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Incondicional por chibibeast

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Notas del fanfic:

Este fic es participante de RETA…ME, de parte de los miembros del grupo ~POR EL HAREM DE KAI~. BlackIce me retó a escribir un KaixReita, lo dejó a mi gusto para sorprenderá… pero soy mala sorprendiendo a la gente xD

Notas del capitulo:

¡Hola! No se me ocurrió un mejor título xD u.u

 

Sé que no he actualizado mis dos fics en proceso, pero hay una buena razón… no, en realidad no la hay xD Sorry ;-;

 

Vengo a matar dos pájaros de un tiro(?) Hoy en Japón es 28 de Octubre, lo que significa que es el cumpleaños del Líder!!!

 

Jappi Beisdei!!!! (?) En Occidente es 27, pero bueno :v  

 

*Look de DOGMA/UGLY.

 

*Los de arriba/círculo/mandos son lo mismo, los que manipulan la empresa. El jefe del jefe del jefe del jefe… el jefe del jefe y el que hace le café (?)

 

*Mención del manager actual, pero sólo me acuerdo del nombre del anterior manager.

En una habitación iluminada por los rayos del sol matutino, un cuerpo se removía bajo las sábanas azul eléctrico y se quejaba porque la luz daba directo en su cara. Poco a poco fue levantando sus párpados, ya acostumbrado a la iluminación con una mano restregó sus ojos, tratando de espantar el sueño que aún persistía, bostezó y dejó caer a un lado descuidadamente un brazo, golpeó una superficie extraña a la de la cama y un gruñido se escuchó.

Volteó a ver de dónde provenía aquel sonido, se encontró con unos cabellos claros esparcidos por la almohada que sobresalían de debajo de las sábanas, tomó el borde la tela azul y la apartó exponiendo un rostro de mejillas redondas, labios carnosos y una pequeña nariz, que a su poseedor no le gustaba pero al otro sí.  A pesar del golpe, el rubio seguía durmiendo, tiene un sueño muy pesado para no haber despertado por tal golpe.

El castaño con puntas rubias acarició una de las suaves mejillas con el pulgar, no quería despertar al rubio, todavía no era hora, aprovecharía a hacer lo que le estaba prohibido estando el rubio consciente. Llevó la mano de la mejilla al cabello, hundió los dedos entre las hebras dando un masaje, acercó ambos rostros e hizo sus narices rozar, sonrió al sentir el aire de un suspiro sobre sus labios; bajó la mano a la nuca y continuó masajeando, dio un ligero toque en los labios del rubio con los propios para después ejercer una pequeña presión. Rió bajito ante el pensamiento de que Akira no despertaría aunque lo botase de la cama.

Se separó unos centímetros para proseguir admirando la imagen tan adorable y apacible que representaba el bajista rudo de la banda por las mañanas, le encantaba observarlo dormir, era tan diferente a como cuando andaba correteando de aquí para allá o discutía en juego con Yuu o le hacía bromas a Takanori o compartía esos momentos de hermandad con Kouyou o arrugaba la naricita al decir que no le gustaba su cocina… En fin, amaba a Akira en todas sus facetas, mas dormido era como tener un bebé en brazos, que no abriría los ojos a menos que hicieran ruido o lo sacudieran. Rió de nuevo, por comparar a su pareja con un bebé.

Se sentó en la cama, la sábana resbaló revelando su desnudez y las marcas rojizas en su torso, consecuencia de la unión corporal de la noche anterior. Caminó hacia el baño sin importar que alguien lo viera, estaba en su apartamento después de todo.

 

*****

 

Preparaba un rico y nutritivo desayuno para él y su novio, estaba seguro que en cualquier momento el rubio se aparecería sobándose el estómago pidiéndole que lo alimentara. Como si lo hubiese invocado con la mente, el bajista atravesó el marco de la puerta de la cocina, confirmando lo reciente mencionado.

─ Tengo hambre.─ bostezó tapándose la boca con una mano, se limpió una lagrimilla que escapó y se sentó en una silla frente a la mesa.

─ Buenos días, dormilón.─ Yutaka volteó y quedó casi petrificado al ver a su pareja.

Akira traía puesta una camiseta gris, lo normal, y usaba su ropa interior, que usara un bóxer de Yutaka sólo significaba una cosa: Akira lo estaba provocando. Así interpretó aquella imagen, en realidad el bajista tomó los primeros boxers que se topó en el piso de la habitación.

─ Buenos días.─ contestó en apenas un susurró con la frente pegada a la mesa y con los ojos cerrados.

─ Oye, no te duermas en la mesa. Tenemos que desayunar y luego correr a la compañía.─ fue ignorado. Suspiró resignado, estaba roncando.

De la heladora sacó un cubito de hielo y lo puso dentro de la camiseta en la espalda del rubio, éste brincó al instante buscando cómo deshacerse del frío incómodo, cuando lo logró le mandó una mirada de muerte a su castaño novio y le lanzó lo que quedaba del cubito; el castaño con puntas rubias reía divertido de la reacción del otro.

─ Cállate. Estoy cansado por tu culpa.─ reclamó.

─ ¿Mi culpa? Pero si fuiste tú quien demandó una segunda ronda.─ ubicó el desayuno servido sobre la mesa.

─ Oh, y tú te negaste. Lamento haberte obligado a estamparme contra la cama.─ el sarcasmo era perceptible, rodó los ojos y empezó a comer. Todo estaba tan delicioso, su novio era un excelente cocinero pero jamás se lo diría, prefería molestarlo diciéndole que no le gustaba y tenía un mal gusto.─ Qué feo cocinas, deberías utilizar menos vegetales.─

─ Deberías comer más saludablemente.─ las palabras de su novio ya no le afectaban, sabía que lo decía por envidia o broma, ya que ni agua podía hervir. Además, la expresión de su rostro contradice sus palabas.

─ No, gracias.─ decía con la boca llena de comida.

─ Tú nunca cambias.

Desayunaron entre conversaciones y uno que otro beso que el castaño oscuro robaba de los labios contrarios.

 

*****

 

En la PCS….

The GazettE ejecutaba la última tocada del ensayo.

─ Al fin terminamos.─ dijo el vocal, dejando el micrófono en el pie e ir por una botella con agua fresca.

─ No es para tanto.─ el sonriente batero con una toalla, que le pasó el bajista, secaba el sudor que bañaba su frente y cuello.

El primer guitarrista colocaba su guitarra en el respaldo, caminó hacia el vocal y también agarró una botella con agua.

El segundo guitarrista colocó su guitarra de igual manera y después se acostó boca arriba en un sofá dispuesto en la sala, respiraba un poco agitado debido al esfuerzo realizado anteriormente. El rubio aprovechó la oportunidad para burlarse de él.

─ Hombre, que la vejez te consume cada vez más.─ la expresión del pelinegro fue tal que hizo reír al bajista y al otro par de pelinegros, el batero apartó la cara aguantando la risa.

─ Pronto necesitarás un bastón. Te presto uno de los míos, de todos modos no los necesito.─ dijo con solidaridad el vocal. Nuevas risas escaparon, esta vez acompañadas con la del líder, al imaginarse a Aoi apoyándose en un bastón, encorvado y temblando involuntariamente.

─ ¡Ya verán cuando tenga mi edad, mocosos irrespetuosos!─ alzó un puño, amenazando a los cuatro.

─ Falta mucho para eso anciano. A nosotros todavía nos faltan dos años.─ Reita apuntó a Kai, Uruha y a sí mismo.

─ Y a mí tres.─ señaló Ruki, con la inocencia que tan natural parecía.

─ Eres el mayor, recuérdalo, ancestro.─ bajista y vocal mostraron la lengua en un gesto infantil.

─ ¡Oigan! Dejen de decir eso.─ regañó Kai. Al segundo guitarra le brillaron los ojos, creyendo que el líder lo defendería de ese par de malhechores─ No ven que está muy cansado y por la edad podría caer rendido y ustedes quedarían hablando solos.─ Pues, creyó mal. Kai también tenía su lado burlón, que a veces salía para acompañar al de Reita.

─ ¡¿Tú también, Líder?! ¡Respeten a su mayor, zánganos!

Reírse a costa de uno los cinco era tan divertido y des-estresante.

Posteriormente recogieron sus pertenencias. Reita fue el primero en terminar, se aproximó a Kai por un costado, cuando éste giró le plantó un profundo beso y al separase le murmuro un:

─ Buen trabajo el de hoy.─ ambos se sonrieron.

Los otros tres Gazettos estaban acostumbrados a ver ese tipo de escenas. Uruha conocía los sentimientos de su mejor amigo desde que estos empezaron a surgir, Ruki se dio cuenta primero de los sentimientos de Reita y luego de los de Kai, no tuvieron problemas para aceptarlo, a Aoi fue al que más le costó, no tenía nada en contra del “amor entre iguales” pero se le hacía extraño. Con el paso del tiempo se acostumbraron a presenciar escenas de ese tipo o un poco subidas de tono, ya les eran completamente normales.

Se enternecían cuando los veían actuar de manera avergonzada debido a alguna acción o gesto cariñoso que realizara el otro, se ruborizaban hasta las orejas cuando ambos se perdían en su mundo y se olvidaban del alrededor empezando a meterse mano enfrente de ellos... como en ese instante. El trío de pelinegros huyeron despavoridos y antes de que la puerta se cerrara un tenue gemido fue captado por sus oídos.

 

*****

 

Caminaban hacia el elevador agarrados de la mano, aprovechando que en el piso en el que se encontraban no transitaba gente a esa hora. Conversaban del ensayo en general, otras trivialidades y lo divertido que era hacer enojar a Aoi, junto a un comentario del bajista: “Es más divertido hacerte a enojar a ti.”

Tan metidos en su plática iban que no notaron que el manager venía doblando en una esquina, hasta que éste habló. Soltaron rápidamente la mano contraria, intentaron ocultar el pánico que quería reflejarse en sus rostros, temían que el manager hubiese notado el agarre o la cercanía con la iban. Nadie, aparte de sus compañeros de banda, tenía conocimiento de su relación; es más, nadie debía enterarse de que mantenían una relación amorosa desde hace 5 años.

Si los de “arriba” llegasen a escuchar algo sobre eso y empezaran a indagar, sería el fin. No sólo sería el final de su unión, sino también el final de la banda… el final del sueño de cinco hombres que pasaron por penurias, desilusiones, abandonos, que dieron todo y más de sí para llegar a ser lo que son ahora: una banda de J-Rock y Visual Kei aclamada nacional e internacionalmente, amada por todos sus fans y que es reconocida por grandes iconos del Visual.

 No querían poner en riesgo su mayor anhelo ni destrozar las aspiraciones de sus amigos, sin embargo el amor que se profesaban era más grande que cualquier otra cosa… más grande que sus miedos e inseguridades.

El manager pidió a Kai que lo acompañara, ya que quería aclarar algunas fechas de próximos conciertos y entrevistas. Respiraron aliviados y destensaron sus cuerpos cuando el manager les dio la espalda comenzando a caminar en dirección a una sala.

Con la mirada se dijeron que todo estaría bien, sin articular y sólo modulando con los labios se dedicaron un: “Nos vemos.” Y “Te amo.”

Akira tuvo un mal presentimiento, ver a Yutaka alejarse detrás de aquel hombre le causaba una opresión en el pecho, no eran celos, sino algo totalmente distinto; una alerta se activó en su cabeza, quiso correr y llevarse a Yutaka al apartamento en el que amanecieron hoy pero ya los había perdido de vista y no sabía hacia qué sala se dirigían. Haciendo caso omiso al malestar, se encaminó a su apartamento, Yutaka y él no compartían un hogar por la misma razón: no deseaban levantar sospechas ni tener problemas con los de “arriba”.

Sus amigos sabían cuánto ansiaba el rubio convivir día y noche en el mismo sitio con Yutaka, un lugar al que poder llamar hogar, sin tener que hacer visitas esporádicas ni tener que coger rutas distintas cuando decidían descansar y no fundir sus esencias en una sola. Quería tanto que fuese Yutaka lo único que viera todos los despertares y adormecimientos de su vida, que sus brazos lo enrollaran cada día, que sus labios lo besaran sin pudor y gritara todo pulmón lo que su corazón guardaba. En cambio, tenían que esconderse, odiaba hacerlo; maldecía el día en que firmaron un contrato, el cual prohibía el matrimonio y hacer público los sentimientos, también maldecía que fuese tan necesario para llegar tan alto.

El sonido del timbre lo distrajo de sus pensamientos, casi corrió a la puerta creyendo que sería Yutaka, tristeza y decepción sintió al abrir la puerta y ver al manager.   

─ Ah, manager. ¿A qué se debe su vista?

─ ¿No puedo visitar a uno de mis chicos sin previo aviso?─ No contestó, abrió más la puerta para que el hombre se adentrara al apartamento.─ No están viviendo juntos por lo que veo.

─ ¿Qué?

─ Los hemos estado vigilando desde hace un tiempo, unas semanas en realidad. Lo sé y los de “arriba” lo saben.

Quedó estático, frío. Los descubrieron, su respiración se agitó.

─ ¿Cómo…?─ su voz tembló.

─ ¿Cómo los descubrimos?─ completó la pregunta─ Los The GazettE son bastante discretos respecto a su intimidad, al contrario de los integrantes de otras bandas y el Staff.

Abrió los párpados al máximo. ¿Otras bandas? ¿El Staff? Es decir, ¿los menores los delataron? ¿Las personas que los ayudan todos los días también? ¿Por qué?

─ ¿Ellos se lo dijeron directamente?─ ahora, no sólo su voz temblaba, su cuerpo igual.

Negó con la cabeza.─ Murmuros, cuchicheos alcanzaron mis oídos y los de uno de los de “arriba”, que puso al tanto de lo sucedido a los demás.─

─ ¿Qué decidieron?─ su cuerpo cayó sentado en el sofá a su lado, falto de fuerza para mantenerse en pie.

─ Hablar con el líder de la banda, aparte que es uno de los implicados. Me ordenaron escoltarlo al círculo.─ permanecía de pie con lo brazos cruzados, frente a Akira.

─ ¿Yutaka está…?─ la cabeza agachada, tapaba su semblante con el cabello rubio.

─ En este momento, se halla con ellos debatiendo el futuro de The GazettE. Únicamente han impuesto una condición para no hundir su carrera de largos 13 años… Dicha condición cita lo siguiente: Desentenderse de sentimientos absurdos que interfieran con el crecimiento, objetivos y producción de ganacias de la banda. Si lo estipulado no es acatado, la agrupación deberá ser retirada de la compañía sin posiblibidad de reintegración.

El manager no podía observar la expresión facial de Akira, hacía una idea de cómo podría estar, el cuerpo en el sofá se estremecía casi imperceptiblemente.

Inhaló cuánto aire pudo y habló.─ Márchese de mi apartamento, por favor.─ no pretendía continuar escuchando tales palabras malintencionadas.

─ Reita, entiendo que es difícil aceptarlo, pero debes reorganizar tus prioridades.

─ No tengo que reorganizar nada.─ pronunció apretando los dientes, la furia alteró sus sentidos─ Mi máxima prioridad desde hace 5 años ha sido Yutaka, lo es y lo será siempre. Los demás integrantes de GazettE lo saben, lo aceptan. ¿Qué les cuesta aceptarlo a ustedes también?─ cuestionó con desespero.

─ Nos cuesta dinero, mucho dinero. Las fans deben creer que ustedes son solteros, que son accesibles, que no hay impedimientos que rompan las ilusiones de una relación con alguno; hay fans que se autoproclaman “esposas”, “amantes”, corren rumores en Tanuki. El dinero es lo primordial, claro, y los fans.

No sorportó más, demasiada verborrea le daba ganas de vomitar.

─ ¡Ya basta! ¡Lárguese! ¡No quiero escuchar más de esto!─ se incorporó, agarró los hombros del manager y a empujones lo llevó a la salida.

─ ¡Reita! ¡Haz caso de lo que te digo! ¡El círculo convencerá a Kai, nada podrás hacer!─ gritó antes de que la puerta fuera cerrada, casi estampándosele en la nariz.─ ¡Al final, el círculo ganará, renieguen o no, GazettE se arrastará! ¡GazettE caerá y será tu culpa!─ después de ese grito, por fin marchó a la salida del edificio.

Akira enojado, furioso dirigió sus pasos a la sala de estar. Recorría la estancia, dando vueltas de aquí a allá, adquirió el celular del bolsillo de su pantalón tanteó llamar a Yutaka sin obtener respuesta alguna, más que la voz de un mensaje pre-grabado; arrojó el celular, cayó encima de la mesita de centro. Pisando fuerte, llegó a su habitación y se tiró en la cama, sus ojos escocían, el aliento le escaseaba, la migraña comenzaba a atacar… la pesadumbre anegó su pecho, haciendo punzar su corazón.

Jamás pensó que algo así podría ocurrir. Al iniciar el amorío con Yutaka se plantearon los pros y contras de establecerse como novios oficales, no hayaron dificultad más significativa que la PSC; los padres y hermanos de ambos dominaban ese tema, comprendían que debía mantenerse en secreto. Tanto esfuerzo en amarse a escondidas, pensando que el día que se desligaran de PSC su amor florecería sin contensión alguna; ahora viene el manager a plantearle dos opciones, no, a obligarle a zanjar su amor.

¿Qué hacer? Seguro que los del círculo persuadirían a Yutaka, él haría lo que fuese por verlos felices tocando en varios escenarios, sin embargo… ¿Yutaka estaría dispuesto a sacrificar sus sentimientos? Por supuesto que sí, rompería el vínculo, aunque le doliera.

Se sentía egoísta, el sueño de su vida se hizo realidad siendo tan joven y con los chicos alcanzó una altura más gigantesca de lo que alguna vez imginó, aunado el haber encontrado a la persona que se adueñó de su mente y corazón; al parecer ganó demasiado o hizo algo sumamente inadecuado para que ahora le quieran arrebatar tan deliberadamente lo más preciado.

La próxima que viera a Yutaka, si éste le confirmara la ruptura cedería ante la desición de líder y pareja sin rechistar porque… amaba a Yutaka y en sus planes no estaba derrumbar las aspiraciones de sus amigos por egoísmo.

 

*

 

En cuanto los mandos pusieron las cartas sobre la mesa, se sorprendió y asustó, mas no flaqueó al expulsar lo retenido de hace años, expresó con elocuencia su punto de vista, en ningún momento alzó la voz, no tendría caso; de una en una las cartas de ambos mazos fueron reveladas, ascendieron la cantidad de apelaciones, los contraataques no cesaban, el tiempo avanzaba y la cantidad de cartas disminuía. El círculo utilizó el “As” bajo la manga, un intento impacientado por hacerlo aflojar los dobleces del “debate”: The GazettE sería despojado de los privilegios otorgados por infringir no una, sino diversas cláusulas indicadas en el contrato firmado.

Admitía que ocasionó escalofríos en su espalda, no tenía miedo, al contrario comprendía el juego de aquellos sentados frente a él. Todavía poseía un par de cartas, sin embargo determinó que para finalizar tan larga discusión debía ocupar su “As”, así hizo; expuso la verdad: No se arriesgarían a derrocar a la agrupación que les proporciana la considerable suma que rebosa sus bolsillos.

─ Mi opinión tal vez no sea tomada en cuenta por sus refinados oídos, me importa poco y nada. Inquietos por un amorío reservado y discreto, la verdadera inquietud debería acenturarse en las lenguas indiscretas de los empleados que han firmando un convenio de mutismo en referencia a lo que acontezca dentro y fuera de este edificio. La intimidad con mi pareja no es ni será de dominio público, despreocúpense, las amenazas sobran. Conservaré el vínculo formado con Akira Suzuki, alias Reita, y The GazettE eleverá el prestigio de PSC, prosperará sin complicaciones ni escándalos que involucren a ningún integrante.

La última desición acerca del futuro de The GazettE la tenía el círculo, esperaba que eligieran una resolución sabia que no perjudicara a nadie.  

Salió del edificio, abordó su auto y condujo hacia el complejo de apartamentos, donde intuía encontraría a su rubio encimoso, bromista y cariñoso.

 

*

 

Corría tan veloz como las piernas le permitían, atravesaba pasillos, subía escaleras porque… el maldito ascensor no funcionaba. Seis pisos recorrió hasta llegar al lugar destinado.

Detuvo el andar enfrente de la puerta señalada, presionó los botones del tablero a un lado de la puerta, ingresando la contraseña asignada que sólo la pareja memorizó, un sonido irritante le negaba el acceso; realizó cuatro intentos, negados de nuevo, pensó haber olvidado los dígitos. Golpeó repetidas veces la madera blanca, gritando el nombre de su novio. Sacó su celular del bolsillo de la chaqueta marrón portada, notó una llamada perdida, llamó al número de Akira, esperó cinco tonos… no hubo respuesta, volvió a intentar obteniendo el mismo resultado; la músiquita emitada por el aparato traspasaba las rendijas de la puerta, concluyó que Akira sí se hallaba adentro, al parecer no le apatecía contestar el llamado.

─ ¡Akira! ¡Sé que estás ahí! ¿Por qué no abres?─ tenía una noción del por qué, seguramente el manager u otra persona amenzó al rubio, igual que a él. Tal vez le mintieron, haciéndole creer que aceptó la “propuesta”, no pudo creer en eso, Akira lo conocía perfectamente… ¡Intimidándolo no lograrían nada!─ Akira, abre y hablemos, ¿sí?

─ ¿Por qué viniste?─ al otro lado de la puerta, escuchó la voz del rubio, aunque amortiguada podía distinguir esa voz gastada.

─ Para aclarar y desmentir cualquier estúpidez que te hayan dicho. Te explicaré todo, primero abre la puerta.

─ Si tienes algo que decir, dilo allí.─ terco como el no hay.

─ Aki, sé que estás enojado, triste, posiblemente pienses lo peor de mí en este instante. Me conoces mucho más de lo que yo mismo lo hago, ¿qué te hace pensar que relegaría lo que siento por ti?─ resbaló recostado de espalda a la pared hasta quedar en cuclillas en el suelo.

─ No lo sé.

─ A los meses de haber iniciado nuestro noviazgo conversé con los chicos respecto a qué pasaría si los mandos se entraraban, ¿sabes qué respondieron? Takanori dijo: “Me sentiría pesímo si dictaran el nuestro fin en la compañía, lloraría porque no habría más The GazettE; pero me sentiría peor si viera a mis amigos viviendo sin vivir, en constante agonía permaneciendo aislados el uno del otro, consumiéndose lentamente por no tenerse”. Yuu fue algo tosco: “No tengo nada contra ustedes, me gustaría que la banda y nuestra amistad durara mucho, son unos desviados y muerde almohadas, si los mandos nos echan será su culpa. ─ Taka lo golpeó y Yuu le gruñó─ Si nos echan será su culpa y también nuestra porque no pienso abandonar a este par de mujercitas, The GazettE ha llegado lejos pero sabemos que todo siempre tiene un final.” Ya sabes cómo es Kouyou: “Akira es mi hermano, prefiero su sonrisa a su cara de amargado. Hemos logrado más de lo que nos propusimos con The GazettE, no hay punto de comparación. Pasará lo que tenga que pasar, mientras sigamos haciendo lo que nos gusta; siempre tendrán mi apoyo. Los cinco somos una familia, todos lo dijimos alguna vez”─ pausa corta─ Ellos son geniales, ¿no es así? Nos dan su apoyo incondicional.

─ Sí lo son. El manager vino, me dijo que tienen tiempo de saber que nos frecuentamos. ¿Tan evidentes fuimos? ─ sentado en el piso cerca de la puerta, abrazó sus rodillas.

─ No. Hubieron quienes les dieron pistas, ellos armaron el rompecabezas.

─ Creo que… lo sensato es poner fin a esto. Independientemente de lo dicho por los chicos, nuestro noviazgo perjudicará nuestra carrera artística, de igual manera nuestra carrera artística perjudicará nuestro noviazgo; donde lo veas, no tenemos futuro, uno de los dos debe terminar.

─ Puedes romper conmigo si quieres, yo no romperé contigo. Te amo, quiero un futuro contigo con o sin The GazettE.

 ─ Pensé podríamos vivir juntos en un hogar, para siempre.─ oía lo que le decía, pero lo omitía─ Estaba equivocado, eso no es posible. Así que…

─ ¿Así que?

─ Deberías irte. Vete a tu casa.

─ Mi casa está aquí, ¿a dónde quieres que vaya?─ pegó la frente en la fría madera.

─ Esta es mi casa, ¿cómo va a ser la tuya?─ igualmente se apegó a la puerta.

─ Tú eres mío… así que tu casa es mi casa, también.─ posó una mano en la puerta─ Acabo de recordar, anteayer olvidé aquí los boxers con dibujos de frascos de mayonesa bailarines que me regalaste para mi cumpleños el año pasado, son muy cómodos.

─ ¿Qué te gusta de esos ridículos boxers?─ sorbió la nariz, reprimiendo un sollozo.

─ Son únicos en el mundo.─ dos segundos tardó el rubio en abrir la puerta. Se miraron fijamente a los ojos, gruesas lágrimas descendían mojando las mejillas rojizas de Akira.─ Me quedan muy bien, ajustan lo correcto.─ una media sonrisa dibujaron sus comisuras.

─ ¡Yutaka!─ el rubio lloraba, el llanto le ganó.

Recordó el Tokyo Dome, Akira era muy sensible en ciertos aspectos, el llanto lo abordaba y tardaba en abandonar al rubio.

Rápidamente, se incorporó y abrazó por los hombros el cuerpo que se sacudía debido a los espasmos.

─ Él dijo que GazettE se arrastraría y sería mi culpa.─ decía hipando y estrechando el abrazo. ─ No creo poder vivir sin ti, no te vayas. Comeré toda tu comida, incluso los vegetales, no me dejes.

─ ¿Adónde iré? No llores.─ limpió con los pulgares las lágrimas del rubio.─ Entremos, ¿sí?─ Akira asientió afirmando, ingresaron al apartamento sin soltarse.

Ya sentados en el sofá, dedicaban delicadas caricias en mejillas, cabellos y brazos; decían frases cursis al oído y besos dulces eran recibidos.

─ Te amo.─ susurró Akira, el cansancio lo venció. Cayó dormido siendo rodeado por aquellos brazos, cuyas manos se sentían tan cálidas que pensó en nunca dejarlas ir.

Yutaka cargó al hombre inconsciente hacia la habitación, recostó a ambos en la cama y los cubrió con las cobijas, durmieron plácidamente apegados con sus narices rozando.

 

*****

 

Ha pasado un mes de aquel día, los altos mandos de la PSC dieron su brazo a torcer, no podían permitirse pérdidas de tal magnitud. No les quedaba de otra más que confiar en lo propuesto por el líder de The GazettE, sin dudas ese hombre poseía un don, enfrentarse a quienes les brindaron la oportunidad de ascender en el mundo artístico y salir ileso, es algo que no se ve todos los días. Claro que, tampoco consentirían una nueva oposición que les hiciera desistir de sus decisiones, fueron firmes al aclarle a los integrantes: Más les valía no volver a estar frente a los  mandos, si se infringía el convenio una vez más, no se tentarían a tomar medidas drásticas. Miradas severas dirigidas a los principales implicados, siendo una advertencia general. Así se desplazaron de la sala hacia quién sabe dónde, pudiendo al fin respirar tranquilos los miembros de la banda.

Nuevamente, una estipulación fue firmada por todos los empleados de la compañía; la impertiencia sería castigada, el mutismo sería lo primordial si deseaban conservar ejerciendo la función actual.

 

*****

 

Días libres hacían falta. Hoy disfrutaban gratamente, paseando por la ciudad, anduvieron visitando distintos lugares hasta dar con un parque de diversiones; múltiples juegos mecánicos, puestos de comidas y juegos de azar dispersos por el terreno, emocionados iban y venían de un lado a otro, consiguieron premios de todo tipo. Usaban trajes sencillos, nada llamativo, simplemente cómodos para una salida entre amigos, así ningún visitante los reconocería por más que el segundo gruitarra y el bajista gritaran a los cuatro vientos metidos en una discusión infantil por competir quién tenía mejor puntería o mejor suerte en el azar.

El vocal alentaba la competencia, poniendo como meta conseguir un peluche de oso panda, cuyo tamañano sobrepasaba los 60 centímetros; debido a su falta de adiestramiento en esa área, no podía ganarlo por sí mismo, pero sus compañeros enceguecidos por demostrar sus habilidades sí,  le arrebataría el oso a quien lo ganara y lo proclamaría como suyo. Vaya plan “malvado” que estaba llevando a cabo.

Batero y primer guitarra observaban entretenidos a su pareja y amigos. Comían algunos dulces comprados por allí, reían de los comentarios carentes de sentido y los brinquitos dados por el vocal, era una escena que el alto pelingero se encargarba de grabarlo con su celular para la posteridad.

Luego de una ardua batalla, casi tercera guerra mundial, Ruki presumía su nueva adquisición; así es, lo planeado fue un éxito. Como un niño cargarba su panda, el cual era más largo que su propio torso. Aoi fue el vencedor y no le quedó de otra que ceder ante el “niño” caprichoso.

Reita hizo un intento más, esta vez ganando un koala que, extrañamante, sostenía un frasco de mayonesa; ofreció dicho premio a su pareja, quien dio una risotada percatándose de tan pecualiar invento, que coincidencia esta, su animal favorito unido a su adereso favorito. Abrazó al rubio agradeciendo tal tierno presente, dio un fugaz beso cerca de la comisura y se alejó, dejando a Reita ligeramente ruborizado.

Uruha participó en “Tiro al blanco”, ganó una diadema blanca que poseía un par de estrellas coloridas colgando de unos alambritos, no le pareció un buen premio; sin embargo puso la diadema en la cabeza de Ruki, éste hizo un puchero acariciando con una mano el terciopelo que recubría la diadema y con la otra sostenía al panda de peluche, agradeció el gesto. Alcanzaron a los otros tres, que no se dieron cuenta cuando había emprendido marcha.

Confundiéndose en medio de la multitud, avanzaban sin problemas. Uruha llevaba tres globos negros comprados porque le gustó el color, mientras miraba el mapa del parque de diversiones que tenía Kai, el mencionado sonreía debido a las acciones de su novio, Ruki se notaba molesto… en realidad, estaba avergonzado, Reita intentaba comer el helado en la mano de Aoi sin que reparara en él y Aoi iba distraído apuntando cualquier cosa que captara su atención, el helado que compró minutos antes ya no estaba sobre el cono, sino bajando por el esófago del bajista.  

Corretearon unos minutos, luego de que Aoi quisiera probar su helado de vainilla y lamiera el aire, percibió la risa burlesca de Reita, ató cabos y le lanzó el cono vacío. Otro vídeo agregado para la posteridad.

Ya casi anoceciendo dividieron el camino, trío de pelinegros cogieron ruta hacia el área de comidas, en cambio la pareja cogió ruta hacia un área despejada.

Sentados en una banca alejada que daba la espalda a la muchedumbre, entrelazaron sus  dedos, apegaron sus cuerpos y hablaron susurrando acerca de cómo la pasaron este día, cuan divertido era salir en grupo, entre otras cosas. Lentamente, entremezclaban sus alientos, rozaban sus labios superficialmente, cerraron los ojos e iniciaron un ósculo tranquilo; no tenían prisa, sólo querían sentir la presencia del otro, saber que estaba ahí bastaba. Importándole poco y nada que alguien los viera porque el rubio no llevaba su usual bandita, cero maquillaje, además que los rasgos típicos japoneses los ayudaban a pasar desapercibidos.

Fároles a sus espaldas alumbraron el sitio, incrementaron la velocidad del ósculo, mordían apenas el labio inferior, finalizaron lamiéndo los rastros de saliva del contrario, sonrieron reflejando en sus orbes lo que sobraba pronunciar.

 

No hay una razón en específico, me es difícil explicar el por qué. Te has hecho de mi confianza, de mi amor, de todo lo que me representa. Soy tuyo y eres mío. Sólo quiero a una persona a mi lado, tú. Te amo más profundamente que las palabras, creo solamente en ti; aunque derrame lágrimas quedémonos así, llenando el vacío sonriéndonos con una noble mirada.

 

Notas finales:

¿Y? ¿Qué tal está?

Acepto fruta fresca, quesito rico, chocolate y otras cosas buenas *-* …. Ok no u.u

En Word se ve extenso, aquí es corto... bali verengena(?) :'v

Mis ukes salen llorones, no sé por qué ._. pero lloran machamente (9ò-ó)9

¿見付蓮高島Te gustó o no? Si no te gustó, disculpa.

La escena del helado fue inspirada en este fanart 

¡Lectores! Un review no hace daño, son gratis y me alimentan (?)

Nos leemos~


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