Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ámame por himiko-chan

[Reviews - 19]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Quien dijo que el amor era facíl, aun no conoce las penurias que pasan aquellos quienes aman de verdad. 

 

Notas del capitulo:

Quien dijo que el amor era facíl, aun no conoce las penurias que pasan aquellos quienes aman de verdad. 


 Himiko-chan 

Cápitulo 1: Despedida

<....>

 

 

Recuerdo vagamente aun cuando cumplí los cinco años. No hubo fiesta, la música nunca sonó y el pastel, jamás llego. Ese día, mi madre huyo de casa conmigo y mi pequeño hermano de escasos tres años. Recorriendo ciudad por ciudad en su vieja camioneta color café, soportando las frías noches de  enero hasta que la poca gasolina se agotó y ella, habiendo gastado lo poco traído en algunos alimentos, vendió la única casa que hasta momento teníamos para poder sobrevivir un par de días más.

Pero, eso no sirvió de mucho.

Caminamos sobre las heladas calles de la ciudad de México en busca de algún lugar donde pasar la noche y, sin obtener éxito alguno, nos acurrucamos los tres juntos detrás de un viejo edificio  tratando de entrar en calor, pero el gélido invierno no nos lo ponía fácil.

Miré con detenimiento a mi madre y luego a mi pequeño hermano, y a pesar de ser aun un niño, comprendía notar el color de sus mejillas, estas no debían ser así. Ella lo sabía, mi hermano no soportaría un día más de esta forma.

El hambre y el frio estaban haciendo  efecto en su frágil cuerpo.

Toqué levemente su mano, la cual podía pasar fácilmente por un tempano de hielo. Me apreté con fuerza para poder brindarle de mi calor, esperando con eso, fuera más suficiente para su mejoría.

 Que inocente era en aquel entonces, desconociendo los límites de la vida e ignorando la verdad de la muerte. Creyendo aun en la bondad de las personas.

Seria lindo volver atrás y seguir siendo ignorante de muchas cosas más…

—El niño morirá... 

Solté  repentinamente a mi hermano y me aferre fuertemente a mi madre mientras volteaba lentamente a donde venía esa voz. En ese momento recordé esos cuentos que mi madre me contaba para asústame. ¿Esa  persona habrá venido por  nosotros?

— ¿Quieres salvarlo mujer? — Le habló a mi madre en un tono arrogante, haciendo que se estremeciera, pude sentirlo cuando nos apretó más fuerte  contra su cuerpo. Como si esperara el momento en el cual él se arrojara contra nosotros.

            — El mayor por su hijo menor…Su vida por la del niño.  

Miré por primera vez a mi madre desde la aparición de aquel sujeto. Pude notar con detenimiento sus ojos llorosos y su cara angustiada mirando a mi pequeño hermano menor. No entendía a qué se refería. ¿Por qué mi madre estaba llorando?

De pronto, ella me alejo de su regazo, dejándome al descubierto de este hombre, y con su voz quebrada por el llanto, dijo las palabras que me marcarían para siempre.

—Es suyo…— Dijo— lléveselo y salve a Andreu.

Eso fue lo último que escuché de mi madre antes de ser  levantado con violencia por ese tipo. Me sujete con todas mis fuerzas de su blusa, casi logrando arrancársela, pero ella ni siquiera me miro.

— ¡Mama!…¡¡Mama por favor!!—Suplique entre mis lloriqueos. Sin embargo, no importo ninguno de ellos, ella ni una sola vez me miro. ¿Había hecho algo malo para que me arrojara como un simple animal a los brazos de un desconocido? Madre simplemente se concentró en arrullar a mi hermano y tararear esa canción de cuna una y una vez. Como si con eso pudiera lograr algún tipo de magia para calmar los berridos de mi hermano, quien trataba desesperadamente, al igual que yo, de sostener mi mano.

— ¡A…A! —Es lo único que podía pronunciar, o, ¿acaso dijo algo más?

            —Con eso vivirá bien durante  el resto de su vida. — Vi como de entre sus ropas sacaba un gran fajo de dinero y lo tiro en el rostro de ella, como si se tratara de simple basura. Y sea dicha la verdad, para este hombre lo era. — Ha hecho una excelente elección. — Pronunció con una sonrisa que solo presagió malos designios.

Apretó sus brazos contra mi cuerpo comenzó a andar hacia un auto aparcado en la oscuridad del lugar, sin detenerse un solo instante, incluso cuando yo luchaba y lo golpeaba con todas mis fuerzas.

—Desde ahora su hijo está muerto para usted y para el mundo. Adiós. —Fueron sus últimas palabras antes de subir al auto.

Esa fue la última vez que la vi a ella y a mi hermano.

¿Cuánto tiempo ha pasado desde entonces? La verdad, ya no interesa. Ese día mí madre murió, la madre que me arrullaba entre sus brazos antes de dormir, quien me protegía cuando mi padre intentaba matarme a golpes, que me abrigaba en las noches y besaba mi mejilla antes de dormir. Si… Mi hermosa madre con sus cabellos rojos y ondulados llegando hasta la cintura, sus ojos dorados  como el sol, ella murió para mí, justo como yo morí para ella. Aun así, cada día al levantarme y mirar al espejo, la encontraba: su misma cara, el mismo cabello…Cada día al mirarme ahí la veía y lo odiaba aún más.

—Axel

Escuché me llamaba desde algún punto de mi habitación. Que él  viniera a visitarme era algo usual  al final del día, pero nunca ocurría  cuando tenía algún trabajo por realizar. De esa manera, me dijo una vez, se evita decir adiós.

— Salgo enseguida…—Miré por ultima ves mi rostro antes de salir de la habitación de baño y me cubrí con una de las batas blancas que tenía ahí para poder salir, con lo que no conté fue  encontrarlo sentado junto a la ventana de mi habitación. Su mirada parecía perdida en el horizonte. Aun así, no pude evitar hablarle duramente como de costumbre.

 — ¿Que hace aquí? Le dije que saldría ense…

—Tan arrogante como siempre Axel, ¿No puedes ser un buen hijo de vez en cuando?— Me interrumpió sonriéndome con esa prepotente sonrisa con la cual me hablaba siempre. Nunca he disfrutado ninguna  conversación tranquila con él.

—Que gracioso Dimitri –Me dirigí a sacar del armario unos pantalones negros y una playera de cuello alto y mangas largas de color gris— No tengo tiempo para tus charlas de padre e hijo. –Ironicé. — Por si no recuerdas, tengo trabajo esta noche. Trabajo que me distes. —remarqué.

—Tienes razón. — Sonrió— Bien, en cuanto termines, pase a mi habitación, necesito hablar algo contigo.

Algo en sus palabras me hizo estremecer, Dimitri no solía pedir tales cosas. Solo en casos muy importantes. Yo solo había visitado su habitación en dos ocasiones anteriormente y ninguna me ha dejado ningún recuerdo agradable.

—Claro…me voy. — Pasé por un lado de él sintiendo su fría mirada sobre mí. Sé, por experiencia, que esa es su manera de mirarme, pero, desde niño, siempre he sentido miedo de su sola presencia.

Terminé con mi trabajo antes de lo planeado, el ser lindo y deseable, en todos los sentidos posibles — como decía Dimitri—  me facilitaba el entrar a la casa de hombres corrompidos por el poder y quienes disfrutaban a escondidas de su familia, actos tan perversos como ellos mismos.

Dimitri, a pesar de todo, decía que no necesitaba a jovencitos ineptos retozando en su cama.

Jamás me tocó, ni permitió a otros hacerlo. Solo por ello me sentía agradecido.

Para él, el mundo es un lugar en el cual no está permitido la palabra amor: "Nadie da amor a cambio de amor. El amor solo es un sentimiento banal y carente de significado para seres como nosotros."

Esa es la ley más importante en nuestras vidas, eso es lo que siempre me dice y él jamás se ha equivocado.

            Llegué a la mansión, la cual  lucía tan sombría como de costumbre. No es algo raro, no en un lugar donde han muerto cientos de personas desde su construcción.  No es de extrañar tampoco, el escuchar los gritos atormentados de ellos. Algunas veces incluso,  creo ver los fantasmas de las almas en pena  deambular por los corredores por mi habitación.

Si soy sincero, es debido a que  muchos de ellos fueron asesinados por mí.

Caminé por los largos y oscuros pasillos de la tercera planta de la mansión hacia su  habitación, y toqué la puerta hasta escuchar un “adelante” de su parte.

Respiré profundamente antes de entrar, tratando de dejar mi mente en blanco para poder soportar  lo que fuera a decirme. Me  afectará. Lo sé. Mi corazón palmita a mil.

— ¿Y bien? — Lo vi acostado en la cama tomando otro de esos raros tés traídos de sus viajes a Londres— ¿Para qué me necesitas?

—Luna llena Axel. Parece que hoy será una hermosa noche. ¿No lo crees?

— ¿Acaso solo me has llamado para mirar la luna contigo? —Respondí molesto por tal pérdida de tiempo.

— Axel, ¿realmente no puedes ser un poco más amable? — dijo al momento de dejar la taza sobre la pequeña mesa a si lado. Miró una última vez hacia fuera antes de fijar su mirada en mí. — ¿Sabes? Estoy muriendo. — Se oía tan calmado a pesar de tales palabras que pensé se trataba de alguna clase de broma retorcida. Aguarde esperando dijera alguna cosa más, pero seguía tan impasible como siempre..

— ¿Esta bromeando conmigo? La edad debe estarle afectando realmente— Traté de permanecer lo más calmado posible, pero el silencio de su parte me estaba empezando a exasperar. Entonces comencé a considerar sus palabras verdaderas. ¿Debería sentir algo ahora? No lo sé, pero algo dentro de mí se está rompiendo. Como si me quitaran algo dentro de mí.

—Has hecho todo lo que te he pedido siempre y has contaminado tus manos por mí. Has hecho cosas que ningún humano debe hacer. La vida nunca ha sido justa contigo, ni conmigo. Ambos hemos solamente marionetas de nuestro destino, sin tener la más mínima oportunidad de huir de ella.

Por primera vez me dejo ver un rostro desconocido para mí hasta ese momento. Fue entonces que comprendí quien era realmente Dimitri: un hombre cansado de la vida, cargando a sus espaldas cientos de muertes. Su cabello rubio parecía haberse vuelto tan opaco como su mirada en cuestión de segundos.

Nunca sentí la necesidad de verlo de la misma forma que le miraba por primera vez… ¿Lastima? No, los hombres como Dimitri no necesitaban lastima, quizás con cariño, quizás.

—Te he criado, no como a mi hijo, pero no sabes cuánto deseé hacerlo, tú me recordabas tanto a mi pequeño Raffaelle. Nunca te conté de él, ¿verdad?— Asentí. — Él fue mi único hijo y murió muy joven…—  Desvió su mirada hacia el exterior— Los padres a veces cometen errores y al final son los hijos quienes pagan por ellos.

—No me dirás que quieres recompensar todo el tiempo perdido ahora, ¿Cierto? Porque debo decirte de una vez que  sería un verdadero desperdicio conmigo. — Sonreí ante la estúpida idea, y aun así, deseando algo sin saber qué.

—No Axel. — Río— Yo, aunque lo quisiera, nunca podría hacerlo. Hace mucho ya he dejado atrás todo tipo de sentimiento que pudiera hacerme daño otra vez. Quiero que dejes para siempre la mansión. — Me sorprendí al oír eso, realmente no me esperaba nada de eso, en especial, siendo el quien controla todo y a todos a mi alrededor. —Cuando yo muera—Explicó— esto se volverá un verdadero caos y tú pasaras a ser propiedad del nuevo jefe de la familia. Sé muy bien cómo te mira ese sujeto y comprendo cada una de sus intenciones para contigo. Es lo menos que puedo hacer por ti. No soy un santo Axel, eso lo sé muy bien, pero… no deseo eso para ti. Eres un asesino, nunca olvides eso. Vives para causar la muerte de muchos, pero no para complacer los deseos carnales de mi sobrino ni de nadie más.

—Jamás dejaría que me tocara. — Le aseguré. — Primero muerto y sabes mejor que nadie que soy muy capaz de hacerlo. — Pude notar su molestia respecto a ese tema. Él sabe muy bien la razón.

—Es lo que más temo…— Lamentó —Eres libre para hacer lo que creas conveniente. He dispuesto para ti todo lo necesario para que dejes el país. El lugar de donde te saque es el más conveniente. Ni si quiera Víctor ha logrado hacerse de muchos amigos en aquel lugar, encontrarte se le hará una tarea demasiado complicada. Te daré dinero suficiente para que vivas bien con tu… Familia. —Dijo con cuidado, sabía que el tema era demasiado delicado de mencionar hasta ahora.

—Nunca regresare con esa maldita mujer—  Declaré—Todo sería mejor que eso. Si me obligas a ir donde ella… — Ira, es lo que sentía cada vez que la mencionaba. Una desbordante ira.

—Entonces dime. ¿Deseas permanecer aquí? ¿Quieres realmente seguir con la vida que tienes hasta ahora?

—No lo sé… — Era la verdad. Aun cuando  siempre desee ser libre, ¿Por qué dudaba justo ahora? Porque es la única vida que he conocido, me respondí — ¿Que pasara si yo me marcho? —Sin mí aquí, ¿quién cuidaría de él?

—Jajaja. – Su risa llenó la habitación, mientras yo trataba de entender lo gracioso de la situación. —Lo más seguro es que esos animales me maten antes que esta maldita enfermedad, lo cual no suena tan mal en realidad. Además, esta es la oportunidad perfecta. Después de todo, nadie se atreve a enfrentar a mi dulce Axel. Debo decir, que has logrado mostrarles tu verdadero encanto.

— ¡¿Y aun así quieres que me marche?!—Estaba  pasmado. ¿Realmente no comprendía la situación? Ese idiota era demasiado confiado, pero aun así, temía por su seguridad. Ese hombre es capaz de demasiadas cosas, pero en tales condiciones…Simplemente, es pedir demasiado.

—Eso no cambia el hecho de que pronto moriré Axel, es mejor que salgas ahora que aún tengo el control de todo. Si no quieres encontrarte de nuevo con tu familia, eres libre de elegir a donde ir. — La oportunidad que siempre estuve esperando, presentada ante mí en bandeja de plata y sentía un gran torbellino de emociones explotando  dentro de mí.

—No puedo abandonarte Dimitri. —Dije con la mirada baja porque sentía romperme a llorar en cualquier momento.

—No puedes. —Respondió con dureza—En otras circunstancias esto sería impensable para mí. Este es mi regalo adelantado de cumpleaños. — Sonrió.

Sin pensar en ello, me lancé a su regazo a llorar. Sentí como comenzó a acariciar mi cabello.

— ¿Y que se supone que debo hacer? —Comencé a murmurar entre sollozos.

—Axel, realmente te he considerado como un hijo. Se feliz pequeño, aun tienes mucha vida por delante. No permitas que los demonios de tu pasado te impidan encontrar la felicidad. No cometas los mismos errores de tus padres y sobre todo, nunca bajes la cabeza ante nadie. No eduque a un niño indefenso.

A pesar de todo lo que este sujeto me hizo pasar, cumplió su promesa y nunca me dejo solo. Aun cuando caía, cuando lloraba, cuando sufría. Siempre permaneció ahí para mí, extendiéndome una mano para ayudar a levantarme.

— ¡No quiero que mueras! —Grité desesperado.

— ¿Acaso el gran Axel está llorando por este viejo? Además, ¿quién dijo que me quedaré solo? Noah y yo hemos llegado a un acuerdo por tu bien.

— ¿Qué? Pero él…

—Es nuestra decisión. ¿Acaso planeas desperdiciar el sacrificio de él?

Volví a romper en llanto. Noah, Dimitri… ¿de verdad puedo ser libre al fin?

—Gracias padre…

No sé cuánto tiempo duramos envueltos en aquel  silencio, esa sería, quizás, la última vez que estaría junto a él. Lo odiaba, más que a nadie en el mundo por todo lo que me quito y a la vez, simplemente me era imposible sentir tal sentimiento.

Siempre soñé con su muerte y, ahora, cuando al fin se cumplía mi mayor sueño, sentía que me arrancaban el corazón. Después de todo, realmente seguía siendo un mocoso. Uno que seguramente moriría solo y abandonado como él. Eso es lo que nos espera a todos lo que son como nosotros.  Me aterra el solo pensarlo.

Él lo sabía, desde el momento que me dejo marchar, no importa cuánto huyamos de nuestro pasado, al final este nos encuentra y nos destruye lentamente. Creer en sueños y falsas esperanzas, no cambia el hecho de lo que somos. Aun así, él deseaba que disfrutara lo máximo aquel sueño.

 

“Pasajeros con destino a México, favor de abordar la puerta número tres… pajeros con destino a México, favor de abordar la puerta número tres”

 

—Es hora….

Mi destino ahora era incierto, pero pasara lo que pasara, de una u otra forma, saldría adelante. Y como le prometí a Dimitri, jamás bajare la cabeza ante nadie, porque después de todo, yo sigo siendo solo el pecado de la familia Cacciatore. 

 

Notas finales:

Trataré de actualizar cada tercer día. XD

Esperó disfrutaran la lectura.

Hasta el viernes.

Kisses

Himiko-chan


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).