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The death por aries_orion

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Notas del fanfic:

Les pido que lean también las letras cursivas pues sino no entenderán la historia.

Sin más.

Espero os guste.

Los personajes le pertenecen a Tadatoshi Fujimaki, la historia es mía.

Notas del capitulo:

Esta historia surgió de la semana de Borges pues en dos materias (lírica y narrativa) y teoría lo vimos y examinamos, por cierto, les recomiendo leer algo de este autor :D

Espero os guste.

 

La muerte, tema tabú para toda la humanidad desde tiempos antiguos hasta la actualidad, tema de estudio en todos sus ámbitos, tanto científicos como filosóficos. La muerte para algunos es liberador, para otros es sufrimiento; temida, odiada y a veces bien recibida es. Sin embargo no mencionaremos argumentos que ya han sido expuestos por reconocidos estudiosos pues esto no es un escrito académico, no obstante la muerte en esta ocasión será necesaria para que una persona retorne de un lugar que alguna vez le dejó vivir sus mejores recuerdos, también fue testigo de un dolor causado por lo desconocido. Temor que vuelve totalmente peligrosos a los humanos.

 

1

Las salidas, los juegos, las pláticas, gestos e incluso pequeños roces dados consciente e inconscientemente, todo aquello le desconcertaban y a su vez le gustaban. Sabía que lo pensado quizá no sería bien aceptado por su familia, amigos o la sociedad pero no le importaba, esas sensaciones que su cuerpo recibía por cualquier mínimo detalle por parte de aquel cuerpo ligeramente más alto que él, le gustaba y aterraba a partes iguales. Sin embargo cuando cayó totalmente en la cuenta que los sentimientos nacientes en su pecho eran diferentes en todos los sentidos se asustó.

Examinó por todos los ángulos posibles esas simples palabras capaces de cambiar su mundo, capaces de dirigir su vida venidera, la Primera y Segunda Guerra Mundial eran meras batallas de juguete en comparación con la que él tuvo contra sí mismo. Cuando perdió la batalla que desde un inicio ya estaba ganada no pudo hacer más que reír desquiciadamente mientras sus ojos lagrimeaban como nunca. Acepto. Acepto la derrota mucho mejor que cualquier otra.

Le gustaba. Si

Le quería. Si

Era importante. Si

Le amaba. No lo sabía.

Pues el amor no nace de un día para otro, no se da a primera vista como lo creen muchos o lo pintan en la pantalla y libros, hay atracción y curiosidad, si la hay pero no amor. El amor nace con el tiempo, con el trato, con el conocimiento casi de su totalidad de la otra persona, la aceptación de virtudes y errores pues los humanos no somos dioses para ser perfectos, somos simples humanos, personas que caemos en el abismo con cualquier situación. No obstante, estaba dispuesto a intentarlo, a luchar en silencio por una oportunidad, a ser más observador de lo que ya era para notar sólo una señal verde para realizar el acto más vergonzoso de toda su corta vida, y única, pues sabía que el amor sólo se sentía una vez, se sentía cuando la persona seleccionada lograba controlar cada parte de ti sin proponérselo.

 

Es, ya lo sé, el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la espera y la
memoria, el horror de vivir en lo sucesivo.

 

2

Los meses pasaron. Cada uno más alentador que el otro. Más esperanzador que el otro, notaba los cambios que su persona sufría cuando estaba cerca; la estúpida sonrisa que se aferraba a su rostro con garras y dientes, no se movía ni un milímetro cuando regresaba de verlo, hasta que su hermano hacía un comentario, o su madre, padre e incluso su hermanita, es que reaccionaba. Más de una vez fue sometido a un interrogatorio por parte de esta pero no salió nada de sus labios, bueno solo una sonrisa sínica característica de su persona, o quizá de su familia.

En una ocasión no pudo resistirse.

¡Lo torturaban con fresas bañadas en chocolate y chantilly! ¡Eso era tortura en toda regla!

Les dijo su sexo. Todos, a excepción del preso quedaron petrificados observando al antes preso comiendo la frutilla roja. La madre volvió a preguntar, la respuesta fue la misma, su amado, no amada, era un hombre. Después de la décima misma pregunta cayó en cuenta de lo dicho, observó a su familia, espero el veredicto, incluso por su mente pasaba ya la idea de pedir asilo a alguno de sus amigos, sus cavilaciones fueron cortadas por el chillido de las mujeres de la familia. Para esa familia eso significaba aceptación y respaldo. Los hombres sólo se miraron para saber que una matanza verbal se llevaría a cabo entre ellos tres por ello.

Un peso de encima abandonó su cuerpo. Su familia era más importante que sus amigos y eso ni el amor de su vida lo cambiaría.

La familia era primero. Esa era una regla de oro en ese clan tan peculiar.

 

3

Es el amor con sus mitologías, con sus pequeñas magias inútiles.
Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar.

 

No debió decir nada. No debió beber. No debió haber ido a esa estúpida fiesta.

Aquel lugar que hace unas horas retumbaba por la música ahora se encontraba en total silencio. Su cuerpo se convirtió en el centro de atención, incluso fungió como repelente para cortar el alcohol en sus cuerpos. Sus mejillas se tiñeron de carmín. Salió de aquel lugar sin esperar la respuesta de nadie. Las miradas y gestos bastaron para saber que era repudiado. Su amor no era correspondido. Su persona amada le tenía asco.

Al llegar a casa lloró.

Lloro por no haber tenido control de sus acciones ni el de su lengua. Entre los brazos de su madre descargo el dolor dado por ese amor que quizá nunca tendría oportunidad. A sus oídos llegaban palabras de consuelo. Su padre y hermano le sacaron una sonrisa genuina pues habían escuchado la conversación que pensó era entre su madre y él, no paraban de inventar una y mil formas para darle su merecido al idiota por lastimar a su primogénito y a su hermano mayor, hasta su hermanita se les unió, las irreverencias que decían eran más descabelladas, macabras y hasta cierto punto tontas.

–Ves, tal vez no seas aceptado del todo afuera pero dentro de estas paredes y al lado de ellos lo eres. Eres valioso e importante para esa triada de locos.

A su madre le dedicó una de sus más genuinas sonrisas. El terceto paró de sus discursos asesinos para mimarlo.

Esa noche la familia al completo durmió en el cuarto principal.

 

4

Tres días después fue echado de su refugio con el rugido furioso de su familia diciendo que ahí no alimentaban ni daban techo a arganes de su calibre. Refunfuñando por ello llegó a la escuela. Mal presentimiento. Las clases fueron tediosas y aburridas a más no poder, incluso considero darse un tiro, fue sacado de sus pensamientos por la voz de la profesora de historia para decirle que el entrenador de su club lo requería. Eso no pintaba bien. Al llegar al gimnasio noto que todo el equipo se encontraba listo para salir. Nada bien. El entrenador llegó a su lado para decirle que tenían práctica amistosa con otro equipo. Negro. Al llegar a la escuela, se quedó dormido, no observó nada pues se caía de sueño, literal, despertó totalmente cuando entro y observo al equipo contrario. Tierra trágame.

Logró parar un grito para nada varonil cuando observo donde se encontraba.

Quería huir. Si

Quería correr hasta su casa. Si

Quería encerrarse en su cuarto hasta tener que presentar los exámenes a la universidad. Si

¡Quería irse de ese lugar!

No soportaría un partido contra ellos ni dos minutos.

Los recuerdos de aquella noche regresaron a su mente como autos de carreras.

Su rostro estaba totalmente rojo. Joder parecía un tomate, pero un tomate bonito no feo ni verde sino uno reluciente y brillante como farol.

Como pudo logró jugar. No perdieron. Pero el olor, el cuerpo y la voz de su amado le hacían perder la concentración, agradecía que su cuerpo jugara ya por instinto que por quererlo. Ventajas de jugar casi toda una vida el mismo deporte.

Al terminar el partido se fue pitando de ahí poniendo como excusa una llamada importante y para eso necesitaba su celular que se encontraba en los vestidores. No dio ni dos pasos dentro de este cuando fue empujado al interior del lugar y después ser apresado entre la pared y un cuerpo demasiado caliente para su gusto. Sus labios fueron profanados. Delicado y apasionado, mezcla demasiado abrumadora para su nula experiencia en esa clase de besos. No se movió para nada. Su amado se separó con algo de recelo. El frío se sintió en sus belfos.

– ¿Por qué?

–No lo sé.

El beso se reanudó. Si no fuera porque era sostenido por la cintura se hubiera deslizado por la pared hasta llegar al núcleo de la tierra.

 

5

El sábado por la tarde recibió la llamada de su amado ¡Quería verlo! Los hombres, para su sorpresa y el de las féminas, le ayudaron a vestirse pues su nulo conocimiento en moda era contrarrestado por su buen físico.

Al llegar al lugar acordado fue arrastrado a lugares que ni sabía existían en el territorio, y mira que vivió ahí desde el vientre de su madre, la cena fue hecha por su amado, el postre fue su perdición.

Esa noche conoció tierras jamás exploradas.

 

6

¡Se sentía en las nubes!

Su amado le consentía en casi todo. Le trataba como si fuera el cristal más delicado jamás creado por manos humanas. Estaba tan feliz. Su cambio fue notado por su familia, no sabría afirmar si también por sus amigos pero no importaba. Su amor le hacía el amor casi todos los fines de semanas, siempre antes de comenzar le pedía permiso y este se lo daba sin poner mucha resistencia.

Al llegar a la cama se convertía en una masa gelatinosa que se estremecía con cualquier contacto, se derretía con cada palabra susurrada a su oído, se volvía fuego cada vez que lo embestía.

Sentía tantas cosas que las palabras no representaban lo sentido. No bastaban. Su cuento de hadas le parecía tan real y hermoso.

Le encantaba robarle besos, estar por horas sentado sobre o a su lado.

Ahora estaba seguro que lo amaba.

 

 

Después de un tiempo uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma.

 

7

Su mundo se derrumbó.

Su mundo fue construido a base de arena sin notarlo.

Su mundo ni siquiera existió.

Las ilusiones son tan bonitas y la realidad tan cruel.

Sus ojos nuevamente derraman lágrimas que no debían.

Su cuerpo temblaba. Sus fuerzas le abandonaban cada vez que daba un paso, el nudo en su garganta no le permitía al aire llegar a sus pulmones.

Eso no podía estarle pasando a él. ¿Qué hizo mal? ¿Acoso cometió algún error y no se dio cuenta? O ¿quizá… nunca hubo amor de parte de aquel hombre?

¡No podía ser!

¿Y las caricias tan gentiles dadas a su cuerpo, las palabras, los besos?

No podía ser verdad tenía que estar en una pesadilla. Una inhumana pesadilla.

 

 

Y aprende que el amor no sólo significa acostarse con alguien y que una compañía no significaba seguridad, y así mismo uno comienza a aprender…

 

 

8

Se sentía mal desde hace un tiempo, no sólo su cuerpo y corazón dolían sino también su cabeza y estómago. Su familia le sostuvo desde aquel día, al pendiente de lo que necesitara estaban sin agobiarle ni insistirle mucho, por más que cuestionaron, la respuesta no abandonó sus labios, no quería recordar, sin embargo su mente le traicionaba, y, ahora su cuerpo se confabulaba junto con ella para aumentar su calvario.

Su hermanita por las noches se metía a hurtadillas a su cama, le acariciaba sus cabellos y después le cantaba mientras él se hacía el dormido; su hermano igual pero sin canción, varias veces se llevó la mejor sorpresa al despertar pues dos cuerpos más jóvenes yacían dormitando a su lado. Su madre venía a despertarlos para la preparación de la escuela.

Escuela que no había vuelto a pisar desde entonces. ¿Una o dos semanas? ¿Un mes quizá? No sabía a ciencia cierta pues desde entonces no le importaba el tiempo.

Su padre ese día no iría a trabajar, su madre tenía que salir a realizar varias cosas, no le importaba estar a solas con él pues cuando eso sucedía lo aferraba a él con la intención de no soltarlo nunca. Todo eso era opacado por su jodido estómago y ahora se le sumaba su olfato. A medio día su estómago no soporto tener comida en sus dominios, salto de los brazos de su padre para correr al inodoro a devolver todo lo poco ingerido, cuando terminó su padre lo arrastró hasta el hospital. Fue sometido a estudios, preguntas y un examen físico que odiaba, en más de una ocasión quiso salir del lugar pero la mirada intensa de su padre y la pose en clara muestra de no hacer lo pensado lo detenían. Lo llevaron a una habitación para esperar los resultados sanguíneos. No llegó a tocar la cama cuando el resto de la familia entró como un vendaval a la habitación, sus hermanos con el uniforme y su madre con bolsas de mandado, le dio vergüenza que su familia dejara sus cosas para venir a él.

– ¿Está bien? ¿Qué sucede? ¿Qué dijeron los doctores?

– ¿Mi hermano está bien? ¿Morirá?

– ¿Oni-chan estas bien?

Sorpresa inundó su ser. El terceto ni bien habían cruzado la puerta y ya demandaban saber hasta el tipo de calzones que traía puestos.

El patriarca del clan los calmo, pero aquello no duro cuando el médico traspasó la puerta para diez minutos después soltar la bomba nuclear biológica mejor construida por el hombre sobre su cabeza, la onda expansiva la recibieron el resto de integrantes.

El negro envolvió su cuerpo.

 

 

Y aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro, y el futuro tiene forma de caerse en la mitad…

 

9

En unas canchas callejeras se encontraban varios grupos de diferentes escuelas, aquello era un espectáculo pues no todos los días se observa a grupos de estudiantes reunidos en un mismo lugar fuera de sus instalaciones educativas, a no ser que se encontraran en algún evento cultural o deportivo, sin embargo esos motivos estaban lejos de la realidad pues estaban compartiendo el mismo espacio por cosas personales.

Una persona en común conocimiento.

– ¿Nadie sabe nada?

–Momoi-san tú eres la de la información tú debes saber algo.

–Lo siento chicos pero no sé nada.

– ¡¿Dónde demonios se fue ese…?!

–Creo que no deberías expresarte así.

–Moo~  no peleen.

– ¿Qué hacemos?

– ¿Alguien sabe que le haya pasado como para que dejara de dar señales de vida?

– ¿Quizá una decepción amorosa?

–Él no es un cobarde y lo saben.

–Cierto a él le gustan los retos y los enfrenta sin importar nada.

–Entonces… ¿Qué hacemos?

Silencio.

–Esperar y rogar porque no le haya pasado nada grave.

La frustración, dolor, desesperación y sobre todo la tristeza reinaba en aquellos cuerpos atléticos y jóvenes.

 

 

No habrá sino recuerdos.
Oh tardes merecidas por la pena,
noches esperanzadas de mirarte,
campos de mi camino, firmamento
que estoy viendo y perdiendo...
Definitiva como un mármol

 

 

10

Detestaba con todas sus fuerzas el dolor.

El maldito dolor que no lo dejaba ni a sol ni sombra, aunque viéndole el lado bueno era más mimado, sus demandas se hacían al pie de la letra y… ¡estaba tan feliz!

Bueno al principio no, la duda y el miedo recorrieron los cuerpos de aquel clan pues lo dicho por el doctor ocasionó una guerra al llegar a casa, dos féminas contras dos hombres discutían y gritaban a viva voz sin importar lo que saliera de su boca y mucho menos que el principal afectado pasará de la sorpresa a las lágrimas silenciosas. No hasta que este grito para casi desgarrar sus cuerdas bucales. La familia se quedó congelada observando al chico, la culpa los invadió pues si para ellos fue algo duro para él debió ser algo peor.

Llorando como magdalena les dijo cómo se sentía y lo que había sucedido hacía tiempo.

Nuevamente las ideas de asesinato regresaron a aquella casa.

Nuevamente la habitación principal fue usada por toda la familia.

Al día siguiente hablaron. Llegaron a la conclusión de empezar de cero, no en su totalidad pero sí para su pequeño; él gritó y protestó, no quería que por su culpa sus padres sufrieran un cambio tan brusco y sobre todo sus hermanos.

Hicieron oídos sordos para después ver a su padre realizar un par de llamadas en otro idioma que hacía mucho no escuchaba, el resto subía, bajaba, gritaba y aventaba cosas por toda la casa mientras él sólo observaba. Su padre terminó su llamada, lo observó.

–Hijo esto lo hacemos porque queremos, además esto sólo adelantó nuestros planes, no te preocupes.

–Pero mis hermanos…

–Ellos han aceptado sin pensarlo.

–Pero…

–Pero nada oni-chan, esto será genial, tendremos nuevos amigos, conoceremos a nueva familia y-y-y…

–Y nuestro país de origen, animal no te preocupes además ya me estaba aburriendo del lugar.

– ¡Akira no le digas así a tu hermano! Y tú – apuntando con su dedo hacia el mencionado – deberías estar en tu cuarto haciendo maletas pues nos vamos mañana a primera hora.

– ¡Si! ¡Viajaremos en avión!

–Pondré a cargar mi celular, mi lector y mi reproductor.

–Amor te necesito en la habitación yo no puedo con todo.

Los tres abandonaron la sala sin decir más.

–Ves, a ellos no les importa, incluso hasta están felices. Anda sube a prepararte.

Las lágrimas se volvieron a desatar, con paso tembloroso y llorando hizo lo pedido. El resto del día se la pasaron gritando y acomodando tanto sus cosas como las de casa. No durmieron. Salieron casi al alba. Al estar en el aeropuerto sufrieron una odisea pues entre sus hermanos y él con los malestares casi perdían su vuelo. Al llegar a su destino fue todavía otra odisea y sorpresa pues tanto su madre como padre hablaban el idioma del lugar. En el trayecto los menores iban preguntando y maravillándose por todo. Al pisar su punto final fueron recibidos con besos, abrazos y una fiesta.

Agradecían que la familia supiera hablar el mismo idioma que ellos.

Al dar la noticia todo aquello se volvió una algarabía y nuevamente los instintos asesinos junto con su planificación llegaron pero con otro idioma y más descabelladas e incluso algunos más elaborados. Afortunadamente la voz de la razón se hizo presente, su abuela, no duró mucho pues diez minutos después de poner orden se desató el júbilo. La fiesta duró hasta el amanecer.

Fue hermoso que la familia al completo lo aceptara.

Pero no, lo mejor fue que no sólo era consentido por cuatro sino por quince o quizá más personas, todas sus peticiones eran acatadas, los consejos de toda clase iban y venían, durante sus días libres los llevaban a recorrer la ciudad.

En definitiva agradecía la resolución que su familia hizo hace unas horas.

Al recordar todo aquello los ojos se le aguaron, tantas emociones, situaciones y momentos que serían atesorados como nunca, sin embargo su recuerdo seguía insistiendo en tocar su muy lastimado corazón.

Todo eso fue cortado de tajo por el dolor físico. El grito que dio alertó a toda la familia.

No esperaron. No preguntaron. Simple y sencillamente lo arrastraron al hospital sin importar que la mayoría se encontraba en pijama o alistándose para dormir.

 

 

Yo tendré que quebrarlas con mis manos.

¿En qué hondonada esconderé mi alma

Para que no vea tu ausencia

Que como un sol terrible, sin ocaso,

Brilla definitiva y despiadada?

 

 

11

Años habían pasado sin saber absolutamente nada de su compañero, amigo y hermano.

Le extrañaban tanto.

Sus salidas, partidos y discusiones no eran las mismas sin él pues este le daba el toque para que se volvieran recuerdos y situaciones geniales. A la universidad ya habían entrado, y, aunque esta les absorbía casi al completo siempre encontraban el espacio para juntarse para hablar y preguntar sobre noticias de su amigo. Hoy era uno de esos días donde todos se juntaban, la plática y la comida era amena y divertida hasta que el sonido de un celular interrumpió el ambiente.

– ¿Diga?... si los conozco pero… ¿q-qu-que? Es-eso es imposible… voy para allá.

Salió del lugar sin importar nada.

Sus acompañantes le seguían.

Su carrera les daría algo para lo cual no estaban listos para enfrentar.

 

12

–Sí ¿quién habla?

–Hablo del hospital central de Tokyo para informarle que su familia sufrió un accidente, su padre y madre están en quirófano y su…

Corto la llamada. Su cuerpo temblaba. Sus ojos amenazaban con derramar lágrimas.

 ¿Leone succede? (¿Leo qué sucede?)

De -d-devo tornare a Tokyo. (De-d-debo regresar a Tokyo.)

 

13

La noticia les cayó mal a todos. Se turnaban para hacer guardia en el hospital.

El que uno de ellos estuviera haciendo sus prácticas en el hospital de alguna forma les alegraba pues les mantenía informados de casi todo, afortunadamente su casi nulo conocimiento sobre aquella familia le permitió que su doctor en jefe le permitiera estar en el caso. De aquel fatídico accidente había pasado una semana. Su rendimiento tanto físico como escolar se vio afectado y notado por sus profesores, los cuales les pidieron una explicación, la dieron y a cambio les permitieron faltar durante algún tiempo pero se tendrían que recuperar en verano, bendito verano, aceptaron.

Hoy era sábado, habían acordado ir todos juntos pues también le llevarían algunas cosas a Midorima quien prácticamente vivía en el lugar.

Al estar a tan sólo unos pasos de las habitaciones donde se encontraba la familia se quedaron congelados.

Uno en particular sufrió, no sólo una parálisis, sino el congelamiento absoluto de todo su organismo.

 

12

La llamada ocasionó que aquella casa que normalmente era tranquila se volviera un circo, él iba y venía de la habitación de al lado a la suya, tomaba y seleccionaba cosas necesarias para meterlas a la maleta sin importar el acomodo. Un par de ojos lo seguían sin moverse o decir nada. Observador silencioso. Uno que de cierta manera le daba fuerzas para no desmoronarse. No delante de él.

– Tu vuelo sale mañana por la mañana. – Se detuvo a observar a la persona que yacía en la entrada de su cuarto. – No me veas así, fue el vuelo más próximo en el que conseguimos espacio.

–Gracias…yo…

–Lo sabemos y lamentamos no poder acompañarlos pero…

– Lo so, hanno fatto già troppo per mio, per noi… (Lo sé, ya han hecho demasiado por mí, por nosotros…)

– Famiglia affetto, famiglia. (Familia cariño, familia).

Ambos adultos se dedicaron una sonrisa. Él recargó su frente con la contraria, necesitaba fuerzas que no tenía para volver a pisar aquel lugar y sobre todo con semejante motivo.

–En cuanto podamos conseguir espacio para ir, iremos a tu lado, a su lado ¿entendido? – Sólo movió la cabeza en afirmación pues las palabras eran retenidas por el nudo en su garganta. –Vamos deja te ayudo con eso mientras prepara los papeles.

– Grazie nonna (gracias abuela).

El silencio medio reino en el lugar.

Lo necesario fue preparado y terminado sin ningún contratiempo. Al aeropuerto llegaron con una hora de anticipo pues no pudo soportar estar mucho tiempo sin hacer nada. Las despedidas y las palabras de ánimos no se hicieron esperar antes de adentrarse en la zona de abordaje. La espera para su vuelo fue tediosa. El vuelo lo sintió eterno.

– ¿Perché stiamo qui? (porque estamos aquí).

Per la famiglia (por la familia).

No volvió a escuchar esa voz.

Sus ánimos estaban por los suelos, agradecía el silencio de su parte pero sabía que en cuanto llegaran a su destino las preguntas no se harían esperar y dudaba poder contestarlas.

Al llegar al hospital todas las miradas de los presentes cayeron sobre ellos. Busco al personal para pedir informes sobre su familia.

Diez minutos después sentía que su mundo nuevamente se tambaleaba. Estuvo a punto de perder el conocimiento.

La pared le sirvió como sostén.

Una mano le dio fuerzas para no llorar.

 

13

Ante ellos se encontraba la persona que habían estado buscando por años. La alegría inundó sus cuerpos, sin embargo ese sentimiento desapareció al ver el semblante que tenía aquel cuerpo. Caminaron sin decir nada, su mirada siempre fija en la persona sentada en el piso y al lado de una maleta. Se pararon a unos pasos de distancia de él. Nadie se atrevió a hablar. Nadie excepto Kuroko.

Apenas iba a pronunciar la pregunta cuando fue interrumpido por la persona al frente.

–No estoy bien. No me interesan sus palabras. No me interesa contestar preguntas. Simple y sencillamente no digan nada.

Con esas oraciones comprendieron que no era el momento ni de saludarlo. Sin embargo era notable que estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano para no llorar ahí mismo. Tuvieron que tragarse su curiosidad e interrogatorios. Todos se acomodaron en silencio a su alrededor pero respetando su espacio pues no querían molestarlo y que este les prohibiera el paso.

Los minutos transcurrieron silenciosos, pesados y lentos.

– ¿Por qué están aquí?

Una sencilla pregunta susurrada.

Una pregunta que aunque quisieran contestar no podrían dar una respuesta clara.

Los recuerdos de la última vez que lo vieron regresaron a sus mentes.

 ¡Papà!

–No grites Aries estamos en un hospital.

–Perdón.

Un pequeño de no más de seis años había llegado corriendo seguido de una enfermera, el pequeño traía una sonrisa radiante, ajeno a la situación por la que se atravesaba, beso la mejilla del hombre para después girar y mostrar unos ojos sin igual, les sonrió y preguntó:

– ¿Quiénes son?

 

14

¿Es que acaso no puedo ser feliz? ¿No he sufrido lo suficiente?

Eran las preguntas que rondaban por su cabeza.

Desde que se deslizó en la pared hasta el piso frente a las puertas que escondían a su familia no se movió para casi nada. El médico encargado de sus casos se agacho para seguir informando sobre sus situaciones médicas. Escuchaba a medias. Su mirada era intercalada entre él y las puertas. En esos momentos, saber que estaba en esa tierra maldita pasó al quinto plano.

No podía perderlos. No podían dejarlo sólo. ¡No podían!

El médico al observar que el joven ya no le prestaba atención le pidió a una enfermera que estuviera a su lado y que ayudará en lo que pudiera.

–Papá tengo hambre.

El joven no le contesto pero si lo miro. La enfermera intervino.

–Vamos pequeño te llevo a comer algo a la cafetería.

– ¿Papa?

–Ve, ella te cuidara.

– ¿Quieres algo? –este negó. – De acuerdo.

Ambos se fueron.

El silencio volvió a reinar.

La amenaza de las lágrimas estaba tocando insistentemente a su puerta y, estaba tentado a darle paso.

 

15

El asombro era palpable en aquel lugar. Las preguntas nuevamente estaban dispuestas a desatar una algarabía en aquel lugar. El joven llamado papa no habló.

– ¿Aomine-kun tiene un hijo?

Esa era la pregunta clave. Una que por lo visto el mencionado no mostraba señales de contestar.

 

16

Quería regresar a casa. Quería regresar a Italia. Quería ser consentido por su abuela. Quería reír por las bromas de sus primos y las regañadas que recibían de parte de los mayores.

No quería estar en ese lugar. No quería estar a su lado. No quería verlo, oírlo y escucharlo.

Recuerdos que pensó se encontraban olvidados regresaban con ímpetu a su cabeza, las sensaciones se volvían el doble de fuertes que antes, pero… quería un abrazo de aquellos brazos, quería un beso de esos labios, quería palabras dichas con aquella voz aunque fueran mentiras.

Quería tanto y a la vez nada.

Para empeorar las cosas su hijo hizo la pregunta que nunca deseo contestar, no por lo menos en unos años más, una pregunta y respuesta que implicaba tantas cosas felices y dolorosas. Las lágrimas seguían jodiendo con salir. Su cuerpo no soportaría más.

Equivocado.

Su cuerpo tuvo que soportar el llanto desgarrador de su hermana al despertar, las palabras y los golpes acusando a la vida. Soporto el día entero aquello.

Agradecía las paredes insonoras.

Agradecía que la enfermera estuviera cuidando a su hijo.

Agradecía que los que una vez creyó sus amigos estuvieran ahí para distraer a su hijo.

 

 

Después de un tiempo uno también aprende que si es demasiado, hasta él calor del sol quema…

 

17

– ¿A dónde vamos papá?

–No importa Aries mientras estemos lejos de ese lugar.

–Pero…

– ¡Mira tiene comida! ¿Quieres algo?

–Sigo sin saber a dónde vamos zia (tía).

Lo mismo se preguntaba Aomine. ¿A dónde iban? y ¿Cómo terminaron en una limo con rumbo desconocido?

Se hundió en el asiento.

No podía creer haber aceptado la ayuda de Akashi.

No podía creer que después del arrebato de su hermana unas horas después le dieran de alta para después recibir la peor noticia que nunca creyó escuchar tan pronto.

Aún se asombraba de no haber llorado ni montado una escena como lo hizo Artemis, soporto su llanto como si no se tratara de nada. Saco fuerzas que no tenía para explicarle a su hijo lo que sucedía, y, aún se asombraba de haber tenido las palabras correctas para aquello, ahora no sólo tenía un cuerpo a viva lágrima sino a dos.

¿Cómo explicas a un niño de seis que su abuela favorita se debatía entre la vida y la muerte, su abuelo se encontraba en coma y su tío en uno pero inducido?

¿Cómo? ¿Cómo soportas todo eso sin desmoronarse?

Staremo bene (estaremos bien).

Aquella voz lo sustrajo de su mundo fatalista. Sus ojos se encontraron con unos casi iguales que los suyos pues la única diferencia era que tenía unas rayas rojizas y otra más fuerte rodeando la pupila, hermosos y únicos, lo observó.

– ¿Por qué lo dices?

–Los Aomine nunca se rinden, si caen se levantan con más fuerza que con la que cayeron.

– ¿Quién…?

Nonna.

– ¿Qué haré contigo?

– Nada. –Daiki levantó una ceja para que explicara su respuesta. – Soy un Aomine y soy tu hijo

– ¿Y qué te hace pensar que…?

– Me amas papi y no puedes vivir sin mí.

– ¿Orgullo, prepotencia dónde? Oni-chan con eso no cabe duda que tú lo engendraste, es un Aomine en toda regla.

El moreno intercalaba su mirada entre su hermana y su hijo.

La risa lo atacó.

Se dobló y lloro por ello. Tanto su hijo como ella tenían razón, sin embargo se preguntaba que tanto su madre le había enseñado durante sus paseos en solitario, paseos que quizá nunca más tendrá.

–Aries… ven aquí pequeño demonio.

El niño se levantó para ser apresado entre los brazos de su progenitor.

Aomine rogaba por soportar y tener fuerzas para lo que se venía.

 

 

Yo soy un punto muerto en medio de la hora,

equidistante al grito náufrago de una estrella.

Un parque de manubrio se engarrota en la sombra,

y la luna sin cuerda

me oprime en las vidrieras.

Margaritas de oro

deshojadas al viento. (Manuel Maples)

 

 

18

Dos semanas.

Dos tortuosas semanas en las que evito a toda costa a su amado, sus amigos y de alguna forma el interrogatorio que su hijo tenía pero no podía, no gozaba de sus sentidos en buen estado para nada que no fuera su familia en el hospital. Afortunadamente su hermana una semana atrás había retornado a la escuela. Les agradeció en silencio a los chicos lo que hacía para distraer a su hijo y hermana.

No obstante, ese día se iba a convertir en el infierno.

Regreso del hospital como siempre.

Su hermana estaba revisando su celular en la sala de la casa de Akashi pues desde que llegaron no permitieron que los Aomine estuvieran solos, le quito el celular con calma, la miro a los ojos, le dijo lo sucedido.

Su pequeña lloró y maldijo a diestra y siniestra.

Minutos u horas después salió del lugar para acto seguido escuchar el azoton de una puerta.

Se quedó en el mismo lugar. No se movió. No hablo.

¿Cuánto tiempo pasó? No lo noto. No hasta que todos sus amigos aparecieron en compañía de sus parejas y su hijo. Lo tomó de los brazos de Kagami para sentarlo y decirle.

Más llanto, más reclamos, más de todo.

Estuvo por horas a su lado hasta que cayó dormido en la cama.

Revisó a su hermana que se encontraba en igualdad de condiciones, la arropo y salió del lugar.

Al llegar a la sala se dirigió al bar por una botella.

No importó que ellos estuvieran ahí. Que él estuviera ahí. No le importo nada.

Pero no lloro.

Tres tragos después sintió como con gentileza le quitaban la botella.

–El alcohol no es bueno, no en tu estado.

–Hay errores que corregir Aomine-kun pero Midorima-kun tiene razón, además es mejor…

– ¡¿Mejor qué?! ¡Ustedes no saben nada, no entienden nada! Usted…

– No entendemos o quizá si Aomine-kun pero no es bueno que te lo guardes todo.

Dos segundos después las fuerzas en sus piernas lo abandonaron.

Las lágrimas se desataron.

Su boca también y en esta ocasión no le importaba si destruía relaciones, si causaba lastimas o si era repudiado.

Tanto dolor y cosas guardadas que ya no podía más. Ya no.

Entre el llanto les contó a todos el por qué se fue, a dónde fue, el motivo tanto principal como secundario, la traición por parte de su amado, de sus amigos, y el principal que rebasó su vaso… su madre había muerto.

 

19

Su hermano al despertar se sorprendió de verlo a su lado y de su estado. Le pregunto por el resto de la familia, a regañadientes le dijo lo sucedió. Nuevamente fue testigo de llantos, acusaciones y maldiciones.

Se volvió un ser desinhibido.

Después de su derrumbe no quiso saber más de ellos, no quería verlos así que tomo sus cosas y las de su hermana junto con ellos para irse de esa mansión en dirección de un hotel, pues regresar a casa, no podía, no aún. Una semana después ya se estaban mudándose a un departamento y el aviso de la mejoría de su hermano les llego, por ello es que se encontraba en aquel lugar tan horrible.

Tres semanas después dieron de alta a su hermano.

Dos días después fue el funeral de la mujer que los trajo al mundo.

 

 

Y aprende que realmente uno puede aguantar, porque uno es realmente fuerte y realmente vale, y aprende y aprende… y cada día uno aprende, a pesar de los golpes y el sufrimiento.

 

 

20

Dos meses sin saber de nadie.

Dos meses sin saber de las acciones que tomaría su amado por su hijo.

Dos meses donde al único que veía y aceptaba era a Midorima.

Dos meses que su padre no despertaba de su sueño profundo.

La familia regresaba de las compras para surtir la despensa. Su hermana se veía un poco más alegre pues el cambio de escuela le había sentado bien; su hermano poco a poco regresaba a ser el mismo bastardo que era y sus heridas se habían curado casi al completo a excepción de su brazo, no quiso cambiar de escuela pues así como su hermano terminaría la preparatoria en Tōō y su hermana tenía el mismo pensamiento. Su hijo era caso aparte, parecía normal, más alegre, más travieso y con más energía; ya no sabía qué hacer con él, con tanta energía a duras penas podía seguirle el paso, no obstante no se quejaba pues sabía que los últimos meses fueron caóticos.

Aun así estaba feliz, ellos eran su prioridad.

Lástima que eso se acabará con el grito de una voz que conocía demasiado bien.

– ¡Aomine!

La familia se detuvo al completo.

– ¡Ahomine!

El moreno sabía quién era pero no deseaba voltear, sin embargo fue obligado a serlo.

–Daiki con un demonio.

El moreno estuvo a nada de caer, sus piernas se volvieron gelatina, su corazón latía como un caballo desbocado, sus ojos fueron apresados en aquellos fulgurantes ojos. El fuego se expandía por su cuerpo, y no deseaba ser sacado de aquellas llamas.

–Con un jodido demonio porque no te detienes cuando se te habla.

– ¡Oye quita tus asquerosas manos de mi hermano!

–No tengo tiempo para discutir con un mocoso.

– ¡Hijo de…!

– ¡Akira! Mide tu lengua que está Aries presente y tú ¿Qué quieres aquí?

–Con ustedes nada pero sí con cierto idiota así que, con su permiso...

– ¿Papa?

Todo acto de los mayores fue interrumpido por el menor pues hasta el hombre se había olvidado del pequeño.

– ¿Papá estás bien? ¿Pareces un tomate?

El comentario y la sonrisa llevaron a los dos adolescentes y el adulto a mirar al padre en cuestión.

El moreno estaba rojo hasta las orejas, sus ojos no se movían del rostro contrario y su cuerpo no mostraba señales de querer ser soltado. La única fémina del lugar entendió.

– ¿Para qué quieres a mi hermano?

–Quiero hablar con él.

– ¿Nos regresaras trozos o algo completo?

–Espero que algo completo y de preferencia amarrado.

Ambos pares de ojos se sostuvieron la mirada, un par escaneo al hombre mientras este se dejaba para segundos después recibir una sonrisa.

–Puedes llevártelo, sólo regrésalo antes del sábado.

– ¡Artemis no puedes…!

– ¡Si puedo y te callas! Ellos necesitan hablar, que no ves cómo lo mira, como se miran, no lo hagas por él hazlo por…

–Vamos Aries entremos a casa que muero de hambre.

– ¿Y papa?

– E-starò bene, andrò a parlare con lui e dopo ti spiego Vaglia? entra alla casa ed obbedisce ai suoi zii (e-estaré bien, iré a hablar con él y después te explico ¿vale? entra a la casa y obedece a tus tíos).

El menor lo observo para después correr al lado de su tío.

–Cuídalo.

–Lo haré.

El hombre tomó a Daiki al estilo nupcial para caminar hasta su auto e introducirlo en el.

La joven se quedó mirando como el auto desaparecía de su rango de visión, le rogaba a los dioses y a su madre porque ese asunto tuviera arreglo y su hermano volviera a sonreír como en aquellos años.

 

22

Dolor, placer y amor era lo que recorría su cuerpo.

Los besos eran tan abrasadores como sus caricias, sus embestidas le hacían delirar y sentirse rodeado de fuego, abría las piernas para recibirlo mejor, gemía sin pudor, gritaba su nombre como nunca lo hizo.

Sus ojos cada vez que se clavaban en los suyos sentía caer en una espiral de fuego, su cuerpo clamaba más de su contacto, más movimiento, más, más, quería más de ese hombre.

No le hizo el amor una sino varias veces pues después del tercer round perdió la noción de todo, dejó que moviera su cuerpo a su antojo.

Su nombre salía de sus labios como el aire. Su nombre era pronunciado por aquella voz que le volvía loco, profunda, sexy e inundada de pasión.

Esa noche volvió a sentirse vivo.

Cuando abrió los ojos, una estúpida sonrisa apareció pero desapareció al notar que se encontraba solo en aquella cama. Sus ojos se volvieron acuosos.

No, no, esto no puede ser, ¿acaso sólo fue sexo? ¿Un mero polvo?

–Sea lo que sea que esté pasando por tu cabeza deséchalo.

Sus cavilaciones se cortaron tan rápido como escuchó la primera palabra siendo pronunciada por aquella voz. Giro su rostro para observar con, sus aún ojos acuosos, al hombre que tan solo unas horas atrás le hizo suyo.

–Fui a traer el desayuno, no quise despertarte.

Dejó la bandeja con comida en la cómoda para acercarse; el hombre sólo traía unos bóxer´s para cubrir su cuerpo, el pelo lo traía ligeramente largo pues unos mechones rebeldes parecían ser un fleco.

¡Su hombre se había puesto más guapo y sexy de lo que ya era!

No babeo porque unos labios conocidos tomaron los suyos.

– ¿Cómo amaneciste nene?

No respondió. Parecía que se encontraba en un sueño, y, no quería despertar.

– ¿Nene?

–Eres tan guapo y sexy, lástima que sea sólo un sueño.

– ¿Sueño?

–Sí, uno bonito y cachondo por cierto… ¡mierda los chicos! ¡Aries! Joder lo más seguro es que ¡Ah!

Sus disparates fueron cortados al sentir una mano en uno de sus glúteos mientras que un dedo rozaba su muy sensible entrada.

– ¿Un sueño puede hacer esto?

Daiki para ese momento se había aferrado al cuerpo ajeno, una oleada de dolor con placer azotó su cuerpo.

–Nene soy real, esto es real.

La mano intrusa dejó lo que hacía, su rostro fue tomado con dos manos para ser elevado y capturado por esos ojos fuego que amaba tanto.

–No sabes cuánto te extrañe.

–Yo-yo también.

Un beso pausado, tierno, fue lo recibido, no uno pasional ni con la interacción de las lenguas, sólo labios. El más hermoso beso recibido al despertar de la cama.

–Necesitamos hablar.

Su mirada se llenó de dolor, tristeza e incertidumbre. ¿Y si le quitaba a su bebé? ¿Y si le decía que no podían tener nada? ¿Y si…?

–Deja de pensar cosas que no pasarán, no si tú no quieres. Hablaremos mi amor pues te quiero a ti y a mi hijo en mi vida, los quiero a ambos y de ser posible más.

Su cerebro ya no funciono. Su corazón se detuvo. Sus ojos lo observaban con asombro. Su rostro se tiño de rojo.

–Te ves tan adorable sonrojado… Te amo tanto Aomine Daiki.

–Y-yo también… yo también de te amo.

 

23

Ya no sabía si vivía en un sueño o en la realidad.

No sabía si tanta felicidad era verdadera o un espejismo.

Un año de recibir tanta felicidad de parte de su amado era surreal. Aún recordaba como en su plática de cama no hablaron del principal motivo sino de Aries, lo que hicieron, estudiaron y otras cosas pero no de eso pues quería que también su familia lo escuchara. Su hombre fue recibido con golpes, amenazas y  después fue amordazado por todo el clan Aomine al completo, les costó tanto a su hermana como a él que le dejaran hablar y ni así les escucharon, no hasta que el celular de su chico sonará, la llamada la hizo en altavoz. Su padre le reclamaba su abandono en la boda, el grito y las palabras pronunciadas por el amordazado dejaron a todos en shock, y más al moreno pues nunca pensó que algo así se escondía tras bambalinas.

La llamada fue terminada por una patada de su chico, logrando que el aparato se destruyera.

Dos minutos después el clan al completo festejo, amenazó y le dieron la bienvenida a la familia. Su hijo fue otro cantar pues con una simple oración logró poner a todos los presentes con los nervios de punta.

– ¿Entonces ya le puedo decir papá?

Vale eso mató a casi todos. El pequeño agregó que ya lo sabía pues su abuela lo había descubierto observando una fotografía y le contó la historia. La sorpresa volvió a atacar a la familia.

Padre e hijo se abrazaron por primera vez.

Dos meses después su amado le pidió matrimonio. Acepto. La algarabía volvió a la familia, la boda, por órdenes expresas de la abuela, jefa absoluta, se llevó a cabo en Italia; pero la felicidad aumentó cuando vio a su padre esperándolo para entregarlo en el altar, lloro sin importar nada. La única que faltaba era su madre.

Unos brazos se adueñaron de su cadera para arrastrarlo hasta el pecho de un hombre, su hombre, su esposo, se sentía tan bien decir y escuchar aquello, el calor ajeno penetró su piel. Un beso fue dado en su frente, las caricias en su cadera comenzaron, una mano elevo su rostro para acto seguido ser besado.

– ¿En qué piensas precioso?

–Tú no te cansas en darme tantos motes cariñosos.

–No mi vida.

–Eres un cursi Kagami Taiga.

–Y así me ama señorito Kagami Daiki.

–Dilo.

– ¿Qué?

–Di mi nombre de nuevo.

–Señorito Kagami Daiki.

–Se escucha tan bien, pero sería perfecto si le quitaras el señorito pues hace mucho te encargaste de eso.

–La mejor experiencia de mi vida debo aclarar.

No pudo refutar aquello pues la puerta de su habitación fue abierta estrepitosamente.

– ¡Padre, papà!

El pequeño de la familia se arrojó a la cama sin importar nada.

– Joder Aries quante volte devo dirti che non entri e molto meno tu gettati così (Joder Aries cuantas veces debo decirte que no entres y mucho menos te arrojes así).

– Molte ma voglio già fare colazione (Muchas pero ya quiero desayunar).

– ¿Me pregunto cuando ustedes van a hablar en inglés?

– ¿Cuando tú hables en italiano?

Lo faccio già che non l'uso non significa che non sappia (Ya lo hago, que no lo use no significa que no sepa).

Father do not get angry I if I speak it, little. (Papa no te enojes yo si lo hablo, poco.)

– ¿Desde cuándo tú hablas?

–Tía Alex y tío Tatsuya me enseñan papi, sólo faltas tú. – Recibió como respuesta un gruñido. –Bueno ya cumplí con el cometido los espero en la cocina.

El pequeño salió de la habitación seguido de un muy radiante Taiga, Daiki los observo irse, la sonrisa volvió a posarse en sus labios. Se levantó, se puso la camisa de su esposo para salir a su encuentro, se sentó en el comedor observando cada movimiento que realizaba en la cocina, minutos después su hermana, hermano y su padre aparecieron, a él lo ignoraron pues el olor proveniente de la estufa les llamo. Observó cómo protegían a su hijo y como se hacían bromas entre ellos.

–Somos parte de una familia increíble.

–Lo sé y por eso temo por el próximo integrante de esta.

– ¿Papá qué dices?

El moreno reaccionó, observó a sus lados, la voz de su madre la escuchó tan clara que había hablado sin ser consciente, una sonrisa triste dio como respuesta.

– ¿Nene te encuentras bien?

–No. –Recibió miradas de nulo comprendimiento. –Quiero hot-cake´s con mucho chantilly, miel y chocolate.

– ¡Oh por Dios! –Su hermano grito.

–No puede ser. –Su padre palideció.

– ¡Kya! ¡Habrá otro, habrá otro! –Su hermana se puso feliz.

– ¿De qué van ustedes? –Su esposo no comprendió.

El silencio reinó de pronto.

–Cierto tu no estuviste.

–Idiota.

– ¡¿Oigan dejen de insultarme que soy su cuñado oficial par de mocosos?!

–Taiga lo que acaba de pedir Daiki casi siempre lo pedía cuando esperaba a Aries.

– ¿Y eso qué Tora-san?

–Si serás idiota.

– ¡Mi hermano está embarazado!

– ¿Tendré un hermanito?

– ¿D-Da- Daiki?

La algarabía reino en aquella casa. Su hermano y hermana no paraban de decir lo desastroso que sería aquello. Su hijo y su padre hablando de cómo se hacían los bebes. Su esposo.

Su esposo se acercaba mirando su vientre y sus ojos, los intercalaba despacio, le comenzaba a excitar, lo tomo de la cintura, lo beso; junto sus frentes para volver a preguntar en silencio si eso era verdad.

–Habrá un nuevo Kagami-Aomine.

 

El dolor los separó, el fruto llevado fue un constante de recuerdo, la muerte los volvió a unir y el mismo fruto y la muerte les dio un inicio.

 

 

 

 

Entra la luz y asciendo torpemente

De los sueños al sueño compartido

Y las cosas recobran su debido

Y esperado lugar y en el presente

Notas finales:

Espero les haya gustado.

No sé si las oraciones en italiano están bien escritas, si no es así me dicen, y en cuanto al inglés, pues comprendan que apenas le estaban enseñando.

Por cierto todos los citados son de Borges, ya sean poemas o fragmentos de algunos de sus cuentos o novela. Salvo el de Maples.

Nos vemos en el siguiente. Yanne. :D


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