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LO DARÍA TODO por desire nemesis

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Notas del capitulo:

PALABRAS HALAGADORAS

¡ATENCION!

MAS LEMON

De nuevo “Ojos azules”. Mi “Ojos rojos” es solo una oscura sombra que desaparece con su luz y su risa ganadora logra que quiera gritar de frustración y desasosiego.

 

Yo te lo advertí. Sabía como iba a terminar esto desde el principio—me dice Kaiba.

 

Es la quinta vez.

 

He acudido a su hogar 5 veces y 5 veces me ha derrotado de la misma manera de siempre. Claro que logro algún logro pero al final él logra aplastarme. Eso me hace no querer volver a intentarlo. ¿Qué logro con ello?

 

De pronto agarra mi brazo y empieza a tirar de mí hacia la puerta de la azotea. ¿Se deshará de mí él mismo? Me zafo—Yo mismo me puedo ir. ¡Sé demasiado bien como salir de tu casa!—le digo.

 

Sus ojos relucen como afiladas navajas y me empuja contra la pared—¡Tú no te irás hasta que yo tenga lo que quiero!—dice él con las manos apoyadas a ambos lados de la pared en que me recargo.

 

¿Lo que quiere? Pero si yo lo hice con él hace dos días para tener este encuentro--¡Yo no te debo nada! Lo que querías te lo di hace días—le digo pero él no responde y me mira en silencio. ¿Qué espera que agregue? Entonces agarra mi brazo nuevamente y me hala, subiéndome al ascensor—Te dije que puedo irme yo solito—

 

¡Calla, perro! Estás empezando a fastidiarme de a deveras—me dice él con la mirada al frente mientras se para a mi lado. ¿Qué quiere? No lo entiendo.

 

Bajamos en la planta baja y cuando pienso que me arrastrará hasta la puerta me digo que le dejaré hacerlo para no tener más altercados con él.

 

Entonces me hala en una dirección bastante conocida que no es la puerta--¡Espera! ¡Te dije…--entramos a su despacho privado. De pronto me lleva contra mi voluntad hacia su escritorio donde me pone sobre él pero esta vez del lado de los invitados.

 

¡Dije que te callaras! ¡Comienzas a irritarme!—me dijo el idiota y sin más me baja la ropa interior, antes de darme cuenta mete su dedo en mi cuerpo, sin previsión alguna y suelto un quejido, luego su otra mano hala mi remera hasta que empieza a abrirse por el cuello.

 

¡Espe…! ¿Qué haces? Mi remera…--digo quejumbrosamente y es que él esta maniobrando en mi interior con tenacidad, tanta que logra que los colores se me suban al rostro. ¿Por qué tiene este efecto en mí? A mí nunca me han gustado los hombres.

 

¿Esos trapos sucios? ¿En verdad les tienes aprecio? Pensé que eran una baratija desechable—me dice él y adivino su sonrisa sobradora. Este tipo a veces logra enfadarme de a deveras y a veces logra intimidarme un poquito. ¿Qué le pasa por la cabeza últimamente?

 

Es mi ropa…yo…¡ah!—de pronto está en mi interior y me roba el aliento mientras empieza a empujar con fuerza su miembro para que me penetre. Mis manos ateridas sobre la madera del mueble solo pueden servirme de apoyo.

 

¿Por qué? ¿Por qué me hace esto a mí? ¿Es que no tiene a más nadie a quien molestar? Me pregunto.

 

De pronto me susurra algo increíble al oído.

 

¡Ladra, perro!—es su orden.

 

¿Qué… qué ladre?—preguntó tan sorprendido que las palabras recién comienzan a tomar forma en mi cabeza.

 

¡Así es! ¡Ladra! ¡Quiero oírte ladrar!—me dice entre embestidas mientras intento entender lo que me está diciendo.

 

¡No!—me resisto, como siempre lo haría ante tan macabra proposición. ¿Acaso quiere enfadarme? ¿Es este algún tipo de retorcida venganza o qué?

 

¡Ladra perro! Siempre quise oírte ladrar—me murmura y las palabras que debiera odiar porque de seguro buscan insultarme provocan en mí un extraño deseo, el de cumplir su petición.

 

Trato de contenerme pero la fricción de mi miembro contra el escritorio y la presión de su cuerpo sobre mis nalgas, además de sus labios en mi espalda y alguna ocasional mordida en mi hombro logran lo que de otra manera sería imposible y con mi cuerpo ardiendo cumplo su voluntad.

 

¡Gu-au!—un tímido ladrido parte de mis labios.

 

¡Más fuerte perro! Sé que lo puedes hacer mejor—dice de pronto con una voz casi alegre como si estuviera casi satisfecho y confiara en mí para mejorar, puedo adivinar una sonrisa en sus labios lo que me causa una sensación nueva que me deja perplejo y antes siquiera de pensarlo estoy repitiendo más fuerte y seguramente lo que hice antes.

 

¡Guau!—Igual le falta fuerza para ser un ladrido pero su aliento en la piel de mi nuca me dice que ha sonreído satisfecho mientras sus vaivenes aumentan y mi agonía se hace insoportable porque se viene mi liberación.

 

¡Déjame…!—trató de decir pero él interrumpe con un cortante “¡No!”--¡Déjame ir! Esto tiene que ter…--

 

¡No!—me responde él ahora sabiendo lo que quiero decir.

 

¡Búscate a otro!—le digo ya con mis últimas fuerzas mientras el exitante vaivén se está llevando mi compostura.

 

¡No quiero! ¡Tú me resultas más divertido que cualquier otro, perro!—está humillándome, lo sé. ¿Pero por qué esas palabras a la vez que dolorosas me resultan… halagadoras?

Notas finales:

Espero les guste este lemon tambien

veo que ha gustado mucho esta idea y por eso he dicho

hay que darles otro cap

aunque no se cuando podre darles otro cap

si veo que lo quieren mucho tal vez mañana

gracias a todos mis revieros!

Los de siempre y los de ahora

a los que leen silenciosamente les pido que ya no guarden silencio

si es que pueden expresarse

se los agradezco sinceramente

Desire

mata ne

n.n


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