Aún recuerdo cuando lo vi por primera vez. Los dos éramos apenas unos críos y el corría por todos lados con esa energía que tanto lo caracteriza. Al principio no congeniamos del todo bien, pero después juntó con JinYoung, Jackson, Mark, Yungyeom y Bam Bam nos volvimos inseparables. Pasar el rato con ellos eran, más bien, son de las cosas que más me gusta hacer.
Cada cierto tiempo hacíamos alguna fiesta sólo por salir de la rutina. Youngjae siempre sonreía brillantemente, aunque siempre parecía, de cierta forma, alejado del resto. Era algo a lo que ya estábamos acostumbrados, que el se alejara de vez en cuando. Pero hubo un tiempo donde apenas y hablaba con nosotros. Sí salíamos el no quería ir. Comencé a preocuparme, pero lo deje pasar, pensando que Youngjae volvería a ser el mismo con el paso de los días. Pero ya ni siquiera lo veíamos; por lo que decidí ir a su casa, pero su mamá me dijo que no quería hablar con nadie y que sólo se la había pasado durmiendo. Mi pecho se llenó de angustia al pensar que algo malo le estaba pasando a mi chico lindo. Sí, mío; porque tenía tiempo que había descubierto que me gustaba, por la misma razón ya no hablaba tanto con él, de cierta forma me sentía culpable.
Pasaron aproximadamente dos semanas y ni señales de Jae; yo miraba a los demás reír felices y me preguntaba una y otra vez por qué a ninguno parecía interesarle qué estuviera sucediendo con nuestro amigo. Sólo Jinyoung parecía saber algo, lo visitaba de vez en cuando, al preguntarle sólo me decía que Youngjae no había tenido tiempo por ayudar a su mamá, porque sólo se tenían el uno al otro. Jinyoung o Jr., como le decíamos, parecía comprender a Jae más que cualquiera de nosotros, siento que se parecen en algunos aspectos, sonrientes, pero siempre en su mundo.
Una semana más pasó y yo ya no aguantaba la angustia, por lo que decidí ir a su casa nuevamente. Al abrirme, su madre parecía sorprendida y también preocupada. Youngjae nuevamente dormía. Su madre me confesó que estaba muy preocupada por él, que no había querido salir de su habitación en los últimos días, comía incluso en su habitación. Me di cuenta que Jr. me había mentido, pero ¿por qué? La mamá de Jae casi me rogó que la ayudara. Me abrió la habitación de Jae y efectivamente estaba durmiendo. Sin hacer ruido lo tomé entre mis brazos, se veía tan tierno, tan inocente, y me lo llevé, diciéndole a su madre que haríamos una fiesta para tratar de animarlo.
Recuerdo con ternura como, cuando Youngjae despertó se veía desconcertado. Estábamos en mi casa con los demás chicos, riendo y comiendo frituras, Jae tiene el sueño pesado, por esa razón las risas y el sonido de la tele no lo despertaron. Los planes fueron más un tipo de noche de chicos que fiesta. La velada pasó tranquila, Jae aunque veía la película que corría en el televisor y comía de vez en cuando, seguía alarmantemente callado.
"Saldré un rato" dijo levantándose del piso, donde se encontraba y saliendo a la fría noche estrellada. Me sentí desilusionado por no haberlo podido animar, pero quizá esa era mi oportunidad de hablar con él. Dejé transcurrir algunos minutos, para después salir detrás de él.
Lo encontré mirando al cielo con el rostro lleno de lágrimas. Sin hablar me acerqué hasta él y lo abracé. Sentí cómo se tensó bajo mi toque, pero no lo solté.
"¿Alguna vez te has sentido tan fuera de lugar que no lo soportas?" Me dijo con su voz que yo no terminaba de decidirme sí clasificarla como grave o aguda; pero que de cualquier forma me volvía,me vuelve loco. "Sí" fui honesto con él, constantemente sentía que simplemente no encajaba.
"No creo" me respondió. "Todos te quieren, yo sólo sobro".
"No para mí" le dije mientras aflojaba el abrazo, pero deslizando mi mano hasta la suya, entrelazando mis dedos con los suyos, aunque él no respondió el contacto, no me aparté.
"Sólo lo dices por compromiso hyung" me dijo con la voz rota.
Sentí que era hora de decirle, ya era hora de confesarme. Sí no era ese día, justo en esa noche, sé que jamás me hubiera atrevido a decirle mis sentimientos.
"Jae, me gustas..." Un incómodo silencio se instaló entre los dos. Yo miraba a todos lados, contando las estrellas, sin atreverme siquiera a mover mi mano de la suya.
Murmuró algo con la mirada en el piso, que no entendí.
"¿Qué dijiste?" Le pregunté mirándolo a los ojos. Me miraba aún lloroso.
"¡Qué tu también me gustas, que me dolía creer que no correspondías mis sentimientos, que te quiero desde hace mucho, estúpido!"
"No tienes porqué gritarme" le contesté riendo.
"Me costó mucho decírtelo." Me dijo con un lindo puchero en su rostro y pude sentir algo cálido creciendo en mi pecho.
"¿Puedo?" Le pregunté inclinándome hacia él.
"¿Hacer qué?" Me preguntó confundido.
"Besarte, obvio."
Pude ver como se sonrojó y bajo su mirada, mordió su labio inferior, y asintió con la cabeza. Coloqué mi mano en su cintura y lo pegué contra mi cuerpo. Colocó sus manos tímidamente sobre mis brazos, le di una última mirada y lo besé. Sus labios suaves moviéndose contra los míos, sus brazos abrazándome fuerte por el cuello y su respiración agitada contra mi rostro.
Al separarme sus labios estaban húmedos e hinchados. “Tan lindo” pensé.
"¿Quieres ser mi novio?" Le pregunté sin soltar su cintura.
"¿Enserio?"
"Claro."
"Sí, sí quiero." Sonrió brillantemente con su lindo eyesmile.
"Jae, ¿te puedo preguntar algo?"
Nos habíamos sentado en el último escalón de la entrada de mi casa y veíamos las estrellas con las manos entrelazadas.
"Sí" contestó volteando a verme.
"¿Por qué has estado triste?"
"Hay ocasiones en que me siento así sin razón alguna, pero soy capaz de superarlo fácilmente. Pero, esta vez..." Se quedó callado mirando el piso.
Lo tomé del mentón para que me mirara y lágrimas recorrían su rostro.
"Puedes confiar en mí." Le dije mientras besaba ambas mejillas, llevándome entre los labios, el gusto salado de sus lágrimas.
"Es sólo que creí que lo que sentía por tu era un amor unilateral e imposible." Me dijo entre sollozos.
"No lo es." Le dije pegándolo a mi pecho. "¿Escuchas eso? ¿Escuchas como mi corazón se acelera sólo por ti?" Río en medio del llanto y besé su cabello.
"Te quiero." Me dijo para después dejar un casto beso en mis labios.
"Y yo a ti." Le respondí volviéndolo a besar.
Platicamos por lo que me parecieron quince minutos, pero cuando Bam Bam nos fue a buscar, sacándome de mi error, nos dijo que nos tardamos dos horas y que comenzaban a preocuparse. Entramos a mi casa con las manos entrelazadas. No tratábamos de esconder lo nuestro. Todos nos felicitaron felices, sobre todo Jinyoung que abrazó a Youngjae felicitándolo, supongo que el ya lo sabía todo.
Poco tiempo después le dijimos sobre lo nuestro a nuestras familias, mis padres siempre habían querido a Youngjae y se alegraron mucho y su madre, ni hablar, inmediatamente me adoptó como su hijo, prácticamente ya soy de la familia.
A veces miró a Jae y lo veo apartarse nuevamente, pero ahora me tiene a mí, y lo sacaré a flote siempre que él lo necesite.