Seguía caminando aún cuando su mirada estaba dirigida hacia atrás. Concentrada en una sola cosa en todo el centro comercial, y descubrió que quería aquello que miraba en ése momento más de lo que nunca había deseado nada, más de lo que nunca desearía cualquier cosa que exhibían los escaparates.
- Tahra, sigue caminando, no te separes. - Dijo la madre, que caminaba al lado de su esposo, sosteniendo la mano de la hermana menor de Tahra, mientras ésta intentaba seguir el ritmo de su familia, pero invariablemente terminaba varios pasos atrás. No era algo que sucediera con frecuencia, casi siempre tendía a caminar más adelante, o al mismo nivel, pero algo más separada. Pero al menos tenía ésa breve, si acaso, un poco lejana compañía.
- Sí mamá.
No era como aquella niña a la que había estado observando, mientras se alejaba tras sus padres. Aquella niña estaba de pie, sola, mirando a su alrededor. No había rastro de padres o hermanos, y para los ojos de Tahra, tampoco había nadie más en todo el lugar.
//Al menos no estoy así de sola//
Y entonces, vio como un grupo de niñas se arremolinaban alrededor de aquella que había estado viendo. Tenían unas sonrisas pícaras cuando se disculpaban,
- Perdón Cas, ¿pero no habíamos quedado que nos encontraríamos /del otro lado/ del centro?
//Parece que ya tampoco está igual de sola//
Tahra siguió su camino, pero cada vez volteaba más hacia delante, en tanto que aquella niña marchaba detrás de su grupo de amigas.
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