Erotofonofilia: Atracción por realizar llamadas telefónicas (normalmente anónimas) utilizando lenguaje erótico u obsceno.
Aquel día, un moreno de ojos azul prusiano se encontraba aburrido, tenía ganas de una buena y larga sección de sexo con quien era su pareja, pero este por motivos familiares había viajado a “dios sabrá que parte de Japón”, así que resignado se puso a navegar por la web mientras veía en que podría distraerse.
Hasta que un anuncio le llamo la atención… “Sexo-llamadas”, en si lo vio cuando al querer entrar a otra página se abrieron más pestañas con publicidad de diferentes cosas. Aquello le dio una idea, llamar al castaño para obtener una sección de sexo telefónico.
Marco desde su teléfono, espero pacientemente a que el otro le contestara,, ya tenía un plan para que el castaño acepase su propuesta.
-hola… - Ryo contesto su móvil, había terminado de bañarse y solo se colocó su boxes color negro antes de salir del cuarto de baño.
“yoh…Ryo” La voz del moreno se oía grave y aquello logro hacerlo estremecer
-ao….Da-Daiki-san – tartamudeo un poco, la llamada del chico de pelo azul lo había sorprendido.
“Ne, Ryo… quiero tomarte en este momento” la voz sale con tintes de lujuria, eso estremece al pequeño hongo
-p-pero que dice – se sonroja,
“que quiero tenerte en cuatro gimiendo mi nombre, así que ten sexo telefónico conmigo” la distancia es mucha, pero el deseo le recorre la columna al castaño con esa palabras.
-… - no dice nada pero su respiración se vuelve irregular, las palabras de Aomine le hacen sentir una corriente en la espalda. Para Daiki aquel silencio fue una clara afirmación por parte del castaño.
“¿Qué tienes puesto?”
-s-solo u-unos bo-boxers – apenas puede decir, intuye a lo que va el mayor y eso de una forma lo excita.
“Oi… quítate el bóxer”
Con las manos temblorosas fue bajando su ropa interior, era vergonzoso hacerlo. Tenía su teléfono entre el hombro y su oreja, sería más fácil si ponía el altavoz más aquello se volvería peligroso para ambos.
“me gusta tu trasero, Ryo… es redondo y me pide que tome entre mis manos”
Ya no pida sonrojarse más, su cara estaba tan roja y tan caliente que aun pensaba que era un milagro el que no cayera desmallado en ese momento. Se subió a la cama y se recostó en ella boca abajo.
- Da-Daiki-san –tartamudeo el nombre del otro cerca de su móvil, lo suficiente para que el moreno lo escuchara – me acosté boca abajo.
El castaño comenzaba a cooperar, eso era una buena señal para el moreno, desabrocho su pantalón y comenzó a tocar sobre la tela su miembro. Soltó un gruñido, esto se pondría interesante.
“Oye… con una de tus manos empieza a masturbarte”
Los temblores en su cuerpo aumentaron, la sensación era nueva… tomo su miembro para empezar a frotarlo poco a poco, el movimiento comenzó lento, soltó leves gemidos que el moreno pudo oír.
“Ahora, lame tres dedos de tu otra mano”
Pudo haber colgado y no lo hizo, ahí estaba siguiendo cada una de las “peticiones” del As de Tõõ, metió los dígitos en su boca para ensalivarlos, el ruido que provocaba llegaba hasta al teléfono, el cual descansaba en una almohada cerca del castaño.
“¿ya están bien lubricados?”
-s-si- la afirmación apenas fue entendida, pues el chico no había parado de estimular su falo, el cual goteaba un poco el pre-seme.
Sakurai Ryo era considerado un chico tímido y demasiado inocente (además de excesivamente propenso a pedir disculpas por cualquier cosa), para los chicos del club de básquet de Tõõ fue una sorpresa saber que el castaño salía con el As, porque siendo Aomine Daiki no es el tipo de persona que sostendría una relación seria, vamos… nadie creyó que duraran tanto tiempo, hasta hicieron apuestas sobre cuanto durarían y la más largo que mencionaron fue de 3 meses, en verdad fue una sorpresa para todos el ver que ahora cumplían 2 años de salir.
El castaño nunca pensó que el moreno quisiera tener una conversación “Hot” por el celular. Mucho menos que le seguiría aquella conversación.