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El pequeño juego de Lucas por Marcianita

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Prólogo

 

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Faltaban alrededor de dos cuadras, para queJohan llegue a su casa. Que conste solo dos –en realidad una y media-, pero a pesar de que él tenía eso en mente, creía que sencillamente esta sería la eternidad, hecha… en pasos. Unos simples pasos de… tortuga.

Él no podía decir que esto se deba a que sufra algún tipo de cojera –o daño en alguna de sus piernas-, o que al haber una congestión tan turbulenta en la acera no le quedó más destino, siquiera tenía permitido estipular que al ser tan pequeño el lugar por donde caminaba, no tenía otra que seguir el apaciguado paso de quien tenía enfrente. No, lo que pasaba, era que el chico de su delante tenía un… buen culo. Y ese dote trasero le fue suficiente, para que Johan se dé el gusto de al menos verlo, por cuánto tiempo se le sea permitido.

Patético ¿No? Pero el al ser un adolescente normal –o sea, uno que se encontraba aun metido en el armario, junto con el… Coco-, no le quedaba más destino. Ver, no tocar, solo ver… el chico de su delante, de verdad llenaba muy bien esos pantalones. Y por la simple apariencia de su trasero, uno podía decir que hacía ejercicio, y si uno le veía caminar pensaba que… era un total holgazán. Era tan lento, que Johan estaba empezando a creer que si daba un paso de más le pisaría los talones. Lo cual… si fuera un poco más sincero con su inclinación –y tuviera las agallas de intentarlo-, sería bueno, algo así como un paso, pero como no… pues era mejor no perturbar la paz del desconocido, o… eso quería creer.

Una parte suya quería que el chico voltease por un momento, para al menos saber cómo rayos era su cara –tal vez así se desanimara, si el chico era un macaco con cuerpazo. Sería lo mejor del mundo-, y otra… realmente deseaba ver ese rostro, y notar que iba acorde con el monumento que podía ver. Pero como la vida no da todas las peticiones, eso no pasó, el chico siguió caminando, y caminando a ese paso lento, desgarbado y… absolutamente aburrido. Pasó una cuadra y Johan creyó sinceramente que no podía seguir ese ritmo, ya que él era precisamente todo lo contrario al caminar, y… quería estirar más las piernas, estaba empezando a sentir que le dolían por ir tan lento. Y… ahí visualizó su casa, y como nunca daría un paso con ser masculino alguno –y hasta se había resignado a seguir la fachada de una vida heterosexual-, decidió que ya era hora de irse.

Lo sobrepasó sin problemas, rehusó con ahínco el impulso de dar la vuelta su cabeza, para simplemente saber quién era el chico, y fue directo a su casa. En la puerta estaba su hermana, muy feliz cabe decir, tan feliz que… corrió hacia él, cuando estuvo en su mira. La relación entre los dos era buena, pero ella nunca le esperó al llegar, y nunca corrió a él para darle un abrazo –tal y como parecía que lo estaba haría en ese momento-, y… ella no lo abrazó, le pasó de largo.

Johan volteó para ver a dónde se fue su hermana, porque simplemente no creía que ella iría a abrazar a un desconocido. No, ella no era así ¿verdad? Ella… ¿Por qué rayos estaba abrazando a ese tipo?        

—     ¿Quién es él?

Más bien por qué lo abrazaba a él –señor desconocido, al que había mirado el culo todo el camino-, por qué el chico estaba correspondiendo al abrazo de su hermana, y por qué sentía que lo que vendría no le iba a gustar nada. 

—     Johan, él es mi novio. Ya dije ayer, que hoy lo invitaría a cenar.

—     Ah — dijo, sin más. A respuesta su hermanita y el desconocido le sonrieron. 

Notas finales:

Primer original en temática yaoi. Yaoi que espero le llame la atención a alguien. Esta historia en realidad es simple y ligera, y… no tiene gran cosa –tal vez algo de drama más adelante-, que trata de… esto, la historia rara de Johan con el novio de su hermanita.

En fin, no sé qué más decir –tengo sueño-, ¿A alguien le gustó el episodio?


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