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Protective Wall. por madsiva

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Notas del fanfic:

Ajindsajfdsnfjsd. Esto es de lo más lindo que vi en la vida. No odien a YoonGi por adelantado, es lo único que le pido. [¿?]

Notas del capitulo:

¡Hola! Sí, sé que les debo la parte que sigue del OneShot anterior, pero estoy en eso lo juro, es solo que hay ciertas cosas que no salieron bien. El caso es que ahora terminé esto y espero tener inspiración para lo otro.

 

Y eso, ya. Lean.~ 

El teléfono de YoonGi sonó, rompiendo el silencio que se había asentado sobre el estudio.

 

 

NamJoon lo miró, y entonces al teléfono, elevando una ceja.

 

 

- ¿No vas a revisar eso?

 

 

YoonGi ni siquiera se molestó en levantar la vista de las letras que garabateaba en su pequeño diario de piel .

 

 

- Es solo el chico molesto de la puerta de al lado. No importa.

 

 

- ¿El chico de la puerta de al lado?

 

 

- Sí. - YoonGi agitó su mano distraídamente, aún centrado en su escritura. - Has visto a ese mocoso antes. Bajo, grandes mejillas, ojos lindos, bonita sonrisa. Ese chico.

 

 

- ¿Linda sonrisa?- bromeó NamJoon, tomando el teléfono de YoonGi que descansaba sobre la mesa entre ellos. - Dejame ver qué tiene para decir el “Señorito Linda Sonrisa”.

 

 

- Probablemente algún tipo de mierda para recordarme que debo comer. - Murmuró YoonGi, mordiendo la tapa de su lapicera. - Siempre anda metiendo su nariz en mis cosas.

 

 

 

NamJoon desbloqueó rápidamente la pantalla del celular de YoonGi, leyendo en voz alta:

 

 

- “Me quedé fuera de mi departamento. ¿Estás en casa?”

 

 

YoonGi rodó sus ojos y tomó el teléfono de los largos dedos de NamJoon.

 

 

- Que idiota.

 

 

Llamó a Jimin, apretando el aparato contra su oído con su hombro, volviendo a hojear su cuaderno mientras espera que el menor atendiera. Después de dos tonos, finalmente escuchó el dulce sonido de la armónica voz de Jimin.

 

 

- ¿YoonGi?

 

 

- No estoy en casa. - Dijo YoonGi en un suspiro. - Tendrás que encontrar alguien más para que te ayude.

 

 

- No conozco a nadie más. - Lloriqueó Jimin, el mohín de sus labios resultaba obvio incluso estando en el teléfono. - Te necesito... Por favor YoonGi.

 

YoonGi ignoró a propósito la excitación que esas palabras provocaron en su corazón.

 

 

- Estoy en el estudio, estoy ocupado. Ve a la administración del edificio, probablemente puedan conseguirte una llave nueva.

 

 

- ¡Te cobran por hacer eso! Además no puedo ir a ningún lado.

 

 

 

- ¿Por qué no? Jimin, no está tan lejos como para caminar. El complejo de departamentos no es TAN grande.

 

 

- No puedo ir... - Dijo Jimin dramáticamente. - porque no estoy usando ropa.

 

 

Bueno, ciertamente eso llamó la atención de YoonGi.

 

 

- ¿A qué te refieres? ¿No estás usando nada de ropa?

 

 

- Fui escaleras abajo, para hacer la lavandería después de la práctica de baile, entonces puse también la ropa que estaba usando para lavar. Iba a correr de vuelta a mi departamento, entonces no pensé que importara que solo usara mi ropa interior. Pero ahora me quedé afuera.

 

 

- Ve y agarra alguna porquería de la lavadora y pontelo. - YoonGi ya se estaba levantando, colocando su cuaderno dentro de su bolso. - Entonces caminas a la administración del edificio y ellos te conseguirán una llave.

 

 

- Tae volverá como en tres horas. No me van a cobrar por perder mi llave. Solo necesito un lugar para quedarme hasta que él vuelva y me deje entrar. Por favor, YoonGi.

 

 

- Eres tan molesto. - YoonGi cabeceó en saludo a NamJoon, saliendo del estudio, volviendo a casa. - Debería dejarte ahí para que sufras.

 

 

- Pero no lo harás, porque me amas.- Dijo Jimin jovialmente, con una sonrisa impresa en su voz. - Sé que estás viniendo.

 

 

 

- No estoy yendo. - Resopló YoonGi. - Me estoy quedando en el estudio.

 

 

- Escuché a alguien diciéndote adiós, YoonGi. Sé que estás viniendo.

 

 

- Mocoso. - Murmuró YoonGi. - Estoy alzando tu ridículo trasero

 

 

 

- Te veo en unos minutos. - Replicó Jimin alegremente, terminando la llamada antes de que YoonGi pudiera hacerlo.

 

 

- Estúpido idiota. - YoonGi metió el teléfono en su bolsillo, tratando (y fallando) de contener la cariñosa sonrisa que se extendió en sus labios. -

 

 

 ------------------------------

 

 

 

- Hola YoonGi. - Jimin se encontraba sentado en el piso, fuera de la puerta de YoonGi, sus tonificadas piernas abrazadas sobre su pecho desnudo y una brillante sonrisa en su rostro. - Gracias por venir.

 

 

- Me debes una cena. - YoonGi le dio una mirada a Jimin mientras empujaba para abrir la puerta de su departamento. - Ahora, levantate y entra aquí, así puedo volver al estudio

 

 

- ¿No te quedaras? - Jimin parecía sorprendido, poniéndose en pies. YoonGi rápidamente bajó la mirada, no queriendo ser atrapado viendo el estómago de Jimin o la fuerza de sus piernas. - Pensé que podríamos pasar el rato, mirar una película o algo.

 

 

- Tengo trabajo que hacer. - YoonGi sabía que su voz sonaba algo áspera. Era el mismo tono que siempre usaba con Jimin. Sin embargo nada desalentaba al muchacho. - No puedo sentarme y hacer de niñera para ti. - No importaba cuanto lo quisiera.

 

 

 

- Oh, vamos YoonGi. Nunca pasamos tiempo juntos. ¿Por favor?

 

 

 

- ¿Por qué querría pasar tiempo contigo?

 

 

- Porque… - Jimin se detuvo, frunciendo el ceño mientras intentaba pensar en una razón. Se desanimó un poco cuando no pudo pensar en ninguna. - No lo sé. Solo porque sí.

 

 

YoonGi sabía que debía decir que no, que debía girar sobre sus talones, volver con NamJoon y su música antes de que bajara demasiado la guardia. Pero Jimin lucía tan adorable y triste parado ahí, su cabello despeinado y sus dientes mordiendo su labio inferior.

 

YoonGi suspiró y dejó caer su bolso al suelo, cerrando la puerta.

 

 

- Bien. Lo que sea. Me quedaré.

 

 

 

Jimin se iluminó inmediatamente y YoonGi se quitó la camisa a cuadros (algunos talles de más) que llevaba puesta, y se la arrojó al desprevenido chico.

 

 

- Ponte eso. Voy a ordenar comida. ¿Qué quieres?

 

 

 

- Oh, no necesito nada. - Jimin metió los brazos en las mangas de la camisa, y caminando detrás de YoonGi, sin preocuparse en abrochar los botones de la camisa.

 

 

 

YoonGi hizo una mueca.

 

 

- ¿Por qué no estás usando zapatos?

 

 

 

Un ligero rubor destacó en las mejillas de Jimin y vaciló un poco antes de contestar.

 

 

- Nunca llevo zapatos para hacer la lavandería. El cuarto de lavado está solo escaleras abajo. No es como que tenga que salir.

 

 

 

- Sigue siendo desagradable. - YoonGi hurgó en su nevera, sacando dos botellas de refresco, ofreciéndole una a Jimin. - Podrías agarrar hongos en los pies o algo.

 

 

 

Jimin sonrió, girando la tapa de su bebida con sus pequeños dedos.

 

 

- Estás bastante preocupado para alguien que dice que no le intereso.

 

 

YoonGi cerró la heladera e ignoró a Jimin, arrebatando el menú de comida china para llevar de la encimera.

 

 

 

- Awww. - Había un pequeño tono burlón en la voz de Jimin y YoonGi fingió estar muy interesado en el menú, mientras Jimin se le acercaba por detrás. Apoyó la barbilla sobre el hombro de YoonGi y deslizó sus brazos alrededor de la delgada cintura del chico mayor. - Sí te agrado.

 

 

 

- Si sabes lo que es bueno para ti, dejaras de tocarme justo ahora.

 

 

- ¿Por qué eres tan gruñón? - Jimin quitó sus manos y se alejó unos pasos, jugueteando con su botella de soda fría. - Siempre soy bueno contigo.

 

 

 

- Eres molesto. - YoonGi no pudo fingir que seguía mirando el menú ni un poco más, entonces lo dejó aparte y caminó hasta la sala de estar con fuertes pisadas. No podía decirle a Jimin la verdadera razón por la que siempre se comportaba así. No podía decirle que desde el primer día que Jimin se había mudado, no había salido de los pensamientos de YoonGi. No podía decirle cuanto esperaba y apreciaba los estúpidos mensajes que Jimin siempre le enviaba. No podía decirle como su sonrisa provocaba que el corazón de YoonGi latiera más a prisa, como YoonGi imaginaba su voz cantando sus canciones, como sus ojos eran la última cosa que YoonGi deseaba ver en las noches y lo primero que quería ver cuando despertara en las mañanas. No podía decirle cuán fuerte había caído en tan corto tiempo, y como estaba aterrado, porque nunca se había interesado por nadie más de esta manera antes. Entonces levantó sus paredes e hizo su mejor esfuerzo por alejar a Jimin. -

 

 

 

Jimin lo siguió hasta la sala y se arrojó sobre el sillón, mirando a YoonGi con mala cara.

 

 

- ¿Realmente piensas que soy molesto?

 

 

 

- Increíblemente molesto. - YoonGi tomó su bolso de donde lo había dejado anteriormente, sacando su cuaderno, hojeando las letras en las que había estado trabajando antes de ir en rescate de Jimin. - Todos tus textos y notas, y esos malditamente ridículos paquetes que dejas fuera de mi puerta con mis snacks favoritos. Todo eso es molesto.

 

 

 

Una vez que las mentiras empezaron, fue difícil detenerlas.

 

 

- Todo lo que haces es molesto. ¿Por qué piensas que paso tanto tiempo en el estudio? Es para alejarme de ti. Incluso tu estúpida sonrisa es molesta. Estaría mucho mejor si simplemente me dejaras en paz.

 

 

 

YoonGi vio como Jimin se levantaba del sillón, con sus mejillas al rojo vivo y sus ojos llorosos. Con un sofocado “No te molestaré nunca más”, el muchacho más joven tiró para abrir la puerta, dando un portazo una vez que había salido. Segundos después, YoonGi oyó la puerta del departamento de Jimin abrirse y cerrarse.

 

 

Parte de YoonGi en realidad no se había quedado fuera de su departamento, que había mentido, pero la mayor parte de él cayó en cuenta de que había cometido un error.

 

Un error que no estaba completamente seguro de poder resolver.

 

 

 ------------------------------

 

 

- Tu estúpida idea no funcionó. - Jimin irrumpió en la habitación de TaeHyung, apartando rápidamente las lagrimas que escapaban de sus ojos. - No se arrojó sobre mi como prometiste.

 

 

 

- ¿No lo hizo? - TaeHyung falló en notar que Jimin estaba llorando, frunciendo el ceño a sus propias manos. - Tiene mejor auto-control del que pensé. Sin embargo, definitivamente te quiere. Trataremos algo más luego.

 

 

- No vamos a intentar nada más. - Jimin envolvió la camisa de YoonGi con más fuerza alrededor de sus cuerpo, respirando la esencia del chico por el cuál tenía un crush desde hacía ya casi un año. - Él me odia.

 

 

 

Ante el doloroso sollozo que Jimin dejó escapar, TaeHyung finalmente levantó la vista. Se levantó disparado de su asiento y cruzó la habitación en tres zancadas, atrapando a su mejor amigo entre sus brazos, mientras Jimin comenzaba a llorar.

 

 

 

- El no te odia. - Lo tranquilizó Tae, pasando sus dedos por el despeinado cabello de Jimin. - ¿Por qué dices eso?

 

 

 

- Porque él lo dijo. - La voz de Jimin se quebró, acompañado por lagrimas y angustia. - Él dijo que estaría mejor si simplemente lo dejaba solo de una vez.

 

 

 

 

TaeHyung aumentó el agarre en Jimin y su voz profunda voz cayó incluso alguna octavas más.

 

 

 

- Ese idiota las va a pagar por hacerte llorar.

 

 

 

 

- Sin embargo también he sido molesto. - Sollozó Jimin, alejándose de Tae y limpiando sus ojos con las mangas de la camisa de YoonGi. - Merezco esto.

 

 

 

 

- ¡No eres molesto! Y tú no mereces ser tratado como mierda por un estúpido rapero que cree que es mejor que todos nosotros. Es un idiota.

 

 

 

- No lo es. - Dijo Jimin suavemente, alejándose completamente de los brazos de TaeHyung. - Solo no es una gran persona. Pero es normal no “malo”. Es mi culpa. Yo lo empujé hasta el borde.

 

 

 

- No es tu culpa. - La voz de TaeHyung era áspera y sus ojos se volvieron negros, mientras observaba a su mejor amigo. - No te culpes por esto, Jimin

 

 

 

 

 

Un golpeteo incesante llegó a la puerta de YoonGi cerca de media hora después de haber empujado a Jimin fuera de su vida. YoonGi frotó sus ojos, esperando que no fuer obvio que estuvo llorando. Solo un poco.

 

Abrió la puerta, y antes de que incluso pudiera ver quién era, una mano se enrolló en el cuello de su camiseta blanca, sosteniéndolo en su lugar.

 

 

- ¿Cómo pudiste hacerle eso a él?

 

 

La voz sonaba enojada y YoonGi descubrió, con gran sorpresa, que era el compañero de cuarto de Jimin. TaeHyung, quién era siempre brillante y alegre, ahora lucía como si estuviera tan solo a unos minutos de asesinar a YoonGi. El muchacho mayor nunca lo había visto sin una sonrisa en su rostro, y era aterrador.

 

 

 

- Suéltame. - YoonGi trató de soltarse de las garras de TaeHyung, pero el agarre de su vecino en su remera era muy fuerte. -

 

 

TaeHyung lo empujó, haciéndolos a ambos tropezar a través del umbral del departamento de YoonGi. El agarre del chico más joven sólo se hizo más fuerte y el brillo oscuro en sus ojos hacía que el corazón de YoonGi latiera más salvajemente en su pecho.

 

 

 

- Lo destruiste, idiota. Él no ha hecho más que cosas lindas por ti y tu arrancaste el corazón de su pecho y lo pisoteaste como si fuera nada. - TaeHyung respiraba pesadamente y YoonGi temía que en cualquier segundo el chico fuese a estallar y se arrojara sobre él.

 

 

 

Pero de pronto, el agarre de TaeHyung se aflojó, y se dejó caer hacia adelante, con la cabeza gacha.

 

 

 

- Él te cree. Él cree que es molesto e indigno, y cualquier otro pensamiento de mierda que hayas puesto en su cabeza. - TaeHyung miró hacia arriba y la rabia en sus ojos había sido reemplazada por desesperación. - Tienes que arreglarlo. Tienes que arreglarlo a él. Por favor.

 

 

 

 

YoonGi no sabía que decir, entonces no dijo nada. Solo se quedó mirando.

 

TaeHyung pasó los dedos a través de su cabello, con la frustración filtrándose por cada poro de su piel.

 

 

 

- ¿Sabes cuánto tiempo le tomó encontrar un lugar que realmente le gustara? ¡Tres años! Tres años y tu lo arruinaste en tres minutos.

 

 

 

- Yo- Yo no… - YoonGi calló, todavía no estando seguro de que decir. No había buscado herir a Jimin. Solo estaba protegiéndose a sí mismo. Estaba aterrado de sus sentimientos por el otro chico, malditamente aterrado. Solo había estado probandolo en un principio, llamándolo “molesto, pero entonces las palabras siguieron fluyendo, cada una de ellas protegiendo los ladrillos de la pared que protegía su corazón. No pensó que esa construcción pudiera destruir a Jimin.

 

 

- Arreglalo. - Dijo TaeHyung, presionando algo en la mano de YoonGi, antes de voltearse y salir del departamento

 

 

 

Una vez que ya se hubo ido, y la puerta se cerró firmemente detrás de él, YoonGi miró hacia abajo, al pedazo de papel que TaeHyung le había dado.

 

Era un garabato de dos chicos, con un gran corazón dibujado por encima de sus manos entrelazadas. Uno de los muchachos tenía una sonrisa brillante en su rostro, y otros garabatos de color rojo en sus mejillas que YoonGi supuso que era un rubor. El otro tenía el ceño fruncido y una mata de cabello de color rosado.

 

Incluso sin los nombres en el dibujo, YoonGi sabía que eran él y Jimin.

 

 

------------------------------

 

 

YoonGi estaba esperando fuera del departamento de Jimin a la mañana siguiente, a la 8 a.m, un horario en el que ni siquiera pensaría en levantarse por cuenta propia. Pero sabía que era el horario en el que Jimin se iba a sus clases y necesitaba hablar con él. Necesitaba arreglar lo que había roto la noche anterior.

 

 

Había un chocolate caliente entre sus manos, y YoonGi se apoyó contra la pared, peleando contra el sueño cada segundo que pasaba. Había estado despierto toda la noche, repitiendo las filosas palabras que había soltado contra Jimin, tratando de concluir en una sincera disculpa.

 

Estaba arrepentido, tan, tan arrepentido, pero nunca había sido bueno con la palabras a excepción que fueran sus canciones.

 

La puerta del departamento de Jimin se abrió, sacando a YoonGi de sus pensamientos. Su mirada se posó en Jimin, envuelto en un sweater amarillo que YoonGi reconoció como de TaeHyung. Tenía una gorra tirada hacia adelante, tapando parte de sus ojos, no hacia atrás como normalmente la llevaba. Cuando levantó la vista, YoonGi pudo ver como el brillo en sus marrones ojos se había atenuado.

 

La sorpresa cruzó el rostro de Jimin antes de agachar la cabeza y pasar de YoonGi.

 

 

 

- Jimin. - YoonGi lo llamó, avergonzado de lo quebrada y vulnerable que sonaba su voz. - Necesito hablar contigo.

 

 

 

 

- No quiero molestarte. - Viniendo de cualquier otra persona esas palabras podrían haber sonado amargas, pero viniendo de Jimin, simplemente sonaba desolador.

 

 

 

- Jimin, yo no quise decir eso. - YoonGi atrapó la manga del sweater de Jimin, volteando al otro muchacho para que lo enfrentase. Pero Jimin continuaba evadiendo su mirada. - Por favor, mirame.

 

 

 

 

Cuando Jimin lo miró durante un breve segundo, YoonGi le acercó el chocolate caliente.

 

 

 

 

- Es para ti. Tu favorito.

 

 

 

Jimin tomó la taza con dedos temblorosos, pero no hizo ningún amago de tomarlo. Solo se quedó allí parado, con los hombros caídos en señal de derrota, esperando a que YoonGi liberara su manga.

 

 

 

- Jimin. - Probó YoonGi de nuevo. Respiró profundamente, tomando valor para lo que iba a hacer, entonces deslizó los dedos que sostenían la manga de Jimin hacia abajo, enredándolos con los del menor en su lugar. -

 

 

 

Jimin alejó su mano.

 

YoonGi tragó duro, peleando con la urgencia de darse la vuelta y correr ante la primer señal de rechazo. Lo intentó de nuevo, descendiendo aún más lentamente en busca de la pequeña mano de Jimin.

 

Jimin le permitió entrelazar sus dedos, pero cuando YoonGi lo miró, vio las lagrimas corriendo por el rostro de Jimin y dolor en sus oscuros ojos.

 

YoonGi lo soltó y dio un paso atrás, metiendo sus propias manos en los bolsillos con torpeza.

 

 

 

- Lo siento... por intentar tomar tu mano. Por lo que dije ayer. Por… por todo. Estoy tan jodidamente arrepentido.

 

 

 

 

- Está bien. - Dijo Jimin en voz baja, trazando distintos patrones en la tapa de la taza de chocolate. - Soy molesto. No debería haberte molestado. Lo siento.

 

 

 

 

- No eres molesto. - YoonGi pasó la mano por su rosado cabello, suspirando. - No eres para nada molesto. Eres dulce y cariñoso, y atento, y agradable, y tan… - Jimin lo miraba con los ojos muy abiertos. - Eres tan jodidamente bueno. Demasiado bueno para mi.

 

 

 

 

- Yo no soy e...

 

 

 

- Si, lo eres. - Lo interrumpió YoonGi, con los ojos ardiendo en una pasión que Jimin solo había visto cuando el muchacho mayor hablaba de su música. - Eres increíble, Jimin. Malditamente increíble. Y es aterrador.

 

 

 

- ¿Por qué? - Susurró Jimin por lo bajo, con un pequeño rubor dando vida a sus mejillas. -

 

 

 

 

- Porque yo no me intereso en las otras personas. - YoonGi apretó sus puños con frustración. - Me intereso acerca de mi música y de mi mismo, y eso es todo. No me gustan las personas que cuidan de mi y se preocupan por mi, y no me gusta hacer lo mismo por ellos. Prefiero estar solo. Preocupándome solo por mi. Pero entonces llegaste tu e hiciste… hiciste que me interesara. Con tus estúpidos mensajes diciéndome que coma y duerma, y tus estúpidos paquetes con aperitivos, y tu estúpida bella sonrisa, y la forma en la que hace que mi corazón se acelere, y me haces sentir como si yo realmente importara por una vez en mi vida. Y estaba asustado de que si te dejaba saber que también me importabas, algo iba a suceder y nos alejaríamos, y yo dejaría de importar de nuevo. Yo solo quería mantener distancia, pero nunca quise lastimarte. - En la voz de YoonGi surcaba la desesperación y sus ojos naufragaron cuando se encontraron con los de Jimin.- Nunca quise romper tu corazón.

 

 

 

 

- Está bien. - Dijo Jimin, incluso más bajo que a primera vez. Con su mirada fija en el suelo. -

 

 

 

 

- No está bien. - YoonGi extendió su mano, deslizando sus dedos por la barbilla de Jimin y levantándola hasta que sus ojos se encontraron. - No mereces ser tratado así. Soy un completo idiota y no merezco tener a alguien como tu, preocupado por mi.

 

 

 

 

- No eres un idiota. - Jimin limpió sus lagrimas con el dorso de la mano que no sostenía el chocolate. - Siempre supe que me estabas tomando el pelo, que realmente no hablas en serio. Te presioné demasiado ayer y lo siento. Fue idea de Tae el pretender que me había quedado fuera para que pasaras tiempo conmigo. En el momento en el que dijiste que estabas en el estudio debería haberte dejado. No debería haberte presionado.

 

 

 

Los dedos de YoonGi se movieron de la barbilla de Jimin, subiendo sigilosamente hasta rodear sus suaves mejillas.

 

- Jimin, yo podría hacer cualquier cosa por ti. Sé que no actúo de esa forma, pero lo haría.

 

 

 

 

Había un ligero rubor en las mejillas de Jimin, y su voz era apenas un susurro.

 

 

 

- Si te pido que me beses, ¿lo harías?

 

 

YoonGi soltó un suspiro, cerrando los ojos. Besar a Jimin sería el golpe final que destruiría por completo la pared que cuidadosamente había colocado a su alrededor. No sabía si estaba completamente preparado para dejarla caer.

 

Pero cuando abrió los ojos y vio a Jimin, con su rostro mirando hacia él y su mirada esperanzada, tan frágil, YoonGi no pudo decir que no. No podía lastimarlo aún más.

 

Entonces se acercó unos pasos, posicionando una mano en la delgada cadera de Jimin y se impulsó hacia adelante, rompiendo de una vez por todas su pared protectora.  

Notas finales:

Aknasdjasf, ya espero les guste. Tengo más por traducir así que... esperen más por mi. 

 

Y bueno, eso. Ya me voy. 

 

Que tengan bonito fin de semana y así.


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