Me presentaré... me llamo Antonio, tengo 23 años y soy estudiante. Me considero físicamente normal: no soy gordo, pero tampoco delgado, tengo piel blanca, ojos café oscuro y el pelo bastante oscuro también, corto, generalmente desordenado. Podría decir que me haría bien ir de vez en cuando al gimnasio para desarrollar músculos, pero no tengo tiempo ni ganas...
He pasado mi vida leyendo, es mi pasión, pero en ese entonces estaba terminando mi tesis para graduarme en la Universidad. No tenía ni la más mínima idea de que es lo que haría para trabajar. Lo más probable era que viajara a Europa para perfeccionarme al seguir estudiando y buscar algo que hacer... Dicho y hecho ¡A Europa las maletas! Un tiempo después, estaba instalado en un departamento céntrico, pequeño, pero muy cómodo para un estudiante.
La historia comienza unos meses antes de que me graduara de la universidad en mi país. Cada noche era lo mismo... lo imaginaba una y otra vez hasta despertar completamente revuelto en las sábanas, rojo, con la respiración agitada, con ciertos músculos extrañamente contraídos y definitivamente muy excitado como para poder moverme sin antes darme alivio. Puede sonar grotesco que comience a contar las cosas de esta manera y por favor no piensen que suelo tener este tipo de sueños, ese es exactamente el punto, era la primera vez que me sucedía y no le encontraba explicación lógica, considerando que mi vida sexual no era para nada lamentable... no me faltaban las mujeres y había terminado una relación hacia un par de semanas.
Lo más perturbador de estos sueños era el hecho de que, a pesar de que no veo con quien estoy teniendo relaciones, estoy casi seguro de que es con un hombre, eso por la posición en la que despertaba: siempre boca abajo con el trasero levantado y con músculos contraídos (que ni siquiera sabía que existían) alrededor y dentro de... eh... da algo de vergüenza, de todas maneras sé que ustedes ya entienden la idea, así que no lo diré.
Llevaba unas 2 o 3 semanas en Madrid. Por opción personal dejé pasar los sueños como si nada, ya que no tenía tiempo ni ganas de estresarme por algo que seguramente no tendría importancia alguna. Enfoqué mis esfuerzos en adaptarme a la cuidad y una vez que lo logré empecé a preocuparme por mi ambiente social, después de todo seguía siendo joven y no estaba dispuesto a comenzar a trabajar para no parar jamás sin antes tener algo de diversión... Era el lugar perfecto: mucha cultura de día y fiestas desenfrenadas de noche (esperaba que lo que decían en “Wild on” fuese verdad). Tendría una oportunidad para conocer gente nueva y encontrar una chica que me hiciera olvidar los sueños actuales y convirtiera en realidad los que tenía en la adolescencia, jajajaja. No es que tuviera miedo a ser gay, simplemente estaba acostumbrado a ese estilo de vida, algo bohemio, algo mundano, pero “normal” y como ya se habrán dado cuenta soy algo reacio a lo que implique un gran esfuerzo de adaptación en mi manera de ser.
La vida madrileña era todo lo que pensaba y mucho más... la gente es bastante directa, a primera impresión no les gustan lo latinos, pero una vez que se acostumbran a ti son muy buenas personas, alegres y divertidas. Los museos son geniales... pasé parte de mi tiempo visitando galerías de arte, viendo frescos sobre los cuales había estudiado y alguna que otra escultura.
Me acoplé bastante bien con mis compañeros de plan de estudios en la Universidad (de tanto salir y beber para celebrar el hecho de que estábamos respirando y cosas así). En general, sólo somos unos beodos.
Es un grupo numeroso, pero quien me integró primero que nadie fue José, quien es ahora mi mejor amigo. Al igual que yo tiene 23 años, es muy ruidoso y es novio de una escultura llamada Lucía Velásquez. Todos somos estudiantes promedios, menos un personaje... me desagrada su actitud de suficiencia, además, mira a los demás como si supiera algo que nosotros no. Es serio, muy serio, jamás ríe y sólo aparece en el campus para dar los exámenes, aún así es el mejor alumno. Debo admitir que puede que mis descripciones estén algo influenciadas por la envidia, pero también es alguien que me intriga. Aparte de saber que se llama Lucas, que es mayor que la mayoría de nosotros y que todos dicen que nos parecemos en algo, no sé nada de él.
Ya iban unos 2 meses en el lugar, estaba absolutamente acostumbrado a mi estilo de vida y ese día celebrábamos el cumpleaños número 23 de Lucía en “El bar del Tío Pepe”. La verdad es que la noticia me llegó como bofetada en la cara... Pensé que estaban bromeando cuando me contaron que Lucas venía. Mi reacción fue preguntar el por qué de tal aparición y los demás sólo se largaron a reír dejándome con la duda hasta que Lucía, amable y con una sonrisa en los labios me dijo:
- Es mi hermano... es normal que venga ¿no lo crees?
¿Eh? ¿Qué?... Me tomó un par de minutos reaccionar y atar cabos sueltos; como hacía para obtener la materia de las clases, por qué cada vez que salíamos Lucía decía que tenía que avisar y por qué se parecían tanto (OBVIO, son hermanos...). Cada vez notaba más detalles... ambos de pelo negro, ojos azules, el mismo contorno delicado del rostro, la misma forma de los labios, el mismo color de piel, etc. ¡Bastante ciego estuve como para no darme cuenta! Aunque claro, Lucía es mujer y por eso es más delgada, se maquilla y tiene el pelo bastante más largo. Lucas en cambio lo tiene escalonado hasta el cuello, sus músculos están contorneados y es más alto. Recién ahora me doy cuenta del parecido que tenemos. ¡Claro! piel blanca y pelo negro... Oh-oh ¡He estado haciendo estas comparaciones mirándolo!, ¡Qué vergüenza!, pero ¿en qué minuto llegó? Estaba tan ensimismado que no me di cuenta. Espero que no me haya visto mirarlo con tanto detenimiento ¿Qué es lo que hace? ¡Viene hacia acá! ¿¡Qué hago, qué hago!? Mantén la calma, saluda y háblale sólo si él habla primero...
- ¡Hola! - Ya saludé, ahora no hablaré hasta que se vaya...
- Hola
- ¿Qué haces? - ¿¡Qué hago yo!? ¡Se supone que no hablaría más!
- Saco una cerveza.
- Ah. -Que patético soy ><
- ¿Quieres una?
- Seguro. Lucas ¿no?
- Sí. Hermano de Lucía, por si no te lo habían dicho...
- Lo supe hace unos minutos, aunque si los comparamos se nota de inmediato.
- Jajajaja... sí claro, por eso mirabas tan fijo.
- Es que yo soy del tipo observador...
- De hecho, yo creo que eres distraído ¿O me equivoco?
- No, soy como dices...
- ...
- ...
- Disculpa, pero me siento en desventaja. Tú sabes mi nombre, pero yo no sé el tuyo.
- Antonio. Aunque deberías saberlo, porque somos compañeros...
- No conozco a nadie que esté en el curso conmigo a excepción de mi hermana y su novio. Ahora sumaré uno.
- ...
- Así que tú eres el Toño que mi hermana menciona en sus relatos de marcha.
- Sí, ese mismo, aunque no sé que clase de cosas te habrá dicho Lucía de mí.
- Nada malo, sólo mencionó que tenemos algo en común.
- Claro, ambos estamos en las mismas clases y tenemos un pobre parecido.
Hablamos un largo rato y puedo decir que él estaba en lo cierto. ¡Yo soy el menos observador de todos los que están en este bar! De ser observador como pensaba, me hubiese dado cuenta de que lo que supuestamente tenemos en común es un aire gay... Yo ni enterado de que esa era la opinión que tenían de mí, pero Lucas me contó que es lo que Lucía y José le habían estado diciendo. No es que lo tomaran como algo malo, al contrario, lo encontraban tan normal que no lo comentaron... Estúpidos, podrían haberme preguntado siquiera como para poder ahorrarme el bochorno que estoy pasando ahora, pero... esperen un minuto... ¿Lucas es gay?
Oh sí, Lucas es gay. Ahora lo sé. Me está llevando desde su carro hacia mi departamento porque estoy algo bebido... Mis llaves, mis llaves, mis llaves ¿Dónde dejé las putas llaves? Ah sí... de veras, él tiene las llaves y ya abrió la puerta... Me está ayudando a entrar, pero yo no estoy tan mal. Lo que en realidad me tiene mal es el hecho de que estoy caliente de tan sólo verlo y está muy cerca de mí ¡¿Cómo puede ser esto posible?! Aunque esperen... se está riendo, viene para acá... ¡¡NOS ESTAMOS BESANDO!! OK esto es más de lo que mi “hasta ahora” heterosexualidad aguanta...
Llegamos a la habitación con cierta dificultad. Por ir besándonos fervorosamente chocamos con mesas y varios objetos del departamento antes de dejarnos caer encima de la cama. Paramos un segundo para tomar aire y contemplarnos a la cara... Que hermoso es... ¡Dios, si es sólo 2 años mayor que yo! No entiendo como es que puede tener esos rasgos tan perfectos y tan serios, si me comparo con él se ve mucho más maduro.
Como quedé embobado mirándolo fue él quien reanudó la tarea. Besó delicadamente mis labios y cuando yo estaba a punto de dejar que su lengua entrara, se alejó para explorar mi cuello... ¡Qué manera de excitarme! Arqueé mi espalda como reflejo y eso le dio la oportunidad para quitarme la camisa y bajar hasta mis pezones. Definitivamente es un maestro. En ese entonces yo no me daba cuenta de nada y sólo supe que me había desabrochado los pantalones cuando me los estaba quitando... Me estaba ahogando de puro placer, nada de lo que hubiera experimentado antes me hubiese preparado para esto, era increíble... y eso que mis experiencias las consideraba muy buenas (ahora sé que no eran nada en comparación a esto).
Con un hombre, con un hombre... Dios mío, eso era lo único que podía pensar y me estaba poniendo nervioso otra vez, pero el placer ¡EL PLACER!... Ya no podía seguir pensando porque había un par de dedos en un lugar que yo jamás hubiese pensado ocupar de forma alternativa. En algún minuto, que me perdí por estar con los ojos cerrados, ambos quedamos desnudos... ¡Esto es cada vez más real! ¡No es un sueño! AH!! AHH! AHH!... Calor, demasiado calor. Tengo sed... y como si supiera lo que pensaba comenzó a besarme para que pudiera saciarla. AH! AH! AH! AHH! ¿Nunca se han sentido humedecer de placer? Ahora creo que podría decir que por primera vez yo lo estaba por completo. ¡Que vergüenza! ¡Parezco adolescente con falta de autocontrol! Comencé a besar su cuerpo también y debido al dolor y los espasmos que me producía el ser invadido por sus dedos cada vez con más descaro, rasguñé su espalda, entonces él comenzó a reír...
- Lo siento, olvidé que es tu primera vez... pero, en todo caso, no me molesta en lo absoluto.
Pervertido... y se ve tan serio a primera vista, jajajaja, tiene un sentido del humor muy especial... Mis pensamientos volvieron a esfumarse en el segundo en que sentí que lamía mi miembro, al mismo tiempo adentraba sus dedos una y otra vez, ya sin reparo...
Como anunciando que lo fuerte venía, metió todo en su boca y comenzó succionar...AH! AH! AHHHHHHH! AHHHHHH!!!!! ¡ESTOY ACTUANDO COMO UNA LOCA, QUE VERGÜENZA! Es que estoy que me vengo, ya... ya... ¡yaaaaaa! Pero no... Paró en ese momento y se incorporó. Sentí su respiración en mi cuello y supe en ese segundo que se estaba preparando para AAAAAAAAAAAA!!!! ESO DUELE, pero... sigue, sigue, sigue, más fuerte AH! AH! AH! AH! AH!... Se adentró por completo y sin más comenzó a embestir. Yo ya no podía razonar porque mi ser estaba al límite de la cordura, el éxtasis cada vez más cerca.
A pesar de que me estaba muriendo de nervios y tenía algo de miedo, llegué a la conclusión de que debía experimentar lo que en mis sueños era una necesidad de cuerpo, aunque estuviera en contra de mi crianza. Después de más de 4 meses de sueños húmedos en los que no soy precisamente el más varonil, pensé que tal vez debía armarme de valor y dejar las cosas ser y así ya no tener que imaginar que está dentro mío, que toca cada parte de mi piel como si fuera una extensión más de su cuerpo, quería que la humedad con la que despierto cada mañana en mis entrañas sea porque él se derramó en mí y no porque yo estuve excitado durante la noche. Quiero que alguien llegue a poseer mi cuerpo y alma por completo, que sea capaz de incitarme en cualquier lugar y sólo porque quiere, alguien que me desafíe a ser mejor ¿entienden? Y él lo está logrando... (Ya estoy delirando, pienso bobadas... NO ME PRESTEN ATENCION).
Desperté en la mañana con ligero dolor de trasero y un gran dolor de cabeza. Miré hacia la derecha y ahí estaba... durmiendo. Se veía tan varonil y tan inocente al mismo tiempo, aunque después de anoche estoy seguro de que la palabra inocencia no está en su vocabulario . Mientras lo observaba me di cuenta de que lo de anoche era justo lo que necesitaba para dejar de existir a medias, que nunca me había sentido así de libre y que, no importando si esto fue algo pasajero o el comienzo de una relación, estoy feliz con las decisiones que he tomado en mi vida (venir a España, la gente con la que me he relacionado, etc.) y muy agradecido con las personas que han marcado cambios en ella (José y Lucía, que me presentaron a Lucas).
Cuando despertó, 3 horas más tarde, ordenamos algo para comer y nos quedamos conversando en el departamento hasta que anocheció. Gracias a la plática supe por qué le va también en la universidad sin necesidad de asistir a clases; y es que él ya había hecho el curso, pero se tuvo que retirar por asuntos de trabajo y ahora que lo habían ascendido había vuelto para perfeccionarse, pero como seguía trabajando y no tenía mucho tiempo, Lucía era quien le daba los apuntes.
Se fue entrada la noche y prometió volver al día siguiente. Yo no estaba seguro si era eso lo que quería, pero... eso fue lo que sucedió. También el día subsiguiente y el que seguía y todos los demás hasta hoy.
Lo que en realidad me llevó a compartir mi historia fue el increíble viaje que hice, para librarme de sueños incómodos y supuestamente encontrar una oportunidad de trabajo en el área para la cual había estudiado, pero que terminó por convertirse en una relación cómoda, un compromiso de vida, largo y apasionado... sin mencionar que, ahora mi pareja es un hombre. Supongo que eso dejará más que claro cuales son mis preferencias en cuanto a parejas futuras... en todo caso no me arrepiento, porque los sueños son una cosa, pero la realidad es mucho mejor.
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