Una mujer se cabello azul se paseaba un sábado por sus laboratorios, en eso llegó Kakarotto a saludarla - Hola Bulma ¿Cómo estás?
-Bien, vaya no te había visto toda esta semana, ¿vives muy ocupado complaciendo a Vegeta?
El joven soltó una risilla nerviosa - ejem, bueno sí - se sonrojó de pensarlo - pero él está durmiendo, creo que terminó muy cansado - le guiño el ojo y se acercó para observar que tanto hacía.
Bulma aprovechó para que le ayudara a mover unos pesados aparatos - oye, ¿Cómo te ha ido vigilando a Kamisama, estás seguro de que puedes sólo?
-ah – suspiró - quisiera que Vegeta me acompañara, pero ya sabes cómo es él, creo que no tendré problemas con ocuparme de eso – observó la intrigante máquina que estaba ayudando a construir - ¿para qué sirve? - dijo poniéndose en pie; ya había terminado de colocar la última pieza
-¿esto? Verás - se rascó la cabeza para ordenar sus ideas - es un proyecto para evitar la extinción de las especies, ya sabes con el calentamiento global van desapareciendo, y lo que hace es modificar los genes en cualquier ser vivo: bueno en caso de que un género se esté desapareciendo.
-¿eh? – se quedó viéndola, en verdad no entendió ni pio
La mujer sonrió - Bueno un ejemplo: si alguna especie de rana está perdiendo muchos machos, lo que hace es modificar a las hembras para que puedan ejercer el papel de progenitores, y viceversa
El Saiyajin no entendía el funcionamiento - ¿y cómo los modifican? Dudo que apretando un botón de repente ranas a kilómetros se transformen en el sexo opuesto
-Jajaja - soltó una carcajada – tienes razón, hay que capturarlas y meterlas ahí - dijo señalando la máquina - luego las liberamos de nuevo en su hábitat
Ambos abandonaron el laboratorio y se dirigieron a buscar de comer en la cocina, el menor seguía intrigado - ¿y sirve para cualquier ser vivo?
-cualquiera - dijo alzando su pecho con orgullo
- am ya - suspiró muy feliz haciendo planes en su cabeza, tomó una bandeja y la llenó de comida yendo hacia donde se encontraba su príncipe, abrió la puerta con cuidado, pudo notar que apenas despertaba
-Hola Kakarotto - saludo con una sonrisa - te levantaste temprano – argumentó poniéndose en pie con una semi erección, se dirigió al baño y al cabo de unos minutos salió
El de clase baja se sentó en la cama, estaba tentado a decirle sobre la máquina de Bulma y unos planes que en mente tenía, pero era algo difícil hablar con él, a menos que fuera sexo, se sonrojó al pensar en “sexo”- te traje algo de comer – suspiró, le había ganado la timidez
-debo recuperar energías – se agachó y le dio un casto beso, se dispuso a comer y luego se echó de nuevo a la cama, sus pensamientos volaron y una risilla se le escapó
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Estaba penetrando al menor, pero de repente el cansancio le ganó y se quedó dormido, no le importó y con el cuerpo algo inconsciente entre sus fuertes brazos siguió adentrándose en esa estrechez por varias horas más
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-oye amor – dijo el de cabello alborotado tratando de llamar la atención - ¿eh? - se había quedado dormido °°° debe ser por cogerme tanto °°° sonrió y se retiró a buscar a su amiga, la buscó por todas partes y no estaba, lo pensó por un momento °°° es mejor que no se dé cuenta nadie °°° con esto se fue hacia los laboratorios y agarró el manual de la máquina
-bien – susurró para sí poniendo la maquina en forma automática, se adentró en la cámara desnudo, esperó a que iniciara el proceso, su cuerpo experimentaba fuertes dolores, pero era algo que podía soportar.
Minutos más tarde…
Se despertó confundido, su vientre le dolía, para su fortuna sanaba bien rápido, de seguro para la noche ya estaría totalmente recuperado, cómo pudo se deshizo de la evidencia y se fue de ahí a recostarse al lado de Vegeta.
Ni se molestó en despertarlo, si lo hacía quien sabe que tendría que soportar, y con ese dolor no era capaz.
El príncipe se despertó y lo vio profundamente dormido y roncando – Te amo – susurró al oído, lo acomodó en su pecho y lo abrazó. °°° voy a dejarlo dormir °°°
Bulma llegó de hacer compras de la ciudad y llamó a todo el mundo a almorzar, acudieron al comedor principal, a Vegeta no le agradaba ni un poco sentarse con los demás, a menos que fuera su Kakarotto, pero no tenía opción, esa mujer de temperamento fuerte era de las que no se deben enojar porque explotan; tal vez no tenía poderes pero sí recursos y unos muy abundantes.
Se dedicaba a contemplar a su amante, esas dulces facciones y ese tonificado cuerpo eran sólo suyos, eso bastaba para querer estar con él... después del postre lo llevó a su habitación a ver televisión y a esperar la noche para para pasar un agradable rato, al fin y al cabo mañana sería domingo y no prestaría guardia °°° estúpida guardia por un insecto verde °°°
-no - negó con la cabeza, aunque lo amaba, no se rebajaría a prestar guardia junto a él, era un príncipe, por supuesto no caería tan bajo. Al final se quedó dormido reposando el almuerzo.
El menor siendo arrullado disfrutaba de un plácido sueño °°° debo decirle °°° por momentos su subconsciente lo regañaba, el no decirle a su príncipe sobre el experimento en su cuerpo lo ponía algo culpable…