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Chocolate por Lemonie

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Notas del capitulo:

¡Hola! Soy nueva en este fandom y la verdad es que no me hubiese atrevido a escribir de no ser por cierta personita que estuvo de cumpleaños y le debía su regalo. Esto es sólo fluff, les advierto(?).

 

Valehope te la debía, espero que te guste ; u ; <3.

La nieve era sin duda algo bonito para observar, pero cuando caía una nevada repentina y no estabas preparado para afrontarla no era precisamente agradable. Ambos chicos, que despreocupadamente habían salido a jugar fueron sorprendidos por la nieve que había comenzado a caer de un momento a otro. Taehyun y Hoseok tan sólo compartieron una mirada, atónitos antes de que ambos chicos alzaran sus manos para sentir los copos hacer contacto con sus acaloradas manos. Sonrieron luego de haberse quedado parados sin hacer nada por un par de minutos y se echaron a correr, haciendo una competencia por quien llegaba primero a la casa del mayor, la cual estaba más cerca.

 

 — ¡Hyung, eres demasiado lento! —Canturreó Taehyung al haber llegado primero a la puerta de la casa del mayor con una enorme sonrisa dibujada sobre sus labios—. Como castigo… ¡Debes responder a mi pregunta!

 

— Yah, comenzaste a correr antes de tiempo, tramposo —Regañó Hoseok pero finalmente sonrió y se encogió de hombros—. Está bien. ¿Qué quieres preguntarme? —El mayor le observó antes de sacar sus llaves y abrir la puerta, invitando al otro a pasar. Un silencio se instaló sobre ellos ya que Taehyung a pesar de haberse mostrado entusiasta ante la idea de haber ganado, ahora estaba avergonzado de su duda.

 

— Prométeme que no te reirás —Murmuró el menor con su voz que ya comenzaba a tornarse un poco más grave—. En serio, ¿Está bien? —Se aseguró de repetir Tae, recibiendo esta vez un asentimiento por parte de su hyung. Tomó un profundo respiro y por fin se animó a preguntar—. ¿Qué es el día de San Valentín? Digo, ¿Es una clase de festival o algo? He visto mucho revuelo por eso hoy y…

 

— El día de San Valentín es un día en donde le regalas chocolates a una persona que aprecias mucho —Explicó con simpleza el mayor, enternecido por la pregunta. Por dentro tenía deseos de reír, pero se contuvo cuando la expresión en el rostro de Taehyung había cambiado a una de completa felicidad al entender el significado del dichoso día, pero pronto esa sonrisa desapareció del rostro de su dongsaeng—. ¿Qué pasa? No me he reído… ¡No pongas esa cara!

 

— Espera, espera —Sin ninguna expresión realmente, el menor rebuscó en sus bolsillos casi con desesperación bajo la mirada de un confundido Hoseok. Pasados unos minutos, finalmente, el rostro del menor se vio alumbrado por una sonrisa de nueva cuenta mientras extraía una pequeña cajita plástica transparente—. Hyung, extiende tu mano.

 

— ¿Qué haces?

 

— ¡Sólo extiéndela! —Exigió nuevamente hasta recibir respuesta del otro quien extendió su diestra con cierto recelo, pero curioso de saber qué haría el menor. Este último, al ya tener la mano ajena cerca la tomó con una de las suyas firmemente mientras que con la otra sostenía el envase plástico que tanto se había demorado en encontrar y lo agitó hasta que salieron un par de chispas de chocolate que cayeron directamente en la mano de Hoseok—. ¡Feliz día de San Valentín hyung!

 

— Pero normalmente las chicas le entregan los chocolates a los chicos…

 

— Pero dijiste que debía ser a alguien a quien apreciara —Espetó un sonriente Tae que no iba aceptar un “no” por respuesta.

 

El mayor observó las pequeñas chispas de chocolate en su mano y sonrió pensando en que su dongsaeng siempre decía cosas como esas. Adoraba su forma de ser y rogaba porque nunca cambiara. Sin siquiera darse cuenta cerró su mano formando un puño causando que el menor se alarmara.

 

— ¡No hagas eso! Se derretirán y no podrás comerlos —Le detuvo frunciendo un poco el entrecejo.

 

— Está bien, está bien… Gracias Taehyung-ah.

                                                                                                                          

* * * * *

 

Marzo por fin había llegado junto con el ansiado día blanco. Hoseok estaba segurísimo de que Taehyung no sabía acerca de ese día o por lo menos aún desconocía la fecha por lo que se llevaría una gran sorpresa cuando viera el pequeño obsequio que le había preparado ese día. Sin esperar el mayor ya emprendía su camino hacia la vivienda de su dongsaeng quien fue la persona que le recibió al abrir la puerta.

 

— ¡Hyung! Ven, adelante — Le invitó con una sonrisa—. ¿Qué te trae por aquí?

 

Hoseok avanzó saludándole como siempre, llevando ambas manos y una pequeña bolsa escondidas detrás de su espalda. Ambos se observaron por un momento y Taehyung rió para romper aquel silencio antes de preguntar:

 

— Hyung, ¿Qué pasa?

 

— Realmente no sabes el día que es hoy, ¿Verdad? —El mayor negó con la cabeza, estrechando el pequeño regalo que escondía.

 

— Pues es viernes, ¿No? —Contestó ingenuo el menor, quien se cruzó de brazos estando pensativo—. Anda, dime qué te traes —Cambió el tema, tratando se asomarse por encima del mayor para poder ver lo que se traía literalmente entre manos.

 

— Hoy es el día blanco —Comenzó a explicar, empujando levemente al menor para que este retrocediera—, y como tú me diste chocolates hace exactamente un mes, quise responder a eso, es todo.

 

Y fue en ese momento en donde Hoseok quedó maravillado por la enorme sonrisa que iluminó el rostro de su dongsaeng. Sus ojos brillaba más que antes y eso ya era mucho decir, por lo menos para quien de un momento a otro dejó al descubierto el pequeño presente que llevaba consigo.

 

— ¡Feliz día blanco TaeTae! —Anunció finalmente mientras le extendía una bolsa de color blanco que traía consigo una cinta roja mal anudada. Hoseok pensaba que no era la mejor de las presentaciones, pero obviamente para el menor fue la mejor presentación de un regalo que jamás hubiese visto. No pasó siquiera un segundo para que Taehyung se precipitara y abriera la bolsa, revelando las galletas que estaban dentro—. Son galletas de chocolate. Mamá me ayudó a hornearlas y hay algunas que no quedaron muy bien… Pero es lo mejor que pude hacer.

 

— ¡Wow! ¡Hyung, eres asombroso! —Los ojos del chico aún parecían tener ese brillo tan propio de ellos un poco más intenso que antes mientras sacaba un par de galletas y se las echaba a la boca mientras balbuceaba lo deliciosas que estaban, o por lo menos eso era lo que quería creer el mayor entretanto rascaba su nuca, un tanto avergonzado. Su dongsaeng era una ternura de persona sin siquiera saberlo—. ¡Repetiremos esto cada año! ¿Sí?

 

— Lo que tú digas —Respondió el mayor con una sonrisa de autosuficiencia trazada sobre sus labios. No le molestaría ver esa expresión de felicidad durante los próximos años. Para nada.

 

Pero no todas las cosas suceden como uno quiere, ¿No? Esa fue por lo menos la lección que le quedó a Hoseok cuando llegó SuelGi a la escuela y comenzó a quitarle la atención del pequeño Tae quien pareció olvidar sus propias palabras. No hacía falta decir que el mayor había tomado un poco de distancia ya que, por mucho que lo intentara negar, le molestaba que en cada san Valentín le llegaran más cajas de chocolates al menor y entre ellas hubiese una de la susodicha chica. Tae obviamente estaba entusiasmado por ver tantas golosinas a su disposición, pero Hoseok definitivamente no lo estaba aunque a él tampoco le iba nada de mal con ese tipo de regalos durante la fecha.

 

Aquel día estaban ambos chicos en la sala de estar de la casa del menor quien miraba despreocupadamente la televisión mientras el otro chico jugaba con su celular. Había envoltorios de chocolates regados por todo el piso y el último bailaba entre los largos dedos de Taehyung quien usó uno de los brazos del sofá como almohada para echar su rostro hacia atrás.

 

— Hyung —Le llamó mientras miraba el techo aquel castaño quien más tarde decidió unas sus brazos de cabecera—. ¿Recuerdas esas galletas que me horneaste hace un tiempo?

 

— Sí, lo recuerdo perfectamente, ¿Por qué? —Con una ceja alzada, Hoseok volteó su rostro levemente, posando su vista en la imagen del castaño.

 

— Quiero más de esas. Recuerdo que estaban deliciosas cuando las probé.

 

— Ve a una tienda y compra. No habrá tanta diferencia —Contestó el mayor, cortándole de inmediato mientras volvía a sus asuntos no tan importantes con su móvil.

 

— ¡No es lo mismo! La de la tienda no son tan deliciosas como las que preparaste tú esa vez. No he recibido algo así desde entonces… Los chocolates son buenos, sí, pero nada se compara a esas galletas —Comenzó a regañar, esta vez tomando asiento en el sofá para observar insistentemente al mayor quien fingía estar sumergido en el protector de pantalla de su móvil. Aburrido de ello, a Taehyung no le quedó más que, con un rápido movimiento, arrebatarle el dichoso aparato para que le prestara atención—. ¡Yah, te estoy hablando!

 

— Corrección, me estás regañando —Rendido ante su dongsaeng, habló—. Además, digamos que puedo hacerlas, pero debo recibir algo a cambio para dártelas nuevamente, ¿No crees? —Hoseok debía admitir que en esos momentos podría haber abrazado a su dongsaeng, pero se mantendría firme en su postura, después de todo tenía algo de razón. Aunque quisiera mucho a ese chico y la imagen que le ofreciera le provocara tanta ternura, no cedería tan fácilmente. O eso creía.

 

El castaño buscó por toda la habitación con su vista algo que le pudiese ayudar en aquella encrucijada, pero como esperaba, no encontró nada más los envoltorios vacíos además de alguna que otra caja.

 

— Es inútil, no tengo nada —Se resignó aunque una idea apareció en su mente—… Aunque creo que en mis labios queda un poco de chocolate aún —Hoseok lo miró con asombro al escuchar esas palabras para luego observar de inmediato los abultados labios del chico—. Olvídalo… Supongo que será para otra ocasión —Y diciendo aquello, le devolvió el celular al contrario.

 

Hoseok, quien aún no se sacaba las palabras de su dongsaeng de la cabeza, no lo meditó mucho tiempo más. Rápidamente tomó el aparato y lo dejó de lado, aprovechándose de esa cercanía que el mismo Taehyung había creado. Se acomodó lo mejor que pudo y con ambas manos acunó el rostro del menor, sosteniéndolo firmemente mientras delineaba sus facciones con sus ojos hasta detenerse sobre su destino final: sus labios.

 

— Hyung… ¿Qué?...

 

— Sólo permíteme hacer esto, ¿Está bien? —Su voz fue tan suave como un arrullo que logró calmar todo su cuerpo. El menor estaba dispuesto y apenas notó que la cercanía cada vez estaba más cerca de ser nula, sus ojos se cerraron, dándole a entender que estaba más que de acuerdo con ello. En primera instancia, Hoseok sintió su propio cuerpo temblar, pero con decisión llegó hasta sus labios para ejercer una suave y duradera presión. Sus pulgares acariciaron las mejillas de Taehyung entretanto su lengua lamía sus suaves pares, saboreando así el delicado toque de chocolate que estos aún tenían. Sus labios se juntaron una y otra vez, moviéndose con brevedad al ser ambos inexpertos hasta sentir la necesidad de respirar con libertad nuevamente.

 

— Ya… Ya tienes lo que querías — Habló con voz ronca el menor, rehuyendo de la mirada de su hyung por unos segundos.

 

— No quedé del todo convencido, ¿Sabes? —Le respondió Hoseok, esbozando una sonrisa llena de picardía que terminó con un empujón por parte de su dongsaeng y un par de risas.

 

— Quizás lo considere luego de recibir mis galletas.

 

— Está bien, busca un abrigo y vamos por las cosas para hacer las galletas. Te enseñaré a hacerlas para que puedas comerlas cuando quieras, TaeTae.

 

— De todas formas esperaré que me las des tú.

Notas finales:

Espero que les haya gustado a todas las lectoras <3. No sé si vuelva a escribir de ellos pronto porque tengo cosas pendientes... -Le cries-... Pero haré un esfuerzo algún día.

 

¡Gracias por leer!


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