Prólogo.
En este mundo donde la tecnología, la medicina entre otras cosas, está más avanzada, existen tres tipos de ser humanos: Las mujeres, Los hombres y Los donceles.
Los donceles son hombres que se caracterizan por ser delicados, tiernos y adorables que pueden concebir al igual que una mujer. Son tratados con igualdad, con los mismos derechos que un ser humano debería de tener...
Capítulo 1.
Me llamo Demian Castillo Moya. Soy un chico tímido y a la vez sociable, no me gusta destacar entre la gente porque me incomoda que me miren, es por eso que escondo mi apariencia con unos lentes grandes como un nerd y ropas holgadas sin gracia, tengo ojos azules, piel blanca como la nieve, pelo de color negro, de contextura delgada midiendo tan sólo 1.65 metros, tengo 17 años y voy a un instituto privado con mi prima, Marilyn Moya. Lo bueno es que vamos en el mismo curso así puedo sentirme tranquilo y cómodo. Ella es tan diferente a mi...es de carácter fuerte y le gusta vestirse a la moda.
En el maldito instituto de "infierno" al cual asisto me molestan a tal grado de hacerme zancadillas, fallar mi pupitre o botar mis libros al basurero, son unos malditos idiotas sin cerebro que sigo sin entender que hacen en este instituto, pero sólo uno de ellos es diferente. Él es tan diferente al resto. Es popular, amable, inteligente y muy guapo. Con esos ojos verdes, pelo castaño cuerpo bien trabajado me hacen tener fantasías acaba rato. Con sólo mirarlo me sonrojo. Como en este momento que lo veo con esa sonrisa hermosa, hablando con sus amigos. Es tan...
-an...mian....DEMIAN!, ¿me estás escuchando?- mierda se me había olvidado que estaba con mi prima hablando.
-Claro que te escuchaba, como se te ocurre que te dejaría hablando sola Mary- le dije sonriendo, aunque sé que no me creyó
-Oh si claro, yo que pensé que estabas viendo a ese imbécil y teniendo fanáticas eróticas con él-
-P-pero de que hablas, no digas tonterías es mejor ir a la sala ya pronto sonara el timbre-
-Está bien vamos-
Así nos adentramos al aula a esperar al profesor de matemáticas.
Las horas transcurrían y yo sólo pensaba en él y en cómo confesar le mis sentimientos en la hora de salida.
16:30 hora de salida
Marilyn me dijo que esperaría en el parque que está cerca de aquí para saber cómo me fue, así que sólo estaba esperando en la puerta principal del instituto a que llegará Joseph, hasta que al fin lo veo con sus amigos, me acerco tímidamente y le pregunto
-Hola, Joseph tienes un minuto me gustaría hablar contigo.
-Está bien, chicos adelántense- dijo el peli castaño, mientras sus amigos sólo asistieron. Me fui con él detrás del gimnasio estaba nervioso, pero no me daré por vencido.
-Bueno, verás eh... Joseph sabes siempre me has gustado, desde el momento en que me ayudante a levantarme cuando me caí en el pasillo y pues verás...- fui interrumpido en el momento que me hablo
-Entonces tú quieres salir conmigo o ¿me equivoco?
-Eh bueno si tu aceptas mis sentimientos-
-Si los acepto, de hecho yo siempre te observaba y te encuentro muy lindo- en ese instante yo me sorprendí y me sonroja
-¿Lo dices enserio?
-Claro, no sería capaz de mentirte- yo estaba que saltaba de alegría, hasta que un ruido que provenía detrás de mí me saco de mi felicidad
-Jajaja escucharon eso chicos el nerd feo y patético se acaba de confesar a Joseph jajaja-
-¿Lo grabaron bien?- pregunto el peli castaño, yo estaba en shock ni siquiera podía reaccionar no entendía lo que estaba pasando. -Miren lo patético que esta, nI se da cuenta de lo que pasa Ja! Es un inútil- decía Joseph- haber pequeño asqueroso para que lo entiendas, esto sólo fue una broma, ni loco estaría con un ser tan horrible, feo y patético como tú. Lo insólito es que te me confiesas y eso es repugnante.- lo toda del cuello de la camisa, dándole un golpe en el estómago. Él peli negro cae al suelo doblándose del dolor, con lágrimas en los ojos. No podía creer lo que le estaba sucediendo, la persona que le gustaba en realidad era un monstruo, cruel y sin corazón. Quería irse de ahí, estar con su prima y desahogarse con ella, pero no tenía fuerza en las piernas su corazón estaba destrozado.
-Amigos míos, enseñemos le a la ratita su lugar- al decir sólo esas palabras, empezaron a golpear a Demian sin compasión, para luego tirarlo al bote de basura eh irse burlándose de él.