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El violín y el soldado. por Namishawol

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Notas del fanfic:

dedicado a @kaibreath 

Todos los días frente a  la plaza de  la estación del tranvía, aquella figura subida al lado de una estatua acariciaba las notas musicales del violín acompañado de un pequeño perro de pelo negruzco. Me sorprendió la valentía de ese joven, todas las personas que veían mi uniforme militar solían esconderse o salir corriendo de mí, pero él no lo hacía.

De sus gruesos labios salían cálidas palabras que acompañaban a las hojas de un intenso otoño japonés. Una voz que aunque no podía ver su rostro- ya que me daba la espalda-, me trasmitía tristeza, melancolía y desolación. Quiero guardar esa voz para mí.

 

Año 1942- Segunda Guerra Mundial

 

De pronto la figura bajo al suelo guardando su violín en su maletín mientras el cachorro que sujetaba con una cadena jugueteaba entre sus piernas, cuando su cuerpo se giró, el chico estiró un palo y fue entonces cuando un vació llenó mi pecho. Es ciego.

El chico lucía un cálido abrigo de lana gruesa y unos pantalones claros estilo occidental para mi grata sorpresa. Cuando pasó a mi lado acariciando con la punta del palo la arena del suelo vi la blancura de sus inexpresivos ojos y como el cachorro tiraba del joven con delicadeza parándose un momento a olisquearme los pies.

 

Vas a permitir que se vaya… ¡Así sin más! ¡Es tu enemigo en el campo de batalla!

 

Gire mi cuerpo y varios tanques pasaron a toda velocidad por la avenida, el chico se detuvo cuando su perro comenzó a ladrar. Observé todo desde la lejanía de la plaza hasta que el sonido de las alarmas de las nación japonesa hizo que la personas a mi alrededor entraran en pánico y comenzarán a correr a buscar cobijo. Un enorme avión con bandera americana sobrevoló las casas de un pequeño poblado como el Hokkaido de esa época, sujete con fuerza mis maletas y salí disparado hacía la primera tienda que encontré abierta cuando un fuerte estruendo vino tras de otro, acompañados de gritos y de más alarmas que gritaban peligro.

 

Mire de nuevo hacía la principal avenida. No está, se ha ido. Al día siguiente, como los días anteriores esperé sentado a que el misterioso chico ciego viniera junto con su perro a transmitir aquella melodía y canción de paz y tranquilidad haciendo que mi corazón se olvidara por minutos del desastre de la humanidad. Pero no vino….

 

Los días de guerra continuaron, varias bombas fueron lanzadas contra cientos de casas, las personas morían y yo ya sabía que rezar a un Dios no iba a salvar a la humanidad del pecado de la guerra. Todos los días espere por él, por el misterioso chico cuyo nombre siempre había querido preguntar no daba señales de vida.

 

Al atardecer del quinto día desde que vio al chico, algo extraño ocurrió. Frente a la estatua de la plaza estaba el pequeño cachorro sentado observando la figura de piedra moviendo la colita y ladrando con una pequeña vocecita. Me acerque intrigado hasta que vi el maletín del violín, el perrito me dedicó una rápida mirada y después con su hocico arrastro la maleta hacía mis pies; me arrodillé y abrí el compartimento observando el hermoso instrumento del cual salía la armonía de las notas musicales.

 

Querido espectador misterioso, nuestro encuentro no pudo realizarse, nuestras palabras no pudieron ser dirigidas a nadie salvo al eco de los edificios que comenzaban a derrumbarse. Dejo atrás mi más preciado tesoro, quien me ha acompañado en esta dura vida de soledad. Mi violín será el arma más potente de esta guerra ya que domar el corazón de un soldado no es tarea fácil.

 

Firmado: D.O



Llore desoladamente sobre el instrumento de madera entre mis manos, él quien no era capaz de ver vio a través de mi alma, vio mi yo, a pesar de que yo era su enemigo por naturaleza.  Un soldado del bando enemigo.

Notas finales:

FIN :3


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