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AMANTES Y RIVALES por desire nemesis

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Notas del capitulo:

AQUI LES TRAIGO UN NUEVO CAP LUEGO DE CASI UN MES

PERDON PERO NO HE TENIDO EL TIEMPO NECESARIO

 

2. Recursos

 

 

 

 

 

 

 

Fuko Kurogane no había podido trabajar bien. Desde que iniciara el día esa cara lo perseguía. Su enemigo había sido poseído por dos veces. Por delante y por detrás. Su orgullo debiera estar deshecho ya. Sin embargo lo angustiaba dejarlo ir y la cara del semi inconsciente ojos azules, después de su ardua sesión de sexo aparecía con tanta insistencia que a veces se había visto trabado de hablar y sus subordinados le habían preguntado si se hallaba bien.

 

Estaba furioso.

 

Consigo mismo.

 

Con él.

 

¿Cómo era posible que ese tipo le afectara así?

 

De pronto recordó algo y puso cara de satisfacción.

 

Era cierto. Había algo que faltaba por hacerle a ese desgraciado. Faltaba algo para destruir su orgullo.

 

 

 

 

 

 

Fye se sentía desolado. Allí, sentado solo con las manos entumecidas atadas a la pared pensaba en su comportamiento del día anterior y como se permitió ser usado por ese Kurogane.

 

Lo peor era la forma en que su cuerpo había reaccionado a su toque. Ya había habido hombres que por su clase social o posibilidad de llegar a la cima, habían intentado seducirlo pero él los había expulsado rápidamente. Repelido porque era disgustante que otro hombre lo tocara. Su familia jamás fue fraternal ni nada así. Seguían un estricto protocolo donde tocarse entre sí era algo vulgar. Inclusive su madre le hablaba de manera seria y sosegada y nunca le abrazó de manera alguna.

 

Entonces…

 

¿Por qué el varonil toque de ese hombre había derretido su cerebro de esa manera?

 

Aún recordaba la manera en que su miembro se frotaba contra el firme estómago de ese hombre excitándose más y más mientras el otro lo embestía con esa brutal fuerza suya. Cualquier hombre que fuera forzado de esa manera se sentiría asqueado y odiaría al tipo que se lo hizo. Pero él…

 

Ansiaba el toque de esas manos sobre la piel desnuda.

 

¡Que desagradable se había vuelto a sus propios ojos!

 

 

 

 

 

 

 

Entonces la fuente de sus pensamientos atravesó la puerta de la desolada casa, que permanecía guarecida por dos subordinados de Kurogane uno en la puerta de enfrente y otro en la detrás y que solo entraban a ofrecerle comida al prisionero y que se burlaban de su situación sin saber a que extremos había llegado su jefe con él.

 

El ojos rojos se paró en medio de la habitación y miró al otro a los ojos. Fye desvió la mirada disgustado. Kuro sonrió maliciosamente. Traía una bolsa de papel que dejó caer al piso. Su contenido quedó en su mano.

 

Un pedazo de sedal.

 

DeFluorite no tuvo tiempo de verlo porque al momento el otro estaba encima suyo. Despacio comenzó a deslizar sus pantalones hacia abajo.

 

¿Por qué me vistes si luego piensas desvestirme?—preguntó con enfado el rubio.

 

Al oído el otro le respondió con una voz masculina, sensual y algo picaresca—Es que me excita desvestirte y sé que a ti también te excita—

 

¡Era verdad! ¿Pero cómo sabía él que el roce de su ropa siendo sacada le provocaba eso?

 

Una mano de Kurogane resbaló por el miembro recién liberado que se alzaba recto y punzante. No era difícil de adivinar, concluyó el ojos azules sintiéndose desgraciado. Una mano se deslizó entre la camisa y la piel del estómago deslizándose hasta el pecho, ella llevaba el sedal sujeto.

 

De pronto el rubio sintió curiosidad y algo de miedo.

 

¿Para qué es el sedal?—preguntó mientras pensaba que el otro se proponía acabar con su vida de la forma más humillante posible ya que la mano, si seguía, llegaría fácilmente hasta su cuello, y allí, con la ayuda de la otra… Podía matarlo mientras lo violaba. ¡Que imagen más espantosa! Se dijo Fye.

 

Kurogane sonrió con malicia al ver la preocupación en los ojos de su rival, luego bajó estos hacia su miembro erecto y se puso a trabajar con sus manos en él pues se había arrodillado entre sus piernas y sobre la cama. Lo siguiente que supo el rubio era que su miembro estaba completamente rodeado y atado por el sedal.

 

¿Qué piensas hacer…?—preguntó DeFluorite mirando la obra del otro sorprendido y preocupado.

 

Kuro lo volteó y mientras él estaba apoyado en sus piernas y acodado en las almohadas porque las ataduras solo le permitían eso el pelinegro se puso por arriba para hablarle a la oreja—Ahora por más que quieras no podrás venirte—dijo antes de bajar de sus hombros la camisa para lamerle la nueva zona descubierta de los hombros.

 

El rubio pudo sentir la fricción del miembro duro atrapado en los pantalones del ojos rojos rozando su parte posterior lo que aumentó su lívido y al hacerlo un dolor se apoderó de su falo.

 

Solo lo liberaré cuando me lo pidas y añadas que eres mío para hacerte lo que quiera—le contó Kurogane.

 

¡Eso no pasará jamás!—le contestó el ojos azules.

 

Fuko se enojó. Aún en su situación ese hombre no había perdido esa manera de hablar. Aún era orgulloso y engreído--¡Pues eso lo veremos!—dijo el pelinegro arrodillándose tras él mientras se aflojaba la corbata y sacaba el saco, luego pasó a liberar sus pantalones—

 

Fye trató de prepararse mentalmente para lo que le esperaba.

Notas finales:

LES GUSTA COMO VA?


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