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Paralel Universe. por fanfan15

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Notas del fanfic:

Bueno, es mi primer fanfic con ficción. Espero les guste.

Notas del capitulo:

¡Nuevo fic, mis bellezas! Creo que no voy a actualizar muy a seguido. Pronto tendré que prepararme para terminar bien este año en el cole y el próximo estudiaré full para ingresar a la universidad.

¡Espero disfruten el fic!

La mano del chico se movía con delicadeza, delineando las doradas montañas del paisaje ilusorio que había ido formando poco a poco. De todas sus pinturas, sólo esa salía de su propia imaginación y le encantaba más que ninguna. La había comenzado a sus 11 años y siempre había soñado con vivir ahí.

Sehun era un menudo chico de 15 años. Rostro anguloso de facciones tristes u hoscas, piel lechosa y pelos azabaches que acentuaban más aun su palidez. Por ser asiático, poseía unos ojos rasgados y ligeramente brillantes. Sus labios solían temblar siempre y más aún ante un sobresalto. Tenía una inteligencia maravillosa y la vida que llevaba lo obligó a tener reflejos rápidos. Era eso o…

-¡Oh Sehun, ven aquí!-Sehun logró apartar el pincel de su obra antes que el temblor de su mano lo arruinara todo. Salió de su armario a toda prisa, no sin antes apagar el foquito que había instalado dentro de este y cerrar la puertita que ocultaba el bello cuadro.

-¿Sí, mamá?

-¡Ven, ayuda a servir la comida! ¡YiFan ya llegó del entrenamiento!-Sehun resopló, colérico y bajó a toda prisa, casi tropezándose con uno de los balones de básquetbol que su hermano dejaba tirados por doquier. Entró a la cocina de golpe y su madre le dio un jalón de orejas-¿Qué es eso? ¡Saluda a tu hermano!-Sehun salió, fingiendo que nada había pasado en la cocina.

-Buenas tardes, YiFan hyung.

-¿Qué te dije sobre hablar como…?-estuvo a punto de reñirle su mamá.

-Lo siento. Buenas tardes, YiFan gege.-Sehun, a diferencia de toda su familia, era seulés. Su hermano, YiFan, había nacido en Cantón tres años antes de que sus padres llegaran a Seúl. Sehun nació apenas hubieron llegado.

-Eso es, pendejo. Obedece a mamá o te dejará las orejas rojas…-se burló YiFan. Sehun escondió su oreja magullada bajo su tupido cabello.

-¡Ven a servir la comida!-Sehun se apuró a ir junto a su mamá y sirvió el caldo que había preparado en un plato especial que contenía lo mejor.

“Todo para YiFan” se quejómentalmente “Como siempre”.

Llevó el plato hacia YiFan y se lo colocó al frente.

-¿Y la cuchara?

-¡Ven, Sehun! ¡Llévale la cuchara!-Sehun fue por una cuchara para su hermano. Luego llegó su padre y tuvo que servirle a él también. Por último su mamá llevó un par de cuencos, uno para ella y otro para Sehun. “Luego se quejan de que estoy enclenque” pensó Sehun masticando la poca carne que le había tocado. YiFan sujetaba el muslo de pollo con su mano y lo devoraba a prisa-¡Deja de hacer sonidos mientras comes!

-Sí, mamá.-dijo Sehun y pasó lo que llevaba en la boca. Levantó la mirada y vio a YiFan tragar con el mínimo de educación que se podría tener en una mesa. A diferencia de su hermano, YiFan estaba rubio, obviamente teñido. Era altísimo, le pasaba por tres años y por lo menos por 20 centímetros. Sus anchos hombros siempre dejaban tensa la tela camisa, polera o lo que sea que se pusiera en el cuerpo. Era por esa razón, uno de los más populares de la escuela. Sehun también era popular… como saco de box.

-¿Has hecho todas tus tareas?

-Sí, mamá.

-Quiero que mañana llegues temprano a la escuela. Encuentro otra tardanza en tu agenda y te decomiso tus paletas de colores…-Sehun bajó la cabeza, molesto. Odiaba que lo amenazaran con quitarle sus herramientas-YiFan, hijo. ¿Crees que mañana debas ir a la escuela? Te ves agotado.

-Puedo ir, mamá. Estoy bien y apto para hacer más deporte.-Sehun se tocó involuntariamente una costilla. En serio odiaba a YiFan. Lo único que sabía hacer en el colegio era molestar a Sehun y a sus únicos amigos.

-Ya estoy lleno. Voy a mi cuarto.-Sehun se retiró de la mesa. Sus padres comenzaron a murmurar cosas como “anémico” o “anoréxico”. Sehun sólo se refugió en su dormitorio y sacó de su armario una tableta de chocolate. Sonrió más calmado y comenzó a devorar con ganas esta.

-¿Listo para un interesante día de colegio?-lo saludó JongDae por el celular.

-Lo sería, pero debemos seguir asistiendo a la asignatura de “lucha libre”. Deberíamos salir, no es lo nuestro.

-Lástima que es una asignatura obligatoria. El maestro Wu es exigente…-los amigos se rieron.

-¿Has visto a Luhan? Ayer fui a su casa y no estaba.

-Se fue con sus tíos a la montaña. Ya sabes, son un trío de lunáticos. ¿Puedo pasar por tu casa ahora?

-No creo que te dejen pasar. Mamá está de mal humor porque no probé su comida.

-¿Has comido algo?-JongDae estaba preocupado por su amigo.

-Sí. Vivo a base de chocolate.

-Te vas a desnutrir. Mañana debes venir a mi casa a comer. Mis papás te extrañan.

-Está bien. Yo también los extraño, sobre todo extraño comer en una mesa donde tienen modales. Me da náuseas ver a YiFan comer.

-Espera, espera… Luhan me está llamando. Te hablo luego, ¿ok?

-Ok.-Sehun suspiró y se subió a su cama. Decidió tomarse una siestita y soñar con el plato monumental que le servía la mamá de JongDae cada vez que iba de visita. Abrazó su almohada pensando que era un baozi gigante dispuesto para que él se nutra.

JongIn brincaba como conejo nervioso por las calles de Seúl, riéndose. Nadie lo notaba, era obvio. Miró a un ejecutivo que iba camino a su trabajo y le divirtió más aún. Se acercó flotando y le metió una patada a su portafolios, haciendo que los papeles de este se vuelen. El hombre gritó asustado. A JongIn no le interesaba si esos documentos eran importantes, él continuó su camino.

-Malditos humanos.-musitó y sus ojos se encendieron en un azul celeste intenso. Luego volvieron a ser del color ámbar que tenían cuando estaba de buen humor. Decidió hacerse visible frente a una señora y luego desapareció dejando un grito aterrado a sus espaldas.

El chico tenía la apariencia que tenían los hijos de las estrellas. Era acreedor de un cuerpo recio, de piel morena y ojos del color de su estrella madre. Había vivido en el interior de ella hasta que tuvo 20 años. La única manera en la que había podido salir era con la muerte de su madre, una estrella en la galaxia Andrómeda. Apenas salió, estuvo confundido. Ya que tenía el poder de trasladarse por distintas galaxias y dimensiones, logró llegar a la Tierra. Vagó una temporada y se hizo visible a una comunidad de humanos. Lo acogieron por un buen tiempo, hasta que sucedió.

JongIn estaba almorzando en un lugar (lo hacía por placer, porque él no necesitaba comer) y cuando el mesero le dio la cuenta, advirtió que no llevaba dinero. Se avergonzó tanto que sintió reacciones raras en su cuerpo. De la nada, el mesero se aterró y llamó a gritos a seguridad. JongIn huyó.

Lo que había pasado era que por las emociones, JongIn había cambiado de color de ojos a un azul intenso, como el que irradió su madre antes de morir. Además, se había hecho inmaterial.

Obviamente, lo sucedido espantó a JongIn. Llegó a pensar que no volvería a ser material, que sería un espectro por siempre. Luego de un tiempo en el que pudo controlar su cuerpo supo que no siempre debía ser un espectro, pero el problema es que tras lo vivido en esa temporada prefería serlo.

Desde ese entonces hasta sus 25 años juró hacerles la vida más pesada a los humanos con quienes se cruzaba. A veces solía engarzarse en sus cuerpos. A veces ocupaba espacios dentro de edificios concurridos. Una vez instalado, comenzaba su función. Seúl le gustaba más que ningún otro sitio, en cada una de sus dimensiones, porque los humanos de ese sitio eran similares a él, con aquellos ojos rasgados.

-Perfecto…-tras pasarse meses molestando en una fábrica de envases, causando la atrofia del 30% de la producción, decidió mudarse. En su paso por una calle vio un colegio y determinó que este sería su lugar por un tiempo.

Notas finales:

SeKai es amor <3

¿Cómo se encontrarán? :3

¡Saludos amorosos!


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