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Del porqué Harry Potter no debería enfermarse por Tony Trinket

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Notas del fanfic:

Sí, ya sé, este Fanfic lo publiqué hace varios meses por aquí y jamás lo continué. Pero sucedió que luego de mirarlo muchas veces comencé a corregirlo y a agregar y sacar algunas cosas. 

Espero que les guste esta nuevaa ¿edición?, y que las personas que seguían la antigua historia puedan disfrutar esto...

Notas del capitulo:

Y bueno... ¡Aquí está!

--¡ACHUS! ¿Albus, en que estabas pensando? ¡ACHUS!. ¿Por qué no pregun...? ¡ACHUS! --allí estaba el niño-que-vivió, con la nariz taponada, los ojos lagrimosos, los mocos escurriendo, y estornudando sin parar.

Su hijo, Albus, estaba frente a él en la cocina, tratando de cubrirse de los gérmenes y virus -altamente tóxicos- que su padre estaba expulsando.

Fatal, así se describiría el aspecto de Harry Potter en ese momento. El susodicho estornudo nuevamente, provocando que los lentes resbalaran por el puente de su nariz. Harry llevó una mano hacia ellos y los puso en su lugar.

--Papá... Perdona, es solo que... --tomó aire, mientras su padre lo observaba tapándose la nariz con la mano--. Creí que si te lo decía, pues... No aceptarías.

Harry suspiró. Con una mano indicó a su hijo de quince años que se sentara en el taburete frente al mostrador.

En otros tiempos, Harry, se habría agachado frente a Albus para hablarle a la misma altura. Sin embargo, el crecimiento del chico era más que obvio. Sus remeras y pantalones de pronto eran pequeñas y apretadas, mientras que el parecido con su padre incrementaba aun más. En realidad, Albus y Harry eran prácticamente idénticos. A diferencia de la edad y por supuesto, la horrorosa cicatriz cruzada en medio de la frente.

El chico, sentado en la cocina, jugaba con sus dedos impacientemente. Miraba sus manos mientras lo hacía, como si de la cosa más fascinante del mundo se tratara: ¡La octava maravilla! El mayor suspiró nuevamente.

--Albus... r13;el chico levanto la mirada con algo de preocupación. Harry le sonrió tranquilizadoramente, e inmediatamente se vio a Albus alivianar la tensión en sus hombros--. Escúchame hijo; Se qué tal vez el Señor Malfoy y yo no nos hayamos llevado bien en su momento pero... No por eso te privaría de la amistad de Scorpius, Al --los ojos esmeraldas del menor mostraron un curioso brillo--. Sin embargo... --el joven miro con escepticismo a su padre. Casi con ansiedad--. Deberías de haberme consultado.

El sonoro suspiro de Albus dejo curioso a Harry.

O-O-O

¡Ding! ¡Dong!. El timbre de la Mansión Potter, ubicada en el valle de Godric, sonó. Seguido de un:

--Que timbre mas ordinario. Pero claro, considerando quién es el dueño de la casa tiene sentido... --pudo escuchar Harry mascullar a Draco, del otro lado de la puerta.

Harry rodó los ojos junto con un suspiro cansado... Y el que creyó que se libraría de Malfoy solo por esas vacaciones...

--¡Papá! --escuchó Harry quejarse a, si no se equivocaba, Scorpius.

De un tirón abrió la puerta, revelando a unos levemente sonrojados Malfoy.

--Hola, Scorpius --saludó Harry con toda la gentileza que pudo. El chico rubio no le desagradaba, honestamente, era incluso simpático. Sin embargo, aquel rubio era tan idéntico a su padre que llegaba a tomarle algo de rencor solo por eso--. Malfoy --dijo secamente.

--Potter. --respondió éste igual de seco.

Desde el umbral de la puerta se escucharon pasos apresurados bajando la escalera.

--¿Papá? ¿Ya han llegado? ¿Está Scorpius? --Albus bajaba las escaleras de dos en dos, salteándose los últimos tres escalones. Suerte que su madre no lo ve hacer eso.

Harry pudo notar como el rostro del chico rubio se iluminó al escuchar la voz de su amigo. Se lo veía algo ansioso, parándose sobre la punta de los pies para poder ver por dentro de la casa. Draco miró a su hijo bufando levemente, cómo si aquél comportamiento no le pareciera digno de él.

Potter carraspeó sonoramente, provocando que Scorpius volviera a posar los pies en el suelo, sonrojado.

--Sí, Al. Aquí están... --avisó, aunque no hizo falta ya. Albus ya se encontraba abriéndose camino, empujando a su padre levemente, para luego echarle los brazos a Scorpius estrujándolo en un abrazo digno de boa constrictor, al cual el rubio respondió con la misma intensidad.

Se separaron levemente, sonriéndose el uno al otro. Harry miro a su hijo, el cual tenía esa sonrisa. Y cuando decía esa sonrisa, se refería a esa sonrisa; la sonrisa que iluminaba su rostro, la que hacía ver sus ojos verdes más pequeños, y con la cual mostraba toda la hilera de dientes relucientemente blancos. Esa sonrisa. La sonrisa.

Harry creyó que Scorpius también estaba empleando alguna sonrisa especial pues Draco, a un lado de Harry, miraba con desconcierto y horror la escena. La cara del rubio mayor era digna de fotografía. E indigna de cualquier Malfoy: ellos debían permanecer impávidos, sin asombro o miedo ante nada bla bla bla. Fue entonces que su ex-compañero de Hogwarts no pudo evitarlo más y soltó una risotada.

Scorpius y Albus se separaron al instante, sobresaltados. Draco miró con una ceja levantada a Harry.

--¿Y a ti que te sucede, Potter?. --preguntó con sorna el antiguo Slytherin.

--Oh, pues nada Malfoy --dijo "restándole" importancia al asunto con un gesto de la mano. Porque, claro, era tan normal reír de la nada--. Pero tu cara de horror es demasiado cómica. Incluso con más terror que la que pusiste cuando Buckbeack te ataco en tercer grado. --y allí se echó a reír burlonamente, cosa que desagradó en demasía a Draco Malfoy. Sin embargo, el ambiente jocoso se esfumo en segundo para Potter cuando comenzó a toser violentamente.

--Tú dices que mi cara es cómica, Potter, pero ¿siquiera has visto la tuya? Parece que una manada de centauros te ha pasado por encima. Y, oh, ¿Te han hecho algo en la frente? --preguntó con falsa preocupación e inocencia--. Ah, no. Pues claro, la horrorosa cicatriz la tienes desde que Voldy te la hizo... Y, oh, pobre; tu cara ya es así. Da algo de lastima verla, honestamente.

--Idiota. --murmuró Harry. Draco le sonrió burlón.

Scorp y Al intercambiaron un levantamiento de cejas. Harry volteo en el mismísimo momento en el que Scorpius acercaba sus labios al odio de Albus para susurrarle algo lentamente. Acercó esta vez, el Potter menor, su boca hacia la oreja del rubio para responder a algo que el de ojos grises asintió.

Las miradas pesaron sobre los dos chicos Slytherins, por lo cual, miraron a sus respectivos padres que los observaban confusos y con… ¿Horror?. No supieron la razón, pero de pronto, los cuatro (sin excepción) estaban sonrojados.

Scopius observo la situación con la cabeza algo gacha. Albus y él se encontraban tomados de las manos, como de costumbre. Pero al no ser tonto notó lo mal que eso podría interpretarse. Así que a duras penas desentrelazó sus dedos con los de su mejor amigo y decidió decir lo primero que se le vino a la mente.

--Señor Potter... ¿Se encuentra usted bien? --dijo por lo bajo Scorp, mirando en dirección del hombre.

El rubio observo por un momento al padre de el chico a su lado. Tan igual a Albus. Todos los Potter se parecían ¿verdad?. Pero no, Scorpius no lo creía así. Muchas veces había visto a James, hermano mayor de su amigo. Pero él no era como su padre, solo físicamente. Y, en ese caso, todos se parecían. Todos.

Pero allí estaban; esos ojos verdes, infiltrados entre la larga fila de cabellos azabaches. Esos ojos verdes, profundos, extraños, amables, amistosos. E incluso de vez en cuando, oscuros. Aquellas dos esmeraldas que solo dos poseían.

--¿Qué? ¿A qué te refieres Scorpius? --un estornudo delató al hombre.

--De seguro mi hijo --sí, haciendo énfasis--. habla acerca de la razón por la cual parece que tu cara ha sido atacada por una horda de Doxys.

"Gracias por el comentario Draco, gracias. Hacía falta que aparecieran tú y tus simpáticos chistes. Se te agradece enormemente."

--Un resfrío. Solo eso. --respondió secamente, dirigiéndose al rubio mayor.

--¡Oh, dios! ¿También te resfrías? Mira, yo que creí que matando al Señor Tenebroso te convertías en un puto inmortal.

--Pues no, soy humano después de todo. Todos los humanos se resfrían.

Draco curvó la boca negando con la cabeza. Albus y Scorpius se miraron entre ellos, mitad divertidos mitad incrédulos.

--No exactamente, Potty --dijo llevándose una mano hacía aquél cabello tan rubio que era casi blanco--. Yo soy humano, aunque hay posibilidades de que me hayan secuestrado de niño y en realidad soy un dios griego, y jamás me he resfriado.

--Oh, pues eso puede deberse a tu "perfección"--ironizó Harry.

--Sí, o también a que los dioses no se resfrían ¿no te parece, Potty? --Harry no respondió, solo lo miro con odio. Que se vaya, por favor, que se vaya--. Bueno, ¿me dejaras pasar o tendré que abrirme paso en una casa ajena para ofrecerme a mí mismo un café, agua o té? --Papi Potter no respondió, por lo cual Albus mostrando la mayor amabilidad posible lo invito a pasar a él y a Scorpius.

O-O-O

--Recuérdame... por qué... dejo que hagas esto... --la voz de Harry era un susurro, un murmullo inaudible. La fiebre estaba subiendo, mientras que Draco trataba de aliviarla con paños de agua húmedos.

El rubio suspiró. Harry estaba en el sillón de la sala de estar en su casa, medio dormido medio despierto. Albus y Scorpius estaban detrás del respaldo del sofá observando al azabache más adulto.

--Porque en cuanto entre a tu casa, Potter, decidiste desmayarte --el de ojos grises rodó los ojos--. Ya me habían advertido que mi sola presencia causaba caos y conmoción en la gente, y que por lo general no llegaban a controlar las reacciones de su cuerpo pero no imaginé que hasta este punto. --y para extrañeza de todos, Harry rió ante el chiste.

Vaya, la fiebre sí que estaba alta.

--Albus, necesitaremos mas paños húmedos... Creo que tu padre delira un poco --el joven asintió caminando hacia la cocina, seguido por Scorpius.

El rubio y el azabache se dispersaron por la cocina. Albus estaba tomando paños y trapos de una alacena sobre la mesada de mármol, mientras que Scorpius llenaba un balde con agua fría.

Lo curioso de todo esto era que ninguno tuvo la necesidad de explicarle al otro que hacer, simplemente se complementaron como equipo, sabiendo cada uno la movida del otro y como favorecerla.

Quizás por eso eran los mejores en el equipo de Quidditch…

--Creo que ya está... --murmuró Albus, con el ceño un poco fruncido. Scorpius voltea y le sonríe, provocando que las cejas del de ojos verdes se relajen un poco.

En cuanto llegaron junto a sus padres, lo menos que esperaron encontrarse, era eso; Draco y Harry estaban tomados de las manos. Harry sonreía como bobo. Y Draco parecía asustado.

 

Notas finales:

En este capitulo no basicamente no cambié nada, pero en los siguientes se comenzará a notar el cambio...


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