—Esto se acabó, Kōki— dijo seriamente.
—¿Por qué? Hi-hice algo mal.
—No, simplemente no eres lo que esperaba. Sinceramente sólo quería entretenerme contigo— dijo viendo como el castaño temblaba.
—¿Entretenerte?...
—Sí. Creías que te iba a tomar en serió cuando no tienes nada. Lo que piensas estudiar no deja nada bueno, jamás tendrás dinero y yo no pensaba mantenerte— dijo acomodando su reloj.
—¿Mantenerme? Estas muy equivocado, Sei.... Akashi —Se levantó de la banca donde se encontraba —Sabes yo me enamoré de ti por quien creía que eras en el lado sentimental— hizo una pausa ganándose la atención del pelirrojo —Jamás me fije en ti por "tú" dinero. Dinero que nunca te has ganado. Dinero que tú padre se ha ganado con su esfuerzo, y tú sólo lo haz gastado a tu antojó. Ése no es tú dinero, No tienes nada a excepción de las migajas que tú padre te deposita y tú gasta —se colocó frente al pelirrojo— Cuando quieras decirle a alguien que nunca lo mantendrás asegurarte de tener tú propio dinero para que de verdad valga la pena el decírselo. Espero un día te enamores de alguien que sólo te quiera por el dinero de tú padre, no por quien quieres y sufras lo que yo estoy sufriendo por qué no me amas por ser pobre. Adiós, Akashi.— dijo dándose la vuelta y marchándose del parque.
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—¡Kōki!— gritó desesperado logrando despertarse, observó el lugar donde se encontraba y unas lágrimas surcaron sus mejillas —Perdóname, Kōki. Perdóname por haberme equivocado. Te amo, Kōki.
Habían pasado 5 años desde que eso sucedió, 5 años en los que se arrepentía de haberle dejado y de haberle dicho aquellas crueles palabras. Había estado segado por el dinero, dándole prioridad a eso.
En el primer año fue un caos para él, su padre se había distanciado un poco de el. Le había platicado lo sucedido con Kōki creyendo que su padre lo apoyaría, jamás imaginó que su padre se había encariñado con su ex-novio.
Buscó tener parejas pero todo lo que buscaba en ellas era que lo hicieran sentir bien, lo mimaran, lo hicieran sonreír genuinamente como lo hacía Kōki. Pero nunca sucedió. Aquellas personas solo estaban con él por el dinero de su padre, allí fue cuando se dio cuenta de su gran error y corrió a buscar a Kōki.
No lo encontraba por ningún lado, por Kuroko Tetsuya se enteró de que se había marchado desde hace meses, para ser exactos dos meses después de que terminaron.
Con ayuda de su padre al ver su arrepentimiento contrataron investigadores privados y jamás lo encontraron, a pesar de los años lo seguía buscando.
Jamás volvió a estar con alguien, jamás podría. No cuando amaba a Furihata Kōki, su primer y único amor.
Limpió sus lágrimas y siguió la rutina del diario: bañarse, vestirse, desayunar, salir y pasársela horas trabajando en la empresa de su padre.
Era otro día más en su rutina hasta que el teléfono de la oficina sonó —Departamento de estrategias— dijo acomodando los reportes —ahh Papá... Claro, ahora voy.
Subió al elevador, tecleó el número 8 y bajó en presidencia. Al llegar le hizo señas a la secretaría, ésta le asintió. Se aproximó a la puerta y escuchó un adelante.
—¿Me mando a llamar?— preguntó.
—Sí. Este tema lo vamos a tratar como personal, por ahora no va ha salir de esta oficina— dijo cruzándose de brazos, Seijūrō asintió —Quiero que investigues las editoriales más factibles. Quiero ganancias, número de publicaciones, sus editores más rentable. Todo sobre las editoriales.
—¿Puedo saber para qué, papá?— preguntó confundido.
—Voy a adquirir una— dijo determinado.
—¿Piensa abrir una línea de editoriales?— pregunto estupefacto ¿Su padre comprando una editorial?
—No exactamente. Pienso comprarla y mover algunas cosas a mi antojó. Todos los empleados y el director de la editorial seguirán como si yo no fuese el dueño— explicó levantándose de su lugar.
—¡No entiendo!— exclamó confundido.
— Todo lo que debes saber es que necesitó esos reportes lo más pronto posible— Masaomi sonrió— Durante estos años de mis viajes a las sucursales en EEUU conocí a un escritor muy importante para mi. Quiero la editorial para traerlo a Japón.
—Me estás diciendo que estás....— comenzó a decir, pero el hecho de saber que su padre estaba con alguien y no sólo eso dijo "Escritor" significaba que era hombre.
—Sólo ve hacer la investigación, Seijūrō— ordenó pasando la mano por su cabello— Ah. Y lee esto, es de él. Luego me dices que te pareció— dijo aventándole un libro.
Seijūrō se dirigió a su oficina, se sentó y leyó la portada del libro en inglés "Promesas de amor" de Aka Ai. Frunció el ceño, abrió el libro y leyó la dedicatoria:
"A mis hijos Seiji y Masaoki, mis amores y los dueños de mi corazón.
A M.A por brindarme su apoyo cuando más lo necesitaba, y ser el soporte de mi vida y mis amores"
Al terminar de leer la dedicatoria comprendió dos cosas: Aka Ai era un docel y tenía dos hijos con su padre.