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Destrucción por Chokoreto_zu_zu

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Notas del fanfic:

Advertencias: tematica sobrenatural, OOc -depende-

 

Capítulo I

Aizawa Tachi's side

Desde niño siempre había soñado con la fama y grandeza, ser adorado por miles de personas que gritaran su nombre, ser alguien importante por eso se había encomendado a la música, había formado una banda con sus dos amigos Ma y Ken, su banda parecía gustar al público y de inmediato habían firmado un contrato millonario con N-G Records, sentía que estaba en la cima del mundo.

 

Sus conciertos estaban llenos de fans que no dejaban de idolatrarle, las entradas volaban en pocas horas, podía daré el lujo de decir que su música era buena, la mejor. Pasaba grandes momentos en los mejores clubes y restaurantes de la ciudad. Sentía que tenía el dinero y el poder para hacerlo. A cambio de eso había perdido su libertad. Ya no podía salir a la calle como cualquier otra persona común, de inmediato era avistado por los paparazis o alguna fan, por lo que recurría a usar algún ingenioso disfraz, tenía que despojarse por un momento de aquella imagen que había forjado para convertirse en una persona normal si realmente quería salir a la calle, no le molestaba la verdad.

 

Un día el destino le hizo una jugada, tuvo la desgracia de encontrarse con la persona que destruiría todo aquello que le había costado tanto, lo había visto como una persona inofensiva, subestimaba su talento, no creía que hubiera alguien mejor que el. Pero poco a poco se fue dando cuenta, sus discos bajaban las ventas, las chicas hablaban de un nuevo grupo musical, sus conciertos apenas si llenaban la mitad del sitio, casi no le llamaban para hacer entrevistas y mucho menos alguna colaboración, sentía que todo a su alrededor se derrumbaba, sintió como algo parecido a la ira se apoderaba de él al ver una fotografía, una entrevista en la televisión, oir la radio y que allí estuviera: Shuichi Shindou.

 

Lo odiaba, lo detestaba, había hecho hasta lo imposible por hundirle, había pretendido quebrar su espíritu al dejar su cuerpo a disposición de dos desconocidos, nada había funcionado en cambio algo había logrado, el mundo parecía haberse puesto en su contra por haber desafiado a Shuichi Shindou, le veían como víctima, le veían como alguien puro e inocente, incluso Ma y Ken parecían no aprobar las medidas que había tomado. El no podía entenderlo, para el Shuichi Shindou les había arrebatado todo, ahora vivía en un maldito apartamento tipo estudio comiendo ramen instantáneo. Ma y Ken solo le decía que debía dejar su odio por Shuichi atrás pero el no quería, trataba pero podía hacerlo tampoco.

 

En su apartamento habían regadas por los suelos fotografías de diferentes revistas y periódicos donde apareciera Shuichi Shindou y se había dedicado a destruir su rostro en cada una de ellas, a veces solo rayaba con un marcador de punta gruesa esperando hacer uso de sus dotes artísticos, a veces se ponía creativo y usaba tijeras para recatar el rostro de Shindou para colgarlo en alguna parte del blanco que tenia colgado en la pared que estaba repleto de fotografías de Shuichi Shindou, no importaba si no lograba dar al centro en su juego, nunca iba a perder si el objetivo estaba claro.

 

 

Se encontró paseándose esa mañana por el minisuper cerca de su residencia, apenas si compró lo necesario para la cena, ahora solo comia cosas baratas y en oferta, se sentía desgraciado, caminó fuera habiendo pagado a la cajera, trató de ver que había de nuevo en su vecindario.

 

Las tiendas siempre lucían atractivas, vio una pareja de enamorados recordando cómo sus  admiradoras le habían traicionado también, en las tiendas de electrodomésticos donde los nuevos modelos de televisión estaban en exhibición vio con horror la imagen de Shuichi Shindou en un concierto que a lo mejor era reciente, apretó sus puños con fuerza queriendo alejarse de allí, llegó al cruce, la gran pantalla hacia donde todos miraban ahora esperando el cambio del semáforo le hizo perder el control, ahí estaba de nuevo Shuichi Shindou, sonriendo al lado de Yuki Eiri.

 

Bastardos.

 

Los odios. Los odios.

 

Su mente comenzó a recitar todo tipo de palabras despectivas hacia ellos. La luz se puso en verde y corrió sin importarle golpear a alguien en proceso, escuchó algunas quejas pero no se detuvo, quería salir en ese momento de ahí, alejarse.

 

Terminó caminando un par de cuadras sin un destino fijo, había llegado a un parque y estaba exhausto, se tuvo que se sentar en el banco más cercano que estaba ocupado por un hombre que leía el periódico, la verdad no le importó mucho, necesitaba recuperar el aliento.

 

- Parece cansado joven, ¿se estaba ejercitando? - no quería hacer platica en ese momento , sabía que eso sucedería si se sentaba en un banco ocupado.

 

-Algo así.

 

- No es bueno exigirse demasiado, terminaras tan cansado que después no tendrás fuerzas para volver a casa - el hombre volvió su mirada al periódico.

 

Alzó la mirada notando que en la primera plana del periódico estaba ahí la cara de Shuichi Shindou.

 

"La pareja de Oro: ¿casados?"

 

Se mordió el labio inferior casi hasta que pudo sentir el sabor metálico dentro de su boca.

 

- Parece que algo te perturba - el hombre había notado el cambio en su estado de ánimo, quiso fingir que nada pasaba pero no podía - ¿El algo que has leído? - el hombre cerró el periódico viendo la noticia en primera plana - El luce como un joven muy agradable, la vida le ha sonreído ¿no te parece?

 

- Es un bastardo - se le escapó de sus labios dejando impresionado al hombre.

 

- ¿Lo odias? - preguntó con tranquilidad.

 

- ¡Hmm! no se imagina cuanto - dijo con una sonrisa amarga - Es su culpa.

 

- ¿El qué?

 

- Que mi vida sea un desastre - expresó con amargura y vio que el hombre sonreía.

 

- Eres tu quien ha tenido la culpa - le dijo y esto lo alteró - ¿Sabes por qué? - se había quedado callado - No puedes ir contra curso natural de las cosas, te has decidido a tomar el camino equivocado y te has perdido.

 

- ¿De qué habla?

 

- Este chico es muy especial, dicen que hay personas que tienen un atractivo natural, son capaces de deslumbrar a cualquiera, el mundo parece girar a su alrededor pero la verdad es que han nacido con una energía que los hace especiales, puede decirse que el "Carisma", has probado ir en su contra y mira lo que te ha pasado. Ahora huyes sin parar porque no lo puedes aceptar.

 

- ¡A la mierda con eso viejo! de todas maneras nunca lo iba aceptar, ese bastardo solo llegó para robarme todo lo que me pertenecía - el hombre rió.

 

- Bueno también es cierto que no todos lo "aman", pero tu caso parece especial, tus ojos muestran decisión - miró extrañado a ese hombre, no entendía porque de pronto parecía apasionado con la conversación - ¿Qué pasaría si te dijera que hay una manera arrebatar el carisma de una persona? - tragó con fuerza, no crédito a lo que escuchaba.

 

- ¿De qué habla? - el hombre le comenzaba a parecer extraño, iba con ese abrigo y un sombrero que al principio no le impactaba mucho pero ahora le daba cierto escalofrío, además de que ver su piel tan pálida, sus ojos con una mirada que sentía que podía ver dentro de él, era extraño y aterrador.

 

El hombre sacó una caja de su abrigo, una muy pequeña casi que parecía de un anillo, tenía lo que parecia ser un pedazo de papel de pergamino pegado para que no se abriera.

 

- Esto es algo que puede solucionar tu problema - el no era supersticioso, creía que la magia y brujería eran cosas de charlatanes - Por una módica suma de dinero.

 

- Usted es un estafador, ¿no? - dijo con cierto desprecio.

 

- Puedes creer de mi lo que quieras pero... sé que esto es algo que deseas.

 

- ¡Inventa muchas cosas viejo! como si fuera verdad que esa caja destruiría a Shindou!

 

- No lo matará, pero como te digo le hará sentir el mismo sufrimiento que tu - era tentador, la curiosidad lo mataba.

 

Se preguntaba si era idiota, casi quedaba sin nada en su cuenta bancaria por comprarle al viejo del banco esa misteriosa caja.

 

Llegó a su apartamento algo alterado, había sido el día más extraño que había tenido, el apartamento estaba a oscuras, ya había anochecido y se preguntaba como el tiempo había pasado tan rápido hablando con un viejo en el parque.

 

Dejó sus compras en la nevera y miró de reojo la misteriosa caja.

 

El hombre había asegurado que no necesitaba nada de objetos personales de la víctima, solo escribir su nombre y guardarlo en su interior bastaría colocándolo dentro de la caja, dentro habitaba algo que se encargaría de llevar a cabo su misión contra esa persona, de desgraciar su vida.

 

La oferta era muy tentadora, solo quería que Shindou sufriera en ese instante, que sintiera toda la impotencia que el sentía. Tomó un trozo de papel y escribió motivado por el odio el nombre de Shuichi Shindou.

Notas finales:

La verdad, se me antojaba escribir algo sobrenatural desde ser por las fechas donde deberian abundar fics de tematica de horror -no me presten atenciòn- Algo raro que me haya puesto en el lugar de Aizawa, pero creo que ya no tendrà màs protagonismo.

Esto màs bien es experiemental, quizas dure 4-5 capitulos, aunque dependera de la aceptaciòn que tenga el que lo continue o no.

 

 


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