Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ultimo Pensamiento por En Yao

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Ultimo Pensamiento

Cabello lacio platinado, ojos crisis hermosos e inexpresivos, piel pálida y fría, era lo que observaba en aquel joven que era abrazado de posesiva manera por su líder y amigo, Kuran Kaname.

No le extrañaba, él en el fondo de su corazón sabía que esos dos terminarían así, le sorprendía mucho menos la reacción del peliplata, aquel ser hibrido llamado Kiryuu Zero.

Suspiro mientras los observaba por el ventanal, mientras veía diluirse a aquel ser que parecía hecho de la luz de luna, mientras en aquellos ojos asomaba el amor doloroso que tenía por aquel hijo de la noche.

Se permitió soltar otro suspiro y llevar su mirada a aquella luna nueva, se acomodaba en un lugar más discreto por temor a ser visto por Kiryuu.

Sonrío, comprendía perfectamente el dolor de Kiryuu y al mismo tiempo no, sabía que el joven no podía dejar a Kaname, él mismo era víctima de las mismas circunstancias en ese sentido, pero también era doloroso dañar a otro ser amado.

Aunque en su caso se sabía correspondido y eso hacía más dolorosas las cosas, no negaba que se sintió dichoso por un momento al saber que el amor de su vida oscura le correspondía; pero, a su pesar, le rechazo.

Dolió mucho ver como esos ojos bicolor entristecían, dolió más ver la actitud fría y se sintió morir al ser totalmente ignorado con el tiempo.

Dolió sí, pero le hubiese dolido más llevar a su pequeño a un enfrentamiento con Kaname Kuran, porque aunque amaba a ambos, sabía que su pequeño Shiki nunca tendría una ventaja y aunque él lo ayudara a tal enfrentamiento, Kaname aprovecharía la oportunidad de algún chantaje, porque él lo sabía, no por nada amaba a Kaname en su forma retorcida, el sangre pura haría lo que fuera para que él no se fuese de su lado, porque le pertenecía.

Escapar no era una opción, después de todo, tenían un vínculo más allá de la sangre y si Kaname le descubría amando a alguien que no fuera él, no es que Kaname no supiera que amaba a Shiki, era capaz de matar a cualquier ente que quisiera quitarle lo que pensaba que era su propiedad, en su caso, su existencia misma.

Regreso su vista a los tortolos, se separaban a hacer cada quien sus actividades, sonrío a la mirada que le mando Kiryuu, el peliplata simplemente inclino levemente su cabeza a modo de saludo.

También Kiryuu lo sabía, que no era el único, pero no estaba enterado hasta qué punto.

Kiryuu pensaba que solo su pequeño amor no correspondido, Yuuki, era quien compartía los afectos de Kaname, pero era mejor que quedara así, él prefería mantenerse al margen a pesar de que formaba parte de aquella historia.

Se separó del ventanal y se recostó en aquella cama simple pero cómoda que estaba en su habitación. Su habitación, era triste saber que Shiki ya no era su compañero, su bicolor pidió ese cambio y no le culpaba, seguramente Kaname fue feliz al efectivo tal cambio.

Sonrió, Kaname no era tan malo, era un amante formidable, amoroso y cuidadoso de cada uno de sus caprichos a cambio de siempre amarle, y le amaba.

Pero también podía ser cruel, el ser más oscuro de todos, el más ruin si era preciso, todo con tal de mantenerle a su lado, porque lo que era de un Kuran era de un Kuran para siempre.

Respiro profundamente y de manera lenta aquella fragancia, Kaname se acercaba, seguramente a pasar el día con él, después de todo pronto amanecería.

Escucho sus pasos cadenciosos hasta que pararon frente a su puerta, dirigió su mirada a esta para ver justo el momento en que se abría, dando paso a su amor doloroso, Kuran Kaname.

Le sonrío como siempre e hizo espacio para él en su cama, amaba a Kaname con la locura propia de un amante y sabía que este a su manera lo hacía también.

Kaname amaba a Yuuki como a una hermana, la pequeña sufría por ello, pero él sabía que eso le provocaría más tristeza a Kaname que a ella, porque al final la utilizaría para tener descendencia, después de todo el linaje Kuran debe preservarse.

Tambien amaba a Kiryuu, de eso él estaba seguro, pero nunca podría presentarlo como su amante, aunque para Kiryuu y el propio Kaname eso fuera doloroso, pero lo amaba con verdadera pasión, con aquella pasión que provoca dominar al ser bravío que era Kiryuu, hasta él comprendía eso, lo sintió por el peliplata en alguna ocasión más le fue puesto en claro que no le era permitido acercársele.

Sintió un beso en los labios y como este demandaba el acceso a su boca, se lo permitió y jugo con aquella lengua que contenía el sabor de su propia sangre, no le importaba, al contrario aquello hacía que se calentara de manera abrupta.

Continuaron el beso entre caricias, Kaname era la clase de amante que le encantaba, directo a lo que iban, sin tanta palabrería y después, luego del sexo, platicas de asuntos que competían a ambos, nada de cursilerías, eso le encantaba solo cuando se tomaba el descaro de provocarle. Si es que provocarle se podía llamar cursilería.

No es que él no amara lo cursi, pero con quien deseo serlo ya ni le miraba.

Entre jaloneos de ropa logro sentir como era despojado de su camisa y a su vez el despojo a Kaname de la propia. Se besaron y se acariciaron sin reparo alguno, descubriendo lo ya descubierto por más de una ocasión pero aun así, maravillándose del otro.

Se permitió empujarle, dejándole acostado en la cama, mientras él se sentaba a horcajadas sobro su vientre.

Se sentía caliente y sabía que Kaname igual, lo sabía porque le dejo incorporarse y que le mordiese el cuello de manera brutal, brutal y deliciosa.

Sí, amaba a Kaname, sabía que no le dejaría, le dolía a veces saberlo.

Kaname también le amaba, como amigo, como compañero, como amante, porque él escuchaba y comprendía, miraba y callaba, amaba y sufría.

Porque los dos sabían que estaban destinados a mantener este tipo de relación bizarra, porque no sabían cómo estar sin el otro.

Y entre besos, sexo y caricias se perdió en ese último pensamiento.  


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).