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Amando como Mujer por AMNOS FAN

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Notas del fanfic:

:D Gracias por dejarte llevar por la curiosidad y leer~

Clik aqui para ver la imagen del fic: 

http://i58.tinypic.com/vo0pw4.jpg

Soy una autora en un proceso delicado (:/) tomalo como escusa para dejarme comentarios y/o opiniones anonimas o con cuenta. 

Nota:

Algunas veces se mencionara en masculino y/o femenino al personaje transexual.

-entre- las lineas - es el dialogo.

"entre" comillas es para dar entonacion sarcastica o para mencionar algo que dijo otra persona.

(entre) parentecis es alguna otra cosa XD

[Entre] corchete es algo que leen.

el resto es acciones y/o pensamientos.

Notas del capitulo:

Como Asano Ninomiya (padre de Kazunari)

http://asianwiki.com/images/0/07/Kazuyuki_Asano-p2.jpg

Como Erika Ninomiya (madre de Kazunari) http://news.mynavi.jp/news/2012/04/26/054/index.iapp.jpg

 

El cielo estaba nublado el día que partí, la limosina que vino por mi conducía rápidamente permitiéndome ver el paisaje, los arboles fuera del orfanato eran más bonitos que los que estaban dentro. Asomándome por la ventana podía ver que el día que tomaba como el más feliz de mi vida lucia gris.

-Llegamos señorito.- Dijo el chofer y abrió mi puerta.

-Lo estábamos esperando, acompáñeme le mostrare a su  familia.- Un anciano que había visto una vez en el orfanato me guio hacia la gran mansión y abrió las puertas. –Está aquí, él es el niño del que le había hablado.- Dijo el anciano a el señor y la señora que estaban de pie en las escaleras.

-¿Cuál es tu nombre?- Me pregunto de manera cálida la mujer bella de cabello oscuro y piel clara.

-Satoshi Ohno.- Respondí con nervios.

-Ahora tu nombre es Satoshi Ninomiya.- Dijo el señor con una voz fuerte que me intimido, él lucia de edad mayor y con un semblante serio. –Tú perteneces ahora a nuestra familia como nuestro hijo.- Dijo firme.

-Él es tu hermano.- Sonrió la que ahora es mi madre, recorriéndose un poco de lado.

Pegado de sus faldas estaba un pequeño niño de pelo negro y piel clara, me veía algo temeroso, pero con curiosidad.

-Hola.- Sonreí para el pequeño.

Su madre, nuestra madre, le jalo un poco para que caminara enfrente de ella y mostrarse. –Preséntate.- le insistió.

-Mi nombre es Kazunari Ninomiya, tengo 5 años ¿Y tú?- Dijo inocentemente.

-Soy Satoshi Ninomiya, tengo 7 años y a partir de ahora seré tu hermano.- Dije dedicándole una sonrisa a mi hermanito.

-Sí, eres mi nuevo hermano.- Me regreso la sonrisa de forma entusiasta. –Pero… Yo llegue aquí primero y tu después ¿Tu eres el hermano menor?- Su pequeño rostro tornaba una duda.

-No, él es el mayor.- Dijo secamente nuestro padre.

-Tiene que ver con las edades, como Satoshi tiene 7 años y tú 5 él es más grande que tu, así que es el mayor.- Explico nuestra madre pacientemente.

-Satoshi, como el mayor tienes la responsabilidad de cuidar a tu hermano, pasaras con el todo el tiempo, el mayordomo te indicara tus horarios de estudios y las actividades que realizaras.- Dijo mi padre y se retiro del lugar.

-¿Podemos ir a jugar?- Pregunto mi hermano a mi madre.

-Kazunari, tú y Satoshi jugaran después, ahora él estará algo ocupado. Satoshi, bienvenido a la familia, siéntete como en tu casa.- Asentí con la cabeza y ella se retiro con el pequeño niño.

El anciano que había ido al orfanato me dijo que días un maestro privado vendría a darnos clases a mí y a mi hermanito, me presento con la servidumbre de la casa, me mostro mi habitación  y se retiro.

 Las paredes eran de color blanco con muebles de madera,  tenía una ventana con balcón, una puerta cerrada que me indicaba que era el baño, observe la cama, que era muy grande y tenía muchas almohadas, el librero con libros de diversos tamaños, un escritorio con una lámpara, lápices, hojas y diversos materiales, todo lucia resplandeciente.

Me acerque al ropero, en un libro que había leído en el ropero había un mundo mágico y ese mueble de madera clara parecía esconder un tesoro, abrí sus puertas y me quede viendo las prendas que colgaban, pase la mano por ellas, todas eran muy suaves, acerque mi rostro, tenían un aroma agradable, sus colores me gustaban, saque un saco y vi que era mi talla ¿Acaso todo esto lo habían comprado para mí? Abrace el saco agradeciendo en mi interior.

-Vaya te gusta mucho la ropa.- Escuche una pequeña voz.

-Yo…- titubeé un poco y deje la prenda en el ropero. En la puerta se asomaba el pequeño Ninomiya viéndome curiosamente.

-A mí también me gusta la ropa, es bonita.- Sonrió y se sentó en la cama.

–Es la primera vez que tengo ropa nueva, un cuarto para mi, un padre, una madre, un hermano...- Sonreí.

-Yo tampoco había tenido un hermano, no sabía que se podían comprar.- Dijo inocentemente.

-No, no me compraron…- Estaba extrañado con su comentario.

- Papá le había pedido un hijo a mamá, pero como ella no podía dárselo, papá te compro ¿no?

-Las personas no se compran, yo fui adoptado.- Me sentí ligeramente molesto, pero él era un niño pequeño que ignoraba muchas cosas, así que respire.

- ¿Qué es aroptado?- No se percato de que había mencionado mal la palabra.

-Adoptado, es cuando un niño sin padres es aceptado por una familia como un integrante más.-

- ¿Tú no tenias padres? ¿Entonces no tenias familia? ¿Cómo es no tener familia?- Su cara parecía completamente impactada.

-Tuve un padre y una madre, pero ellos murieron cuando yo era un bebe, a pesar de no tener padres en el orfanato los cuidadores y los demás niños eran como mi familia, pero ahora tengo una familia de verdad.- Sonreí.

-Bueno como parte de mi familia de verdad tienes derecho de entrar a mi cuarto.- Después de hablar se levanto de mi cama y salió por la puerta.

Lo seguí,  la distancia no fue mucha, la puerta a lado de mi cuarto era su habitación. Entre a ella, tenia paredes color azul con muchos juguetes.

-Como mi hermano de verdad, juega conmigo.- El hablaba detrás de un peluche de rana que después coloco en mis manos.

Kazunari tenía su cuarto lleno de aviones, carros, pelotas, figuras para construir edificios, cofres,  pero lo más impresionante de todo era una pista de trenes en una mesa.

-Wow ¿Todos estos juguetes son tuyos?- Eran más juguetes de los que había observado en mi vida.

-Si.-

- Y con tantos juguetes ¿Con cuál jugaremos?- Estaba ansioso.

-Con mis favoritos.- Dio saltitos emocionado dirigiéndose a un baúl. –Me gustan mucho los tesoros y aquí tengo mis juguetes favoritos.- Saco del cofre peluches. –Ellos son mis amigos, el oso es Toby, el tigre es Señor Rayas, el conejo azul es Buni, la gatita es Fifi y esa rana que tienes en las manos es Princesa. – Su orgullo se notaba al traer entre sus brazos a los animales felpados.

-Pensé que tú favorito seria el tren, es muy grande.-

-Ese es el favorito de Papá, si te gustan todos puedes quedártelos, excepto mis tesoros.- Beso la frente de cada uno de los peluches que tenía en sus manos.

-Pero son tus juguetes, no puedo quedármelos.- Me preocupe.

-Creo que tienes razón, no puedes quedártelos, no porque sean míos sino porque son de papá, él se emociona comprando carros, aviones, pelotas y antes jugaba con él, no sé porque no los lleva a su habitación.- Encogió los hombros. –Mamá dice que los compra para mí, pero los juguetes son tuyos si tú los quieres ¿no?- Me vio.

-Supongo... No sé cuáles sean las reglas de los juguetes, en el orfanato casi no había y todos compartíamos, pero en una familia las cosas son diferentes, supongo…- Estaba realmente confundido.

 -Pues para mí mis únicos juguetes son mis 5 amigos. En las familias cuando cumples años te regalan lo que quieres, no recuerdo mis cumpleaños, pero mamá dice que Princesa fue mi primer regalo, por eso la quiero mucho, es mi favorita de favoritos.- Se quedo viendo celosamente como tenía a su rana de peluche en mis manos.-  Dámela.-  Se la di y como pudo sostuvo a Princesa junto con los otros 4 peluches, eran muchos para sus pequeñas manos. – Mmmm bueno, puedes tomar a Señor Rayas y a Toby.-

Compartió sus juguetes conmigo y comenzamos un tipo de juego algo diferente al que yo pensaba, hablaba por los muñecos y le colocaba ropas de él como ropa de ellos, su voz se volvía más chillona cuando hablaba por Fifi o por Princesa, no sabiendo muy bien cómo reaccionar seguí lo que él estaba haciendo pero convertí a Señor Rayas en un policía y a Toby en un ladrón, me divertía robando y a la vez salvando a Princesa y a Fifi, mientras era ayudado por Buni. En el orfanato generalmente veíamos el deporte como un juego y los juguetes que mas apreciábamos eran los balones, nunca me imagine jugar de esta manera con mis amigos, pero era muy divertido.

-Nino ¿Qué estás haciendo?- Dijo algo fuerte mamá y nos veía con unos ojos algo alarmantes.

-Estoy jugando con mi hermano mamá.- mi hermanito puso una cara algo triste ¿Por qué? Hace un rato estaba muy feliz.

-Pero pueden jugar otros juegos, tienen muchos juguetes aquí, metamos a tus amiguitos al baúl.- Intento respirar y bajar sus nervios mientras le decía cariñosamente a Kazunari.

- Pero…- Mi hermanito tenía un puchero triste en el rostro.

-Nino, tus amigos de peluche son tu tesoro y como tesoro…- Se detuvo esperando la respuesta del menor.

-…Tienen que estar en el baúl.- Completo la frase de mamá con un semblante triste. – Mami ¿Si guardo a mis tesoros puedo dormir con Princesa?- Tenia una pequeña esperanza en sus ojos.

-Sí, cariño.- El rostro de mamá lucia algo enternecido y triste. De repente me observo. –Satoshi ¿Puedes enseñarle a Nino algunos de los juegos que jugabas con tus amigos del orfanato?- Me sonrió y asentí con la cabeza.

Con mi respuesta mamá salió de la habitación, vi a Kazunari sentado en la orilla de la cama viendo con un semblante triste su baúl de tesoros. Esto era algo muy extraño para mi ¿Acaso así son todas las familias? Al ver la cara de mi hermanito me acorde de cuando mi amigo se ponía triste y se me ocurrió como animarlo. Me pare enfrente de él, sujeté su mano y tire ligeramente de ella.

-Vamos a jugar, te enseñare el juego que le gustaba a mi mejor amigo.- Tomando su mano me dirigí a donde pensé que estaría la salida al jardín.

Llegamos al jardín, había muchas plantas de diversos colores, el aroma a tierra húmeda nos saludaba, sin duda este lugar era más hermoso que el orfanato, encontré mi objetivo, un árbol grande inclinado y con suficientes ramas.

-A mi amigo le gustaba mucho jugar a que era una ardilla y trepaba arboles, ¡Vamos seamos ardillas y subamos ahí!- Señale emocionado el árbol y jale de él recibiendo un tirón de su brazo con fuerza. - ¿Qué pasa?-

-Las ardillas son como ratas.- Dijo algo enojado.

-¿Y...?- No entendía porque estaba enojado.

 -Yo no soy una rata. Frunció el ceño.

-Las ardillas son familiares de las ratas, pero son muy diferentes, ellas pueden trepar arboles, comen frutos, son esponjosas, son grandiosas, no tiene nada de malo ser una ardilla, mi amigo amaba ser una ardilla ¡Trepemos ese árbol!- Dije emocionado y le volví a jalar, avanzo cerca del árbol y después me dio un tirón fuerte. -¿Qué pasa?- Pregunte algo desesperado.

-¿Yo soy una ardilla bonita?- Me vio. Pensé que estaba jugando pero su semblante serio me hizo pensar que si no le contestaba lo que él quería se iría.

-Sí, eres la ardilla más hermosa de todas ¡Subamos ese árbol!- Le conteste esperando subir al árbol lo más rápido que pudiéramos, el me mostro una radiante sonrisa y  corrió hacia el árbol más veloz que yo.

Me quite los zapatos y comencé a subir un poco cuando sentí un jalón de mi pantalón. Voltee a ver y la manita de Kazunari era la que me detenía, su cara se veía algo preocupada, así que baje lo poco que había subido para ver que tenia.

-Yo… no soy una ardilla bonita de verdad, no sé trepar arboles.-

-Oh, primero quítate los zapatos, haz lo mismo que yo y sígueme.- Le ayude a quitarse los zapatos.

-Pero… y si me caigo.- Estaba temeroso.

-No te preocupes, este árbol es muy fácil de escalar, por eso lo elegí, subiremos poco a poco y si sientes que te caes me jalas o gritas yo te ayudare.- Le motive y el asintió con la cabeza.

Subimos más lento de lo que pensé, en realidad Kazunari estaba muy temeroso, pero llegamos hasta donde el valor le permitió y nos sentamos en una rama.

-Eres una ardillita valiente.- le dije y le acaricie la cabeza.

-Valiente y bonita.- Rio un poco. –Tú eres una ardilla salvadora.- Me vio sonriente.

-Salvadora y fuerte.- Reí un poco.

-¿Niños que están haciendo?- Escuchamos un grito de parte de mamá que nos veía desde el suelo. – ¡Asano, mira lo que están haciendo tus hijos!- se escuchaba enojada y con miedo.

Kazunari y yo nos quedamos con un poco de angustia, sentíamos que seriamos regañados. Papá asomo el rostro por la ventana de la casa que estaba cerca de nuestro árbol y vio a mi madre.

-Pareces loca ¿Qué pasa?- Le respondió a mamá enojado.

-¡Los niños están en el árbol!- Nos apunto con el dedo.

Papá abrió los ojos de gran manera y esbozo una sonrisa. -¡Déjalos Erika! Mira a Nino, el nunca había subido un árbol, lo sobreproteges, te dije que sería buena idea que tuviera un hermano.- Parecía muy feliz de vernos en el árbol.

-Pero…pero… ¡Se van a caer!- Mamá seguía angustiada.

-¡No le hace daño a un hombre tener alguna que otra herida o cicatriz que muestren lo intrépidos que son!- Papá le contestaba feliz a mamá.

-Pero...pero…- Mamá intentaba decir algún argumento pero sabía que la idea de ser ardillas a papá no le incomodaba. - ¡Niños bajen ahora mismo!- Nos grito enojada.

Me sentía mal de que mamá estuviera preocupada y pensaba bajar inmediatamente.

-Mamá no recuerdo como bajar, me quedare aquí recordando cómo hacerlo de manera segura, mi hermano es muy bueno en esto y me ayudara.- Alzo la voz el pequeño Ninomiya.

-Satoshi ¿En realidad eres muy bueno trepando arboles?- Dijo angustiada.

-Si mamá, solo es cosa que mi hermano recupere el valor y bajaremos.- Intentaba tranquilizarla y a la vez seguir lo que había dicho mi hermanito.

-Oh, mamá si estas viéndome no puedo recobrar el valor.- Volvió a gritar Kazunari.

-¡Erika  deja a los niños en paz! ¡Solo recuerden bajar antes de la cena!- Papá parecía orgulloso.

-Está bien, recupera el valor pronto Nino, Satoshi cuídalo por favor.- Mamá me vio casi suplicante, asentí con la cabeza, se tranquilizo un poco, regreso a la casa y papá cerro la ventana.

Nos quedamos sentados en el árbol y el silencio fue roto con una pequeña voz.

-Ya sé porque tu amigo ama ser ardilla… Es porque desde aquí arriba te puedes alejar de las personas. – Dijo algo cabizbajo.

-Pero yo también soy persona.- Dije bajo.

-Tú  eres una ardilla como yo… aparte por ahora no me quiero alejar de ti.- rio un poquito, se levanto. –Hay que bajar.-

-¿Ya recobraste el valor?- Me levante.

-No tengo miedo si estoy con una ardilla fuerte y salvadora.- Se rio, me dio espacio para bajarme primero y el siguió mis pasos.

Al bajar, no recordaba donde estaba la puerta para entrar a casa así que caminamos y vimos una especie de casa de cristal con plantas adentro.

-Es como un castillo.- Dijo emocionado Kazunari e ingreso corriendo.

Le seguí. –No creo que sea un castillo con tantas flores adentro.-

-Es un castillo mágico floral.- olfateaba todas las flores que estaban adentro.

Yo inspeccionaba cosas que había en una mesa, eran utensilios de jardinería, tierra, abono, macetas, plantas. –Creo que es un invernadero.-

-Es un castillo mágico floral invernadero.- Él seguía con la misma idea dando brinquitos por todos lados de repente cesó sus brincos. –No veo rosas azules.- Parecía decepcionado.

-¿Rosas azules?-

- ¿No has escuchado el cuento? Había una vez una princesa que dijo que se casaría con el que le llevara una rosa azul, las rosas azules no existen, pero un día ella se enamoro de un príncipe, él le regalo una rosa blanca, su amor la convirtió en azul, se casaron y vivieron felices por siempre, fin.- Me veía muy feliz.

-Si las rosas azules no existen ¿Por qué piensas que encontraremos rosas azules aquí?-

-¿Acaso no me escuchas? Su amor convirtió la rosa en azul, mamá y papá se aman ¿no? Debe haber una rosa azul por aquí.- Dijo tercamente.

-Pero…- No me dejo continuar.

-Ayúdame a buscarla.- Me deje arrastrar por su entusiasmo y preocupación.

Buscamos por todas las macetas, había otro tipo de flores azules y rosas de diversos colores, pero no había rosas azules. Kazunari estaba algo angustiado pero se dio por vencido y se sentó en la puerta del invernadero.

-¿Acaso papá y mamá no se aman?- Dijo triste.

-Que no haya rosas azules no significa que no se amen, mamá no es una princesa ¿sabes?- dije amablemente.

-Ya lo sé, ella es una reina porque ya se casó.- Me dijo como si fuera algo lógico.

-Mmm probablemente ella no pidió una rosa azul, tal vez ella pidió otra cosa para casarse.- Intentaba tranquilizarlo.

-¡Tienes razón! A mamá le gustan las perlas, tiene muchas perlas en su joyero ¡Ella pidió perlas!- Su rostro volvió a iluminarse. –No se lo digas a nadie, pero mamá es un poco interesada le gustan mucho las joyas, a mi me gustas las flores, yo me conformo con una rosa azul.- susurro.

-Pero las rosas azules no existen.- Dije muy extrañado.

-Ya lo sé, no nací ayer, me darán una rosa blanca. - Me miro algo enojado. –Y el amor la convertirá en azul.- Dijo muy seguro de sí.

Mi hermanito era algo extraño, era más inteligente de lo que eran los niños de 5 años, pero también muy fantasioso, su forma extraña de hablar hacia las cosas divertidas, no había visto ningún niño parecido a él en el orfanato. El hambre hablo por nosotros y nuestras barrigas sonaron, el cielo parecía querer apagar sus luces y antes de que sear regañados encontramos la puerta a casa justo antes de la cena.

La cena era grandiosa, era tanta comida que no sabía que comer,  papá comenzó a hablar como si fuéramos una familia de verdad, él estaba entusiasmado por nuestro valor al subir al árbol, pero mamá parecía ligeramente molesta y hacia pocos comentarios.

-Satoshi, el mayordomo me hablo muy bien de ti cuando estabas en el orfanato, me dijo que eras el ejemplo de todos los niños.- Papá dirigió una sonrisa para mí.

-No sé si sea un ejemplo, yo solo jugaba con mis amigos.- No sabía cómo debería de contestar.

-Bueno pues quiero que le enseñes todos los juegos que jugabas con tus amigos a Nino como buen hermano mayor.- Dijo firme y feliz.

-Pero no se expongan mucho, sean cuidadosos.- Mamá me miro de forma suplicante.

-Erika, lo que Nino necesita es exponerse con otros niños, así como Satoshi, el estuvo en un orfanato de puros varones, sin faldas de mujeres a las que pegarse.- Papá le contestó algo molesto a mamá.

-Hoy fui una ardilla y no me caí.- Grito Kazunari. El grito de él hizo que mamá y papá quitaran el gesto molesto, las miradas se dirigieron al pequeño y hubo sonrisas de parte de ellos.

La cena termino sin otro grito más, pero me sentía ligeramente extraño. Subimos a nuestras habitaciones, los sirvientes me dijeron que el baño estaba listo, al parecer todos se bañan antes de dormir y se ponen pijamas en una familia. Era la primera vez que me bañaba en una tina con espuma, cuando salí con la pijama puesta vi a mi madre sentada en mi cama.

-Satoshi quiero hablar contigo.- Dijo con un semblante serio, asentí con la cabeza y me senté a lado de ella en la cama. –Está bien que juegues con Nino todo lo que quieras, pero procura que sean juegos donde ninguno de tus amigos haya salido lastimado, por tu seguridad y por la de tu hermanito, recuerda que él es más chico que tu. Me miro fijamente.

-Si lo dice por el árbol, era muy fácil de subir, con suficientes ramas para agarrarse y con una inclinación adecuada, sin zapatos se reducen más las posibilidades de un resbalón, procure  que mi hermanito no sufriera ningún daño.- Dije rápidamente.

-Vaya en realidad eres muy bueno en trepar arboles, parece que estuviera hablando con un pequeño adulto calculador.- Me vio algo sorprendida. –Confío en ti Satoshi.- Me dedicó una sonrisa y acaricio mi pelo. –Todas las noches le cuento un cuento a Nino, ven conmigo ahora se los contare a los 2.-

Nos levantamos de la cama y la seguí a la habitación de Nino. Él estaba acostado en la cama con su peluche Princesa.

-Satoshi, siéntate a lado mío.- Dijo sonriente recorriendo la sabana.

Subí a la cama con él mientras mamá se acomodaba al otro lado.

-¿Qué cuento quieres que te cuente hoy?- Le pregunto mamá.

-La princesa rana.- Dijo alegre.

-Cariño, no estoy muy segura…- Mamá puso cara de preocupación.

-Por favor mamá, la próxima vez Satoshi elegirá un cuento.- Suplico.

-Bueno… está bien.- Mamá se rindió, fue al librero y saco un libro rosado con dibujos.

Nos conto la historia a mí y a mi hermanito de una hermosa princesa  que había sido hechizada, por un brujo transformándola en rana para que nadie se enamorara de ella, la princesa aprendió a ser una rana para sobrevivir y un día encontró a un príncipe llorando en el estanque, ella le consoló y el príncipe como agradecimiento la beso, con el beso se rompió el hechizo, ella regreso a ser una princesa, se casaron y vivieron felices por siempre.

Cuando Kazunari se durmió, mamá y yo salimos de la habitación. Regrese a mi cuarto, ella se despidió de mi dándome un beso en la frente.

Estaba acostado en aquella cama tan suave, lo más probable es que soñara con un mundo mágico, con mi familia de verdad, con ardillas, flores y por una extraña razón con princesas y ranas. Era arrastrado ligeramente al mundo de los sueños cuando sentí una mirada fija en mí, inconscientemente mis ojos se abrieron poco a poco, frente a mi había un pequeño rostro observandome.

-Satoshi.- Escuche un susurro. Enfoque más la vista y vi a Kazunari entre las sombras.

-¿Qué pasa?- Mi voz parecía un balbuceo.

-No puedo dormir.- dijo quedito moviendo mi sabana.

-¿Quieres que te cuente un cuento?- me senté viéndolo fijamente.

-No, quiero que me acompañes.- Me jalo la mano.

-¿A dónde? –                        

-Quiero que busquemos tesoros.- Me seguía jalando la mano.

-¿A estas horas? ¿Por qué no mañana?-

-Tiene que ser ahora, nadie debe de enterarse es el momento perfecto.- Susurro.

-Si nadie tiene que enterarse ¿Por qué me dices a mí?-

-Mamá dice que el tesoro del sotano está custodiado por un fantasma y si voy solo me comerá. Tú eres valiente, fuerte y salvador, necesito tu ayuda.- Me suplicó.

-Está bien.- No solo su mirada suplicante me convenció a ir con él, también la curiosidad sobre que tesoro con fantasma podría haber en esta casa.

Salimos de la habitación, Kazunari llevaba consigo una lámpara, bajamos las escaleras, caminamos por la sala y descendimos otras escaleras, entramos a un cuarto y cerramos la puerta, el lugar estaba muy oscuro, entonces él prendió su lámpara buscando el interruptor, como no lo alcanzaba así que presione el botón por él.

-Toshi ¿Ves algún fantasma?- Susurro.

-¿Toshi? ¿Qué es un Toshi?-

-Tú eres un Toshi, Satoshi, Toshi.- dijo con una voz tierna.

-Oh, es un apodo, bueno si yo soy un Toshi tú eres un Nino.-

-No.- Le escuche enojado.- Nino me dicen mamá y papá porque soy el más joven de los Ninomiya, pero ese no es mi  nombre.- Me miraba serio.

-Bueno… entonces te diré Kazu ¿Está bien?- Esperaba su confirmación, el asintió con una gran sonrisa. –Kazu, no veo ningún fantasma ¿Qué tipo de tesoro buscamos?-

-El tesoro más escondido de todos.- Parecía emocionado.

Comenzó a buscar en cajas y yo igual di una mirada en ellas esperando que saliera algo increíble de ahí pero solo veía juguetes,  había perdido la mirada en Kazu.

-¿Por qué todos estos juguetes están aquí?- estaba intrigado.

-Papá es un pirata, cuando se enoja grita y esconde tesoros.- Escuche su voz.

-Pero si los esconde ¿Para que los compró?-

-Mi mamá la reina iba a tener un príncipe y una princesa, pintaron un cuarto azul y rosa con juguetes azules y rosas pero un día una maldición cayó en ella y solo tuvo un bebe.- Su voz se escuchaba algo triste.

Vi los juguetes fijamente, eran muñecas, peluches, tazas de té, algunos disfraces, corazones, flores, eran todos juguetes de niña.

-Pero lo que ellos no saben es que la maldición no cayo solo en la reina…- Dijo con un tono de voz que me inquieto un poco y lo voltee a ver.

Kazu tenía puesto un vestido rosa y una corona, su rostro lucia triste, me miro fijamente.

-Yo no soy el príncipe ¿Recuerdas el cuento de la princesa rana?- Me miro y yo asentí con la cabeza. – A mi me paso algo similar, yo soy una princesa encerrada en el cuerpo equivocado, cuando le dije a mis padres, ellos no me creyeron y mi cuarto se volvió completamente azul.- el comenzó a sollozar un poco. –Se que ellos no lo entienden, así que como en el cuento tendré que comportarme para sobrevivir y guardarlo como un secreto, ellos no deben saberlo, pero algún día la maldición se romperá ¿no?- Su carita se lleno más y más de lagrimas.

-No llores princesa.- Mire su rostro y acaricie una de sus lagrimas. –La maldición se romperá un día pero por mientras yo guardare su secreto y seré su más fiel caballero.- Cuando termine de decir eso abrace a mi herma… na.

No entendía muy bien que pasaba en la familia, no sabía quien había lanzado el hechizo a Kazu, pero lo que si sabía es que yo le ayudaría a romper esa maldición, yo ayudaría a salvar a la princesa.

Continuara…

Notas finales:

COMENTARIOS DE LA AUTORA:

Muchas gracias por leer, esta tematica se me hace muy complicada por cuestiones de tiempo, o de información o de animo, pero la terminare como todos los fics que he hecho.

Por favor dejame tu opinion o comentario para saber que despierta en ti al leer algo asi.

u_u No me dejes con la curiosidad y esta soledad.

Si no sabes que escribir te dejare pregunas :)

PREGUNTITAS

1. ¿QUE OPINAS DEL FIC?

2 ¿QUE OPINAS DE LOS PERSONAJES?

3 ¿TE HAS SENTIDO IDENTIFICADO EN ALGUN ASPECTO?

4 ¿QUE SABES SOBRE LA TRANSEXUALIDAD?

Nos leeremos pronto~

 


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