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Pedir calaverita por sleeping god

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Notas del fanfic:

Los personajes le pertenecen a la imaginación de Tite Kubo.

Notas del capitulo:

Por primera vez que pude manejar varios personajes (y pos fin supe como poner todos los que aparecerían).

Serán solo dos capítulos y espero que la historia se entienda y sea divertida. Me costó mucho encajar cada historia hasta llegar a una pero... ya lo verán al final.

Continuo.

Si tocas la puerta tienes que pedir calaverita

 

-En México se le llama día de muertos o el día de todos los santos, no Halloween. Sí, se ha adoptado el disfrazarse y que los niños pidan dulces casa por casa, sin embargo hay otra diferencia, no existe tal pedido de “trick or treat”, se pide la calaverita. Eso último no sé por qué.

Una tradición es hacer altares a un fallecido. Se colocan velas para que pueda llegar, agua para el largo camino, comida para que se alimente, una fotografía para que sepa que es de él, flores de cempasúchil para guiarlo en el camino y demás cosas, así puedes pasar la noche celebrando con tu difunto y se marcha al día siguiente.

Ichigo, luces muy interesado.

Un chico de 15 años aun puede sentirse solo. Siete años deberían ser suficientes para el duelo y la superación sin embargo ahí había algo que no había intentando.

-Gracias, Chad.

Y lo intentaría.

******

-No es un día de trabajo. Es un castigo. Debe entenderlo así por las acciones de la semana pasada, Capitán Zaraki.

-Sí…—responde testarudamente. Solo fue un distrito y necesitaba entrenar. Los días se habían vuelto aburridos pero trabajar no era una manera de sobrellevar la cotidianidad del día a día.

Trabajar al mundo humano.

Él solo quería acabar con alguien fuerte.

******

-No puedo vendértelas, niña.

Y si le dijera que hace tres días un hombre lobo lo mordió y ahora debía prepararse para la inevitable luna llena de dos horas en el futuro.

******

-Podemos explicártelo.

-¿Cómo?

-Bueno…

-Al menos yo puedo explicártelo.

-Quizá deberíamos explicarlo cuando esté más tranquila.

-De ninguna manera, Abarai Renji. Se ha dado cuenta de lo que hemos hecho y no hay nada de qué avergonzarse.

-¡Claro que lo hay, nii-sama! ¡Se ha acostado con mi novio!

Si Rukia Kuchiki era una Kuchiki, hermana de Byakuya Kuchiki tenía que afrontar las cosas de frente y sin llantos.

Pero era una niñita sola y adoptada y como tal adoptaría la imagen poderosa de un Kuchiki mientras huía de casa a pesar de que la noche caería en una hora.

******

-Solo súbelo un poco más, Orihime.

Es natural cuidar a una amiga descuidada vestida de caperucita roja.

-¡Luces fantástica, Tastuki!

-No es gran cosa.

También seria natural salir a festejar en Halloween.

Se colocó la capa de Superman y salieron.

Si no se daban prisa ya no habría nada de luz solar.

******

-Mayuri-sama.

Fueron las primeras palabras.

-Levántate, Nemu—ordenó a su nueva creación.

Un brazo se le cayó a la vida artificial.

-Cósetelo, inútil.

-Sí, Mayuri-sama.

Nadie debía saber de su invento, por ninguna razón.

******

-Te contaré una historia: cerca de aquí hay un bosque, esta tan tupido de ramas secas y árboles muertos que es difícil pasar por el sin salir arañado o cortado, le llamaban el Tear Wood, eso ahora ha cambiado, para mi hace ya seis años que ha tomado otro nombre: Assassin Wood. En realidad es obvia la historia pero te la contaré: en ese bosque han sido asesinadas 6 personas. La primera fue una jovencita de primaria, se veía más grande, la cortaron hasta dejarla como persianas; la segunda fue de preparatoria que parecía más joven, tenía unas gruesas trenzas rojas y una voz algo masculina, la apuñaron más veces de las que cualquier medico haya podido contar; el tercero fue un chico de ojos muy verdes y muy rápido, lo encontraron muy arañado y con una limpia cortada en el cuello; la cuarta fue otra chica, ella… ah, ella usaba un cascabel al cuello por no sé qué razón no se lo quitaba por nada, la destriparon; el quinto fue otro niño de secundaria que bailaba muy bien y estaba próximo a egresar, le despellejaron; y al final una damita de preparatoria de largo cabello negro que se desangro… aunque antes murió de un paro cardiaco.

¿No te parece interesante?

En realidad tienes suerte, la luna ha salido y podrás ver mejor mientras corres. Tienes todo el bosque plena luz.

-¡¿De qué demonios hablas?! ¡Déjame ir!

-Las reglas son simples… ¡Deja de gritar que cada año es más largo contar la historia y me lleva tiempo! Ah, mierda. Las reglas: corre todo lo que puedas hasta salvarte. Puedes hacerlo si sales del bosque ¿Qué ganas? A parte de vivir puedes detener estos homicidios. Es fácil, mi nombre es Grimmjow Jagerjaquez.

Otra cosa, si pensaste que como ocurre cada año podría estar la policía vigilando te equivocas. Me crees tan imbécil. Cambio los cuerpos de lugar cada vez y mato de forma distinta, aunque claro, siempre uso algo filoso. No tiembles. Te desataré y debes estar concentrado.

-¿Por qué yo?

-Por ninguna razón en especial. Eso es lo más divertido de todo.

Aquel gordo quiso enfrentarse al sujeto que le soltó las manos, los pies y le quité la bolsa de patatas de la cara. Cambié de idea al verse libre, el hombre llevaba un pasamontañas hasta la nariz y una enorme sonrisa se asomaba. Un sujeto grande, fuerte, vestido de negro y con una katana azul en su mano. Al retirarse lo que cubría su cara asomó unos penetrantes ojos felinos azules y una risa que fue el inicio de la persecución.

Cuando controlara el ataque de risa que siempre le causaba la cara de sus víctimas empezaría la persecución.

******

-Tranquila, mamá. Leí cómo hacerlo. No me regañes, solo… quería decirte que lo siento.

El altar estaba en pie y las veladoras se movían al ritmo del viento de la noche. No brillaban tanto como quisiera por la luna sobre su cabeza y la tumba de Masaki Kurosaki, una amorosa madre, esposa y, sobre todo, persona.

Merecía volver un día a estar con su familia. Lástima que la magia no funciona así.

-No va a funcionar—interrumpió al niño metido en cuentos de hadas mexicas para presentarse—Soy Urahara Kisuke. Yo puedo ayudarte.

-¿De qué hablas?

-Soy un brujo.

-Sí, y yo soy Brat Pitt.

Soltó una risa y sacó un abanico. Luego se puso serio.

-Volverá. Lo prometo.

-De acuerdo. Hazlo—pidió sin creer en la magia de ese pero si en la magia del otro lado del mundo y de cientos de años de antigüedad.

-Pero hay un precio—se acercó a que solo ese niño fantaseoso escuchará su pedido, luego sonrió y le entregó  el abanico—Haz aceptado.

******

Otra vez como cada año, como una mala costumbre. Pero lo seguía necesitando. Además ¿qué no es hay peores costumbres? Por ejemplo, ¿la suya?

-¿Qué haces aquí, Ulquiorra?

-Lo sabes.

-No, hoy no puedo. Estoy de caza.

-Pero…

-Si ayer te quedaste sin beber sangre no es mi asunto, hoy no puedo debilitarme.

-Te ayudaré a atraparlo—estaba desesperado por una gota de sangre.

-No, es mi casería.

-Por favor, Grimmjow. Te dejaré hacerme lo que sea.

-No, es definitivo. Por hoy puedes secar a otra persona.

Perfecto, con lo que odiaba dejar cadáveres regados. Prefería a Grimmjow mil veces a eso.

Y aun así debía hacerlo, que hambre tenía.

******

El descanso eterno es lindo, no piensen que no. pero si existe la posibilidad de levantarse y beber un poco no hay que desperdiciarlo y aunque es tentador también se debe atender a las responsabilidades que se tenía cuando se estaba vivo.

Emergió de la tierra y corrió al Tear Wood a salvar a su hermano.

Un asesino puedo ser asesinado.

Notas finales:

Gracias por leer.


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