Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un incestuoso amor por Ayumi Kuran

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hola a todos los que esten leyendo esto. para empezar la historia es mía pero por desgracia los perosnajes perteneces a Akira Amano-sensie, ya que si me pertenecieran habría mucho yaoi.

Este one short es una competencia qeu estoy haciendo con 1827Forever1827 así qeu les agradezco mucho que lena mi humilde historia. Espero que la disfruten y si les gusta que dejen un comentario que me ayudaría mucho.

una vez más gracias por pasar a leer.

Notas del capitulo:

Espero que les guste y lo disfruten.

Los gritos de dolor se podían percibir en el lugar, mandándoles descargas de terror a todos los que los podían escuchar hasta que acompañada del grito final vino un llanto. Ese lamento acelero los corazones de los presentes con alegría y felicidad pues con él había nacido el último integrante de la familia.

No tardaron mucho en acercarse hasta el lugar y divisar a un hermoso rubio de cabellos dorados y ojos azul cielo. En sus brazos tenía un pequeño bulto enrollado en una manta naranja cubriendo su pequeño y frágil cuerpecito.

Un azabache de cabello largo recogido en una trenza y ojos metálicos los observo con amor en sus orbes, sonriendo con felicidad a su pareja e hijo. La mirada azulada de su pareja se empezó a elevar hasta posarse en su persona, mandándole una sonrisa llena de cariño y felicidad, invitándolo a unirse a ellos. Con los pies temblorosos se acercó hasta sentarse en la cama, al lado de su esposo. Sus manos se acercaron hasta la manta dejando ver poco a poco la cosita que allí se ocultaba. La sonrisa que tenía en el rostro se hizo más grande y boba al verlo.

- ¿Qué es?- Pregunto lleno de emoción y adoración hacía su pequeño hijo.

- Es un doncel.

El tono cansado se notaba en la voz del otro sin embargo este se negaba a descansar, optando a su vez por mantener a su pequeño bien pegado a su cuerpo.

- ¡Eso duele, Kora!

- ¡Cállate! ¡Casi pierdes a los niños, irresponsable!

- ¡Pero Lal…!

- ¡Pero nada!

A ambos padres les recorrió un sudor frío ante lo que se oía desde el pasillo. Desde luego ese par no cambiaría nunca. Antes de que se dieran cuenta ambos habían quedado en silencio al abrir la puerta y entrar con dos niños cerca de ellos.

El primero era un niño de cabello rubio platinado y ojos azul cielo. Este era el hijo mayor del matrimonio. Su nombre era Alaude y tenía cinco años. El segundo niño era una réplica exacta de Fong y este tenía tres años, su nombre era Kyoya.

- Venid. Conoced al nuevo integrante de la familia, a vuestro hermano.

Ambos caminaron hacía sus padres de manera indiferente y madura para la edad que tenían pero a pesar de ello no pudieron esconder el destello de curiosidad que brillaba en sus ojos.

Alaude se monto de manera digna (o toda la que un niño de cinco años puede) en la cama para ver a su nuevo hermano. Al verlo frunció el ceño, no veía nada interesante en él.

En cambio Kyoya no pudo subir por sí mismo hasta la cama por lo que Fong lo cogió en brazos para que viera a su nuevo hermano pero eso no le gusto al pequeño azabache que se removió entre sus brazos para demostrar que podía hacerlo él mismo. Para su mala suerte no fue capaz de conseguirlo por lo que hizo un mohín y giro su cabeza en signo de enfado. Sus padres rieron ante la actitud que demostraba el segundo de sus hijos.

Kyoya por su parte vio de reojo el bulto que estaba en los brazos de su madre sin embargo volvió a girar la vista mostrando su enfado. Ya no quería conocer a su nuevo hermanito.

- Venga Kyoya ¿no vas a verlo?

-Hump.- No se movió de su sitio.

- Kyo le estás haciendo un feo. Él si quiere conocerte.- Probó Giotto

-…

- Te estás comportando como un herbívoro.

El azabache miró enfadado a su hermano mayor que lo veía con una burlona sonrisa. ¡¿Cómo se atrevía a compararlo con un herbívoro?! Su ceño se frunció todavía más pero al ver a su mamá supo que no debía pelear con Alaude. Además le prometió no hacerlo, al menos por ese día.

Ignorando al mayor decidió acercarse a ese bulto que llamaba tanto la atención. Allí pudo ver una cosa rosada y arrugada, de cabello castaño.

<<Es un herbívoro>>

Ese fue el primer pensamiento que paso por su mente al ver a esa “cosa”. La “cosa” se comenzó a remover hasta abrir sus ojos, mostrando unos hermosos ojos caramelo. No supo por qué pero en ese momento Kyoya no pensó que fuera un simple herbívoro, pensó que era un herbívoro adorable.

Poco a pocos los años iban pasando, y sin darse cuenta pasaron quince años del nacimiento del menor.

Hibari Alaude, era un hombre de veinte años apuesto y deseado por mujeres y hombres. Iba a la universidad y trabajaba como policía incluso hacía algunos trabajos como Host de vez en cuando. No mantenía ningún tipo de relación con nadie aunque ya tenía la vista fija en un lindo conejito al que no pensaba dejar escapar. Solo era cuestión de tiempo que se volviera suyo.

Hibari Kyoya, se había convertido en un apuesto adolescente de dieciocho años, seguía cursando en Namimori aunque este era su último año. No salía con nadie aunque él tenía la vista puesta en un “imposible” que por mucho que lo fuera él lo volvería suyo. Se había enamorado de su hermano pequeño, Tsuna. Y estaba dispuesto a mostrarle a todos que ese conejito ya tiene dueño.

Hibari Tsunayoshi era el hijo menor del matrimonio Hibari. Era el más dulce y lindo de todos, siendo el doncel más deseado de todo Namimori lo que hacía enfadar enormemente a cierto perfecto. Era el doncel perfecto aunque ocultaba un secreto, estaba enamorado de un imposible, de un familiar. No pudo evitar enamorarse de ese cabello azabache, de esos ojos azul-metálicos y esa personalidad que lo hacía volverse loco. Estaba enamorado de su padre Fong.

El pequeño castaño sabía que los sentimientos que poseían no debía tenerlos, que era un grave error pero a pesar de ello no podía evitarlo. Cada día observaba a su padre y se enamoraba más, deseando estar en el lugar de su madre y demostrarle al hombre que amaba que él era mejor doncel que su mamá pero por mucho que intentaba de manera sutil y sin que nadie se diera cuenta de sus sentimientos mostrarle a su padre de lo que era capaz no se fijaba en ello sino en su mamá.

La frustración lo invadía al ver día a día sus esfuerzos echados a perder, sentía dolor al ver como Fong besaba a Giotto y sin poder evitarlo pasaba horas llorando por ello. La vida era injusta, lo hacía enamorarse de una persona que nunca sería suya.

Lo que el castaño no sabía es que alguien sí se había dado cuenta de todo, había visto a través de él y descubierto sus sentimientos. Kyoya lo sabía y odiaba a su padre por tener lo que él deseaba y aún así desperdiciarlo, se odiaba a sí mismo por no ser capaz de lograr que el castaño se fije en él, odiaba haber perdido la batalla sin luchar.

- Kyoya-nii, ¿te pasa algo?

- No.

Kyoya miró al castaño que se encontraba a su lado. Él sabía lo que sentía por Tsuna, sabía que su hermanito y amor estaba enamorado de su padre, sabía que no tenía nada que hacer pero a pesar de todo se negaba a renunciar a su castaño.

Sus ojos se oscurecieron al pensar en todas las noches que Tsuna se habría masturbado pensando en Fong y no en él. No era justo que se fijara en alguien que nunca le correspondería cuando Kyoya siendo la viva imagen del azabache mayor sí que lo amaría.

- Kyoya-nii ¿estás enfadado por algo que he hecho?

- Sí.- Le dijo mirándolo a los ojos con rudeza. El castaño tembló.

- ¿Po-porqué?- Le dijo mientras le tocaba el brazo.

Al sentir esa cálida piel en contacto con la suya la alejo de un manotazo mientras lo veía con fiereza. Lo estampo contra la cama mientras él se montaba encima, quedando en una comprometedora posición y los rostros muy juntos.

- Porque no te das cuenta. Nunca lo haces.

- N-no te entiendo.

- A eso me refiero. Nunca entiendes nada. Da  igual lo que haga y las señales que te mande, nunca lo entenderás.

- ¿Qu-qué?- Dijo nervioso.

- ¡¿Por qué no lo entiendes?!

Kyoya le dio un puñetazo a la almohada mientras su respiración se volvía errática. Sintió como el cuerpo bajo el suyo temblaba y pudo ver como los ojos caramelo se llenaban de lágrimas y miedo. Lo había asustado. Respiro hondo intentando calmarse, no debía de seguir por ese camino, era algo injusto pagarlo con él solo porque no se diera cuenta de sus sentimientos.

- Lo siento.

Se inclino hasta dejar un beso en los temblorosos labios del menor para después abrazarlo. Tsuna no entendía nada, pero de alguna forma el beso que Kyoya le había dado había encendido algo en su interior.

Se catecheo mentalmente al pensar en ello. Kyoya y él eran hermanos, seguro que le había dado ese beso por accidente, y en todo caso él solo ama a Fong, a nadie más.

<<Yo solo amo a papá, no ha Kyoya-nii>>

Enredo sus delgados brazos alrededor de la ancha espalda de su hermano mientras se apoyaba en su pecho, cayendo en los brazos de Morfeo. Mientras Kyoya apretó el agarre que tenía sobre su hermano mientras apretaba los dientes.

Era tan dulce, que no podía renunciar a él. El castaño se había convertido en su razón de vivir en estos años y no pensaba a renunciar a él.

<<Antes de que termine este año escolar te conquistaré mi pequeño conejito>>

Con eso, abrazo más fuerte al otro cayendo en los brazos de Morfeo junto a él, no sin antes darle un beso en los labios.

A la mañana siguiente

Tsuna se acurruco en ese agradable calor que lo envolvía, sintiendo una varonil esencia a su alrededor. Se apretó más a ese cuerpo cálido y musculoso sintiéndose protegido por esos brazos que lo aprisionaban.

Espera un momento. ¿Varonil esencia? ¿Musculoso cuerpo?¿Fuertes brazos?

Abrió de golpe sus orbes encontrándose con un pecho desnudo. Con curiosidad y miedo fue levantando su rostro hasta encontrar el de Kyoya, quien justo en ese momento abrió sus ojos, dejando sin aliento al más pequeño. No supo por qué pero Tsuna comenzó a sentirse nervioso, como si algo intentará salir de él.

<<Otra vez esta sensación no. ¿Pero qué me pasa?

- Buenos días, Kyoya-nii.

- Hump. Buenos días.

Sin decir nada más volvió apretar el cuerpo del castaño al suyo, haciendo que estuvieran más juntos que antes y Tsuna pudiera sentir con claridad como Kyoya estaba ¡¡¡DESNUDO!!!

Los colores se le subieron al rostro hasta ponerse como un tomate. No podía ser lo que él estaba pensando, tenía que ser un error.

Pues… ¡Qué comience la comprobación!

1.- ¿Estás durmiendo con tu hermano mayor?

Tsuna levanto el rostro y vio una vez más el de Kyoya. Estaba tranquilo y durmiendo con él en la misma cama.

Así que sí, estaba durmiendo con su hermano mayor.

2.- ¿Esta abrazado a ti?

Tsuna miró los brazos que lo aprisionaban desde la cintura, pegándolo al cuerpo del otro y no dejándolo escapar.

Sí, estaba abrazado al mayor.

3.- ¿Esta desnudo?

Al llegar a esta parte trago saliva con pesadez. Con cuidado movió sus manos hasta llegar al duro pecho del otro, notando la caliente piel. Creyendo que solo estaba medio desnudo comenzó a bajar sus manos, erizando el cuerpo contrario hasta llegar a la parte baja de su hermano donde sin querer toco el miembro contrario. Lo toco de forma directa. Sin ningún tipo de prenda que lo cubriera.

Sí estaba durmiendo con su hermano desnudo.

Comprobación terminada. Acabas de dormir con tu hermano de la misma forma con la que lo deberías de hacer con tu esposo.

Tsuna comenzó a temblar mientras el rojo de sus mejillas aumentaba. Se intento separar de su hermano pero lo único que consiguió fue que al final se restregará con él y acabaran todavía más juntos, notando la erección que tenía el otro. Sus mejillas volvieron a encenderse con un color más intenso que el anterior mientras sentí “eso” chocando contra su miembro.

Lo podía sentir bien cerca, duro y deseoso de caricias, caricias que él le podría dar.

<<¡Pero en qué piensa pervertido! ¡Es tu hermano por el amor de Dios, no puedes hacerlo con él! Además tu estas enamorado de papá, no de él>>

Al terminar de auto convencerse llevó sus manos hasta el pecho contrario alejándose ligeramente de él mientras veía como sus orbes azules chocaban con las suyas, percibiendo en las contrarias deseo y lujuria. Su cuerpo se estremeció una vez más y su pequeño miembro comenzó a crecer ante ello. Alejo todo lo que pudo sus caderas de las contrarias para que no notara ni viera su erección.

- A-am y-yo me t-tengo que ir.

- ¿A dónde?

- A-a ¡Nami-chuu!

- Hoy no hay clases.

<< ¡Maldición!>>

Era cierto, hoy era domingo y no había clases. Tsuna trago saliva, no tenía forma de escapar de su hermano y la verdad es que no quería pero la situación… no era la más favorable para él. Vio como el otro se acercaba hasta sus labios, besándolos de forma dulce.

<<Fong>>

Ese nombre cruzo su mente y sin pensarlo rodeo con sus brazos a Kyoya, atrayéndolo hacía su cuerpo. El azabache no sabía por qué contestaba a su beso pero eso no le importaba, al menos no por ahora. Se coloco en cima del cuerpo contrario y comenzó a besarlo con más pasión hasta que se quedaron sin aire. Se miraron a los ojos con la respiración agitada y fue en ese momento cuando el dulce doncel se dio cuenta que la persona que besaba no era quién él creía.

Le iba a decir que parará pero antes de que pudiera hacerlo sintió sus labios en su cuello, sintiendo como recorría todo el lugar con su lengua y sus dientes daban pequeños mordiscos, dejando un moretón que posteriormente se convertiría en una marca.

Sin poder evitarlo soltó un gemido mientras sus uñas se clavaban en la espalda contraria, intentando controlar el placer que sentía. El rostro de Fong se borró de su mente, dándole paso solo al de Kyoya.

Sus manos se comenzaron a deslizar por la piel contraria hasta llegar a sus glúteos. De repente sintió una mordida en su pezón izquierdo. Soltó un fuerte gemido de placer mientras clavaba sus uñas en la carne expuesta.

Kyoya estaba poniéndose cada vez más duro con los gemidos que daba el otro, a tal punto que sentía que podría acabar de solo oírlo. Una de sus manos la llevo hasta el cajón de donde saco un pequeño frasco de lubricante en el que empapo sus dedos, untándolos bien. Con cuidado llevo su mano hasta los glúteos de su futuro doncel, separándolos con cuidado y viendo esa rosada entrada. Poso unos de sus dedos sobre ella y sintió como estaba palpitante, deseando de que la penetraran.

Rozo un par de veces sus dedos simulando envestidas, sintiendo como el cuerpo contrario se retorcía de placer, mirándolo con los ojos aguados en lágrimas con destellos de deseo. Hipnotizado por esa vista fue lubricándolo con cuidado, ocasionando gemidos de placer de su compañero. A penas pasaron unos minutos cuando ya estaba listo para ser poseído.

Colocó su palpitante miembro en su entrada pero justo antes de penétralo una duda atravesó su mente.

<< Mientras lo hago mío ¿piensa en nuestro padre?>>

Lo último que deseaba es que mientras le hiciera el amor pensará en otro. Sus ojos se oscurecieron ante la idea y con determinación decidió saber. Llevo su mano hasta el miembro contrario mientras simulaba embestidas en su ano, volviéndolo loco y que la razón se fuera de su mente.

- Di mi nombre.

- AH…¡AH!...KY….KYOYA

Kyoya sintió como una corriente eléctrica pasaba por su cuerpo. Acababa de gemir su nombre mientras lo masturbaba, en una situación en la que a la única persona a la que llamas es a tu pareja o en todo caso a la persona que amas. Sus ojos brillaron ante esa revelación, era posible que creyera que amará a Fong cuando en realidad es a él a quién ama.

Con eso en mente acerco su pene hasta el pequeño ano, penetrándolo de una sola vez.

- ¡KYOYA!

Pequeñas lágrimas salían del rostro contrario mientras hacía una mueca de dolor. Con intención de relajarlo acercó su mano hasta el pene del otro y comenzó a masturbarlo mientras lamia las lágrimas del otro. Al poco tiempo sintió como movía sus caderas buscando más contacto, haciendo que las estocadas fueran fuertes y firmes, sacando gemidos de placer al contrario. No aguantaron mucho más cuando el orgasmo les sobrevino, corriéndose uno entre los vientres de ambos y el otro en su interior. Sus respiraciones eran agitadas y a pesar de que les costaba respirar intentaban seguir besando al otro sin parar.

Al terminar el beso se dejo todo claro. A partir de ese momento eran amantes, nadie lo sabría solo ellos, pero eso les bastaba por el momento.

Después de ese día volvieron a tener relaciones de manera constante. Su relación sexual era activa, demasiado dirían algunos. Lo hacían en el sofá, la cocina, el baño, su cuarto, el cuarto de sus padres, en el jardín, en la escuela… No había sitio que se les escapará. Claro, que siempre lo hacían con cuidado para que nadie les descubriera, no tenían ganas de darle explicaciones a nadie y su relación no estaba realmente definida como para darlas.

El tiempo siguió pasando y ya hacían dos meses desde que comenzaron su “relación”. Hoy era fin de semana y justamente Alaude se iría a quedar unos días mientras sus padres se iban de viaje. Estaba todo muy tranquilo en la mansión, o eso parecía.

- Lárgate.

- Hump. Soy el mayor y esta era mi habitación, lárgate tú.

- ERA tu habitación. Ahora es MÍA.

- Se siente KY-O-CHAN

Tsuna estaba cada vez más nervioso. Ambos estaban discutiendo por quién se quedaría en la habitación que ahora le pertenecía a Kyoya pero que anteriormente fue de Alaude. El pequeño castaño no sabía como solucionar esto ya que ninguno quería dar su brazo a torcer. Claro que también había vivido esos últimos dos meses con Kyoya de una manera distinta y sabía como “controlarlo”.

Se acercó hasta su amante y mientras Alaude estaba de espaldas le susurro. “Deja que se quede con la habitación. Podremos dormir juntos y hacer lo que tú QUIERAS”.

En cuanto oyó eso, le dio igual la habitación y se retiro de allí con su orgullo y fingiendo estar enfadado. Resta decir que esa noche hubo un lindo conejito que no pudo dormir ya que fue devorado por el lobo.

En la mañana Tsuna se levantó demasiado temprano y es que tenía un inmenso dolor en su retaguardia y mientras Kyoya dormía de lo más tranquilo. Ante esto frunció el ceño mientras hacía un puchero.

<<No es justo que yo no pueda dormir y tú sí. Um… ¡ya sé! ¡Ahora sentirás lo que yo!

Con una sonrisa juguetona se volvió a acostar como si nunca se hubiera levantado y con sigilo dirigió su mano hasta el miembro contrario. Le dio un pequeño apretón ocasionando que Kyoya se estremeciera y en consecuencia se levantará. Al despertarse lo primero que vio fue a su lindo conejito y como este tenía agarrado su miembro. Abrió con los ojos con sorpresa mientras tragaba saliva audiblemente. Llevó su mano hasta la contraria con intenciones de quitarla pero en ese momento Tsuna emitió un pequeño gemido inconforme y comenzó a mover su mano por todo lo largo, rozando algunas veces los testículos y mandándole descargas de placer al otro.

El azabache sentía como su cuerpo temblaba y su falo crecía apuntando hacia el cielo. Por un momento pensó en cogérselo ahí mismo pero luego descarto la idea, eso sería muy injusto. Además pronto lo soltaría ¿verdad? Error al pensar en ello.

Tsuna se acerco mucho a su entrepierna hasta estar sus labios a escasos centímetro de la anatomía del otro.

- Helado.

Eso fue lo último que murmuro antes de meterse el pene a la boca. Kyoya soltó un gemido sorprendido sintiendo como movía sus labios de arriba abajo, lamiendo todo el largo y saboreándolo como si realmente fuera una paleta de helado. Abrió sus ojos que cerró momentos antes y al ver la imagen de un dormido Tsuna haciéndole sexo oral fue demasiado para él: se corrió.

Pensó que Tsuna se atragantaría con su semilla pero contrario a lo que pensaba se lo bebió todo mientras murmuraba “Se me derritió el helado” y hacía un puchero. Se dio la vuelta y le dejo ver al otro su espalda y hombros junto a su entrada. Paso saliva de forma pesada al ver que su miembro volvía a crecer y pensando que lo mejor era retirarse (huir) antes de violar al castaño se fue hasta la ducha para darse un baño de agua fría. Lo que él no sabía es que Tsuna estaba riéndose mentalmente de la situación mientras planeaba hacerlo más a menudo, justo antes de volver a dormirse.

A las once de la mañana Tsuna bajo a la cocina encontrándose con que Alaude y Kyoya estaban teniendo una discusión como siempre por lo que ignorándolos se fue hasta la cocina y comenzó a prepararse el desayuno. Cuando lo tenía todo listo se giró para continuar su camino pero piso una cascara de plátano (Tsuna. ¡¿De dónde ha salido? ; Yo.: Ni idea) y se escurrió pero por suerte fue atrapado por uno de sus hermanos, dándole un beso por accidente.

Todavía impactados por la sorpresa no se separaron hasta que sintieron como un fuerte empujón los separaba. Tsuna miro sorprendido a Kyoya por su arranque y aprecio como fulminaba con la mirada a Alaude antes de arrástralo hasta su habitación. Iba a preguntar lo que pasaba cuando sintió como lo empujaba hasta la cama y le devoraba los labios de forma violenta, sacándole el aire y logrando que de él aparecieran gotas de sangre.

Quería preguntar lo que le pasaba pero no le dejaba hacerlo, solo le devoraba los labios y dejaba marchas por todos su cuello, de forma brusca y bestial.

- ¡Kyoya ¿qué pasa?!

- ¡Te has besado con Alaude!

- Fue un acciden-

- ¡No importa! ¡Solo yo puedo besarte!

Ante esto Tsuna frunció el ceño y miró de mala manera a su amante.

- ¿por qué? Yo puedo besarme con quien quiera.

- ¡No, no puedes!

- ¡¿Por qué no puedo?!

- ¡Porque eres MI amante, MI doncel!

- ¡Yo no soy tuyo!

- ¡Sí lo eres!

- ¡¿Desde cuándo?!

- ¡Desde que naciste!

- ¡Eso no es verdad!

- ¡Sí lo es!

- ¡No te entiendo! ¡¿Por qué estas así?!

- ¡Porque te amo! ¡Te amo y no quiero que estés con nadie más!

- ¿Eh?- Tsuna abrió grandemente los ojos ante esa declaración.

- ¡Te amo y no quiero que nadie más te bese, que nadie te posea, que nadie te mire! ¡Quiero encerrarte bajo llave y ser el único que te pueda ver! ¡No me importo que estuvieras enamorado de padre porque sabía que te podía conquistar y aún así no te has dado cuenta! ¡¿Realmente creías que haría esto con mi hermano si no fuera por amor?!

- Yo… No lo sabía.

- ¡Tú nunca sabes nada! ¡No tienes ni idea de todo lo que tuve que aguantar, las veces que pensé en violarte sin importarme que nuestros padres estuvieran en casa, las veces que me masturbe pensando en ti a pesar de que sabía que padre era él único para ti!

- Kyoya yo…

- No digas nada. Lo mejor será que te vayas.- Dijo mientras se apartaba de él.

- Pero…

- ¡Vete! Vete antes de que no pueda controlarme. Se la respuesta pero aún así…- suspiro.- piensa en mi declaración y dame una respuesta. Sé que me rechazarás pero aún así, piénsalo.

- Kyo…

No le dejo terminar de hablar cuando le hecho de la habitación. Tsuna estaba incrédulo ante toda la información recibida y al sentir una mano en su hombro hizo que se volviera con violencia. Alaude le estaba mirando de manera fija.

- No importa lo que digan o piensen los demás pero piensa bien lo que sientes. No habrá marcha atrás.

Tsuna se sorprendió de que Alaude le diera un consejo de manera amable y sin decir herbívoro como normalmente hacía. Con la mente sobrecargada de información se fue hasta el salón y se tumbo en el sofá cerrando los ojos y pensando en todo lo ocurrido. En lo que sentía realmente.

Por su mente pasaron todos los momentos vividos con ambos y sin darse cuenta se quedo dormido. Solo pudo soñar con una persona, tener una familia de niños azabaches y ojos caramelo, con la personalidad de su padre y como este le abrazaba con amor mientras acariciaba su abultado vientre en el que posteriormente vendría su nuevo bebé. Miró sus ojos metálicos y lo beso con amor mientras acariciaba su cabello.

En ese momento Tsuna despertó. Abrió grande sus ojos al darse cuenta de la verdad, una que había estado negándose a sí mismo. Estaba enamorado de Kyoya, de su hermano mayor. Sintió su corazón latir fuertemente ante este descubrimiento y sin dudarlo fue corriendo a buscarlo, encontrándolo en el patio junto a Hibird y Roll.

- ¡Kyoya!

En cuanto oyó su voz se tenso y levantó, dispuesto a marcharse. No quería oír su respuesta todavía, sabía que le iba a dejar y eso le dolería demasiado como para soportarlo. Sin embargo Tsuna se lanzo sobre él, evitando que el otro se marchara pero haciéndose algo de daño en el vientre.

- Kyoya yo… ¡AGH!

De repente sintió un fuerte dolor en su vientre y su parte baja comenzó a sangrar. Al ver esto el azabache lo cogió en brazos y lo llevo hasta el coche donde fue rápidamente al hospital siendo entendidos por los doctores.

Las horas pasaban lentas para el azabache que aunque no lo mostrará se moría de la angustia. Cuando estaba a punto de explotar apareció una enfermara.

- Familiares de Hibari Tsunayoshi.

Kyoya no tardo más de dos segundos en estar frente a la enfermera y ser guiado hasta la habitación en la que estaba el castaño. Cuando lo vio conectado a tantos tubos se le encogió el corazón y raudo fue a coger su mano, transmitiéndole todo su apoyo.

- ¿Usted es?

- su novio.- Sabía que no era cierto pero… le daba igual.

- ¡Oh! Pues felicidades.

- ¿Felicidades?

- Sí, el señor Hibari Tsunayoshi esta embarazado de cinco semanas. Lo que paso hace poco fue un aborto que se estaba efectuando pero gracias  que fue rápido se ha podido deterne a tiempo aunque me temo que tendrá que recibir atenciones especiales durante los próximos meses si queremos que todo salga bien, aunque confió en que así sea. Les dejaremos solos unos momentos y una vez mis felicitaciones.

Tsuna miro asombrado a Kyoya mientras las lágrimas inundaban sus ojos. ¡Estaba embarazado de Kyoya!

- ¡Kyoya te amo!

No pudo evitarlo, necesitaba decirlo y abrazarlo. El otro lo rodeo con sus brazos y lo apretó contra su pecho de manera cuidadosa pero algo en su rostro era distinto.

- No hace falta que finjas, sé que no es cierto.

- Kyoya no lo digo por el bebé. En verdad te amo y quiero estar contigo. Me he dado cuenta de que lo único que sentía por padre era admiración pero por ti es amor, sino hubiera sido así jamás hubiera permitido que me hicieras todo lo que has hecho. Por favor cree en lo que siento por ti, si no quieres hacerte cargo del bebé lo haré yo solo pero quiero que al menos lo sepas.

Kyoya miró los ojos chocolates y luego sonrió con amor. Su castaño estaba diciendo la verdad lo podía ver y eso lo llenaba de felicidad. Acerco sus labios a los contrarios y los beso con amor.

- Confío en lo que sientes por mí. Yo también te amo Tsunayoshi y pienso hacerme cargo de ese bebé que esperas.

Después de ello Kyoya cuidaba mucho a Tsuna aunque todavía no les habían dicho nada a sus padres. Había veces en las que Giotto interrumpía justo cuando estaban haciendo el amor pero entonces llevaban sus manos hasta el vientre del castaño y al saber que allí estaba su bebé se relajaban.

Cuando el embarazo se empezó a ser notable se marcharon a su propia casa con la escusa “Pronto me iré y quiero conocer un lugar más tranquilo y no voy a dejar a mi hermanito solo con pervertidos”. Durante todo su embarazo fue cuidado por “el conejito” como lo llamaba Alaude.

El conejito resulto ser Knuckle, un gran médico que era el novio de Alaude. Toda una sorpresa para ellos.

Cuando llegó el día del parto todos estaban de los nervios pero todo se calmo cuando a las diez horas se oyó un llanto. Cuando se le permitió ingresar puso encontrar una bebita de ojos miel y cabello azabache.

- Mikki Hibari

Tsuna había elegido el nombre de su primera hija y con un beso Kyoya le dio la razón. Claro que luego vendrían muchos más.

Notas finales:

Espero que les haya gustado y si es así les agradecería que dejaran un peuqeño comentario pero si no es así simplemente les agradezco por haber pasado a leer.

Hasta pronto a todos los que me han leido.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).