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— ¿Ya pensaste que quieres estudiar Mino?—tomo su hombro, esperando una respuesta, cargaba una mochila en su espalda y usaba anteojos por su vista cansada.
—Estudiare Contabilidad, es una buena opción para alguien que le gustan las matemáticas—ambos soltaron una carcajada inundando el ambiente de una esencia agradable. — ¿Y tú Yokozawa?
—Yo estudiare Veterinaria, me llama la atención, sobre todo porque tengo un pequeño gato en mi casa al que cuido. —miró la apariencia de contrario, a simple vista no congeniaban para ser amigos, él era muy estudioso, en cambio el otro mantenía una apariencia rebelde, sus pantalones eran ajustados y usaba botas negras que daban hasta las rodillas, las perforaciones no se quedaban atrás, en la cara tenía tres.
—Se me había olvidado, tienes a un pequeño gato—le sonrió— Parece que ya es un poco tarde ¿Tomaras el tren de regreso a casa?—el otro afirmo.
—No puedo creer que tenga que ir sólo a mi casa—bufó molesto—Extraño la secundaria, ahí todos los días íbamos juntos Yokozawa
—Yo también, sabes que mis padres son más estrictos desde que cumplí la mayoría de edad, siempre andan diciéndome que me proteja, y que ya sabes…
— ¿Qué sé?
—El rumor que anda por todo el bachillerato, sobre los embarazos en varones, desde que un joven salió, el director ha propuesto expulsar para que ya siga ocurriendo, piensa que es una plaga…
—Pero eso es para Homosexuales, nosotros dos somos heteros; No nos pasara eso a nosotros Yokozawa-kun. —sacó un cigarro de su pantalón y lo encendió con su encendedor, aspirando el humo.
—No estoy tan seguro Mino; hay hombres que han sido abusados y no eran homosexuales…
—Eso no ocurrirá con nosotros; no pienses cosas que están muy lejos—le ofreció un cigarro a su amigo, este lo agarro gustoso, en la escuela estaba prohibido fumar pero afuera de esta la reglas cambiaban.—Joder, ya es muy tarde.—se despidió—Nos vemos Yokozawa.
Las luces se fueron opacando, y un extraño sonido capturo su atención.
—¡Hey Mino! Ven, te divertirás—al visualizar al sujeto, se dio cuenta que era su mejor amigo de fiestas, miró el reloj pero aunque debía irse fue más su insistencia de saciar su curiosidad, su compañero estaba parado en una puerta donde la luz lo alumbraba y la música se escuchaba por todo el lugar. Deduje que se trataba de un antro de mala muerte.
Su aliento mantenía un olor alcoholizado, y se tambaleaba. Daba pena verlo en ese estado.
—¿Kisa? Imaginé, que estabas estudiando para el examen de mañana.
—No entiendo cuál es tu punto, ven vamos a divertirnos, no seas un amargado—lo jalo hasta que se metió al lugar, había algunas personas bailando en la pista y otros por el contrario se estaban drogando.—Prueba el éxtasis, te va encantar, la última vez que lo tomó quede exhausto pero satisfecho…
—Hoy no, pero lo haré seguramente otro día—se sentó en una mesa, mientras veía distraído la pequeña copa color verde que estaba en la mesa, con un extraño líquido rosado. Empezó a beber por la sed que tenía.
—Que aburrido estas hoy Mino, vamos a divertirnos—trato de ignorar los agudos gritos de su amigo, cuándo su visión se contrajo al ver a un hombre que lo veía desde la barra. Suspiró cansado, tenía que irse, al pararse su fuerza de gravedad disminuyo, cayendo al suelo.
Sus ojos ardían, y la poca luz que entraba lo atormentaba, los abrió lentamente, ni siquiera recordaba lo que había pasado, sólo que su amigo Kisa se estaba besando con otro sujeto.
Conocía que su amigo era Homosexual, pero no lo juzgaba, era con el único que pasaba las fiestas, se percató que estaba en un cuarto, con mala decoración; con pocos fuerzas quiso levantarse pero un fuerte dolor en las caderas lo hizo rebotar en la cama.
— ¿¡Pero qué demonios!?—se alteró de sólo imaginarse lo que ocurrió la noche anterior, Kisa se las pagaría, sin embargo la angustia comenzó al ver al otro sujeto vestirse a un lado de la cama, se abrochaba los pantalones mientras se metía la camisa abajo para fajársela, al ladear la cabeza sonrió con arrogancia.
—Me la he pasado muy bien mocoso, espero repitamos—quiso gritarle, ¿Quién se creía para hablarle así? Sus ojos violeta martirizaban sus esperanzas, y su cabello gris no estaba tan refinado, su aspecto era igual al suyo, tenía tres aretes en una oreja y en un brazo un tatuaje, le dieron nauseas de pensar que él había metido su… ni siquiera se atrevía a mencionar su nombre por el rubor que le causaba.