Jimin:
Estaba sentado con la espalda recostada en un árbol muy a la orilla del lago mientras veía como algún tentáculo del calamar gigante se asomaba por la superficie de aquella agua tan cristalina pero opaca conforme ibas a la profundidad. Era un día muy tranquilo a mediados de octubre, en un par de días seria mí cumpleaños y el clima empezaba a refrescar pero el sol aún no se dejaba intimidar por las nubes que empezaban a reclamar territorio.
Definitivamente un día genial para un entrenamiento de Quidditch, pero a pesar de que hoy nos tocaba a los Hufflepuff por tenerlo reservado, nuestro capitán y guardián, Jin decidió cambiarlo en un acuerdo con Gryffindor, ya que ellos empezaban la temporada contra Ravenclaw prometiendo después que nos lo cederían en su turno para cuando nosotros tuviéramos que jugar contra Slytherin en las dos semanas.
Para ser honesto no me molestaba tener esos acuerdos con los leones, mi mejor amigo Taehyung era uno de ellos, pero preferiría que Jin nos avisara con un poco más de tiempo. Al estar en 4t año empezaba a sentir la prisión del aumento de trabajos y si hubiera sabido que el domingo por la tarde no tenía entrenamiento no me hubiera arrancado los pelos el sábado para acabar las redacciones de historia de la magia y adivinación. Pero para ser justos he de decir que si Tae no me ayudara en esa última asignatura aun estaría confundiendo el polvo de las tazas con las hojas del té.
Suspire hondo y me levante, sacudí un poco la arenilla de mis pantalones, volví a suspirar mirando el camino hacia el castillo, realmente quería quedar con Tae y comer alguna rana de chocolate, no comíamos grageas de Bertie Bott’s ya que la última vez a mí me toco una con sabor a pies del elfo y a él una de gusano, pero el castaño estaba en las gradas de Gryffindor animando a su casa en la preparación para el partido.
Eche la vista atrás mirando por última vez los tentáculos de ese majestuoso calamar gigante salpicar el agua, tenía mucha curiosidad por aquel animal, nunca lo había visto entero, solo los Slytherin podían verlo ya que las ventanas de su sala común daban al fondo del lago, algo parecidas a las de Hufflepuff pero nosotros solo veíamos los terrenos desde la perspectiva de una hormiga, aunque no estaba mal ya que podíamos espiar a todo el mundo desde allí. Pero estaba seguro que ninguna serpiente, ni amenazada en comerse un moco de troll me dejaría entrar en su zona.
Cerré los ojos pensando en lo que me esperaba la mañana siguiente, lunes, tres horas de historia de la magia, 2 horas de adivinación y 1 hora de pociones… ¡Definitivamente odiaba los lunes!
Y con esos pensamientos enfoque mi marcha al castillo y una vez allí a los dormitorios ¡Pero no sin antes pasar por la cocina a por un trozo de tarta de chocolate!
Iba a ser un comienzo de semana duro…