Era de madrugada, todos en el calabozo del palacio estaban en silencio; algunos dormidos y los que permanecían despiertos admiraban lo mismo de cada noche desde hacía dos meses y medio: Thor observando a Loki mientras éste dormía en el incómodo sofá rojo que su madre adoptiva, la reina Frigga había mandado poner a su celda junto con otras cosas para que se sintiera más llevadera la eterna sentencia. Una noche, el futuro rey de Asgard simplemente vino y se quedó allí hasta casi el amanecer, retirándose con los primeros indicios de que comenzaba un nuevo día en la mágica tierra; repitió lo mismo al segundo día, al tercero y así sucesivamente hasta que para todos ya era costumbre verle allí, admirando al dios de las mentiras y el engaño; irónico que Loki era ahora el engañado, pues ni enterado del acoso por parte del rubio, quien había callado a los presos con una simple orden: Al que hable, lo mato.
Hoy era un poco distinto, pues Thor no se encontraba solo. Odín padre de todo le acompañaba, sin decir palabra alguna, simplemente observando al Jhotun descansar igual que su hijo.
Justo cuando salían los rayos del sol, Odín decidió romper el silencio, hablando mientras entregaba un anillo a su hijo, anillo que el dios del trueno conocía a la perfección —Hijo mío, despierta a Loki y llévalo frente a mi trono… necesito hablar de algo verdaderamente importante con ustedes —ordenó mientras se retiraba del sitio a pasos agigantados, como quien debe hacer algo que no le gusta, dejando tanto al príncipe como a los reos con un mal sabor de boca.
Thor soltó un suspiro y delicadamente tocó el fuerte cristal de la celda, provocando que el de cabello negro se removiera un poco. Dudó un tanto pero volvió a tocar, ésta vez más fuerte. Mentiría al afirmar que estaba calmado porque era todo lo contrario, tenía un mal presentimiento respecto a lo que su padre tenía que decir y tratándose de él, no sabía lo que realmente le esperaba.
—Loki… —reaccionó cuando le tuvo de frente en el cristal. El pelinegro le veía con la expresión cansada y su mirada apagada, sin hablar o quejarse por haber sido despertado; algo muy inusual en él, algo que preocupó a su hermano adoptivo. El rubio carraspeó, tomando aire y comenzando a hablar—Padre quiere conversar con nosotros. Saldrás de tu celda con el anillo que anula tu magia… ese que utilizamos cuando eras niño no podías controlarla
El menor no hizo nada, no dijo nada, no puso otra expresión en su rostro; al verlo Thor pensó que quizá el salir a tomar aire fresco le haría bien, por lo que antes de ir con Padre de todo, le llevaría a una caminata por los jardines reales. Decidió eso, ordenó abrieran la puerta mágica de la celda y así se hizo, solo que al poner el primer pie en el suelo del pasillo, Loki terminó en el suelo.
El dios del engaño maldijo en su mente a sus piernas, después de pasarla sentado o recostado el 70% del día éstas se habían desacostumbrado a tener peso encima, por lo que aunque quisiera no podía levantarse.
—¡Loki! —Un alterado Thor fue en su ayuda, levantándole del suelo con relativa facilidad. ¿Era su imaginación o Loki estaba mucho más ligero y delgado? —Oye, ¿Has estado comiendo bien?
—… Sí —se dignó a responder el menor después de unos segundos. Su voz al igual que todo su ser, tenía un aire demacrado.
El rubio se sintió culpable.
<<¿Cuánto sufrimiento te has guardado, Loki? ¿Cuánta soledad?>> se preguntó afligido
—Va-vamos a dar un paseo a los jardines reales ¿Sí? —silencio, nuevamente el hechicero había decidido callar y eso causó en el mayor una extraña punzada de dolor en el pecho.
Thor tomó a su hermano adoptivo de la cintura y le obligó a pasarle un brazo alrededor del cuello para comenzar ambos a caminar de manera lenta.
—Príncipe Thor —le llamó uno de los presos, un asgardiano que se encontraba en la celda frente a la de Loki
—Buen hombre, Ressell* si mal no recuerdo. ¿A días de cumplir su condena? —habló al alto, fornido y bronceado muchacho castaño de mirada olivo
—Efectivamente príncipe —Ressell suspiró— Con permiso del joven Loki… él no ha comido casi nada de lo que la reina Frigga ha ordenado se le traiga… y casi no se levantaba del sofá para ejercitar un poco las piernas
—Ressell —habló Loki —No es necesario decir más, eso no importa
El moreno tragó grueso, desde hacía un tiempo era buen amigo del dios del engaño, comenzando todo cuando notó que el de mirada esmeralda leía un libro que a él le gustaba mucho, terminando con ellos hablando de tontería y media todo el sagrado día, tratando de hacer más ameno el ambiente e incluso llegando a conversar con otros reos. Era normal que se preocupara por él.
—Príncipe Thor, temo que el joven Loki se encuentre enfermo — Thor arqueó una ceja y dirigió una mirada acusadora al hechicero, quien lejos de refunfuñar únicamente desvió la vista hasta Ressell y le regaló una especie de mini–sonrisa, gesto que solo él pudo ver y le revolvió los pensamientos, haciéndole sentir extraño
—Muchas gracias por avisarme hombre asgardiano. Tomaré las medidas necesarias y le llevaré con los curanderos del reino —informó para sonreír abiertamente y continuó su caminata hasta la salida.
Una vez afuera y recibiendo los tibios rayos del sol mañanero Loki se cubrió los ojos con su mano diestra, pues estos le ardían un poco gracias a haberse acostumbrado a la poca luz del calabozo.
—¡Loki! —el alegre llamado en forma de grito por parte de su madre adoptiva le hizo voltear desesperado a diferentes direcciones buscándola con la mirada, hasta que sintió sus protectores brazos rodeándole la parte del cuerpo que Thor no tocaba, en un efusivo e inesperado abrazo que fue parcialmente correspondido por el brazo libre del menor— Oh por los dioses, hijo estás muy pálido y delgado ¡Debes ir con los curanderos!
—Estoy bien —sonrió cancinamente y le acarició mejilla con ternura —Solo quiero saber que necesita Odín para volver a mi celda y poder descansar
Al escucharlo tan derrotado, Frigga sintió sus ojos aguarse ¿Qué le sucedió Loki para estar hoy día tan sumiso?
—Amor, no puedes ni caminar bien —ella colocó el brazo libre del hechicero sobre sus hombros y junto a Thor le llevaron hasta la fuente más grande del jardín real frontal, aún a pesar de que el jhotun pedía ir directamente con Odín.
Estando frente a la cristalina agua Loki pudo observar su reflejo y se asustó al verse; estaba pálido, muy delgado y con marcadas ojeras. ¿De verdad era él? Es simplemente increíble lo que te hace la auto–negligencia…
Estuvieron ahí solo un par de minutos, a sabiendas de que el padre de todo debía estar esperándoles en el salón real.
Caminaron lento de regreso al palacio, siendo recibidos por un sobresaltado siervo, quien avisó que Odín estaba harto de esperar a sus dos hijos y comenzaba a impacientarse de verdad. Al escuchar eso la reina soltó un suspiro, ¿Tres o cuatro minutos eran tanto como para armar alboroto? Solo agradecieron el informe al siervo y continuaron andando hasta el gran salón real, donde encontraron a Odín sentado sobre su trono jugueteando con sus dedos en ademán nervioso. ¿Odín nervioso? ¿Pues de qué demonios pensaba hablar? Cuando el viejo hombre se percató de las tres presencias carraspeó aclarando su voz
—Frigga, ven a mi lado —ordenó y ella caminó hasta quedar a la derecha del trono—Thor, Loki… Jhotunheim y Asgard harán un tratado de paz utilizando al hijo único de Laufey —se detuvo al observar como su hijo adoptivo rodaba los ojos fastidiado, sabiendo que sería utilizado— Pero Loki Laufeyson… Loki… —Odín se mordió el labio inferior y tomó aire para soltar toda la información de corrido— Loki, eres capaz de procrear vida en tu vientre, puedes lograrlo porque eres un Jhotun. Para lograr el tratado de paz debes casarte con Thor y ambos tener un heredero
Un silencio sepulcral llenó la habitación entera, los hermanastros veían con sorpresa al padre de todo, incapaces de mirarse entre sí. ¿Un heredero? ¡¿Una boda?! ¡Odín! ¿¡Estás loco!?
La reina se atrevió a romper la pesada atmósfera que se había formado en el ambiente— Odín, sabes que nunca cuestiono tus sabias decisiones y estoy segura de que no quieres esto. ¿No puede Loki esposarse con una asgardiana y Thor con una jhotun?
—No, mujer —Odín llevó su diestra a su rostro y masajeó sus sienes con los dedos medio y pulgar —Estuve negociándolo con Laufey en mi último viaje, pero fue al acuerdo que ambos llegamos… yo no quería usarlos como negocio, porque es lo que es… pero es la única solución que garantiza la paz entre ambos mundos, por lo tanto ninguno de los dos tiene derecho de réplica —mencionó lo último mirando a los más jóvenes— Y Loki, gracias a tu nuevo compromiso quedas libre de cargos, pero deben dormir en la misma habitación, la única puerta blanca en el último piso del palacio
—Thor, hazme un favor y sácame de aquí —habló el menor con la voz quebrada. Thor se sintió aún peor, él sabía perfectamente que Loki no deseaba casarse con él y él ya estaba en una relación con Jane ¿Qué iba a decirle a su novia midgardiana? ¿”Voy a casarme con mi hermano, no me busques”?, puede que estuviesen las cosas algo diferentes y secas con ella, pero por todos los dioses —No tengo derecho de réplica, así que únicamente quiero que me dejen solo hasta el día donde debamos contraer nupcias. Maldita sea, Thor sácame de aquí
El dios del trueno asintió derrotado, odiando en parte a su padre, pero más a sí mismo, estando seguro de que nunca iba a poder darle a su hermano lo que un esposo se supone debería dar.
Cuando salieron del lugar, Frigga pasó un brazo por el cuello de su marido— ¿Qué tienes planeado?
—Nada, mujer
—Odín —replicó, haciendo que el mayor soltara un suspiro
—Soy el padre de todo, nada se me escapa… y esos dos son muy dependientes del otro. Aquí hay algo más, Frigga
Ella frunció el ceño y afirmó—Sí había más soluciones
—Sí, pero ésta fue la mejor, ya lo verás.
En los pasillos del palacio Thor prácticamente arrastraba torpemente a Loki, siendo su destino la habitación donde Odín había dictado que debían pasarla ambos el resto de sus vidas. Ninguno se atrevía a hablar, uno por no saber que decir y el otro por estar perdido en sus pensamientos.
De un momento a otro, Thor decidió abrir la boca, eligiendo muy bien las palabras que iba a usar— Loki, yo sé que tu no quieres esto y-
—No, Thor. Si te soy sincero, no me interesa lo que me pase tanto ahora como en un futuro a corto o largo plazo —le interrumpió
—¿Cómo puedes decir esas cosas ahora si antes no eras así? —preguntó en tono acongojado. ¿Qué le había sucedido a su arrogante y travieso hermano menor?
—Cuando eres obligado a cambiar… las cosas dejan de importarte lo suficiente como para ser negligente contigo mismo. Espósenme, arréstenme, mátenme, me da lo mismo
Thor se detuvo frente a la puerta blanca de su nueva habitación compartida, abrió la puerta con cuidado, echando un ojo a todo lo que estaba en el espacioso lugar: Una cama matrimonial bastante grande tendida con la más fina seda asgardiana, libros de hechicería, un estante para el Mjolnir, libros de guerra, una moisés, estantes con pócimas, ¡Un moisés!
—Tal parece que a tu padre le urge un heredero —mencionó Loki con sátira mientras dirigía una mirada reprobatoria al moisés— ¿Me puedes llevar a la cama o me arrastro hasta ella? —volvió a hablar lleno de sarcasmo, logrando por fin atraer la atención de Thor
—Lo siento, es que pensaba en Jane y como le voy a deci-
—Puedes ir con tu midgardiana cuando mejor te plazca, al fin y al cabo, no tendremos nada más que un matrimonio arreglado —lo interrumpió
El rubio le llevó hasta la cama y recostándole con delicadeza sobre el colchón le regaló una brillante sonrisa —No, serás mi esposo y voy a tratarte como tal. Romperé todo lazo con Jane ésta tarde, no pienso serte infiel aunque sea solo un matrimonio arreglado
Loki abrió los ojos bastante sorprendido, notando como le regresaba la vida al cuerpo y sus mejillas se coloreaban de un imperceptible rojo. Más temprano que tarde sintió los brazos de su hermano rodearle con dulzura en un fuerte abrazo
—¿Thor?
—Loki, te extrañé tanto… Nunca voy a lastimarte de nuevo ¿Entiendes eso? No voy a dejarte ir y menos ahora