante, era la decisión que él no tomaba, ni él, ni su hermano, ni el pequeño infante de nombre Jaime que le proveería de energía a partir de ahora.

Le alegraba saber que ya no necesitaría más recargas de su hermano por las mañanas o al finalizar el día. Que ya no se vería en la penosa necesidad de suplicarle a Toothless que no se enojará cuando hacia transfusiones de energía con Hiccup, ¡como odiaba los malditos celos del mayor! Ya no seria el hazme reír de sus compañeros de clase por no haber encontrado pareja a su edad. No recibiría burlas por ser “especial”. Nunca más le mirarían con desprecio las demás parejas. Ya nunca volverían…

-Será mejor que no apresuremos –la voz de Hiccup le llamó, jalándole del brazo a dirección del pequeño Jaime. Las mejillas del menor eran rosadas y sus manos parecían sudadas por la fuerza con la que sujetaba la mochila. Su cuerpo era delgado y pequeño como el de todo un niño, era de la mitad de altura de Jack.  Delgados mechones oscuros sobresalían debajo de un gorro de lana, ojos almendrados contenían lágrimas al verse totalmente sólo. Jack avanzó a paso cada vez más lento a medida en la que se acercaba a su objetivo, los nervios comenzaban a traicionarle; no sólo conocería a su proveedor, sino a la persona con la que estaría toda su vida. Suspiró. Esto no significaba que Jaime fuera a ser su amante o algo por el estilo, no. Las cosas aquí son sumamente diferentes. El lazo que hay entre una pareja y un amante no se parecen en nada. Una pareja es sólo una batería de carga, por decirlo de la forma más simple; un amante, es algo sentimental.  Las parejas son más importantes que cualquier cosa, más que cualquier persona en el mundo.

A Jack no le molestaba el hecho de tener que compartir su existencia con otra persona, al contrario, le emocionaba la idea. El hecho de tener que vivir con un completo desconocido era como toda una aventura, una prueba, un reto en el cual participar.

Un golpeteo en el pecho lo exaltó al saber cuántas aventuras y memorias crearía con ese niño…ese niño, cierto, era un hombre. Pese a su emoción y a su entusiasmo, el recordar el sexo del chico le desanimó un poco, las cosas serian un poco complicadas para ellos, sin contar la diferencia de edad. Sacudió con cabeza con fuerza, alejando todo pesimista pensamiento, ya no había vuelta atrás. Además, no era la primera ni la última persona cuya pareja era del mismo sexo. Recordó a su hermano con Toothless, a Mérida con Rapunzel; la diferencia de edad entre Peter y Wade, e incluso la relación sanguínea que tenían Tadashi y Hiro. Realmente había todo tipo de parejas en este loco y extraño país.

Levantó la vista del piso, ni siquiera se había dado cuanta de en que momento la había bajado. Suspiró por segunda, o tal vez tercera ocasión. Cada vez el niño estaba más cerca, tan sólo a cinco pasos de distancia. Uno, dos…tres…cuatro…lo tuvo enfrente de él. Se colocó de rodillas quedando a la altura del pequeño. Se presentó con voz alegre y una sonrisa en su rostro.

-Hola, mi nombre es Jack, ¿Cuál es el tuyo? – una sonrisa le fue devuelta, y ligero sonrojo apareció en las mejillas de Jack ¿Qué había sido eres ligero golpeteo que le hizo vibrar la sangre? Tragó saliva, el liquido resbaló por su garganta con dificultad, de repente se había sentido secó. -¡Cómo te llamas? –habló nuevamente con la voz ahogada. Se regañó mentalmente por ello.

Una suave voz y un tierno gesto le tomaron por sorpresa –Jaime, Jaime Bennett – una respuesta que provocó una nueva pregunta en la mente de Jack. ¿Por qué había sentido esa calma cuando Jaime sujetó su mejilla en un acto de completa y absoluta ternura?

Jaime le miraba con una sonrisa en los ojos, su mano era pequeña y suave, pero sobre todo cálida. Jack pudo sentir esa reconfortable calidez recorrerle el cuerpo, por un momento se sintió protegido. Lentamente, un ligero cansancio comenzó a invadirle, su mente se tornó blanco y sus parpados se cerraban involuntariamente. Quizás la recarga que había tenido con su hermano no fue suficiente, o quizás, su cuerpo estaba reaccionando a la presencia de otra persona. No supo explicarlo.

Sus ojos comenzaron a cerrarse pero se abrieron con sorpresa al sentir la fuerte carga eléctrica que se le era proporcionada. Miró hacia el frente captando el rostro de Jaime con sus ojos cerrados con fuerza y sus labios oprimiendo los suyos. La energía comenzó a recorrer su cuerpo con rapidez, se sintió lleno, despierto. Fue la mejor sensación que había tenido en su vida, no se comparaba en nada con los besos con su hermano. Este pequeño e inocente beso era mucho más delicioso, mucho más placentero. Lo supo en ese instante, lo sumamente gratificante que era besar a SU pareja. Sonrió para sus adentros cuando Jaime se alejó dejando ver su infantil rostro agotado, le había entregado más energía de la que él podía dar. Le falta un poco de práctica a su pequeña pareja, por suerte, su convivencia juntos apenas iniciaba.

 

 

Este es un país extraño, donde las costumbres son aún más extrañas. La gente de aquí necesita de otra persona para vivir, literalmente. No son amantes, no son novios, ni esposos, son simplemente parejas, puertos de carga. Las transfusiones de energía se hacen atreves de los labios, puedes llamarlo beso o sólo recarga. Es un acto sin sentimientos o trascendencia. No obstante, nunca faltan aquellos que sobrepasan las expectativas y se vuelven más que proveedor y receptor. Aquellas donde una pareja es más de lo que puedes imaginar. Donde un “beso” significa más que una trasfusión de energía.

Donde lo prohibido, se vuelve deseo. 

Notas finales:

Si les gusto, dejen un comentario, no saben como se los agradeceré y si no te gustó, pues tambien comenta!! 

Byeeeeeee

Hasta la proxima semana


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