Avanzaba con pasos lentos, como evaluando si el piso era firme o no. Ya antes le habían hablado de ese maravilloso lugar, pero nunca lo había creído, su primo era muy exagerado en las cartas que le enviaba.
Miraba a todos lados con curiosidad, fijándose en rostros, equipajes, lechuzas, gatos y escobas.
– “Sin duda la vida en Londres es distinta” –sonrió con ternura.
Esta chica estaba tan ensimismada viendo a una lechuza que no se dio cuenta de que un chico de cabello negro azabache y alborotado estaba frente a ella. Ninguno se dio cuenta del otro e inevitablemente la chica termino chocando con él.
– ¡Ah! –la chica cayó de sentón en el suelo.
–Lo siento, déjame ayudarte –extendió la mano.
–Gracias –la acepto y pronto estuvo de pie– Lo siento, no vi por donde… iba…
La chica lo miro escrutadoramente, deteniendo sus ojos en una peculiar cicatriz en forma de rayo. El chico al ver donde dirigía su mirada la muchacha se cubrió con la mano la cicatriz.
– ¡Eres San Potter! –exclamo señalándolo.
–Me llamo Harry, no San Potter –la miro molesto.
–Lo siento, es que mi primo se refiere a ti como “San Potter” en las cartas… De cualquier modo, es un gusto conocerte Harry –Extendió formalmente la mano– Mi nombre es Xochiquétzal Malfoy.
–Eh… –estrecho la mano de la chica– un gusto conocerte Xochi…
–Xochiquétzal, es náhuatl. Significa ´Flor preciosa´ o ´Flor hermosa´, es un nombre heredado de la familia de mi madre.
–Ohhh… Espera, ¿Dijiste Malfoy? –pregunto con sorpresa.
–Sí, de seguro conoces a mi primo Draco, es un chico simpático.
–Claro, súper simpático –eso, por si no se notó… fue sarcasmo.
– ¿No te agrada Draco verdad? –Empezó a reír– Creo que no le presté demasiada atención a sus cartas.
–Bueno, eso es algo de lo que no quiero hablar… Por cierto, ¿Por qué nunca te había visto?
–Ah… Estaba realizando mis estudios en Japón –la sonrisa de la chica fue muy cálida– Pero tuve que regresar porque Japón tiene una Guerra civil en este momento. De hecho unos chicos que conocí allá vinieron también a estudiar aquí… Estaba viendo si los encontraba pero lo más probable es que ya estén dentro del tren.
–Te acompaño si gustas, a fin de cuentas igual debo subir.
–Claro.
Ambos chicos se dirigieron al tren platicando de diversas cosas. La chica preguntaba sobre los maestros, el castillo, los fantasmas y las casas.
– ¿A qué casa te gustaría ir?
–No lo sé, estaré bien en la que sea… Aunque según mi papá lo correcto sería ir a Slytherin, pero no me convence mucho. Mi mamá ha dicho que donde mi coloque el sombrero va a estar bien.
–Esperemos que en la casa que te toqué te vaya bien –le dedico una sonrisa.
–Gracias Harry, eres muy amable… ¡Ah! Ahí están mis amigos –exclamo señalando un grupo de asiáticos que entraban en un compartimento mientras charlaban animadamente– Te veo después Harry.
Xochiquétzal le sonrió y salió corriendo con el grupo mientras gritaba cosas en un idioma que Harry supuso seria japonés. El pelinegro no le dio más importancia y fue a buscar a sus amigos que de seguro ya deberían estarlo esperando en algún compartimento. A los pocos minutos, el tren toco el silbato y los alumnos supieron que era momento de abordar para que pudieran llegar a su amado colegio y poder iniciar otro fructífero año.
El viaje fue relativamente tranquilo para Harry y sus amigos. Les conto sobre la prima de Malfoy, que parecía ser completamente diferente a él, de los asiáticos que había visto y como al parecer Malfoy hablaba mucho (y muy mal) de el en las cartas a sus parientes.
No se cruzaron con Malfoy en todo el camino, lo cual les hizo respirar tranquilos, el rubio era odioso con ganas y realmente, no tenían ganas de estar aguantándolo.
Pronto llegaron a la estación en Hogsmade. Era un completo revoltijo para bajar, todo mundo estaba ansioso por llegar al colegio y cenar las delicias que preparaban. Sin duda, eso era de las mejores cosas que ofrecía el colegio.
– ¡Harry!
Antes de que el moreno pudiera darse cuenta ya tenía a Xochiquétzal colgada del cuello y riendo. Atrás de ella venían el grupo de asiáticos que había visto antes, debía reconocer que tenían un aspecto muy lindo.
–Oh… –miro a Ron y Hermione – La comadreja y la nacida de muggles…
– ¿Cómo? –preguntaron ambos con sorpresa.
–Lo siento, es que mi primo se refiere así de ustedes –hizo una mueca– Bueno… El usa mucho el término sangre sucia pero a mí no me gusta decirlo. Es muy despectivo y creo que todos valemos mucho como para hacer esas referencias tan horribles. Digo, todos somos personas humanas, gozamos de libertad, autonomía, voluntad y coraje. Somos únicos e irrepetibles… *
Harry, Ron y Hermione la miraron con un poco de sorpresa, era muy notorio que ella no pensaba como todos los sangre pura. Y eso era realmente un alivio, no necesitaban otro Draco para que los molestaran.
–Ah, olvide decir mi nombre… Que descortesía de mi parte –soltó una risita– Xochiquétzal Malfoy, un gusto conocerlos –al mismo tiempo que decía esto hizo una reverencia– Y ellos son mis amigos, Akiharu, Shinya, Teruki, Takuya y Yuuki, los conocí cuando estudiaba en Japón, son muy divertidos. *
Los cinco chicos hicieron una reverencia y se acercaron más dispuestos a seguir conversando. Pero un carraspeo los interrumpió.
– ¿Qué se supone que haces con ellos? –pregunto una voz desdeñosa.
– ¡Draco! –La chica salto encima de él y se aferró a su cuello mientras le daba un beso en la mejilla– ¿Por qué te has dejado ver hasta ahorita? ¡He estado esperando mucho para verte!
–Pues debiste haberte pasado por mi compartimiento.
–Pero estaba platicando con Miku-san sobre lo diferente que es Londres, luego Teruki-san dijo que deberíamos esforzarnos para obtener buenas calificaciones y que Taku-chan iba a necesitar tutorías de pociones porque no las entiende bien…
A medida que la chica hablaba iba señalando a cada uno. Primero Akiharu, luego Teruki y al final a Takuya. Los tres la miraron con resignación, definitivamente era una chica muy comunicativa.
– ¿No deberíamos ya estar afuera? –Hablo Teruki después de un momento de silencio– Se van a ir sin nosotros…
–Es verdad, hummmm… Ustedes son muchos –expreso la chica señalando a sus amigos– Vayan ustedes primero, yo ire con Draco y los demás –dijo con una sonrisa.
–Yo no voy a ir con San Potter, la comadreja y la sangre sucia. Antes me tiro de la Torre de Astronomía –La forma en que Draco escupía las palabras era muy venenosa.
–Iras porque yo lo digo –dijo entrecerrando los ojos y apuntándolo con un dedo– Tengo mis métodos para hacer que aceptes.
A Draco no le quedó más que aceptar, más a fuerza que de ganas. Está por demás decir que el viaje en el carruaje fue extraño para ellos menos para Xochiquétzal, que iba hablando de cualquier cosa con Draco o con Harry. La verdad estaban más que ansiosos por llegar al castillo y separarse, porque la verdad eso era muy extraño.
Al llegar al castillo todos se separaron lo más rápido que pudieron. Xochiquétzal fue con sus amigos porque ellos debían ser seleccionados junto a los de primer año. Draco huyo con elegancia a la mesa de Slytherin. Harry, Ron y Hermione a la mesa de Gryffindor.
Todo iba muy normal, alumnos nuevos siendo seleccionados para las diferentes casas. Ya todos los de primer año habían tomado asiento en sus respectivas casas, era el momento de los asiáticos y de Xochi.
Fueron pasando uno a uno. Tsukiyama Akiharu. Gryffindor. Nuguishi Takuya. Slytherin. Sano Shinya. Gryffindor. Nagata Teruki. Hufflepuff. Takahashi Yuuki. Hufflepuff.
–Malfoy, Xochiquétzal
La chica se acercó con decisión, caminando orgullosa hasta donde la profesora sostenía el sombrero. Se sentó con elegancia y espero. Pronto el sombrero fue puesto en su cabeza. El suave susurro del sombrero seleccionador cuestionándole donde debía ser colocada la puso un poco nerviosa. Decidió que a pesar de ser apta para Ravenclaw no quería estar ahí… No tenía madera de Hufflepuff como Teruki o Yuuki. Solo quedaban dos opciones. Slytherin y Gryffindor.
–La decisión del sombrero es inapelable… –pensó con calma.
Entonces el sombrero dio su veredicto…
– ¡GRYFFINDOR!
El silencio se hizo presente, solo se escucharon pocos aplausos. Aplausos de gente que no sabía lo que eso llegaba a significar. Gente que conocía mejor que nadie a Xochi. Gente que no sabía lo que significaba un miembro de la familia Malfoy en Gryffindor.
La chica solo se levantó, dirigió su mirada gris a la mesa de Slytherin. Draco la miraba con dureza y frialdad, algo que nunca había pasado. Pero pronto la dulce mirada de Takuya y su sonrisa alentadora la hicieron sentir un poco mejor y con decisión se dirigió a la mesa de los leones. Donde Akiharu y Shinya la esperaban con un lugar entre ellos. Frente a estos dos estaban Harry y sus amigos, con la sorpresa escrita en todo el rostro.
–Estoy en Gryffindor… –dijo con decisión cuando llego a la mesa, captando la atención de los presentes. Su voz era demasiado fuerte como para que las otras mesas la escucharan– Y estoy orgullosa de ello. Yo decido mi camino, no la familia Malfoy –giro el cuerpo para ver a Draco y le sonrió con dulzura. Miro a Takuya y le hizo una reverencia, para después proceder a sentarse y abrazar a sus amigos que la miraban orgullosos.