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El Tigre por isaya

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Notas del fanfic:

Espero les guste, este va despues del impertinente :D y se menciona más los demás personajes, Incluso Kise hace un pequeño cameo xD

Notas del capitulo:

Espero les guste :D

Kuroko Tetsuya tenía serios problemas intentado no golpear al pelirrojo que decía quería dejar las drogas pero estaba allí sonriendo con sorna y mirándolo con ojos rojizos y un poco desenfocados, por supuesto la marihuana que botaba humo desde su mano era la respuesta.

 

No sabía si decepcionarse o golpear al idiota.

 

La cosa era que tampoco se creía capaz de hacerlo, a pesar de la fastidiosa sonrisa, el chico no parecía ni remotamente divertido.

 

 — Supongo que esto significa que no volverás a las orientaciones— Kagami Taiga miro su mano y frunciendo los labios asintió.

 

— Si, supongo— susurro, Kuroko lo miró con algo de duda.

 

— ¿Por qué fuiste en primer lugar? —pregunto con mal disimulado rencor.

 

— Porque necesito ayuda— respondió el otro levantado los hombros con obviedad.

 

— ¿Te estas escuchando? — el más bajo se acercó con ganas de estrangular al tonto. Pero este no se dio por aludido.

 

— Claro que me escucho, tengo oídos— bufo en respuesta, luego sonrió con algo de amargura mirando a lo lejos— pero es claro que no servirá de nada, no puedo dejarlo; así que no luchare más— dijo tranquilo, se metió de nuevo la hierba a la boca e inhalo para luego expulsar el humo con los ojos cerrados.

 

—  Kagami—  dijo el orientador sin saber cómo comenzar — ¿Te vas a rendir? —

 

— Es lo que estoy diciendo— el moreno dejo caer lo que quedaba de la hierba y la piso para apagarla. — Simplemente no puedo, ayuda a alguien que valga la pena, ¿bien? — se giró con clara intención de irse.

 

— Escuche un rumor— dijo medio desesperado el de cabello azul, el mal alto no se detuvo— escuche que te gusto— dijo más alto, efectivamente esto llamo la completa atención del otro. Que se giró con un porte medio chulo y medio ansioso.

 

— Así es, pero no te preocupes estoy bastante seguro de que no me volverás a ver— la sonrisa sardónica se hizo presente. Y esta vez camino a paso rápido, evidentemente huyendo.

 

— Maldición— murmuró Kuroko, y eso que él no tendía a decir malas palabras, pero ese terco mocoso lo estaba sacando de quicio. Corrió tras el otro hasta que se plantó frente a él. — Escúchame bien porque no lo repetiré— dijo ignorando el ceño fruncido del otro. Dio un bajo gruñido que sorprendió al más alto y agarro una de sus manos— Si acabas el programa— con sus manos guio la del otro para que se metiera bajo su camisa y subiera por su piel— podrás hacer lo que quieras— Kagami no podía abrir más los ojos, por el hecho de que era físicamente imposible. La mano que tocaba el torso del más bajo se movió con ligereza al igual que sus dedos. Kuroko se sintió estremecer, por el aire frio por supuesto. 

 

— ¿Qué dices? — pregunto tragando el más alto. El de cabello azul alejo la mano del otro y dio un paso atrás.

 

— Te dije que no lo repetiría. Piénsalo— acto seguido se fue a paso apresurado, siendo ahora él, el que huía. Pero no había motivo para que lo hiciera, el otro no podía moverse por el shock de escuchar esas palabras.

 

— ¿Uh? — Giro su mirada viendo a lo lejos lo que había fumado, ¿Estaría delirando? No, no lo estaba; esperaba, bueno habría que confirmarlo al otro día.

 

*

 

Kuroko llego jadeando al centro, que lo aspen si sabía porque había dicho una estupidez de esas. Dios santo, ¿Qué iba a hacer si el chico realmente volvía? ¿Qué iba a hacer si el chico acababa el programa? Porque maldición ¡Era una puta! ¡Y de las que lo disfrutaban!... O lo había sido en una vida pasada, no había otra explicación.

 

— ¿Kuroko? — Midorima se acercó mirándolo con preocupación— ¿Te sientes bien? — el más bajo recupero rápidamente la compostura.

 

— Si, solo estoy un poco cansado. ¿Ya vas a casa? — pregunto viendo que el otro llevaba su maletín.

 

— Si, ya termine mi lista de hoy— dijo tranquilo, firmo su salida— No vemos mañana, descansa bien, te vez agotado— dijo saliendo del lugar, Kuroko se despidió y suspiro.

 

— ¿Uh? ¿Kiyoshi? — dijo sorprendido al ver como el hombre cargaba sobre sus hombre un chico, y si los insultos dados a diestra y siniestra daban una pista se notaba que no quería estar allí.

 

— Oh, hola de nuevo. No te preocupes solo es otro paciente—  dijo sonriendo tranquilidad como si no tuviera un demonio en sus hombros. — Nos vemos— se despidió de nuevo ignorando los golpes que le daba el chico en la espalda. ¿Qué rayos?

 

— Sí, creo que si estoy cansado— se dijo suspirando, se fue a su oficina o lo que fuera, recogió los papeles que había regados y los guardo en su bolso, fue a la recepción y firmo su salida— Adios Momoi-kun— se despidió de la chica en la recepción.

 

— No vemos Tetsu-kun— se despidió la chica alegremente. El de cabello azul camino hasta llegar al metro. Se sentó medio esperando que Kagami no fuera al otro día y medio esperando que sí.

 

— Estoy loco— susurró, realmente esperaba que el otro no… ¿o sí?

 

Mejor lo pensaría después de dormir.

 

*

 

— Kagami-kun — dijo con seriedad viendo al pelirrojo frente a él. Sí, si había ido.

 

— Hola — dijo el otro con tranquilidad miro a su alrededor y señalo la oficina del más bajo—  ¿Empezamos? —  dijo como si nada, emprendiendo el camino con su orientador tras él.

 

— ¿Lo harás? — pregunto algo dudoso Kuroko  cuando estuvo detrás de su escritorio. Vio con algo de ansiedad como el de cabello rojo ponía seguro a la puerta— ¿Kagami? —

 

— ¿A solas soy Kagami y con publico Kagami-kun? — Preguntó acercándose el más alto— No te consideraba de los hipócritas, Tetsu— susurro la última palabra con algo sensualidad, ¿o solo le parecía a él? Con lo loco que estaba tal vez.

 

— ¿Qué quieres Kagami? — Pregunto negándose a dejarse intimidar— Si solo estas aquí para decir tonterías puedes irte— sentencio sentándose y enfocándose en sus papeles insinuándole al otro que se fuera. Pero su fachada no duro mucho, Kagami jalo la silla y lo giro, poniendo ambas manos en los reposabrazos y dejándolo allí encerrado.

 

— Solo quiero saber que tan serio eres acerca de tu oferta— dijo con seriedad. Bueno el querría olvidarlo pero ya había metido la pata.

 

— ¿Y cómo lo sabrás? —pregunto con la misma frialdad que lo caracterizaba. La sonrisa de su acompañante lo hizo recapacitar su pregunta.

 

— Ya lo veras— respondió inclinándose aún más sobre el más bajo que seguía atrapado en su silla— Mejor aún ¿Por qué no me lo demuestras tú? — y Kuroko pensó que se tragaría la lengua.

 

— ¿Qué? — susurro nervioso, eso ciertamente no lo esperaba. La risa que escucho lo saco de sus pensamientos.

 

— Parece que solo eres un charlatán para manipular a tus chicos, que mal— entonces empezó a levantarse. Pero maldición ¿Charlatán? Lo haría tragarse sus palabras. Con una voluntad que probablemente salía de esa vida pasada donde fue una puta cogió el cuello de la camisa del mocoso y lo haló hasta tener la cara del otro a escasos centímetros.

 

— Nunca me vuelvas a llamar así— gruño antes de tomar posesión de los labios del otro. Él no era de los que iniciaba un beso, realmente nunca lo había considerado, porque por lo general él no se daba cuenta que querían besarlo hasta que sentía una lengua intentado meterse en su boca.

 

— Ah ¿No? — Dijo Kagami cuando Kuroko se alejó— Para ser tan aventado esperaba algo más de experiencia— Bueno, eso era vergonzoso. El de cabello azul no tenía nada que decir contra eso. Con las manos que antes lo había atraído, ahora empujaba al mocoso. Pero cuál fue su sorpresa cuando el otro lo jalo de los brazos y termino con su pecho pegado al suyo y su rostro de nuevo cerca. De algún modo sentía los papeles invertidos— Bueno, no es como si me molestara realmente— y no dijo nada más, el orientador sintió la boca del menor en la suya moviéndose con ímpetu, el apretó los ojos intentando seguir el ritmo. ¡Un poco más lento! Y como si el otro lo escuchara redujo la velocidad, pero el hambre seguía siendo la misma.

 

— ¿Kag…?—  Intento susurrar cuando el otro se alejó para respirar pero su boca estuvo de nuevo ocupada. ¿Así se sentía besar? Porque parecía como si fuera a incendiarse y convertirse en cenizas. Eso estaba mal. Apretó con sus manos la camisa del más alto. — No…— intento alejarse. Pero La lengua ajena volvió a invadir su boca y enredarse con la suya— Maldición Kagami— gruño alejándose y respirando entrecortadamente, el de también ojos rojos lo miro con los parpados semi caídos—  Detente—  jadeo nervioso, sus manos temblaban y el calor no disminuía. — ¿Satisfecho? —

 

— Ni un poco — respondió con simpleza el otro levantándose como si nada hubiera ocurrido. Kuroko no pudo menos que tenerle envidia, el aun sentía que se iba a derretir. —  Pero supongo que es un buen adelanto— dijo alejándose—  empecemos mañana— dijo para luego abrir la puerta e irse a paso tranquilo. Al menos hubiera tenido la decencia de cerrar.

 

— ¿Kurokocchi? — Pregunto Kise mirándolo desde la puerta— te ves rojo, ¿Estas enfermo? — pregunto acercándose y tocando su frente.

 

— Estoy bien Kise-kun—  dijo suspirando— No te preocupes, ¿encontraste a chico? — dijo cambiando de tema, el rubio sonrió pagado de sí mismo.

 

— Si, hoy empezará de nuevo— dijo feliz… Demasiado.

 

— Esta bien, me alegro— dijo tranquilo volviendo a sus papeles— supongo que debo volver a trabajar— afortunadamente hoy solo tenía papeleo ya que Kagami no había tenido su cita.

 

— Claro, debo seguir con lo mío— se despidió alegre, cerrando la puerta tras de sí. Aprende de Kise, Kagami.

 

El resto del día lo paso revisando los casos de los chicos que seguían, quienes estaban progresando y a qué velocidad, que más podía hacer en las citas para ayudarlos, planeo las reuniones de la próxima semana y los horarios. Finalmente se llevó las manos a sus ojos cuando estuvo ya de noche. Satisfecho con su trabajo se levantó y salió del lugar. Midorima salía a paso presuroso por lo que Kuroko elevo ambas cejas.

 

— Hoy estuvo actuando extraño— Imayoshi se acercó dejando algunos papeles con Momoi para el otro día— se veía distraído— dijo firmándolos y entregándoselos a la chica.

 

— Eso es extraño, Midorima-kun esta obsesionado con su trabajo— dijo curioso el más bajo. Miyaji se acercó a ellos con una sonrisa en el rostro.

 

— ¿Qué ocurre? — pregunto al verlos mirando la puerta, donde ya no había nadie.

 

— Midorima ha actuado extraño hoy— dijo Momoi poniéndole sellos a algunos papeles y grapando otros.

 

— Oh, sí; lo escuche quejarse de algún Bakao, pero no estoy muy seguro de si era un insulto o un nombre— dijo tranquilo firmando el papel de salida que acababan de firmar los dos presentes.

 

— Con lo raro que es, tal vez sea ambos— dijo Imayoshi levantando los hombro— nos vemos mañana— se despidió.

 

— Bueno, ha sido un día largo; ¿Quieres que te lleve Kuroko? — se ofreció el rubio oscuro. El peli azul negó con una pequeña sonrisa.

 

— Estoy bien— vivía a una estación en el metro así que realmente no valía la pena la molestia. — Gracias— ambos se despidieron y se fueron por distintos caminos. — Oh— dijo cuándo se dio cuenta que Kagami no había dicho a qué horas iría, bueno al otro día tenía solo una cita, así que suponía que estaba bien.

 

 

*

 

— Hola— Kuroko levanto la mirada para encontrarse con Ogiwara que le sonreía con timidez, le hizo señas para que entrara y le sonrió, el chico había avanzado mucho desde que había entrado hacia unos meses, se sentía totalmente orgulloso de él.

 

—  Ogiwara-kun— saludo sonriendo con tranquilidad—  llegas temprano—  dijo dejando de lado los papeles que tenía, el chico pareció avergonzado.

 

— ¿Te molesto?, lo siento— se disculpó preocupado, pero Kuroko sonrió tranquilizándolo.

 

—  Claro que no, siéntate— invitó— Tú me pediste esta cita, ¿pasa algo malo? — pregunto con seriedad, no era extraño que algunos recayeran, y sentía un poco de ansiedad por ello, el chico había llegado muy lejos, recaer ahora sería un duro golpe.

 

— No, no te preocupes— tranquilizo el chico riendo nervioso— Solo quería decirte algo importante— Kuroko frunció el ceño, se levantó y rodeando el escritorio se paró frente al chico.

 

— ¿Seguro que no es nada malo? — presiono preocupado, Ogiwara sonrió y se levantó, era más alto que él.

 

— Estoy seguro— sonrió abiertamente y Kuroko no pudo evitar devolverle la sonrisa. Pero su sorpresa fue mayúscula cuando sintió ese deja vu, al sentir unos labios sobre los suyos. Definitivamente necesitaba aprender al leer el ambiente.

 

— Kuro…— la puerta se abrió y Kagami entro dejando el nombre a medias, Ogiwara se alejó sonrojado y Kuroko… él puso su mejor rostro de indiferencia.

 

— Esto…— el de cabello azul de apiado del chico.

 

— Tengo un espacio libre mañana a las 9, ¿bien? —  dijo con el mayor profesionalismo que le permitía la situación. El chico asintió y salió de allí rápidamente esquivando el pelirrojo y cerrando la puerta.

 

— Me lo preguntaba, pero esto responde mi duda— dijo en un tono ácido Kagami, el orientador frunció el ceño con molestia por el tono.

 

— ¿Qué quieres decir? — pregunto con seriedad, el más joven se acercó con algo de rabia.

 

— Lo sabes bien, así que ¿Este es tu método? — Pregunto recogiendo su labio superior en un gruñido—  ¿Así logras que los chicos acaben su programa? —  la mirada que le dio era de asco y Kuroko sintió que no le iba gustar lo que iba a escuchar.

 

— ¿Qué…?— se calló cuando la mano del más alto golpeo el escritorio a su lado y se inclinó sobre el con amenaza.

 

— ¿Te ofreces a todos así? Realmente no te consideraba de ese tipo— sin más cogió con brusquedad la cara del más bajo y lo beso con tosquedad y rabia. Kuroko intento alejarse ya que era doloroso y se quejó cuando su labio fue mordido con fuerza. Kagami se alejó dejándolo con un ligero sabor a sangre en la boca y un temblor extendiéndose por todo su cuerpo— Creo que declinare la oferta, realmente no me gustan las migajas— El mayor no supo cómo, pero sintió claramente el ardor en su mano por haber abofeteado al idiota.

 

— Trae tu papelería, puedes cambiar de orientador— hablo Kuroko con voz trémula, negándose a mirar al más alto.

 

Pero no hubo necesidad, este ni siquiera respondió, salió de allí sin decir una palabra más y esta vez para su suerte cerrando la puerta. Se quedó un momento allí hasta que sintió que sus piernas no lo sostendrían más y cayó. Con sus manos temblorosas limpio su boca, de algún modo se sentía sucio, ultrajado, molesto y bastante dolido.

 

— ¿Kurokocchi?— Kise entro y lo encontró allí en ese estado, cerró la puerta rápidamente y se acercó a su amigo— ¿Estas bien? — Pregunto tocando los hombros del más bajo, y grande fue su sorpresa cuando por primera vez en los 7 años que conocía al chico, lo vio llorar— ¿Qué te pasa? — pregunto asustado, pero Kuroko no podía responder. El rubio decidió abrazarlo hasta que su amigo se calmó— ¿Mejor? —

 

— Si, gracias— Kuroko se levantó y paso su mano por su cara, intentando recobrar la compostura.

 

— Deberías ir a tu casa— le aconsejo el chico, el asintió y recogió sus cosas— Te llevare— esta vez el chico no negó el ofrecimiento.

 

*

 

— ¿Qué paso? — Kise pregunto con seriedad y Kuroko decidió contarle lo ocurrido. Eran buenos amigos y confiaba en el rubio—  Wow— dijo cuándo el más bajo termino su relato—  Yo que tú le hubiera pateado los huevos hasta que los sintiera en la garganta— gruño, y si lo veía tal vez lo hiciera el.

 

— No pasa nada Kise— Kuroko sonrió pero el rubio se preocupó por lo forzada que se veía.

 

— Deberías descansar el resto de día, ¿bien? — este asintió y dejo al chico en casa para volver a su trabajo. Y como tercera sorpresa del día, vio al pelirrojo llevando unos papeles.

 

— Ki-chan— llamo Momoi levantando la mano— Él quiere cambiar de orientador, tu tiene un cupo libre ¿no? — pregunto la chica mirando los datos del chico.

 

— No— respondió tajante el rubio sorprendiendo a los dos presente— Tu debes ser Kagami ¿no? — el mocoso asintió.

 

Bueno, decir que hubo uno un pequeño alboroto después del golpe que le dio era quedarse corto.

 

 

*

 

— Tetsu-kun— llamo preocupada Momoi, Kuroko frunció el ceño y se acercó a la chica. — Ki-chan, está suspendido— dijo preocupada.

 

— ¿Qué paso? — pregunto preocupado. Cuando la chica le explico lo que paso, Kuroko no sabía si reírse, preocuparse o enojarse. Y era un poco confuso cuando se sintió de las tres formas.

 

Paso la mañana acabando los papeles del día anterior hasta que tocaron la puerta, cuando dio permiso Ogiwara se asomó. El ambiente se puso incómodo.

 

—  Siento lo de ayer—  dijo de repente el chico— Supongo que alguien me gano— dijo medio amargado.

 

— Agradecería que no volviera a pasar— el chico hizo un giño de dolor pero asintió.

 

— Te molestaría ¿si cambio de orientador? — Kuroko lo pensó un momento pero negó con la cabeza, ciertamente era lo mejor.

 

— Le pediré a Kise-kun que tome tu caso, ¿te parece bien? — el chico asintió.

 

— Supongo que es todo. Muchas gracias Kuroko-san— dijo haciendo una reverencia y yéndose, el mayor se sintió suspirar; realmente no se sentía muy bien por lo ocurrido, apreciaba a Ogiwara, era casi su orgullo, pero las cosas se había complicado.

 

— Que pensativo— Kuroko salto ante la voz de Kagami en su oído, cuando se giró vio el ojo morado del chico e intento, realmente lo hizo, resistir la risa, pero fue francamente imposible.

 

— Lo siento— dijo aclarándose la garganta y mirándolo con cierta seriedad— ¿Qué te trae por acá? — pregunto ahora un poco serio.

 

— Pues ¿Esto no te da pista suficiente? — pregunto señalando su ojos.

 

— ¿Debería? —

 

— Pues sí, tu amigo rubio me saco la mierda y juro que sentí los huevos en mi garganta— gruño y Kuroko pensó en lo más asqueroso que puso para no reír.

 

— Ve al grano Kagami-san— deliberadamente cambio el sufijo para ampliar la distancia entre ellos. Por supuesto el pelirrojo no le agrado, su ceño se frunció con molestia.

 

— Quería disculparme— dijo desviando la mirada— Yo… Yo…— trago audiblemente— Yo estaba celoso— mascullo sin mirarlo.

 

— ¿Celoso? — Kuroko enarco la ceja.

 

— Bueno es lógico. Tenía algún tipo de enamoramiento por ti, había renunciado y me iba a retirar del lugar, no podía con dos adicciones al tiempo ¿sabes? Entonces me hiciste era oferta y fue como una explosión, me pregunte si estaba delirando o algo y al otro día me besaste y sentí que iba morir aquí mismo,  tuve que irme ante de que te saltara encima y me demandaras por acoso; y al otro días cuando mis hormonas parecieron calmarse te encontré besando a otro chico y fue como, no sé, una puñalada ¿Tiene sentido lo que digo? Y solo pensé que tal vez me estaba ilusionando estúpidamente y tú solo me usabas por tus estadísticas y…— Kuroko hizo lo mismo de dos días atrás y atrajo al chico hasta besarlo. Entendía lo que pasaba, por ahora solo quería un beso de esos que le hacía sentir que iba al calcinarse.

 

— Entiendo, ahora bésame—  demando, y el mocoso ni corto ni perezoso hizo lo pedido. Kuroko de nuevo se sintió morirse, la lengua húmeda del chico recorrió su boca y se enredó con su lengua acariciándola, los largos dedos del otro masajearon su cabeza entre su cabello y un sonido extraño salió de su garganta. Se separaron jadeando y se acercaron de nuevo, el más bajo sintió como el otro lo sentaba en el escritorio y se metía entre sus piernas. Por pura fuerza de voluntad se alejó y manoteo las grandes manos.

 

— Hasta que acabes el programa— recordó, Kagami gimió ante esto.

 

— ¿En serio? — dijo dolido.

 

— Si es tu castigo por lo de ayer— dijo con seriedad, ante esto Kagami dejo se quejarse, pero era evidente su malestar, especialmente cuando mascullo. “Se me van a caer las bolas”.

 

Internamente Kuroko no pudo estar más de acuerdo.

 

Notas finales:

Espero le haya gustado, aqui se hizo mencion de dos parejas, ¡cual quieren primero? ¿El de Kiyoshi? o ¿el de Midorima? bueno como saben el segundo capi es del lemon xD nos vemos en el proximo :* 

¿Un coment? *-*


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