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Diferentes maneras de ver la vida. por LunaArlert

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Notas del fanfic:

Mundo AU.

Aunque estoy usando personas reales para relatar esta historia, no tengo ningún tipo de asociación con ellos, la historia es completamente ficticia y no gano nada con ella, es por mero entretenimiento.

Notas del capitulo:

BANG BANG BANG! (Lo siento, sigo hiperactiva por el concierto de BIGBANG <-<)


Pues sí, nuevamente estoy aquí con una nueva historia >-< 


Otra 2min basada en un mundo alterno. Como siempre, aclaro que esta historia también está siendo publicada en asianfanfics en inglés bajo mi pseudónimo de Min-lili y en Amor Yaoi con el mismo nombre.


Sin más por ahora:


Enjoy!

—Señor Choi, estoy seguro de que tiene muchos negocios que atender y es muy probable que lo esté distrayendo así que, por favor, retírese de mi clase y atiéndalos —un hombre de mediana edad miró con desaprobación al chico que se sentaba en la última hilera de bancas.

—Lo siento… —el chico de cabello café obscuro y ojos color chocolate murmuró, dejando su teléfono a un lado.

—La clase está por terminar, compórtate por cinco minutos por lo menos —otro de cabellos rubios y ojos más rasgados, sentado alado de él, le miró.

—Como sea —rodó los ojos, recargando la cabeza en su mando.

El profesor continuó su clase después de suspirar ante el comportamiento del otro. Tras algunas horas de clase, el profesor les permitió salir, haciendo que los estudiantes se levantaran y empezaran a hablar y salir del salón.

—Enserio, Minho, ¿otro teléfono? ¿Qué le has hecho al otro? —El rubio preguntó.

—Lo perdí y necesitaba otro —se alzó de hombros, mirando a la pantalla.

—Deberías de poner atención por lo menos, necesitas-

—Lo sé, Kibum, lo sé. Tengo que estudiar mucho para convertirme en el sucesor de la compañía de mi padre, mi familia siempre está diciéndome eso, no necesito que tú también. —Le miró con molestia.

—Solo decía…

—¡Kibummie! —Un chico con ojos grandes de color negro y cabello casi blanco entró corriendo al salón, llegando en pocos segundos al chico de cabello rubio—. El profesor me quitó mi cuaderno…

—Te dije que prestaras atención, no puedo creer que ninguno de ustedes me haga caso —Kibum gruñó.

—¡Lo hice! Pero estaba inspirado, tenía más de la mitad de la canción ahí —alzó el labio inferior cual niño pequeño, provocando que el otro rodara los ojos.

—Es tu culpa, Jongie, ahora compórtate y puede que te lo de mañana —le desacomodó el cabello, sonriéndole suavemente.

—¿Haremos algo? No quiero contraer diabetes por tan solo verlos —Minho tomó su mochila y se puso de pie.

—¡Oh! Compremos un nuevo cuaderno.

—¡Jonghyun!

—¿Qué? Es eso o escribir en el libro.

Minho suspiró y salió del salón, escuchando a sus amigos recoger sus cosas apresuradamente y soltar una que otra maldición hacia él por dejarlos atrás. Continuó escribiendo en su teléfono, levantando la mirada ocasionalmente cuando escuchaba las risillas de algunas chicas cuando pasaba frente a ellas.

—Amas ser el centro de atención —Realmente no le importó en qué momento su amigo lo alcanzó, solo lo notó cuando este habló, descubriendo que tanto ambos venían caminando a lado de él tomados de la mano.

—¿Y? Tengo que usar todo lo que tengo para ganar —sonrió altaneramente, guardando por fin su teléfono.

Los tres salieron del edificio principal y comenzaron a caminar por la calle cuando un hombre en traje negro se acercó—. Señor Choi, su padre me ha enviado, quiere que vuelta a casa inmediatamente después de la escuela.

—¿Qué? ¿Por qué no me ha enviado él un mensaje? —Gruñó.

—Está en una junta, señor.

—Solo ve, Minho, Jonghyun y yo podemos esperar. —Kibum suspiró.

—¿Que qué? ¡P-Pero pensé que iríamos! —El otro se quejó, haciendo que ambos rieran.

—Tengo mejores planes para nosotros, Jjong.

—Esperen por lo menos a que me vaya, les he dicho que quiero mantenerme sano —Minho rodó los ojos.

—Sólo estas celoso, Minho.

—Claro, muero de celos.

El chico entró en el automóvil negro después de que el hombre abriera la puerta para él, aventó la mochila a su lado y clavó la mirada en la ventana con la expresión de aburrimiento más grande que fue capaz de poner.

—Su hermano dijo que no le fue posible venir hoy, le ha enviado regalos.

—Genial, muero por abrirlos.

—La señora Choi me ha dicho que quiere que termine su tarea rápidamente, esta noche hay una cena muy importante.

—Déjame adivinar, quiere mostrarles a los aliados potenciales a su segundo y no tan brillante hijo —con cada palabra estaba poniéndose más de malas.

—Sabe que no piensa así de usted, señor.

—Oh estoy seguro de que no.

Choi Minho era el segundo hijo de la segunda familia más rica en Seúl. Las Empresas Choi eran bien conocidas en China y Seúl mientras que empezaban a ampliarse en Japón. Sus productos eran marcados con la más alta calidad, consiguiéndoles premios y reconocimientos cada año que dejaban millones de Wons en ganancias.

Desde que era un niño, sus padres comenzaron a planear su vida, decidiendo qué escuela debía de asistir, qué carrera escoger e incluso como es que debía de pasar su tiempo libre. Todo estaba decidido, él iba a encargarse del crecimiento en Japón y cuando este se consolidaría, expandiría el negocio a América con la ayuda de su hermano.

Minho quería hacer más cosas pero sus padres siempre lo habían detenido, intentó practicar futbol pero sus padres se negaron, quiso estudiar fotografía pero obtuvo el mismo resultado. Aunque frustrado, Minho no pudo quejarse demasiado, tenía todo lo que quería, todo capricho que expresaba era traído ante él en cuestión de minutos, jamás conoció el sentimiento de necesitar algo.

Todo este cúmulo de cosas cambió su actitud, se volvió egoísta, arrogante y descuidado, teniendo solo dos amigos que eran Kim Kibum y Kim Jonghyun. Kibum era hijo único del dueño de cadenas de centros comerciales más grande de Seúl, estaba tan malcriado como él pero tenía una personalidad más cálida y humana que él, su novio, Jonghyun, era el segundo hijo de otra familia de altos recursos que poseía un despacho bien conocido de abogados. Ambos eran lo completo opuesto a él pero, de alguna forma, pudo desarrollar un lazo con ambos y los transformó en sus amigos más cercanos.

El auto se detuvo y Minho salió rápidamente, solo quería estar solo en su cuarto, solo como siempre y relajarse. No le importaba que su madre quisiera que se apurara, se iba a tomar el tiempo que quisiera para terminar.

—Minho, será mejor que te apresures o te dejaré —la voz de su padre alcanzó sus odios cuando estaba por cerrar la puerta de su habitación.

—Lo intentaré —murmuró, cerrando la puerta e ignorando los gritos de él.

Colocó su mochila sobre la silla frente a su escritorio y se dejó caer en la cama, quitándose los zapatos para encogerse sobre ella. Había varias cajas grandes frente a la televisión que tenían una nota encima, nota que ni siquiera se molestó en leer.

Cerró los ojos y exhaló fuertemente, esta noche sería larga.

—Minho tuvo otra cina —Jonghyun cantó, mirando al chico que parecía querer matar a todo mundo con los ojos.

—¿Fue tan mala? —Kibum, quien venía arreglándose el cabello en el espejo de mano que traía, preguntó.

—Odio a esas personas… —Minho murmuró, a penas y volteando a ver a las personas que lo saludaban.

—Solo piensa que algún día serás su jefe —Jonghyun sonrió—. Eso me funciona siempre.

Estaba por decirle que todo funcionaba para él cuando alguien chocó contra su hombro. Sus ojos fieros se giraron para ver a un chico de cabello negro que apretaba una mano en su propio brazo.

—¡L-Lo siento! No quise hacerlo.

Los movimientos del chico eran extraños, miraba al piso todo el tiempo y cuando se agachó a recoger sus cuadernos, sus manos se deslizaron por el piso por varios segundos antes de que pudiera agarrar uno de ellos. Fue gracias a eso que no pudo verle los ojos.

No contestó, simplemente tronó la boca en señal de molestia y continuó caminando.

—Lo siento… —lo escuchó murmurar.

—¡Minho no seas así! —Kibum regresó a su lado y le empezó a ayudar a levantar sus cuadernos—. Ah, no le hagas caso, es un niño mimado.

—Tenemos la misma edad, Kibum —Minho permaneció mirándolos, dándose cuenta que el otro no levantaba la mirada, solo murmuraba pequeños “Gracias” «Es por eso que se estrella con las personas, ¿está tan nervioso? Patético.»

—Sólo cállate.

—¿Estás perdido? No recuerdo haberte visto por aquí —Jonghyun preguntó, haciendo que el otro brincara en su lugar.

—S-Sí, soy nuevo… Intentaba encontrar el salón veintiuno B —dijo.

—¡Oh! Ese es mi salón, vamos, ¡te llevaré hasta ahí! —Jonghyun sonrió, tomándolo del brazo—. Nos vemos más tarde, Bummie, Minho.

—Pobre pequeño, se veía tan asustado —Kibum notó como el chico se tropezó unas veces mientras intentaba seguir el paso del otro—. Pudiste decir algo, Minho.

—No, él fue quien se estrelló contra mí, él tenía que disculparse.

Aiish¸ eres el peor.

Ambos arribaron finalmente a su salón, que estaba junto al de Jonghyun. Minho no pudo entender por qué pero se giró para ver al chico de nuevo. Este estaba sentado en una de las primeras bancas, usaba lentes de pasta gruesa y estaba prácticamente sobre su libro, Minho no estaba seguro de que alguien pudiera leer de esa manera. Jonghyun se encontraba sentado alado de él, escribiendo algo en su libro.

—Es tierno, ¿no crees? —Kibum lo hizo brincar.

—No me importa.

Entonces deja de mirarlo, idiota.

Notas finales:

Estoy consciente de que parece un poco común pero prometo  que tiene varias cosas que la harán completamente diferente...Por ahora no comento demasiado de la historia así que los dejaré divagar un poco (?)

Espero realmente que les llame la atención y por favor no duden en hacérmelo saber mediante un voto o comentario ^^

Annyeong, annyeong~

¡Nos leemos pronto!

 


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