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Señor del Pandemonium por isaya

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Notas del fanfic:

Bueno, este fic nacio porque estoy loca xD,

Nura Rihan es un personaje de Nurarihyon no mago y ¡me encanta! lo amo jajaja bueno, esta pareja esta bastante huelida pero espero les interese, el fic va a ser cortico, la verdad no se qué tantos capítulos, pero cada uno no tendrá más de 1000 palabras, tal vez solo el primero, de allí en adelante serán más cortos; las actualizaciones serán los domingos xD... Espero les guste.

 

*Los personajes pertenecen a sus respectivos creadores, Rumiko Takahashi y Hiroshi Shiibashi*

Notas del capitulo:

Espero les guste, si a alguien le puede gustar esto jajaja xD

Sesshomaru miraba la luna sentado en la copa de los árboles, cerró los ojos ligeramente e inspiro el aroma a cerezo, abrió los ojos confundido. Por allí no había cerezos.

 

— ¿Qué demonios? — miró a su alrededor e inspiro de nuevo, entonces un gruñido salió de su garganta, había un olor de daiyoukai, salto y al tocar el suelo inmediatamente empezó a correr.

 

Fueron unos pocos minutos hasta que tuvo una imagen frente a él, frunció el ceño al ver al youkai que había olido, se acercó, estaba tirado en el suelo en medio de un charco de sangre. Cuando se acercó lo confirmo, estaba muerto.

 

— Eso le ocurre a los débiles—  susurro mirando el bulto. Se giró con intenciones de seguir en lo que estaba.

 

— ¿Señor Sesshomaru? — se giró al escuchar la voz de Rin, Se había acercado a la aldea y no lo había notado. — ¿Esta muerto? —la pregunta fue hecha con temor. El ayakashi apretó los labios, sabía lo que venía. —  ¿Puede ayudarlo? —

 

— No— se giró para dejarla allí sola, pero sintió un golpe en sus espalada— ¿Qué? — ella le había lanzado un pequeña piedra y lo miraba haciendo un puchero.

 

— Eres muy cruel Sesshomaru— enarco la ceja ante la falta de respeto.

 

— Rin, sólo porque pueda, no quiere decir que deba meterme en la vida de todo quien se me atraviese— ella no se amedrento ni un poco.

 

— ¿Qué tal si apareció en su vida, para que lo salvara? — se quedó en silencio sin saber exactamente que responder, podía ser tan cierto como falso.

 

— Rin…—

 

— ¿Por favor? — se giró rodando los ojos, había caído. Saco a Tenseiga y atravesó el cuerpo inerte, matando todos esos molestos diablillos.

 

— ¿Contenta? —pregunto con seriedad, ¿Cuándo había caído a los pies de la mocosa?

 

— Si— la sonrisa que recibió le hizo doler los ojos. Se alertó cuando escucho al bulto toser. Se hizo frente a Rin esperando, si solo era un enemigo más, la niña tendría que perdonarlo pero lo mataría de nuevo.

 

— ¿Qué? — El hombre se sentó tocándose el pecho— ¿Estoy muerto? —

 

— Deberías— contesto molesto— ¿Quién eres? — su dedos ya tenían las garras afuera.

 

— Oh, mi nombre es Nura Rihan— el hombre se levantó despacio y sonrió cerrando uno de sus ojos. Su cabello era negro y sus ojos miel. — ¿Cómo te llamas? —

 

— No te interesa, ¿Qué quieres aquí? —pregunto gruñendo, el hombre por su parte solo se rio.

 

— La verdad debería estar muerto, creo— dijo mirando su pecho, cuando Rin intento hablar Sesshomaru la miró negando con la cabeza.

 

— ¿Cómo llegaste aquí? — pregunto de nuevo.

 

—Bueno, ¿algo importante depende de este interrogatorio?, porque creo que la mayoría de mis respuestas serán que “no lo sé”— la sonrisa no se perdió. El de cabello plateado se mordió la lengua para no responder que lo que dependía de ello era su vida; Rin no se lo agradecería.

 

— Entonces vete— gruño, Nura pareció sopesarlo.

 

— Tengo una mejor idea, ¿Por qué no te unes a mi festival de cientos de demonios? — dijo sonriendo. ¿Uh?

 

— ¿Festival? —pregunto con la ceja enarcada. Lo había oído todo— Creo que mo… La herida te daño la cabeza—

 

— No, no necesito un siquiatra— dijo riendo, Sesshomaru frunció el ceño junto a Rin.

 

— ¿Siquiatra? —

 

— Oh— la sonrisa se perdió por primera vez— disculpa la pregunta, pero, ¿En qué año estamos? —

 

— La era Sengoku— respondió Rin antes de que Sesshomaru pudiera hacer algo.

 

— ¡¿Qué?! — gritó el hombre abriendo ambos ojos. — Pero el anciano no había ni nacido.

 

— Bien, es suficiente— dijo Sesshomaru levantando la mano con sus garras— Rin ve hacía atrás— la niña hizo caso.

 

— No hay necesidad de la violencia— dijo el moreno levantando las manos en son de paz. Decidió ignorarlo y ataco, lo atravesó con facilidad, pero de repente la imagen había desaparecido.

 

— ¿Una ilusión? —pregunto asombrado.

 

— Así es— el sinvergüenza esta tras él sonriendo de nuevo. Sesshomaru ataco de nuevo con el mismo resultado, entonces saco su espada y ataco de nuevo pero el hombre siguió haciendo lo mismo.

 

— Maldición— gruño, sintió que sus colmillos crecían y sus ojos cambiaban, pero recordó que no estaba sólo, debía mantener segura a la niña. Se movió de modo que la protegía.

 

— ¿Quién es ella? —  pregunto el hombre detrás de la niña, Sesshomaru nunca lo admitiría pero sintió que algo se paralizaba en ese momento. — No le haré nada, no te preocupes. ¿Cómo te llamas? — pregunto con dulzura, la niña sonrió.

 

— Soy Rin y él es el señor Sesshomaru— dijo señalándolo. El aludido gruño internamente, lo podían dejar fuera de la conversación, gracias.

 

Maldición, debía acabarlo rápido, si Inuyasha se enteraba de que había revivido un demonio que era tan poderoso, se enojaría además de burlarse por el resto de su muy larga vida.

 

— Aléjate de ella— gruño, su voz salió menos humana de lo que espero, la niña pareció asustarse y el hombre se puso serió de nuevo, tomando una posición defendiendo a la niña. ¿Qué?

 

— ¿Qué crees que haces? —pregunto medio indignado.

 

— Asustaste a la niña— respondió el otro de nuevo serió. — contrólate o vete—

 

— ¿Qué? — pregunto abriendo los ojos.

 

— Me iré a aldea, muchas gracias señor Nura— hablo la pequeña.

 

— Dime Rihan— dijo sonriendo el susodicho, ganándose una de esas radiantes sonrisas.

 

— Adiós señor Rihan— se despidió para luego correr a la aldea, Sesshomaru intento pasar por alto el hecho de que la mocosa lo había ignorado.

 

— Bien señor Sesshomaru, gracias por controlarte— dijo sonriendo quedamente, gruño molesto.

 

— Este es mi territorio, vete lo antes posible— dijo girándose.

 

— Entonces, ¿Puedo retarte por su posesión? — suspiró, genial, se giró y saco a Bakusaiga, el hombre saco su espada.

 

— Está bien— dijo poniéndose en guardia, el otro salto a atacarlo y empezaron a chocar espadas, lo presiono pero el hombre no se rendía, si acaso solo sonreía. Intento acabarlo pero nunca podía darle un golpe, ni siquiera lo había tocado, entonces lo notó.

 

No lo estaba tomando en serio.

 

Gruño, ataco con rabia y lo atravesó, pero de nuevo su imagen desapareció y sintió un frio característico en su cuello.

 

—  Parece que gané—  se quedó en silenció un momento. Había perdido. — ¿Entonces el territorio es mío? —

 

—… Lo es— susurro molesto, era increíble… había perdido. Cuando el otro quito la espada se giró y se sentó sobre sus pies agachando la cabeza. El que perdida debía dar su vida. Era una regla justa.

 

— ¿Me ofreces tu vida? —pregunto sonriendo, Sesshomaru no respondió. — ¿Y? —

 

— Si— gruño sin mirarlo. El hombre se rio con suavidad.

 

— Y si mejor, ¿Te me unes? — Pregunto sonriendo— No quiero matar a alguien que es tan buen combatiente—

 

— No sirvo a nadie, así que mátame de una vez— respondió con frialdad.

 

— Es una lástima— dijo el en un gesto triste— está bien— dijo alistando su espada, Sesshomaru no cerró los ojos, solo espero la muerte… que no llegó.

 

— ¿Qué crees que haces? — grupo cuando el hombre se giró para irse.

 

— Yo quiero tu servicio, no me interesa tu tierra—

 

— ¡No digas tonterías! — se levantó y se lanzó sobre el a pesar de no tener en sus manos la espada.

 

— Calma, podrías lastimarte— dijo sonriendo mientras lo esquivaba. Intento de nuevo y siguió hasta que de una muy patética manera tropezó. — Oi, Oi— dijo sujetándolo de la cintura. — Te dije que te calmaras. No me interesa tu tierra así que no insistas.

 

— Luchaste por ella— mascullo enderezándose— y la ganaste.

 

— No cambiare de opinión— respondió con seriedad.

 

— Maldición—

 

— ¿Es orgullo? — pregunto sonriendo Nura. — Lo siento pero ya lo dije—  lo soltó y se giró de nuevo.

 

— Está bien— susurró Sesshomaru, Nura se giró interesado— me uniré a ti—

 

— ¿A sí? ¿En más de un sentido? — La risa se hizo presente mientras el daiyokai abría los ojos con sorpresa e intentaba darle con su látigo de luz, que también fue esquivado— es broma, calma—

 

— No bromeo— aclaro molesto.

 

— Pero aprenderás— 

Notas finales:

Bueno, eso fue todo, los demás capitulos será aun más cortos xD, lo siento, me gustaria hacer una historia sencilla y corta. :) espero alguien se anime a comentar.


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