Actualmente, tenía 20 años y estudiaba literatura en la Universidad de Tokio. En ese momento observaba como se marchaba su exnovia, notó las miradas sobre él y salió de la cafetería en la que se encontraba. Decidió el camino más largo hacia su departamento. Siempre hacia lo mismo, lo dejaban y optaba por caminar. Nana mi era la tercer novia que lo dejaba en 5 años, cada vez le decían lo mismo "Estoy cansada de esperar a que me toques. Jamás me has hecho el amor por más indirectas que te dije, sino te gustan las mujeres no salgas con ellas" pero él la amaba. Tenía miedo de tener relaciones sexuales, era inexperto en ese tema... Él era virgen.
Había amado a cada una de sus ex novias y cada vez que quería dar el paso, se sentía inseguro. Claro que quería tener las, pero quería que fueran por amor y sus novias realmente parecían interesadas en otras cosas, mejor dicho, en otra persona. Su primera novia sólo lo había usado porque su equipo había ganado la Winter Cup. La segunda novia era linda, amable; en la relación besos y caricias no faltaban, pero en su aniversario (él había decidido dar el siguiente paso) la había citado en un buen restaurante, de lo nervioso que estaba salió caminado una hora antes y la descubrió saliendo un hotel con un amigo, cuando lo vio ella sólo le dijo "Terminamos, no me diste lo que quería y él sí". Y ahora, la tercera creía que él era gay…Soltó una risa al limpiar sus lágrimas y continuo caminando.
—Tal vez soy gay y esa es mi mala suerte en el amor— Iba tan distraído que no percató de que un grupo de personas caminaba en su dirección y chocó contra uno de ellos. Mientras se levantaba se disculpó —Lo siento.
—Furihata-kun ¿Estas bien?— preguntó el pelo celeste.
El castaño miró a las personas —Genial lo que me faltaba— pensó mientras sacudía su pantalón —Si estoy bien. Siento haber chocado, venía distraído— dijo con la voz nerviosa y ronca por el llanto previo y evitando la mirada de los presentes.
—¿Estás seguro, Furihatacchi?— preguntó Kise al notar las lágrimas y los ojos rojos del castaño.
—Sí. Estoy bien—dijo dándoles una sonrisa forzada. Todos se miraron entre ellos, el pelo celeste lo tomó de la mano a su amigo.
—Ahora regresamos— Se alejaron bastante, donde no podrían escucharlos —¿Qué sucedió Furihata-kun? Y, no me digas que no es nada.
—Nanami me dejó— dijo llorando nuevamente —Dijo que estaba cansada y que buscará un hombre porque soy gay— agregó riendo.
—Lo siento, Furihata-kun— dijo el pelo celeste abrazándolo.
—¿Sabes? Tal vez lo sea.
—Vamos, Furihata-kun. Tú sabes bien que eso es mentira, tú las has amado realmente y has querido compartir con ellas tus deseos sexuales. Ellas son las que no te permiten demostrarlo— dijo Tetsuya tratando de reconfortar lo.
—Pero.... ¿y, si es verdad? Tal vez debería tratar de salir con algún hombre y acostarme con él— dijo limpiándose las lágrimas.
—No Furihata-kun. No puedes entregarle lo más importante a un desconocido y menos si no eres gay— dijo con el ceño fruncido.
—Pero...— trató de decir pero Tetsuya le cubrió la boca con sus manos, impidiéndole que hablara.
—Nada de pero. Si quieres conocer a un chico deja me buscar algún conocido que sea fiable y que, por ahora, sólo se conozcan. No quiero que sufras por algo que te arrepentirás — dijo algo enojado.
—Yo....— trató de decir, pero era consciente de lo que Kuroko le estaba diciendo. No podía ir y buscar a un hombre desconocido sólo para perder su virginidad y que se arrepentiría de ello.
—Entonces... ¿Aceptas a que busque un hombre inteligente y que le guste la literatura?— preguntó sonriendo. Tenía al candidato perfecto y ese candidato estaba pérdida mente enamorado del castaño.
—Si.... Pero que sea en unas semanas. Por ahora, no creó estar listo para conocer a alguien nuevo y menos aún chico— solo a él se le ocurría aceptar semejante propuesta.
—Tú sólo avisa me cuando quieras conocer lo. Él no hará nada que no quieras, y te respetará— aseguró.
—Entiendo— dijo tratando de sonreír pero no tuvo éxito.
—¿Quieres ir a jugar básquet con nosotros?— preguntó.
Kōki miró en dirección de los amigos del pelo celeste. Allí estaban ellos, los más famosos de los jóvenes deportistas: la generación de los milagros, sus respectivas parejas, y aquél que le causaba inseguridad y miedo, Akashi Seijūrō. —Creó que mejor iré a casa— dijo desviando la mirada al notar que el pelorrojo los miraba.
Tetsuya sonrió al notar las mejillas sonrojadas del castaño —Entiendo— se aproximó y abrazó —Piensa lo bien. Nos vemos el lunes en la escuela.
—Sí, lo pensaré. Nos vemos— dijo y cruzó la calle. Al escuchar la voz de Kise y Takao les dijo adiós con la mano, y siguió su camino.
—¿Qué le paso a Kō-chan?— preguntó Kazunari una vez que el pelo celeste se acercó a ellos.
—Lo mismo de hace dos años— respondió viendo disimuladamente al pelorrojo.
—¿Otra vez? Mira que seguirá siendo v...— Ryōta se quedó callado al ver la mirada de Kazunari y Tetsuya. Únicamente, ellos tres sabían su 'secreto'.
—¿Qué seguirá siendo el chihuahua?— pregunto Daiki abrazando a Ryōta.
—Daiki...— dijo el pelorrojo mirando al moreno, éste tembló y se aferró a su novio.
—Su novia término con él— dijo Tetsuya mirando a cierto pelorrojo.
—¿Otra vez? Creó que Furi tiene mala suerte en el amor— dijo Taiga aproximándose a Tetsuya.
—Es lo mismo que él cree. Esta vez me dejó clara algunas cosas. Cosas que a cierta persona le encantarán, pero dentro unas semanas se los diré— dijo serió, mientras veía a cierto pelorrojo.
No pudo evitar sonreír, entendió el mensaje. Al fin tendría su oportunidad de enamorar al castaño que tanto amaba.
Aún recordaba cómo se fue enamorando de Furihata Kōki, cuando iba a decirle se enteró de que tenía novia y realmente se veía feliz. No dijo nada, guardó sus sentimientos. También, era consciente del miedo que el castaño le tenía, como no tenerlo si vio como quiso cortar a Kagami Taiga.
Luego llegó el rompimiento con la novia e intentó poco a poco acercarse a él, pero al año Kōki conoció a otra chica y se enamoró de ella. A los pocos meses ya estaban saliendo y demoraron un año. Por más que me preguntaba a Kuroko la razón del rompimiento nunca le decían, pero sabía que Takao y Kise también sabían la razón.
Al año volvió a parecer otra chica y Kōki se enamoró de ella, otra oportunidad pérdida. Eso hasta hace 5 minutos y, por lo que había dicho Kuroko, esta vez tendría su oportunidad y no se rendiría.
—Akashi-kun Vamos— dijo Tetsuya viendo que el pelorrojo se había quedado atrás con una sonrisa de lado.
Seijūrō miró a sus amigos y los siguió. Su oportunidad algún había llegado, está vez no dejaría escapar Kōki Furihata.
Estaban sentados en la cafetería de la escuela esperando a Kazunari y Kise.
—¿Ya pensaste en lo que te dije?— preguntó tomando su batido de vainilla.
—No otra vez— dijo sacudiéndose el cabello.
—Vamos, acepta. Mi amigo está muy entusiasmado por tener una cita contigo. Dale una oportunidad— dijo viendo al castaño.
—Kuroko aún no estoy listo— dijo comiendo su desayunó.
—Oh vamos, tienes que superar lo. Ella no te merecía... Ya viste como ella ya lo hizo— dijo observando como cierto pelorrojo observaba desde lejos —Además te juro que mi amigo no hará nada que no quieras. Él comprende tú situación y quiere esperar, pero también quiere que le des una oportunidad y se conozcan poco a poco. Él te quiere desde hace tiempo y pero no te dijo nada por tus ex.
—¿M-me q-quiere?— preguntó con sus mejillas sonrojadas.
—Sí, desde hace mucho tiempo. Él sólo quiere hacerte feliz. Claro, si se lo permites— dijo sonriendo.
—Waaa ¡Esta bien! Sólo un par de citas, pero no prometo nada— dijo con sus mejillas sonrojadas.
Sonrió hacia aquella persona y ésta le regreso la sonrisa —Entiendo, se lo diré. En cuanto él pueda será la cita— dijo.
—¿Quién es tú amigo? Ahora que lo pienso no te había preguntado — bebió su jugo.
—Es una cita a ciegas, Furihata-kun. Tú sólo dale la oportunidad y él se encargará de lo demás— sonrió satisfecho..
—Está bien, esperaré— dijo deprimido.
———————Fin Flashback—————————
—No debí llegar temprano— pensó viendo su reloj. Faltaban 10 minutos para la cita. —Dios... ¿Quién será?— dijo para sí mismo mientras veía pasar a la gente atravesó del cristal.
Conocía a gran parte de los amigos de Kuroko y casi todos tenían novia o novio. Sólo unos cuantos no y las opciones eran aterradores, mejor dicho, él era aterrador o lo fue en el pasado. Ahora sólo era un joven estudiante y amante del básquet ball —Seguro alguien como él deberá tener una hermosa pareja— pensó mientras tras sostenía su corazón. Pues éste se había alterado y sintió un peso en pensar en que aquella persona tenía a alguien.
Estaba tan perdido en sus pensamientos que no notó que alguien estaba parado a su lado —Furihata-kun— escuchó y casi le dio un infartó al reconocer la voz y ver aquella persona a su lado —A...Akashi-— dijo nervioso.
—Hola, Furihata-kun— dijo sonriendo al ver lo nervioso que estaba el castaño.
—H-Holaa ¿Qué lo trae por aquí?— preguntó bajando sus manos.
—Beber mi café favorito— dijo esperando que el castaño se relajara y cuando lo hizo siguió —Con mi cita a ciegas— agregó sentándose frente a Kōki.
—U-Usted— dijo sintiendo desfallecer.
—Sí. Tengo 4 años tratando de llamar tú atención, pero nunca funcionó. Tenías novia y me tienes miedo— dijo jugando con la servilleta.
Kōki se sonrojó —¿4 años? Ese tiempo fue cuando nos conocimos— pensó evitando la mirada del pelorrojo —¿Por qué?— preguntó en voz baja.
—No lo sé, me gustas y quiero que me des una oportunidad. Ya sabes, para conocernos. Entiendo si no quieres y no te volveré a insistir, no quiero obligarte a algo— dijo serio. Internamente rezaba porque el castaño aceptara.
Guardó silencio por varios minutos. Akashi Seijūrō lo ponía nervioso y aunque en un inició le causaba miedo, debía reconocer que su corazón de alteraba con sólo ver lo o escuchar su nombre. También, el hecho que ellas fueron elegidas por la inteligencia y su fijación por los libros al igual que el pelorrojo —Tal vez soy gay, y estoy enamorado de Akashi Seijūrō— pensó con sus mejillas sonrojadas al notar la mirada ansiosa que tenía el pelorrojo sobre él —yo... está bien... No prometo nada, así que... ¿Qué le gusta, Akashi-?— respondió.
Seijūrō sonrió y miró fijamente esas mejillas levemente sonrojadas y esos labios rosas con los que había soñado —Leer libros, jugar básquet, ajedrez, Shōgi, me gustas tú y la equitación... ¿Qué te gusta, Furihata-kun? Además es kun o sin honorífico, después de todo eres mayor que yo.
El ver esa hermosa sonrisa y las palabras de 'me gustas' coladas en la plática sus mejillas explotaron en un fuerte sonrojó y su corazón latía de forma frenética —A mi gusta...
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Pasaron horas platicando y conociéndose el uno al otro. Al finalizar, viendo que era ya de noche, Seijūrō acompañó a Kōki a su casa.
—Gracias por traer me— respondió con sus mejillas sonrojadas y una leve sonrisa.
—El placer fue mío y espero se repita— dijo esperando una respuesta.
Kōki asintió —Yo...también— respondió mirando sus manos.
Seijūrō sonrió, se aproximó al castaño y le colocó entre sus manos una tarjeta —Esperó tú mensaje— Kōki estaba distraído leyendo la tarjeta que de pronto sintió una respiración en sus mejillas. Alzó la mirada y Seijūrō le depósito un besó en la mejilla —Hasta la próxima— le dijo y el pelorrojo se subió al auto y se fue.
Kōki se tocó la mejilla con una mano y con la otra se llevó la mano al corazón.
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Entre citas al cine, cafeterías, librerías, canchas y encuentros en las instalaciones de la universidad pasaron varios meses, 5 meses para ser exactos.
Observaba al pelorrojo jugar contra Kagami Taiga, realmente le gustaba el pelorrojo. Suspiró y mordió su labio inferior.
—¿Te gusta, verdad?— preguntó Tetsuya viendo la mirada amorosa que Kōki le dedicaba al pelorrojo.
Kōki se sonrojó —Sí... En estas semanas me he enamorado de Seijūrō-kun— dijo sin perderlo de vista.
—¿Ya se lo dijiste?— preguntó sonriendo.
—No... No encuentro el momento adecuado— dijo triste.
—Te tengo la ocasión perfecta. Verás, el sábado.....— comenzó a decirle su plan.
—————————— Sábado por la noche ———————————
La música y las luces multicolores invadían el lugar. Los jóvenes se movían de manera sensual al ritmo de la música, cada uno de ellos tenían un antifaz. Algunos yacían reunidos en la sala de la casa junto al anfitrión.
—Wow te quedó increíble Ryō-chan— decía Kazunari con un antifaz negro con destellos verdes.
—¿Verdad? Mamá me dejó organizarla. Tenía tiempo de hacer una fiesta así— respondió el rubio con un antifaz dorado, pantalón negro de cuero y una playera sin mangas de cuero cernida a su cuerpo.
—Sí.... Ryōta que te parece si subimos a tú habitación— sugirió Daiki parado detrás del rubio y restregándole cierta parte de su anatomía.
—Sí— aceptó ronroneando y se llevó al As de Tōō.
—No pueden esperar— dijo el pelo verde con un antifaz gris a tonos azules.
—Yo que te iba a decir que me llevarás, Shin-chan. Ryō-chan me dejó la llave de un cuarto de invitados. Es una lástima— dijo enseñándole la llave. Shintarō le arrebató la llave y lo arrastró, Kazunari iba sonriendo.
Tetsuya vio aquella persona mirándolos —Akashi-kun Toma— dijo entregándole una llave.
—¿Para qué?— dijo tomándola.
—No sé, tú sabrás. Además, te quedas solo. Nosotros vamos arriba— dijo tomando a Taiga de la mano.
—Joder. Me dejaron sólo y Kōki que no llegó, será mejor que me marché— murmuró guardando la llave en su pantalón.
Camino a través de la pista de baile hasta que sintió que lo jalaron y la persona le bailaba de forma sensual —Dejadme— dijo marchándose pero la persona se le volvió atravesar y negó. Por más que se negaba aquella persona se volvía a poner se en su camino hasta que accedió y comenzó a bailar con ella.
La pista se abría para ellos, pues la sensualidad y la tensión sexual se sentían en la pista. Los invitados observaban como un castaño con un antifaz rojo, un pantalón de cuero rojo, una playera sin mangas roja resaltaba con la playera de cuero negro de manga larga baila de forma sensual al gran Akashi Seijūrō. Como no reconocerlo, si desprendía esa aura de superioridad y el color de cabello lo delataba a pesar de traer ese pantalón de cuero, la camisa manga larga de cuero negra y ese antifaz blanco que resaltaba sus ojos rojos.
Seijūrō se sentía extrañó, cuando sus cuerpos chocaban las descargas eléctricas se hacían presenté. Al termino la canción y comenzó la nueva, él del antifaz rojo se acercó para besarlo, pero él retrocedió —Baile contigo porqué fuiste persistente, pero tengo alguien que me gusta— dijo dándose la vuelta.
—Seijūrō-kun.
Escuchó claramente su nombre de esa voz familiar. Rápido volteó y reconoció esa mordida en labio inferior y las mejillas sonrojadas que se lograban apreciar —Kōki...
—¿Ahora si me besas?— preguntó acercándose al pelorrojo.
—Kōki tú...— sintió como sus labios fueron poseídos por el castaño y respondió al dulce besó.
—Me gustas, Seijūrō— dijo una vez que se separó. Su corazón latía ferozmente, no podía creer lo que había hecho y menos delante de 100 invitados. Sus mejillas se tornaron aún más rojas.
Seijūrō sonrió, se abalanzó sobre Kōki y comenzó a besarlo. En un principio de forma lenta, luego lamió los labios pidiendo permiso y estos se abrieron. El beso aunque era lento, era absolutamente sensual a la vista de los invitados —¿Quieres ser mi novio?— preguntó Seijūrō una vez que se separaron y recuperó el aliento.
—¡Sí!— respondió y se abrazó a Seijūrō —Además... Me provocaste cierta reacción. Así qué haz te responsable— agregó frotándose con el pelorrojo.
Seijūrō lo besó nuevamente y esta vez, lo tomó de las caderas e hizo que Kōki se abrazara con sus piernas a su cadera. Una vez que se aferró a los glúteos de Kōki lo llevó a la habitación que le había dejado Kuroko, abrió lentamente la puerta y la cerró con seguro. Chocaron con la cama entre los besos y Seijūrō comenzó a desvestir a Kōki —¿Estás seguro?— preguntó quitándole la playera.
—Si— gimió al sentir las caricias en sus pezones —aghhg seii.
Seijūrō continuó jugando con los pezones mientras con su otra mano deslizaba el cierre del pantalón rojo.
De pronto sintió una mano tocar su excitado miembro —Mnghhh Seiii aghhh— gimió mordiéndose los labios.
—Kōki— gruño excitado. Éste en respuesta, se sentó y bajo el cierre del pantalón negro junto con el bóxer de Seijūrō y comenzó a masturbar el miembro del pelorrojo.
Seijūrō acomodo a Kōki mejor y lograron ambos frotarse mientras se de besaban. Los gemidos resonaban atreves de la habitación —me vengó— dijo sonrojado mordiendo el cuello del pelorrojo.
—mnghh también— respondió aumentado el subir y bajar de su mano.
—Sei/Kōki— gimieron ambos al unísono. Kōki besó a Seijūrō y cuando rompieron el beso, el castaño se dejó caer en la cama.
Seijūrō se posicionó y volvió a jugar con los pezones de Kōki
—mnggg Sei aghh—gimió pero su mente se esfumaba.
Seijūrō no escuchaba a Kōki gemir y vio que estaba dormido —La próxima vez no te dejaré escapar, Kōki— dijo mientras le besaba una última vez y se quitaba su pantalón sucio y la playera, se acomodó junto a Kōki y cerró sus ojos.
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Abrió lentamente sus ojos, desconocía la habitación, miró a su lado encontrándose con Seijūrō dormido. Se cubrió el rostro al recordar todo lo que había hecho. Se levantó lentamente para descubrir que estaba completamente desnudo al igual que SU novio y, su abdomen, yacía cubierto de semen.
Sentía el movimiento, abrió sus ojos y vio que Kōki trataba de levantarse —Espera un rato más— dijo envolviéndolo de la cintura y jalándolo hacia él.
—Seijūrō-kun— dijo algo tímido sintiendo la desnudes del pelorrojo.
—Duerme. En un rato nos traen ropa limpia, la nuestra está sucia— dijo pegando su cuerpo al de Kōki.
—Seijūrō-kun...yo— trató de decir, pero éste lo silenció a besos.
—Gracias por aceptar ser mi novio. Pensé que nunca te ibas a enamorar de mi— dijo besándole el cuello.
Kōki rió por las cosquillas que le ocasionaban los besos —Sabes... Creó que me gustabas desde que te conocí, pero el miedo que te tenía hizo que me fijara en otras personas. Cuando te vi aparecer en la cafetería, realmente estaba feliz de que fueras tú. Me gustas, Seijūrō-kun— dijo besándole.
—Kōki.... Te amo— dijo respondiendo al besó —Nunca te dejaré ir. Prometo hacerte feliz, Kōki.
Mientras eso sucedía en la habitación, 3 personas escuchaban atentamente atreves de la puerta con un vaso —Al fin tendremos Akafuri— dijo Ryōta con una gran sonrisa a Tetsuya y Kazunari.
—Tienen tres segundos para irse o los mataré — escucharon atreves de la puerta. Todos salieron corriendo a refugiarse del emperador y sus tijeras locas.