El olor a lavanda impregnaba los corredores de la gran casa que adornaba una colina de las afueras de París. Baekhyun la había comprado con el único propósito de crear una exposición de sus cuadros. La casa para su rareza bien conservada y con adornos barrocos y renacentista sorprendió al rubio de que le hubiera costado a penas unos francos.
Contaba con cuatro pisos y un sótano, estaba alejada de la ciudad y de los malos olores y la tranquilidad era lo que esperaba Baekhyun de su nuevo hogar.
Baekhyun colocó la última de sus obras en el corredor de la casa. Más de veinte metros de pasillo. Se sentía bien consigo mismo observando las obras, muchas de ellas realizadas con rápidas pinceladas y con gamas de colores oscuras, donde el matiz del negro y el carmín llenaban la mansión de una sensación mortífera.
— ¡Buenos días joven Byun! —Baekhyun abrió la puerta de la casa encontrándose con el oficial Jongdae, rodó los ojos y suspiró esperando sus ‘’buenas noticias’’
— ¿Qué quiere de mí? ¿Acaso no fue suficiente que me mudara lejos de la ciudad?—espetó Baekhyun con voz rasposa, el oficial sacó de su bolsillo un periódico y se lo enseñó al rubio.
— ¿Conoces a esta persona? —cuestiono con un ápice de amargura en su rostro, los ojos de Baekhyun descendieron desde las cejas del oficial hasta la primer página de portada del periódico viendo el rostro de un hombre que su mente recordaba a la perfección.
—Así es, fue mi último cliente de la semana pasada. —el rubio noto el cambio de humor del alto.
—Luego más tarde enviaré a un oficial a que investigue tu mansión, y a que nos detalles que hiciste ayer entre las 12 del mediodía y las 19 de la tarde. — Baekhyun cerró la puerta de un portazo.
Otra vez… Otra vez soy acusado de asesinato.
Era la vigésima casualidad, así era como Baekhyun quería llamar a ese misterioso caso de muertes. Todas y cada una de las personas que acudían a él para realizarse un retrato, todas; aparecían muertas al día siguiente.
Baekhyun espero hasta que el atardecer se proyectara sobre los muros de su mansión hasta que inesperadamente caminando como acostumbraba por su pasillo se encontró la figura alta de un hombre de perfil, que vestía gabardina negra hasta las rodillas y observaba sus cuadros con interés.
— ¡Por dónde has entrado!, ¿quién eres? —preguntó Baekhyun acelerando el paso, el joven alto ladeo la cabeza y luciendo un semblante serio miró al rubio con curiosidad. Baekhyun freno en seco su carrera hasta que un intenso olor a lavanda chocó contra su sentido olfativo.
—Soy Park Chanyeol. — Baekhyun estrecho la mano con el supuesto oficial, porque él debería ser el hombre al que Jongdae se refería — Estos son los famosos retratos fantasmas.
— ¿Fantasmas? —preguntó Baekhyun, Chanyeol sonrió mordiéndose el labio mientras con una mano nervioso se sacudía su pelo corto negruzco.
—A decir verdad, fui detective y bueno.. El caso del pintor que asesina con sus retratos ya es conocido en todo París. —Baekhyun dejó escapar una risa falsa cruzándose de brazos.
—Es por eso que he acabado aquí, nadie quiere mi presencia en el centro de la ciudad. —habló con tristeza, Chanyeol le dedicó una rápida mirada y después cogió de la mano de Baekhyun con total confianza.
— Quiero que me dediques un retrato. —esbozo una enorme sonrisa, Baekhyun inclinó 60 grados su cabeza mirando con extrañeza al chico alto que corría por el pasillo tirando de su cuerpo hasta su sala de pintura.
¿Cómo sabía que esta era mi sala de pintar?
— ¿Estás seguro de que quieres un retrato?—preguntó Baekhyun cogiendo uno de sus pinceles, Chanyeol abrió las cortinas de la sala levantando una capa de polvo mientras asentía frenético con la cabeza.
—Será hermoso ver mi cara, hace tiempo que no la veo. —Baekhyun no comprendió sus palabras pero ignorando al caballero, empezó a dibujar el rostro del misterioso oficial y para su rareza tenía que observar el rostro de Park Chanyeol cada segundo que los pelos del pincel rozaban el lienzo, como si su memoria estuviera empezando a perder cualidades.
Conforme el retrato estaba concluyendo Baekhyun fue agregando una gama cromática de colores grisáceos, ocres y beiges. Era la sensación que Park Chanyeol le transmitía.
— ¡Está concluido! —anunció Baekhyun, el alto se irguió y caminando lentamente trago grueso antes de ver el retrato con admiración y sorpresa.
—Igual que hace 50 años. —dijo esbozando una sonrisa, Baekhyun estuvo a punto de preguntar a qué se refería pero alguien golpeo la puerta principal y decidió dejar a Chanyeol admirando su retrato mientras él iba a abrir la puerta.
—Hola joven Byun. —habló Jongdae precipitándose al interior de la mansión, Baekhyun confuso siguió al oficial por su propia casa.
— ¡Q-qué haces aquí! —gritó Baekhyun siguiendo al alto.
—No he podido enviar a otro oficial, así que yo vengo a interrog- —Jongdae se detuvo antes de continuar corriendo por el pasillo, se paró frente a un lienzo.
— ¿Tú también? Creía que con enviar al agente Park ya era más que suficiente. —se quejó Baekhyun, después observó a Jongdae interesado en el último cuadro del pasillo.
— ¿Ahora dibujas habitaciones vacías?—cuestionó el oficial, Baekhyun con obviedad negó y después observó el cuadro que hará segundos había concluido de Chanyeol y para su grata sorpresa el retrato de Park Chanyeol se fue difuminando en sus ojos convirtiendo el lienzo en un cuadro simplón de una habitación de cortinas color ocre y suelos polvorientos.
Los fantasmas huelen a lavanda.