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Polvo enamorado por Yewooki

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Notas del capitulo:

Espero que sea de su agrado.

* Los personajes no me pertenecen~

La noche inundaba todo con su oscuridad, las estrellas brillaban con fuerza en el firmamento y suaves suspiros escapaban de sus labios resecos, mientras se perdía en la infinidad del espacio frente a sus ojos, su cabello se mecía con ligereza ante la suave brisa, el aroma a mar inundaba su nariz, enterró sus dedos en la arena, dejándose llevar por el sonido constante de las olas chocando en la playa, la quietud de la noche era algo que amaba, tal vez porque le permitía perderse en su mente y le daba la maravillosa oportunidad de divagar, o tal vez porque la noche le permitía esa soledad que había aprendido a amar, o solo tal vez, porque en medio de la oscuridad era libre de ser quien realmente era.

Cerró sus ojos inspirando hondo, llenándose con aquel aroma tan característico, unos pasos lo alertaron de que ya no estaba solo, pero aún así no abrió sus ojos, sintió un suave calor a su izquierda y una respiración tranquila contrastando con la propia.

- ¿Qué haces acá?-le preguntó con genuina curiosidad Kagami, mientras veía embelesado el perfil de su sombra, perdiéndose en su tersa piel blanca, en aquellas tupidas pestañas, en sus lindos labios algo partidos, en sus mejillas redondas.

-Nada-contestó abriendo los ojos, sin ver a su amigo, sonriendo irónicamente en su mente ante aquella palabra… amigo, quería a Taiga de forma muy distinta en la que las personas solían querer a sus amigos, había tratado inútilmente deshacerse de aquellos sentimientos que le torturaban, pero no se podía engañar a sí mismo.

- Kuroko-le llamó de pronto, obligándolo a voltear, encontrándose con aquellos rubíes que le cortaban la respiración y lanzaban miles de escalofríos a través de todo su cuerpo- ¿Estas molesto conmigo?-le cuestionó con preocupación marcada en sus palabras.

-No-contestó, y era verdad, con quien estaba molesto era consigo mismo y con Kise por ser siempre tan invasivo y con Aomine por no detener a su novio, pero aquello nunca lo diría en voz alta, eso sería condenarse a sí mismo a la horca y era demasiado cobarde para hacer aquello- solo quería estar un momento a solas.

-Eres demasiado solitario Kuroko- le regañó Kagami, volteando al cielo estrellado sobre ellos- a veces creo que en realidad nos odias a todos y por eso siempre desapareces cuando todos comienzan a ponerse afectivos.

 Una pequeña risa escapó de sus labios, a veces se preguntaba cómo diablos había terminado enamorado de semejante hombre, pero como dicen por ahí, en el corazón no manda la razón, y vaya que aquello tenía mucha sensatez, elevó su vista al cielo perdiéndose en las estrellas que brillaban con quietud.

- ¿Alguna vez te has enamorado Kagami-kun?-preguntó curioso, mientras estiraba sus piernas sobre la arena algo fría.

- Estoy enamorado-confesó sonriendo un poco, sintiendo como su rostro se encendía un poco- aunque creo que nunca seré correspondido.

-No deberías darte tan pronto por vencido, incluso el polvo de estrellas lucha por entrar en la atmosfera, tu también deberías luchar por ese amor-le dijo y se aplaudió mentalmente por decir todo aquello sin que la voz se le rompiera o terminara llorando patéticamente, aunque bueno, su orgullo era mucho y no lloraría frente a Kagami, al menos no por no ser correspondido.

- ¿Y tu alguna vez has estado enamorado?-preguntó Kagami  volteándolo a ver.

-Lo estoy-murmuró sonriendo ampliamente cerrando sus ojos- aunque desearía no estarlo.

- ¿Por qué?, el amor es uno de los más maravillosos sentimientos-se quejó el grandote y es que a pesar de ser un baboso insensible en la mayoría del tiempo, era un romántico de closet, siempre había anhelado el conocer a alguien que lo hiciera vibrar como un partido reñido de básquet, y lo encontró en Kuroko.

-No si no eres correspondido-dijo abriendo sus ojos, viendo el rostro serio del alto.

- ¿Ya te confesaste?

-No, y tampoco quiero hacerlo-le dijo suspirando un poco- prefiero quedarme como estoy.

- ¿Quién es?-preguntó autoritariamente el pelirrojo.

- ¿El quién?-contestó Kuroko quien ya se había perdido en sus pensamientos- ¿De quién estoy enamorado?

-Si-dijo Kagami con la curiosidad quemándole el pecho y matando su razón.

-Tu-dijo con suavidad, dejando helado al alto, quien abrió enormemente sus ojos- tu eres de quien estoy enamorado, oh bueno, creo que acabo de confesarme-dijo sonriendo sin humor- deberíamos volver, ya es tarde y Riko notara nuestra ausencia.

-Kuroko- murmuró Kagami, viendo como el peli celeste se levantaba de la arena.

-Parece que ya nos buscan- dijo Tetsuya viendo como Kiyoshi y Hyuga estaban buscándolos con la mirada al otro lado del muelle.

-También me gustas- susurró Kagami sin levantarse de la arena, obteniendo de inmediato la atención de su sombra, quien lo veía sorprendido- ¿Por qué me ves así?-preguntó frunciendo un poco su ceño- ¿es raro?

- ¿Te das cuenta de lo que estás diciendo?- dijo Kuroko sintiendo su pecho estrujarse violentamente, y como su rostro comenzaba a calentarse más de lo que le gustaría.

-Claro que si, puede que no me vea como el mejor partido, pero prometo que siempre seré el polvo enamorado aferrando a entrar en tu atmosfera - dijo parándose para quedar frente a Kuroko quien lo veía completamente anhelante- se mío.

Kuroko sonrió elevando sus brazos rozando el rostro de Kagami quien se inclinó hacia enfrente para terminar uniendo sus labios con los del peli celeste, sintiendo tantas cosas y llenando sus sistemas con dopamina y serotonina.

- Al fin los encontramos- dijo Kiyoshi en voz alta ignorando que hasta hacia nada el pelirrojo y el peli celeste estaban besándose- regresemos a la fiesta, que Riko estaba molesta por no verlos en ningún lado.

Ambos asintieron comenzando a caminar tras el mayor, quien tomó la mano de Hyuga ganándose un par de regaños y golpes suaves en el brazo, Kagami tomó de la misma manera la mano de Kuroko sintiendo como se amoldaba perfectamente a la suya, sonriendo al firmamento, único testigo de aquel inesperado romance.

Notas finales:

Gracias por leer~!


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