Naruto siempre se había preguntado el que había en las cabezas de algunas personas especialmente la de Sasuke Uchiha, le había tomado mucho tiempo llegar hasta donde estaba dueño de su vida y con una tranquilidad bien ganada para que un petimetre salido de una revista de modelaje y con millones en el bolsillo viniera a arruinar su vida; tener una historia en común no los acercaba, al contrario los alejaba. Pasaron diez años desde que lo abandono a su suerte con 15 años y un hijo a en su vientre despreciado por la ¡Oh tan poderosa familia Uchiha! Por ser un huérfano sin dinero ni recursos que le brindaría ningún aporte al apellido familiar.
Sonrió con amargura ante los recuerdos, acariciando el vientre vació un hijo era algo maravilloso pero fue un regalo que nunca pudo tener ¡Busco desesperado ayuda en su desesperación acabo con su orgullo tratando que la familia que tanto lo despreciaba le ayudara a tener al bebé, aun a costa de tener que entregarlo! …Pero nada sirvió, lo perdió al carecer del dinero suficiente siquiera para comer o poder practicarse la cesárea; pasó los siguientes meses en coma víctima de una septicemia que nadie podía curar, hasta que llego él…su padre. Un medico que parecía oscuro y malicioso a primera vista pero simplemente arrastraba un rencor y una tristeza tan vieja como el tiempo, el hombre le ayudo a sanar y por un capricho (cuando le conto su historia) lo adoptó.
Gracias a él pudo regresar a la escuela y estudiar, se concentro en nada más que ellos para olvidar su dolor, graduándose con honores; ése día frente un par de copas y en la mesa de un restaurante supo porque el médico lo había adoptado. Miró al hombre frente a él era increíble cuantas vidas podían arruinar los ricos y poderosos, sólo por ambición o capricho. Hubiera querido que su padre no hubiera compartido su trágica historia pero eso los unió de una forma que jamás imagino que existiera.
Con parsimonia acaricio el borde del vaso de agua, observando con disgusto el ambiente lujoso y la comida cara servida frente a él; si intentaba impresionarlo o intimidarlo estaba logrando él efecto contrario. Había visto a gentes tan acomodadas como él Uchiha en el hospital de su padre, muriendo de una enfermedad incurable o padeciendo los mismos dolores que la mas pobres de la gentes, la enfermedad no perdona a nadie no importa cuanta riqueza tengas; aunque el dinero te haga sentir invulnerable el dolor y el sufrimiento: te recuerdan a la hora de la verdad que no eres tan diferente a un mendigo. Fue sacado de su extracción por la voz rica y oscura del otro hombre una voz que antes provocaba el temblor en sus rodillas y doblegaba su voluntad con una frase, ahora sólo evocaba su perdida.
— ¿En qué piensas?
— En lo cruel e irónica que es la vida, nunca pensé ver un Uchiha en la clínica de enfermedades raras de mi padre; mucho menos que fuera tu hermano… cuando lo vi por primera vez reconocí de inmediato que era un Uchiha, sin embargo era tan diferente a uno que me supuse que era de alguna rama olvidada de la familia…aparte de ese aire de seriedad es una persona verdaderamente amable y bondadosa, me sorprende que guarde relación con ustedes.
—Debes ser muy despistado como siempre dobe, bastaba que hubieras leído un periódico para que te enteraras de quien era.
— No tengo porque leer revistas de chismes, las enfermedades y morir no hacen distinciones sociales y te aconsejo que guardes tus calificativos despectivos para ti mismo, no gane mi título por idiota.
— Sabes que no lo digo como un insulto.
— Por supuesto que no, subir tu ego poniéndole apodos marcando un defecto ya sea físico o mental de una persona para destruir su autoestima “no trae ninguna consecuencia”.
—Has cambiado dobe, te has vuelto amargado.
Naruto empezó a reír; pero era una risa sin alegría. Cuando terminó clavo una mirada en el varón y comento— He madurado ya no soy es niño ingenuo que se desvivía por recibir migajas de cariño, uno crece cuando te golpea la vida…por cierto me alegra ver que estas bien veo que a diferencia de lo que fue conmigo ha sido muy generosa contigo.
— Esas palabras no son tuyas, le corresponden más a tu padre adoptivo es un comentario demasiado inteligente para provenir de ti— Señalo Sasuke enojado, quien se sorprendió al sólo recibir en replica otra carcajada, arrepintiéndose de inmediato de haberlo hecho, no había rabia en los ojos del rubio al contrario los lagos azules brillaban con un humor extraño.
— Ser pobre y no poder asistir a la escuela, no señalan el grado de inteligencia de una persona, sólo su falta de recursos; pero por supuesto es algo que alguien como tú jamás podrá comprender. Dime ¿Para qué me has invitado a almorzar? Mi padre ya les dijo todo lo necesario sobre la condición de Itachi-san: tomara un poco de tiempo pero se recupera por completo. Personalmente es algo que me hace feliz, él no tiene la culpa de ser un Uchiha.
— Pareces muy cercano a Orochimaru ¿Sera porque comparten una historia similar? Amados por un Uchiha y rechazados por él: porque no eran suficientes.
— Dirás porque no supieron valorarnos como es debido, no lo niego, la similitud de nuestras desgracias nos ha unido más que si fuéramos padre e hijo; pero a diferencia de él a mi no me gusta la soledad y prefiero estar al lado a la persona que amo. No negare que mi corazón tardo mucho tiempo en sanar y yo demore mucho más en volver a confiar en alguien, pero estoy muy contento por haberlo logrado: es maravilloso estar al lado de alguien que cree que tu pasado y lo que eres, te hacen más valioso.
—Es mentira lo que dices, no veo que tengas ninguna alianza, que señale que éstas casado.
— A diferencia de ti que ocultas tu anillo de matrimonio quien sabe dónde, aún no nos hemos casado, lo haremos tan pronto como Gaara y yo tengamos un tiempo libre, a diferencia de los potentados, los médicos de prestigio tenemos una agenda muy ocupada salvando vidas a diferencia de ustedes que lo que pretenden es destruirlas.
—Veo que no eres tan indiferente a mí como pretendes o no hubieras averiguado que me case ¿Qué pasaría si te dijera que pretendo reconquistarte y lograr que vuelvas a amarme?
— Te diría que es tiempo perdido, dedícate a tu mujer y ten un hijo, eres la comidilla preferida en el pabellón femenino para intercambiar chismes de farándula por tus múltiples infidelidades, por eso me entere que te casaste. Realmente lo siento por tu esposa, no sé qué tan baja tenga su autoestima para permanecer contigo.
— Lo dices porque estas herido por no ser tú el que se caso conmigo.
— Lo digo porque soy muy afortunado por no haberlo hecho, se feliz Sasuke que yo por mi parte lo soy.
Naruto hizo el ademan de levantarse cuando fue retenido por el enfurecido peli-negro— ¡Lo dices por despecho, quien ha estado con un Uchiha no puede olvidarlo jamás, estoy seguro que han quedado marcas indelebles en ese cuerpo que no se borraran jamás!
Fue allí que la rabia de Naruto explotó estaba tratando de llevar las cosas en paz que no hubiera escándalos, aparentando una calma que no sentía ¿Y él se atrevía a reclamarle por haber encontrado la paz y el amor en brazos de alguien más? De estar menos alterado nunca hubiera revelado el doloroso secreto, ni soltado las palabras tan hirientes que estaba a punto de decir, pero el dique de su rabia ardiente se había reventado y no había nada para detenerlo.
— ¡Por supuesto que llevo una marca indeleble en mi cuerpo y mi alma! ¡Qué madre puede olvidar que sintió morir a su hijo en su vientre porque carecía del suficiente dinero para comer! ¡Porque el hombre que la embarazo le pareció bien dejarlo a su suerte sin ningún tipo de ayuda! Por supuesto que jamás te olvidare!¡ ¿Crees que puedo hacerlo, cuando cada vez que me miro al espejo veo la cicatriz por la que sacaron a mi hijo muerto de mi interior porque cuando me llegaron los dolores del parto está en la calle sin nadie a quien pedirle ayuda y ningún lugar al que refugiarme?! ¡¿Quién puede olvidar que paso meses agonizando en una cama por septicemia, que casi estuvo a punto de perder la oportunidad de tener más hijos?! No Sasuke Uchiha, eso no es algo que se pueda olvidar ni perdonar; pero no permitiré que el odio rija mi vida ni guie mis acciones. Nadie puede perdonar a un asesino; no soy Jesucristo o Buda o Mahoma para volverme mártir sólo soy un ser humano, tampoco creo en las monsergas de los psicólogos que dan consejos que ni ellos son capaces de seguir, no puedo perdonarte; pero he escogido no odiarte.
El Uchiha se quedo rígido ante las palabras dichas por el rubio por lo que no sintió el empellón con que fue lanzado a un lado, mientras un pelirrojo se apresuraba en abrazar al doncel sollozando entre sus brazos ¡Le había dicho a Orochimaru que era muy mala idea dejar a Naruto con el maldito Uchiha, pero no lo había escuchado! ¡Quisiera poder culparlo por ese descuido!...pero no podía; como una plaga maldita persiguiendo al último retoño sano de un árbol al que querían destruir tío y sobrino habían utilizado el pretexto de la enfermedad del único miembro decente de la familia como excusa para atormentar a los dos donceles, ambos varones eran de la misma calaña tan parecidos físicamente como moralmente…pero a diferencia del Sanin legendario Naruto era más frágil.
Le había costado horrores conseguir que el joven le diera una oportunidad, que le permitiera dale el primer beso o hacer la primera vez el amor con él. Sabía que la cicatriz que había mencionado su novio era una de sus grandes vergüenzas de no porque fuera vanidoso sino porque le recordaba el bebé que perdió, estaba tan furioso son el peli-negro por hacer revivir sus tristezas al rubio que golpeo a este y se llevo al doncel llorando, no tenía tiempo de encargarse de la basura era mucho más importante ayudar a sosegarse a su ojos de cielo. Después ¡Después se encargaría de ese imbécil que hacia llorar a su Naru!
Con rapidez lo llevo al apartamento que compartían y se mantuvo a su lado abrazándolo, no sabía que palabras emplear para mitigar su dolor así que no las dijo; además hablar no serviría de nada cuando lo que su novio necesitaba era desahogarse un hombro compresivo. Cuando los sollozos terminaron había una mirada de luz extraña en los ojos de Naruto que lo molestó sobre todo al escuchar las siguientes palabras que salieron de la boca del rubio ¿Hasta ese punto consiguieron altéralo las palabras del Uchiha? Maldiciendo su decisión de no destruir al maldito ahí mismo esbozo una sonrisa respondió acariciando el hermoso rostro bronceado.
— Por supuesto que sí, si eso es lo que quieres tendremos un hijo; pero primero quiero casarme contigo ¿Aunque, no sería más tentador contagiar a ese Uchiha; con una de esas enfermedades extrañas, que el señor Orochimaru guarda en el congelador para estudios de la clínica?
— Yo creo que morirían, ese tipo es tan insufrible y su ego tan grande que probablemente no queda en su cuerpo espacio para ningún virus.
Contesto el doncel limpiándose las lágrimas, sonriendo ante las palabras del médico pelirrojo; quien besándolo en la frente murmuró— Me alegro que estés mejor…se que éstas harto que te digan esto y que no hay manera de mandar sobre los sentimientos…pero no vale la pena que sufras por él; se que suena extraño viniendo de mí pero el amor, tú amor, es algo demasiado valioso para que lo desperdicies en alguien que no supo apreciarlo: el no merece que derrames ni una sola de tus lagrimas.
— No lloro por él, lloro por lo que no pudo ser, por mi niño…aunque no viviera conmigo me gustaría que estuviera vivo…Él no tenía la culpa de lo que paso y pago las consecuencias de mis errores.
—Quítate eso de la cabeza Naruto, si vas a estar compadeciéndote por eso ven conmigo a la clínica, para que atiendas a los enfermos terminales y así te olvidas de pensar esas tonterías. Lo que paso con tu bebé no fue tu culpa fue un desafortunado accidente uno en el cual estuviste a punto de perder la vida: si vas a culpar a alguien que sea a los Uchiha y a su arrogancia extrema, qué valora más el dinero que la existencia ajena.
— ¡Papá!
— ¡Señor Orochimaru!
Dijeron los dos jóvenes, al ver al hombre que lucía extraordinariamente molesto, venía seguido de cerca por un hombre gigantesco de pelo blanco y largo, con una sonrisa bonachona en el rostro.
— ¡Viejo pervertido! ¿Pero que ésta haciendo aquí…cuando regresaste?
— ¡Hoye! Tenme un poco más de respeto muchacho ¡Mira que casi soy tu padre! ¿Además porque me dices viejo? Tengo la edad de Orochi.
—Pero usted luce acabado y él no.
— ¡Oh dios! Mira lo que has hecho con éste chiquillo… era tan dulce y encantador al principio.
—Eso se debe a que él no te conocía al comienzo, tú mismo acabaste con la buena impresión que tenía de ti el niño… ¡Tonto escritor de novelas porno!
— ¡Ouch eso duele! ¡Sabes que solo pienso en ti cuando escribo, esas cosas!
— No sé si golpearte o besarte por esa declaración.
—Si me dejas escoger prefiero que me beses ¡Quién sabe tal vez seamos afortunados y tengamos un tercer hijo! ¡Imagínate un bebé a nuestra edad!
— Y preguntas porque nunca accedí a casarme contigo, no voy a parecer el abuelo de mi hijo. Kabuto y Kimimaro son suficientes.
— Pero los niños ni siquiera viven contigo, uno esta Alemania y el otro en Inglaterra, ambos rigiendo como médicos jefes en las instituciones más prestigiosas de ambos países ¡Y para colmo Naruto ésta por casarse! La casa estará vacía, sin nadie alrede…tal vez tengas razón no es tan mala idea.
— ¡Dios mío! ¡Qué descarado eres, sólo piensas en sexo! ¡Estamos hablando de cosas serías aquí!
—Lo sé, me di cuenta en cuanto llegue; pude ver las lagrimas en el rostro de Naruto ¿Tiene que ver con ese tipo que intento besarte a la fuerza?
El rubio que, qué escuchaba un poco más animado la discusión de la pareja, dio un respingo y exclamó ¿Padre a qué se refiere el viejo pervertido, alguien intento propasarse contigo?
— No tiene importancia, únicamente es un imbécil que no se da cuenta de que me resulta indiferente y al que tuve que poner en su lugar…con la ayuda de éste gigante. Supongo qué esa angustia es culpa de ese hombre, el hermano del paciente de la cama 7, déjame decirte algo: no te atormentes, pero tampoco intentes olvidar lo que paso, o será peor; lleva tiempo pero después de algunos años se logra olvidar el dolor, aunque principio pienses y sientas que morirás de pena: no sucederá. Y, sí tienes el valor que resistir, te vuelves más sabio y la herida duele menos… hasta que un día te das cuenta que no vale la pena odiar a esa persona.
— ¿Eso paso contigo?
— Y contigo por lo que puedo ver, eres más sentimental que yo por ese te afecto tanto ver al idiota que te lastimó. Más sin embargo, puedo notar que fue un gran beneficio para ti encontrarlo y soltar todo ese rencor que llevabas por dentro, no es bueno encarcelar emociones o te destruirán. Me alegró que es imbécil por lo menos haya servido para algo. Ahora los dejo solos, tengo turno de noche y sólo vine a ver como éstas.
— ¡Espera eso significa que no estaremos un rato juntos, acabo de regresar de viaje!
— Mañana tomare el día libre, hoy tengo doble turno y tengo que supervisar personalmente a algunos pacientes.
–Entonces te acompaño no vaya a ser que te encuentres de nuevo con ese bastardo, que intento besarte.
—…Como quieras, pero conste que no me comprometo a poder estar contigo todo el tiempo.
— No importa ¡Okey , nos vemos chicos! ¡ y recuerden, hagan cosas sexuales en nuestra ausencia!
Las mejillas de ambos jóvenes se tiñeron de un vivo carmín al escuchar esto e intercambiaron miradas avergonzadas el primero en hablar fue Gaara que tosiendo para recuperar la compostura comento.
— Me había olvidado que el señor Jiraya es alguien bastante…especial.
— Pervertido querrás decir…sin embargo creo que lo dijo con buena intención para que me olvide de Sasuke.
— Los dos son buenas personas…me pregunto si llegaremos a su edad amándonos de igual manera.
— No sé, pero espero que sí…Gaara.
— ¿Qué sucede Naruto?
— Gracias por lo de hoy, me sentía un poco deprimido después de lo sucedido.
—No tienes por qué darlas, soy tu novio y como tal mi mayor prioridad es protegerte, valorarte y amarte…disculpa si mis palabras no son tan románticas como esperabas pero ya sabes que no soy muy bueno conversando.
El rubio miro los ojos color aguamarina de su pareja que lo veían con mucho amor y abrazándose a él, exclamó—Te equivocas creo que esa es la frase más romántica que me han dicho nunca.
—… ¿Qué opinas, de hacerle caso a lo dicho por tu otro padre?
— Que creí que no te gustaban los estereotipos…confirmaras el que dice que los pelirrojos son mas fogosos que la mayoría de las personas.
—Pues tu eres pelirrojo de corazón, mi bello doncel— Replicó el oji- verde cargando al joven a la habitación que compartían, dispuesto a borrar con amor todo el disgusto o la amargura que aun pudiera sentir éste.
La situación no se arreglo de inmediato, Uchihas eran persistentes y cabeza duras, motivo por el cual ni tío ni sobrino cejo en su empeño de intentar reconquistar a los donceles, los cuales no podían creer el descaro de los hombres casados y con hijos. Fue hasta que Itachi se recuperó y les hizo entrar en razón, haciéndoles ver a su familia que los médicos; no eran prostitutas, no tenían interés en su dinero y ya tenían pareja, que desistieron de su inútil insistencia.
Aún así Sasuke no perdió las esperanzas totalmente; hasta el día que supo (meses después) que un muy embarazado Naruto se había casado con Gaara… en realidad éste suceso no había sido enteramente planeado; boda de la pareja se había fijado con anterioridad pero se había aplazado varias veces a causa del surgimiento de alguna emergencia que clamaba su presencia inmediata, dando como resultado que en una de tantas ocasiones (aprovechando el único tiempito libre que consiguieron) cometieron el error más inverosímil que podían hacer un par de doctores: lo hicieron sin protección, creyendo erróneamente que por una vez no pasaría nada; dos meses después el ultrasonido donde aparecían un par de mellizos desmintió ese pensamiento.
Felicidad de ambos padres fue total, la noticia fue recibida con una gran algarabía por parte de todo el personal de la clínica y muchos pacientes que adoraban al “angel parlanchín” y al “caballero silencioso” como eran conocidos …pero aún así el matrimonio se fue aplazando dando como resultado las nupcias más extrañas celebradas jamás. El juez que los caso comento divertido que sería una anécdota para contar a sus nietos y que presumirle a sus colegas, ya que estaba seguro ninguno había celebrado una boda en un hospital acostado en una cama y pocas horas de hacerle una cirugía.
Años después la pareja recordaría con enorme cariño esa anécdota familiar, a pesar de que pudieron celebrar una boda convencional dos meses después; la fotografía donde aparecían ellos enfundados en sus batas de médicos y vestidos con el traje celeste de quirófano, junto a varios médicos y enfermeras parados al lado de un hombre sonriente acostado en una cama (y que era la favorita de sus dos hijos mayores) ocupaba un lugar especial en su álbum y sus corazones.