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Different sense. por Akudo

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Notas del fanfic:

Todo mundo hace omegaverse y como soy envidiosa no podía faltar el mío.

Como me preocupa que haya gente que aún no sabe de qué rayos trata eso pues básicamente es un universo alterno donde el hombre se divide en tres categorías:

- ALFA: El macho preñador todopoderoso que seduce con sus feromonas salvajes y pierde la cabeza cuando percibe a un Omega en celo.

- BETA: El normalito que a pesar de que es capaz de sentir las feromonas de los Alfas y los Omegas no se ve hormonalmente afectado por ello.

- OMEGA: El pobre al que le caen encima los Alfas cuando le dan sus calores locos y queda preñado en el proceso.

Notas del capitulo:

Hay mención de mpreg pero no llegamos a eso.

Los personajes son de Fujimaki Tadatoshi.

Cuando subes de nivel dentro de este mundo también pisas un escalón más arriba en la crueldad humana, siendo testigo de situaciones tan atroces como la misma muerte.

Es cierto que le quemaba por dentro la necesidad de estar a la altura de los más fuertes por naturaleza, pero había cosas que no les envidiaba. La guerra no daba miedo sino ellos, a los que no les temblaba la mano para torturar o disparar en contra de una vida, a veces ni siquiera por deber, no es lo que sus risas sátiras decían.

Eran verdaderamente la élite de las batallas, tal vez por eso mismo sus monstruos internos eran cada vez más dominantes.

Los había visto en sus peores facetas, arrasando aldeas de lugares remotos en todo el mundo, matando a quien los enfrentara y a quien no, al que corría o el que sólo estaba allí paralizado de temor. Tomaban lo que querían si se les presentaba la oportunidad y muchos ya no conocían el remordimiento, y él no podía hacer nada más que mirar a otra parte y pretender que no le importaba.

No tenía simpatía por ellos o algún rastro de camaradería, pero estar en la misma guardia, al mismo nivel lo llevaba impreso en letras muy pequeñas. “Si no vas a participar mantén la boca cerrada.”

Había visto como se metían en casas arrebatándole hijos a sus padres, como en grupos desgarraban a omegas que despedían su aroma en el peor momento, y su mínima muestra de piedad era darles un tiro en la cabeza si no habían muerto durante la violación. Era lo que rogaban para que cesara su agonía.

Al principio sintió lástima por esa gente y con el tiempo eso cambió a odio, asco por ser esclavos de su debilidad. Sin embargo no se había enlistado para esto, ¿entonces qué era tan grande como para seguir ahí, hombro a hombro con bestias salvajes?

Ego, aunque él se sentía un poco mejor llamándolo honor. No deseaba ser como ellos, quería ser mejor, y para eso necesitaba mucho poder, más del que un beta ordinario podría ostentar. Por eso decidió no estar a merced de su código genético.

Nunca.

 

 

 

— ¡Tatsuya!

No supo definir ese escalofrío que le apagó los sentidos por un momento. No fue como cuando una explosión lo ensordecía sino como una especie de descarga eléctrica interna, lo suficientemente poderosa como para que desenfocara al tirador enemigo que hirió a uno de los suyos y en consecuencia éste dejó caer una bomba de mano que detonó sin que pudieran hacer nada.

El terreno frente a él cedió fusionándose con el acantilado que separaba a ambos bandos, y vio casi en cámara lenta como Kagami caía junto a los escombros. Cuando el estruendo cesó tosió todo el polvo que viciaba el aire a su alrededor y abrió los ojos sólo lo suficiente para verse en la orilla del barranco.

— Bro… no lo tomes muy especial pero ahora mismo soy la persona que más te ama en el mundo.

Himuro tosió un poco más entre risas, sujetando bien al pelirrojo que colgaba de su brazo. Había reaccionado lo suficientemente rápido para atraparlo antes de que cayera al vacío.

— Creo que con una mamada estaríamos a mano.

La risa del menor se unió a la suya y jaló para ayudarlo a subir, fue cuando el polvo mitigó y se dio cuenta del tirador que estaba recargando su rifle para acomodarse y apuntar directo a él— Mierda, alguien… —no oía a nadie a su alrededor y su arma había volado a algún lugar. Podría correr pero eso significaba soltar a Taiga— ¡Cúbrete!

Escuchó el disparo mas no sintió nada. Algunos mitos cuentan que hay gente que no se da cuenta que murió, pero en ese momento se sentía bastante vivo.

Alzó de nuevo la mirada y aquel tirador había sido derribado. Terminó de subir a Kagami y ambos se pusieron de pie preguntándose qué sucedió cuando un disparó se clavó a los pies del pelinegro haciéndolo saltar.

— Joder, ¿qué…? —otros dos disparos más que no le hicieron mucha gracia, y en una posición algo más alejada divisó un brazo en lo alto que lo saludaba— Será hijo de puta.

Kagami no comprendió la sonrisa de Tatsuya hasta que reunidos nuevamente en la base éste le presentó a su héroe francotirador.

— Nijimura Shuuzou, un excompañero de la división en la que estaba. —Kagami intercambió un breve saludo con él y Tatsuya volvió a hablar— Parece que mejoraste un poco tu puntería.

— ¿Un poco? Acabo de salvar tu trasero así que muéstrame un poco más de respeto como Teniente de División.

El del lunar enarcó su ceja visible en sorpresa y compartió su agrado atrayendo a Shuuzou de la nuca para devorarlo en un beso que éste no rechazó. Kagami no supo si decir algo, desaparecer o qué, rascándose nervioso su mejilla ruborizada al desviar la mirada. Parece que no habían sido simples compañeros.

Nijimura cortó el beso bruscamente, apuntando con su pistola al alfa que se había acercado por detrás con una mano a medio camino hacia su trasero.

— Anda, creí que anunciabas que estás disponible. —habló el sujeto de trenzas negras con una sonrisa irritante, levantando sus manos a cada lado en son de paz aunque no se veía demasiado intimidado.

— Me ahorraré la bala diciéndote que no eres mi tipo.

Haizaki estalló en risas.

— Pues a mí me ponen las perras betas que intentan hacerse los rudos.

Dejó hasta ahí el asunto, echándole una mirada a Himuro antes de irse y darle un manazo en el culo a otro de los betas que estaban más allá, el cual luego de dar un respingo sólo pudo resoplar sin quejarse. Ese era un tipo de acoso al que Tatsuya tuvo que acostumbrarse y aprender a evitar junto con otras humillaciones, ya que obviamente un beta débil no era bien recibido ahí como un igual.

Hizo como si nada, volviendo a su expresión divertida.

— Muy hábil, ¿pero tuviste que tardar tanto? Yo ya sería Capitán.

Shuuzou se giró hacia él con mala cara y el labio superior torcido, aunque su queja fue interrumpida por una voz femenina muy autoritaria.

— Pero no lo eres, porque preferiste ser la escoria de “los mejores”.

— Capitana…

Araki Masako, una alfa.

Himuro tuvo que aprender a respetarla a la fuerza, ya que cuando empezó tenía un reacio prejuicio hacia los más débiles que él, y en esa categoría se atrevió a incluir a las mujeres sin distinción, sólo que si pensó que nada más los hombres alfas eran de temer perder incontables veces contra ella le dio una buena lección. La única vez que pudo derrotarla fue para que como Capitana de la división beta accediera a recomendarlo a la división alfa.

De brazos cruzados ella dio por terminada su “charla” con el del lunar, dirigiéndose ahora a su Teniente.

— Nijimura, nuestro grupo se quedará esta noche. Pueden mezclarse con los alfas pero no quiero ningún incidente. Partiremos en la mañana.

La división alfa se hacía cargo de las misiones de mayor riesgo pero también era la que contaba con menos miembros, por lo que cuando se requería grupos de la división beta y omega se les unían como apoyo médico y de retirada. Para algunos estas eran oportunidades de fraternizar un poco más siempre que fuera consensuado, o al menos esas eran las “reglas”.

Los alfas por lo general no tenían ninguna queja de las demás divisiones siempre que conocieran su lugar por debajo de ellos, por eso Tatsuya era una paria ahí aun cuando pasó el período de prueba impuesto para ser aceptado. El único que lo trataba como un compañero era Kagami, con quien no se metían mucho más que para molestarlo por ser menor que el resto, ya que al parecer aun siendo novato tenía un gran potencial.

“Podemos oler nuestra fuerza” fue lo que le explicó el pelirrojo una vez, así que por instinto no iban a buscarle pelea a Taiga sabiendo que éste les dará una paliza.

Mientras Araki se retiraba el pelinegro se tomó un segundo para observar al resto de betas, como dejaban que los alfas hicieran lo que querían, conformándose con su rango inferior.

— Sigues viéndonos por encima del hombro, eh.

Tatsuya sonrió mirándolo.

— Sólo a ellos. Sabes que eres especial. —el mayor rodó los ojos, aunque Himuro no mentía. Les gustaba Shuu porque tampoco se dejaba dominar tan fácilmente— Y ya que te quedas supongo que puedo ofrecerte una cama.

— Qué considerado… —Tatsuya se acercó para tocarlo y lo apartó— Pero prefiero ducharme primero.

— Te espero. Ah… —se había distraído tanto echándole ojo a Nijimura que se olvidó de Kagami. Detuvo a Shuu por la cintura antes de que se fuera y le ofreció al pelirrojo si quería unirse.

Shuuzou le reclamó que al menos le preguntara si estaba de acuerdo, aunque se volvió para inspeccionar a Kagami de pies a cabeza y su veredicto fue un “Está bien”.

— No, estoy bien… —Taiga negó con ambas manos riendo algo nervioso— Gracias de todas formas.

— Vamos, no te apenes. En este oficio es difícil darte estos gustos con regularidad.

Kagami volvió a negar mirando a otra parte con una sonrisa forzada.

— Diviértete tú. Nos vemos mañana.

Y así fue, pero a pesar de que ya era hora de que partieran los betas ni Himuro ni su muy cercano amigo daban señales. Por eso fue a buscarlo, aunque antes de tocar se aseguró primero de no oír algún ruido sospechoso para no interrumpir, y antes de llamar la puerta se abrió y Nijimura salió colocándose la camisa a prisas para ir con su grupo. Tatsuya apareció detrás con el pantalón mal cerrado y cara de no haber dormido demasiado, aunque la sonrisa con la que lo saludó demostró que no se arrepentía mucho por eso.

— Se me hizo un poco tarde. Ya iba.

— Coño, Tatsu. Que con la estima que te tienen estos tipos no necesitan muchas excusas para dejarte tirado en este lugar.

Himuro estaba en su “Ya sé, ya sé” y cuando vino a darse cuenta tenía la cara de Kagami casi pegada a la suya. No le dio tanta importancia como el pelirrojo, que al ser consciente brincó para atrás.

— N- no- no es lo que piensas.

— ¿Y qué pienso entonces?

— Agh, no. Es que… tienes un olor…

El mayor levantó el brazo para olerse la axila, juraba que no era tan grave.

— ¿Tan mal está? Recién Shuu me dijo algo parecido. Me daré una ducha rápida.

— ¡Tatsuya, que nuestros helicópteros ya llegan!

— ¡Cinco minutos!

 

 

 

— ¿Qué pasó?

El último helicóptero de los betas estaba por partir y uno de sus miembros se encontraba en camilla a punto de ser subido. Tenía el brazo derecho completamente entablado, el tabique muy morado y probablemente dislocado, no era capaz de abrir un ojo por lo golpeado que estaba y se notaban restos de sangre por todo su mentón y cuello, que dio por sentado venía de las heridas en su boca. Eso era simplemente lo visible, quién sabe qué más le habían hecho.

— Nada, es que me dan miedo las alturas así que tienen que amarrarme. ¿Qué acaso no estás viendo? Maldito cabeza hueca.

Pero qué genio, aunque en su estado no tenía mucho que criticarle.

Leyó su nombre bordado en el uniforme. “Hanamiya”.

Subieron la camilla con el sujeto y Himuro prefirió preguntarle a otro que llevaba ropa diferente por ser de la unidad médica.

— ¿Qué le hicieron los alfas?

Nakamura, que era el nombre en su uniforme, resopló acomodándose los anteojos. Percibió a Tatsuya como un beta así que respondió.

— Hanamiya no quiere hablar, pero además de lo que se ve tiene varias costillas fracturadas y el pantalón empapado en sangre. Algunos alfas tienen muy mal carácter y no manejan bien el rechazo; no me sorprendería que se negara a estar con ellos y hayan decidido darle una lección, y por el nivel de daño tuvieron que someterlo al menos entre dos. Con suerte no tendrá daño interno permanente y se recuperará.

Kagami se había acercado a tiempo para escuchar y no pudo ignorarlo.

— Pero… ¿le pondrán un par de venditas y nada más? Lo atacaron, debe-

— ¿Mandar una queja? ¿A quién? —lo interrumpió— Sus superiores harán de todo para justificar a los alfas, sólo conseguirá humillarse más de lo que ya le hicieron y ganarse enemigos. Es una causa perdida, siempre lo es.

Taiga era demasiado noble en ocasiones, pero en estas cosas él tampoco podía hacer nada. Nakamura abordó el helicóptero y ambos chicos se alejaron para que las hélices empezaran a girar y se elevaran.

El pelinegro miró a su hermano. Permanecía cabizbajo pero tan tenso que se notaba toda la furia que estaba conteniendo, su olor alfa se disparó por un momento y Himuro perdió la noción de todo. Fue igual a la sensación que lo aturdió ayer durante la misión, algo que casi le cuesta la vida a él y a Kagami.

No supo qué tanto rato pasó, pero cuando ya estuvo de vuelta en sí mismo Taiga lo tenía sujeto de los hombros y su voz se fue haciendo más clara y audible, hasta que entendió que le preguntaba si estaba bien. Tatsuya lo apartó de inmediato por reflejo y no supo por qué, se sentía agitado y había comenzado a sudar.

No dejó que aquello tomara importancia y fue hora de partir.

Notas finales:

Serán dos capítulos nada más :)


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