-Maldición llegare tarde, se supone que llegaría a casa a las seis- Se quejó un joven rubio de ojos azules.
-Deidara.
¿Uh?-volteo este inesperado-¿I-itachi?
-Toma-extendió la mano con unos cuadernos-los olvidaste debajo de tu escritorio.
-A-ah, gracias-contesto un tanto sorprendido por el gesto de su compañero a quien se supone le guardaba rencor-D-de todos modos.. ¡no era necesario!-frunció el ceño para remediar su tartamudeo.
-Espera, no tienes que irte aun-le dijo el azabache con tranquilidad.
-¿Qué? ¿De que hablas?-arqueó una ceja.
Itachi se acercó, y bruscamente lo tomó de la camisa.
-¿Pero a ti que te pas- Trató de decir el rubio pero se detuvo al sentir como los labios del Uchiha se posaban sobre los suyos.
Itachii...
Su beso fue interrumpido por un sonido que al principio no logró distinguir de donde provinenia.
¿Qué es...?
El rubio abrió uno de sus ojos y gruño, la luz del sol que entraba por la ventana lo había despertado junto con el despertador que marcaban las seis y cincuenta minutos de la mañana.
Deidara tomó el despertador y como pudo divisó la hora y allí fue cuando realmente despertó y de un salto salió de la cama.
-¡Demonios! ¡ya es tarde! ¿Cómo pudo pasar esto?-Se dijo para si mientras ponía una de sus piernas dentro del pantalón.
<<Maldita sea, ¿como pude quedarme dormido...? y que asco de pesadilla>>-se dijo para si.
BajÓ de prisa las escaleras en dirección al baño.
-¿Hermano, vas a desayunar?
-No Naruto, no ¿Por qué no me despertaste...?
-¡Pensé que no irías! –Respondió confuso.
Deidara salió del baño y comió, más bien trago el desayuno y tomo su mochila dirigiéndose a la puerta.
-Nos vemos Naruto ¡Prometo que te traeré algo en recompensa del desayuno!-se despidió con una sonrisa .
-Demonios, espero no llegar tarde. Esta vez la profesora no me lo perdonara, siempre llego tarde a su clase-hablaba en voz alta mientras corría apresurado.
Al estar a tan solo una cuadra pudo escuchar aquel sonido del timbre que decía que de cualquier manera llegaría tarde. Apresuro el paso y miro a su frente. Se detuvo bruscamente, como si fuera a chocar contra algo. Diviso de pies a cabeza a aquella figura delante suyo, allí se encontraba otro alumno llegando tarde que, a diferencia de él estaba con completa tranquilidad, algo que sin duda lo fastidiaba
-Itachi...-murmuro y como por instinto frunció el ceño.
Se adelantó chocando inevitablemente con el hombro de Itachi y siguiendo su camino.
-Oh, buenos días Deidara-dijo casi en un susurro.
-Tsk- Se detuvo- Buenos días, Itachi- Hablo entre dientes.
No llegaras antes que yo –pensó para sí mismo. Como en todo momento competía con Itachi, claro, sin que este último lo supiera.
Acelero el paso y comenzó a correr hasta llegar al salón dejando a un Itachi un tanto desconcertado por aquello.
El azabache suspiro y siguió su camino.
<<No entiendo naadaaa>>-se quejó Deidara en su mente.
Apoyo el dorso de su mano sobre su mejilla y observo a su izquierda.
Como era de esperarse. Itachi estaba resolviendo ya los ejercicios.
-Como lo imagine, el muy nerd ya está resolviéndolo todo.. Como lo detesto. ¿Es que no hay algo que haga mal?¿Algo? Además.. ¿ quien se cree para llevar ese peinado..?una coleta y.. el cabello negro, Hm.
Deidara suspiro.
Este tipo.. de verdad me enferma-dijo sin quitarle la mirada de encima, observando cada detalle de su rostro inexpresivo.
El timbre sonó. El reloj de la escuela marcaba las cinco y cuarto, hora de salida.
-¡Deidara no te vayas a tardar tanto..!-le grito Hidan-Porque no dudaremos en dejarte-Rio sarcásticamente.
-Sabes que no nos gusta esperar-comento Sasori.
-Por favor Sasori tu eres el más molesto-contesto Hidan.
-No me tardo-Dijo Deidara y volvió al salón a buscar las cosas que había olvidado en su escritorio.
Llego y abrió la puerta despacio. De inmediato se percató de que allí había alguien más.
Se trataba de Itachi, quien estaba guardando sus cosas tranquilamente. Deidara lo quedo viendo preguntándose si hacia eso todos los días, con tanta tranquilidad. Al fin se animó a hablarle sin malas intenciones.
-¿Qué haces todavía aquí?-pregunto desdeñosamente el rubio.
-Deidara..-se levantó poniéndose la mochila al hombro-Ya me iba, estaba guardando mis cosas.
-Ah-fue la corta contestación.
-¿Y tú?
-Vine a buscar mis cosas que había olvidado.
-¿De nuevo?- Esbozo una sonrisa.
-¿Qué?
-Siempre me he preguntado porque olvidas tus cosas. La semana pasada fueron dos veces-Sonrió cálidamente.
Itachi está mostrándome su sonrisa..-pensó Deidara y de inmediato negó con la cabeza para si.
-Ahm pues..- Desvió su mirada.
-¡Deidaraa..!-se escuchó un grito fuera del salón el cual provenía de Hidan.
Deidara volteo hacia la puerta y frunció el entrecejo.
-Que molestos..-murmuro-si no he tardado nada.
-Parece que te están llamando-dijo Itachi-Nos vemos mañana..-se despidió, rosando accidentalmente sus manos.
Deidara no dijo nada, el simple rose de Itachi lo había dejado estático y con un fuerte y extraño calor recorriéndole el cuerpo.
Salió del salón para encontrarse con sus amigos.
A lo lejos pudo oír una voz o más bien dos voces que le decían ”¡Cuidado!”, cuando quiso voltear a ver, vio algo redondo que le termino por golpear la cabeza haciéndolo perder el equilibrio.
Cayó al suelo. Con dificultad se levantó sosteniéndose de la pared. Sintió un fuerte mareo y se llevó la mano a la cabeza.
-¿Estas bien? Amigo, ¿Estas bien?-pregunto el causante de aquel golpe.
-Tonto, te dije que estabas golpeando muy fuerte con la pelota–le dijo uno de los chicos a su compañero.
-Si..-contesto Deidara. Como pudo salió a la puerta de la escuela a tan solo una cuadra de donde se encontraban sus amigos esperándolo-no.. no se donde.. estoy -miro a su alrededor.
Se llevó ambas manos a la cara y se refregó los ojos-Me duele la cabeza.. ¿Dónde estoy..?-se preguntó -¿En la escuela..?-volteo hacia dentro.
Luego miro al frente donde un chico estaba comprando en el kiosco, no dudo en acercarse a él y hablarle.
-Disculpa..-lo toco en el hombro.
El joven volteo rápidamente.
-¿Deidara? Creí que te habías ido.
-¿Deidara? ¿Así me llamo?
-¿Estas bien?- Se acercó, confundido.
El rubio pareció dudar. No sabía con quién estaba hablando pero al verlo había sentido un fuerte golpe en el pecho como si formara parte de su vida. Creyó que era alguien importante.
-¿Quién eres tú?-pregunto confuso.
-Itachi-Respondió.
-Itachi.. Itachi..-miro hacia el costado intentando recordar algo pero de nada sirvió-No, no se quien eres, escucha no sé qué es lo que paso pero la cosa es que.. no recuerdo nada. Pero que bueno que nos conozcamos, acaso.. ¿Somos compañeros?–El otro al contestarle afirmativamente, saco de su mochila un cuaderno-¿Me podrías ayudar a volver a mi casa? Te lo agradeceré mucho si..-
-Está bien-lo interrumpió-no tienes de que preocuparte-dio una media sonrisa
Quizá fue una actitud muy ingenua de parte de Deidara al confiar en alguien sin recordar nada pero la manera en la que Itachi le había hablado hizo creer a Deidara que podía confiar en él.
Así como lo dijo lo guio hasta su casa explicándole cosas para que tratara de recordar pero sin mencionar en ningún momento que en realidad ellos no eran nada mas que simples compañeros y rivales, bueno, por parte de Deidara. Llegaron a la dirección dada en el cuaderno del rubio y se detuvieron.
Ambos se miraron.
-¿Esta es?-pregunto Deidara mirando a Itachi.
-Si no sabes tú..-esbozo una sonrisa.
-Hm, supongo que debe ser esta.
Itachi se acercó a la casa donde había un cartelito con la dirección donde debajo de esta decía “familia Uzumaki”.
-Si, aquí es.
Ah..si- Sonó confuso ya que no tenía la menor idea de cómo se apellidaba.
-Bueno.. espero que te recuperes.
-Si..- Se rasco la nuca -Por cierto Itachi de aquí a la escuela son.. 5 cuadras y luego doblo a la izquierda ¿No? Y después..
-Doblas a la derecha no a la izquierda.
-Claro- Revoleo los ojos.
-Si quieres mañana paso a buscarte, entramos a las 7:10hs. De aquí a la escuela son veinte minutos.
-¡Lo sabía! Nosotros somos mejores amigos ¿Verdad?-sonrió seguro de sus palabras.
Itachi lo miro sin saber que decir exactamente, prefirió no hablar de su relación por el momento, no quería meter la pata.
- Cuando estés por llegar me avisas –sonrió, perdiéndose en la mirada afilada del mayor.
Pero nuevamente Itachi no respondió, miro cabizbajo al suelo y suspiro. Luego, alzo la vista aunque sin mirar a Deidara.
-No tengo tu número-Respondió secamente.
-Ah-contesto y se llevó la mano a sus bolsillos para saber si tenía celular, al sentirlo lo tomo y busco el número de Itachi- Quizás yo tenga el tuyo.
-Escucha Deidara tu y yo-
-¡Lo encontré..!
Itachi dudo un momento ¿Cómo era que lo tenía?
-Deidara
-¿Qué pasa?
-¿Cómo es que sabes que no soy un extraño?-se sintió sorprendido por la ingenuidad y torpeza de su compañero, pues siempre se mostraba enojado con el y muy confiado, y ahora era alguien tan diferente.
-Porque cuando te vi me di cuenta que te conocía-Respondió esta vez sin sonrisa alguna.
Itachi lo observo por unos momentos con esa mirada que parecía intimidar a cualquiera. Deidara nuevamente sintió una punzada en el corazón y como producto de eso un calor se presentó en su cuerpo provocando un suave y ligero sonrojo en sus mejillas.
El azabache esbozo una sonrisa y se despidió.
Deidara se acercó a la puerta y dudo sobre si abrirla o no pero luego confió en las palabras de sus compañero .Abrió la puerta muy lentamente haciéndola rechinar.
-Ya.. estoy en casa..-hablo esperando alguna respuesta.
-¡Hermano..!-Saco sus manos extendidas como si esperara que su hermano mayor le diera algo. Deidara enarco una de sus cejas -¡Ah.! ¡lo olvídaste otra vez! Eres malo hermano.
-Escucha niño no se quién eres ni que pretendes que yo haga . No se qué fue lo que me paso solo sé que no recuerdo nada así que te agradecería mucho si fueras lentamente explicándome cómo funcionan las cosas.- Se dirigió a la heladera.
-Naruto
-¿Eh?
-Soy Naruto hermano ¿De verdad no me recuerdas?
-Oye no me hagas sentir mal no te recuerdo a ti ni a nadie ¿De acuerdo?-sonrió falsamente para que su hermanito no armara un escandalo
Deidara observo cada detalle de la casa y camino un poco por la misma. Naruto le explico un par de cosas y le indico cual era su habitación.
-y dime..¿Cómo es que llegaste hasta la casa?
-Un compañero me ayudo. Creo que tuve algo de suerte.
-Si es cierto-contesto riendo-¿Y quién te ayudo?
-Itachi, es un chic-no pudo terminar de hablar cuando su hermano comenzó a reir exageradamente-¿Qué pasa?¿De qué te ries?-frunció el ceño.