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Luz de Luna por Shedin

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Notas del capitulo:

Hola..

Esta noche me senti inspirada, espero que os guste, tengo sueño y no razono muy bien, pero aun asi lo subo...... espero que lo disfruteis.

Saludos Shedin.

Luz de Luna

 

 

Sabes, en los momentos de silencio como estos, cuando estoy solo me doy cuenta de lo que tus actos significan, de la verdad de tu ser…
Sabes, tus palabras, esas que dices sin querer, esas que salen con el calor de una discusión, esas se me clavan cada vez mas hondo en mi corazón y a pesar de pretender hacer oídos sordos me golpean en la mente justo en los momentos en los que necesito sentir tu apoyo…
Sabes, cada vez es tan difícil creer cuando en el oído me susurras que me quieres mientras me haces el amor…

 

 

-Noa!, has visto mi corbata- grito una voz masculina desde el baño.
-Pues la verdad no tengo ni idea donde la dejaste después de sacarla del armario- contesto el aludido con tono desentendido.
-Noa!!, - llamo mas fuerte – hazme el favor y tráemela que llego tarde-
-Ahora estoy ocupado, no me desconcentres por favor, que no te cuesta nada cogerla a ti- volvió a utilizar el tono desentendido de antes.
-Joder!!!- grito enfadado – Que coño vas a estar ocupado, no me hagas reír… siempre tienes que estropearme el buen humor- ya no gritaba pero usaba un tono fuerte y enfadado. 
Salio del baño y encima de la cama estaba su corbata, la cogio y tras mirarla con detenimiento y mirarse a si mismo en el espejo de cuerpo entero que había a un lado de la habitación, decidió no ponérsela.
-Ken- llamo de forma suave Noa - ¿Cuándo vas a volver?
-Y a ti que te importa, eh?- dijo de forma desagradable, a lo cual el rubio bajo la cabeza, se mordió el labio y se dio la vuelta para regresar a su trabajo.
-No decías que estabas ocupado, seguro que se te pasa volando el tiempo que voy a estar fuera- dijo con la intención de enmascarar las palabras y el tono anterior.
Pero Noa no paro, no se dio la vuelta y no le sonrío tal como el moreno esperaba, tal como hacia siempre, como si no le hubiera oído…  - ¡Estoy ocupado!... si eres un inepto para escribir- mascullo bajito en un tono burlón y cerro de un portazo la puerta. Pero Noa si le había oído, había oído en intento de arreglar las cosas y también había oído las últimas palabras antes del portazo.

 

Respiro hondo para calmarse, no pudo evitar la solitaria lágrima que recorrió su mejilla izquierda… Puso su CD de Metallica en directo junto a la orquesta sinfónica de San Francisco, se sentó delante de su manuscrito, cogio la pluma y reanudo el desfile de elegancia que constituía su caligrafía.  Avanzaba despacio escribiendo a mano, además solía hacerlo  despacio para evitar cualquier error de ortografía y si lo cometía volvía a transcribir el folio, entero si hacia falta.

 

Ken tuvo razón al decir  que Noa no se daría cuenta del tiempo que pasaba fuera, pues a pesar de que la música había parado de sonar hace ya mucho, el ni si quiera había reparado en ello, solo ahora al oír como abrían la puerta levantaba la cabeza de su manuscrito. Miro el reloj digital que tenia a su lado, indicaba las tres y media de la madrugada… era tarde para volver de una cena aburrida de negocios con unos carcas octogenarios, según las palabras de Ken al describir su fastidioso plan de viernes noche.
-¿Qué tal  te fue la cena?- pregunto con su tono mas calido mientras se dirigía hacia el moreno que entraba con una sonrisa algo bobalicona.
-Quien lo diría que la cosa se alargara tanto- dijo mientras se acercaba tambaleante hacia el rubio.
-Estas borracho, por que bebiste tanto- no era un reproche, no tenia ese tono, solo era una evidencia que Noa la hacia palabras.
-Prueba pasarte todas estas horas rodeado de semejantes momias y sus olores a viejos-  dijo como un reto y añadió con tono que a pesar de ser empalagoso sono muy seguro – seguro que hubieras bebido mas que yo-.
-A mi no me huelen tan mal esos viejo- dijo en un susurro en cuanto Ken le abrazo haciéndole hundir su cara en el hueco del cuello y el hombro.
-Ayúdame a volver a la vida…- dijo de forma sugerente mientras guiaba los pasos de ambos al dormitorio y repartía besos húmedos por el  cuello pálido de Noa.
-Pensé que volverías agotado pero veo que aun conservas mucha energía- dijo divertido el rubio mientras dejaba salir un jadeo producto de los besos del cuello.
-La suficiente para agotarte a ti- dijo provocador mientras le acostaba en la cama y se acostaba encima.
Noa ladeo al cabeza pues el olor que no le pertenecía a Ken le golpeo en la cara, era tan dulce, demasiado dulce…. Le quito la camiseta de manga larga que llevaba el rubio,  acaricio los definidos músculos y lamió los rosados pezones que se endurecieron y arrancaron un jadeo de los definidos labios… Las manos de Noa se dirigieron a los botones de la camisa de Ken, la chaqueta ya había sido olvidada por el dueño en algún lugar de la ciudad… Subió un poco mas besando de forma brusca a Noa que le devolvió el beso con la misma ansiedad dejándolos a ambos sin aliento, -te deseo cada día mas- ronroneo en los labios del rubio mientras aprovechaba para respirar y volvió a atacar su boca con mas pasión… Esta vez sus manos fueron a parar en el botón y la cremallera del vaquero de Noa que no tardaron en perder su lugar para acabar en el suelo y la ropa interior no tardo en seguirlos, por ultimo fue el mismo Ken quien se despojo de sus ropas…. La mano calida del rubio se dirigió a la entrepierna del moreno y se dedico a acariciar el ya duro pene que palpitaba ansioso… Ken bajo con húmedos besos desde el cuello hasta alcanzar la entrepierna, dio un ligero soplido haciendo que un escalofrió corriera toda la columna vertebral de Noa… Su lengua de forma tímida dejaba su huella por donde pasara, despacio rodeaba el pene desplazándose de arriba a bajo cada vez con mas confianza, lamió sus testículos hasta dejarles una capa generosa de saliva para dirigirse a su entrada donde hundió la lengua en su interior y se dedico a simular una penetración y a lamer los pliegues de alrededor… Los dedos que previamente había introducido en la boca de Noa para que este les dejase bien ensalivados, ahora los iba introduciendo despacio en su interior mientras su boca había vuelto a dedicarle atención al hinchado pene del rubio… Había introducido todo el pene en su boca y sus tres dedos que estaban preparando a Noa para la intromisión tocaron ese punto que hizo verle el cielo al rubio que arqueo la espalda de forma dolorosa y sus jadeos se convirtieron en mas fuertes y seguidos… Saco sus dedos, subió para besarle profundamente y mientras le besaba le penetro de forma brusca empezando con sus movimientos profundos, fuertes y con una lentitud casi desesperante para el rubio pero que a Ken le volvían loco… A cada embestida el moreno susurraba un “te quiero” en el oído del rubio, que a su vez estaba deseando por primera vez estar dándole la espalda para poder hundir la nariz en la almohada y no tener que suportar el hedor en el que se había convertido para el sentido olfativo de Noa ese perfume dulce, era un perfume barato, insultantemente dulce que le había devuelto a la realidad… -Dime que me amas, dime que me amas, dímelo- jadeo Ken ya que esas palabras no salían solas como de costumbre de los labios de Noa quien se dedico a abrazarse mas al moreno incitándole ir mas deprisa sintiendo en pocos segundos como sus entrañas eran llenadas del espeso semen de Ken que grito ante la llegada de su orgasmo, mientras Noa dejaba a su vez salir su propio semen pero solo sintiéndose relajado sin haber  llegado al orgasmo… Ken se quedo abrazado durante unos instantes en los cuales aquel perfume barato le pareció aun mas insoportable que antes a Noa, ahora que las cosas se habían calmado, pero finalmente Ken se aparto del rubio y no tardo en quedar dormido…

 

Sentado en la terraza, después de una ducha en la que había enrojecido su piel por frotar con la esponja, frente a la mesa de roble donde tenía su manuscrito que presentaba un volumen considerable a un lado y enfrente de si mismo la ultima hoja que compondría a su libro. Aun estaba en blanco y la pluma sin destapar, Noa miraba la luna llena de esa noche, a la cual no le faltaba mucho de vida, pues el amanecer estaba cerca y en cuanto los primeros rallos de sol aparecieron el rubio aspiro con fuerza, como si pretendiese aspirar la energía de los primeros rallos solares. Fue en ese momento que la pluma volvió a cobrar vida en su mano…

 

Ken se había levantado temprano, como de costumbre, se dio una ducha fría y salio a correr como cada día, en ese momento Noa añadía la ultima hoja a su manuscrito. Se levanto y se dirigió a la habitación compartida, del armario más grande saco dos maletas de tamaño mediano, no necesitaba mas para llevarse sus cosas. Despacio empezó a llenarlas, tenia tiempo de sobra se decía…
Miro la hora, faltaban 10 minutos para que el moreno volviera de su carrera diaria, y por primera vez se sintió irritado ante la exactitud militar que caracterizaba a Ken.
Corría agotado de vuelta, la carrera le ayudo a despejarse, pero también para recordar mejor la ultima parte de la noche, tenia la sensación que le había faltado algo importante, pero no se aclaraba el que. En aquel instante cuando estaba perdido en su pensamiento un taxi le llenaba de polvo haciéndole toser ligeramente.
Salía de una ducha rápida para quitarse el sudor, tras dar tres pasos por su habitación se había detenido en seco creyendo haber visto mal, y tras volver sobre sus pasos el miedo se hacia realidad, solo había un cepillo de dientes, el suyo…

 

 

Taciturno paseaba por una de las avenidas principales de la capital, se paro frente a una de las librerías mas grandes y famosas de la ciudad, justo para que sus ojos quedaran a la altura de un titulo escrito en plata con letras grandes “LUZ DE LUNA”  y debajo de estas en negrita y con la elegante caligrafía que caracterizaba al rubio “Noa “. El corazón le latió a mil, no tardo ni un minuto en hacerse con un ejemplar que guardo en su maletín y con la mirada perdida regresaba a casa, nervioso y esperanzado a la vez por  si encontraba algo que le indicase que hacer…
Se había sentado en el sofá blanco, con la espalda recta y el libro en sus rodillas, al abrirlo y pasar las primera pagino que era en blanco, la segunda eran agradecimientos en la que solo ponía gracias… otra hoja blanca y a continuación llegaba a las nota del autor provocándole un hondo suspiro…

 

Sabes, mientras me hacías el amor y me susurrabas que me querías, me di cuenta que habías cumplido tu palabra de agotarme… por que agotaste mi inocencia, por que agotaste mi confianza, por que agotaste mis sueños, por que agotaste mi amor…

 

Sabes, ya no te amo…

 

 

 

Ken cerro el libro e intento suspirar pero un dolo que le ahogaba en al garganta no se lo permitió, cerro los ojos para poder  calmarse mas rápido pero sin poder evitar dos lagrimas traviesas que se atrevieron a recorrer sus mejillas… y al abrir los ojos, se dio cuenta de que lo único que había indicado que Noa estuvo en su vida había sido tener dos cepillos de dientes en el baño y la ropa de una talla menor que usaba el rubio… Ahora que eso no estaba, Ken se dio cuenta que no había ni rastro del paso de Noa, nada a lo que aferrarse mientras el dolor golpeaba fuerte…

 

 

 

FIN
 

 


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