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Loco por ti, mi rubio por pri_sasukelove20

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Notas del capitulo:

 

Hola queridos lectores, no he actualizado, porque todos estos días estuve sin internet. Mi modem se rompió y ahora estoy usando wifi, mañana actualizaré el especial de Halloween que les debo y de allí partiré a actualizar los demás, espero les guste este OneShot que llevaba un mes en mi cabecita.

(Personajes de Masashi)

 

—¡Oye, suéltame maldito bastardo! ¡Todavía estás a tiempo de que perdone tu miserable existencia dattebayo!-gritó furioso.

Él, un reconocido agente del FBI, había caído en una estúpida trampa que no supo intuir a tiempo. Se suponía que los que entraban a la organización debían poseer un alto nivel de razonamiento deductivo y mucha inteligencia, para llevar a cabo delitos complejos, de alto peligro y sofisticados. Pero recientemente, no estaba en sus mejores días, mucho estrés, interminables trabajos y días sin dormir lo habían orillado al peor de sus pesadillas.

—Solo cumplo con el trabajo que me ordenaron-sonrió complacido con sus esfuerzos, la paga era jugosa y no tenía que equivocarse ni dejar cabos sueltos—Lo lamento, poli, no es personal.

—¡No soy policía, soy un agente del FBI!-gritó ofendido—No me compares con esos vagos e inútiles buenos para nada ttebayo-frunció el seño.

—Sí, sí, lo que digas-le restó importancia con la mano y mirada de aburrimiento—Descuida, el que me contrató vendrá por ti muy pronto, tú solo relájate-comenzó a alejarse hasta la salida del establecimiento baldío.

—Oh, sí, estoy completamente relajado-habló con sarcasmo—¡Si salgo vivo de esta juro que te mataré, Deidara!

Él se detuvo abruptamente aún de espaldas.

—Que genial, veo que ya soy famoso en las calles, hm. Fue un gusto conocerte, viejo-se despidió levantando la mano y continuando su camino.

—¡Tengo veintiocho años ttebayo!-con una vena en la sien.

Qué más daba quejarse, Deidara se había ido y estaba completamente solo en ese viejo y sucio sitio. Si su memoria no fallaba, conocía con certeza el lugar donde lo habían traído inconsciente. Un edificio pronto a ser demolido para un lujoso hotel de cinco estrellas. ¿Quién mierda iba a poder salvarle el culo de ahí? Había venido sin refuerzos persiguiendo al psicópata de las explosiones locas y exageradas, y en efecto, había sido noqueado y atado de manos con cadenas a un pilar desmoronado. Por más fuerza muscular que tuviera, conocía muy bien sus límites y no había forma de quitarse las cadenas que apretaban sus muñecas tan firmemente.

—¿Me quedaré para siempre aquí…?-murmuró. El pasamiento le aterrorizó, que Gaara o otros de sus compañeros lo localizara por el móvil cuanto antes o moriría solo, hambriento y principalmente joven.

Eran las siete de la tarde cuando comenzó a perseguir al rubio de cola de caballo por las calles de mala fama, al juzgar por la poca luz entrar, era de noche y podía ver su alrededor solo por un foco colgando del techo con unos cables sueltos que lo hacía lucir peligroso si lo tocabas con las manos desnudas. De todas formas solo iluminaba el pequeño sector donde estaba él, más allá, estaba a oscuras. Suspiró.

—Esto no es gracioso…

—Nadie dijo que lo fuera, Usuratonkachi.

—¡Tú!-gritó molesto.

Saliendo de las sombras se dejó al descubierto la nueva presencia que no resultó ser más que otro de sus malhechores en la lista negra de los más buscados por el FBI. Dos años enteros persiguiendo sus pasos, sus señales por los asaltos de bancos a mano armada, secuestros, y asesino a sangre fría a la edad de veinte años, Sasuke Uchiha, prófugo de la cárcel de alta seguridad y disfrutando su libertad como si nada entre el mar de gente, mientras seguía saliéndose con la suya.

—Siempre me salgo con la mía, Dobe-sonrió con arrogancia al percibir lo que pasaba por su mente—Eres un libro abierto para mí, excepto para algunas cosas-se acercó hasta estar cara a cara al imposibilitado rubito.

—¡¿Qué quieres de mí, estúpido teme?! ¿Finalmente te entregaras a la ley o solo buscas deshacerte de mí?

—Busco algo mejor que eso, mi estimado agente Uzumaki-delante de el mayor con ojos expectantes, se sacó el calzado, se desprendió el pantalón bajando la cremallera y deslizándolo hacia abajo por sus lampiñas piernas.

—¡¿Q-que e-estás haciendo dattebayo?!-preguntó alarmado, ruborizado y claramente nervioso.

—Lo que soñaba desde que nos conocimos, mi rubio-sonrió relamiéndose los labios color cereza—Ser uno contigo.

—¡Es-espera!-comenzó a removerse desesperado, sus manos maniatadas luchaban por liberarse pero las cadenas habían marcado su fin. Tragó en seco cuando el azabache se arrodilló frente a él con una sonrisa lujuriosa—No está bien, Sasuke…-intentaba convencerlo, su voz flaqueaba.

—Tranquilo-sonrió seguro—Te gustará mucho.

Sus manos se movieron ágilmente a los pantalones negros del blondo sin titubear, la cara del Uchiha mostraba pura emoción y desesperación por hacerlo suyo, jamás en su vida hubiera imaginado que un prófugo de la ley quisiera violarlo contra su voluntad, y menos un menor. Completamente indefenso solo podía observar las acciones de su captor. Sasuke bajó la cremallera dejando al descubierto su ropa interior color azul oscuro, los ojos ónix brillaron de lujuria al notar el enorme bulto por sobre la tela.

—Sasuke, detente, antes que cometas una locura de la que podrías arrepentirte toda tu vida-estaba rojo hasta las orejas, el azabache no dejaba de mirar su entrepierna.

—¿De qué hablas? Este ha sido una de mis metas más soñadas-le miró directo a los ojos—Estar contigo-el de ojos azules no pudo evitar esos latidos erráticos enloquecer su cuerpo y su mente, el Uchiha le miraba con tanto amor y dulzura, pero aún así… no, no podían. Sasuke era un criminal y él un hombre que hacía valer la ley en la ciudad.

—No lo hagas, por favor-suplicó quedito.

Sasuke le sonrió de la manera más hermosa posible. Una sonrisa única y solo para él. Luego sin pronunciar palabra, dejó al descubierto el pene del rubio y se inclinó para lamerlo con la lengua.

—¡Aaahh!-los jadeos no tardaron en aparecer.

—Na-ruto…-le haría ver el cielo a su rubio. Su lengua se movía hacia todas direcciones, la punta y el tronco. La lamía de tal forma como si fuera un helado, pero no solo eso, sus manos alcanzaron sus testículos y comenzó a apretarlos y tirar de ellos gentilmente.

—Aaahh… No… Sa-Sasuke…-se mordió el labio inferior y entrecerró los ojos, su cuerpo se estaba dejando llevar para su mala suerte. Maldita sea sus instintos primitivos.

—¿Te gusta, mi rubio?-se apartó un poco para admirar su cara envuelta en placer—Te daré la mejor noche de tu vida…

—¡Aaahh, Sasukeeee!

El menor acarició la punta de su miembro con sus dientes para finalmente comenzar a cubrirla con su boca. El agente sintió el calor reconfortándolo de golpe, descargas eléctricas se pasearon por todas partes de su ser. Le estaba haciendo el mejor sexo oral de su vida, no cabía duda, estaba tan ocupado que ni si quiera podía acostarse con una prostituta por ahí.

—Tan delicioso…-jadeó. Sasuke repartió pequeños besos en la punta, la chupó de tal forma que los ojos del rubio parecían ponerse blancos al borde de un colapso. Sintió un tanto salado su lengua, las primeras gotas de pre-semen salían a su encuentro, sonrió.

—Aaah, deten-te…-pronunció en un hilo de voz.

Pero Sasuke hacia oídos sordos, estaba plenamente concentrado en su labor de hacerlo disfrutar como nunca. Llegaba hasta su garganta, su rubio estaba dotado, le llenó de orgullo, había escogido al mejor hombre para tener una familia. La llenó de saliva para hacerle fácil luego el acceso a su entrada, su primera vez sería solo de su rubito, al fin daría lo que tanto había atesorado. Estaba seguro y no había vuelta atrás.

Un puente de saliva se armó entre sus labios y el miembro, la deshizo con su lengua, se levantó y terminó por quitarse los bóxer negros, que era la última prenda cubriendo su desnudez. También decidió desprenderse la camisa y botarla junto al resto al suelo, Naruto respiraba agitado con la mirada ida a un lado y una enorme erección saliendo de la bragueta.

—Naruto-se sentó sobre sus piernas cuidadosamente, tomó el pene del rubito y lo acomodó justo en la entrada, poco a poco, fue introduciéndolo a su interior, estaba embarrado en su saliva y anteriormente, él mismo se había dilatado con sus dedos su estrecha entrada—¡¡Aaaah!!

—¡Aaaah!-fue consciente de todo cuando Sasuke ya estaba encima de sus muslos mirándole a pocos centímetros con una media sonrisa y un intenso sonrojo en sus mejillas—¿Tú…?-podía sentir su miembro ser apresado por el menor, iba a desmayarse en cualquier momento, era demasiado éxtasis.

—Te amo, Naruto, mi amado rubito. Ahora tú y yo, finalmente seremos uno-comenzó a cabalgar sin prisa, deleitándose con los sonidos obscenos y los fluidos de su interior—No dolió tanto como pensé…-jadeó—¿Cuanto llevas sin acción, dobe?-rió.—Al juzgar por tu cara, demasiado…

—Ca-cállate-respondió avergonzado entre jadeos.

—Compensaré eso ahora-se acercó y besó su frente dejando desprevenido al oji-azul.

Aumentó los movimientos pélvicos sobre el mayor. Buscaba más placer para ambos, podía sentir a Naruto entrando profundamente en él haciéndole perder el control, la poca cordura que le restaba.  Puso sus brazos alrededor del cuello de su amor, de donde se mantuvo aferrado mientras su trasero seguía moviéndose de arriba abajo sin parar, auto-penetrándose.

—¡AH!

—¡Grita más fuerte, mi rubio, más, ah, ah, ah, más…! ¡Estás dentro de mí, haciéndome tuyo, mi dobe!-lo tomó temblorosamente de la nuca con sus manos al sufrir espasmos—Eres mío, y solo mío-acabó con sus gemidos al devorar su boca con extrema posesividad y pasión, su lengua recorrió toda su zona bucal y la otra no tardo en acompañarla y danzar juntas con desesperación.

 ¿Qué carajos estaba haciendo…? Era un grave delito acostarse con un ladrón y asesino, pero, pero por más que intentara oponerse, no había forma de parar. No podía. Su cuerpo se movía solo, lo manipulaba Sasuke a su antojo y él caía como un bobo ante sus artimañas. No podía hacer nada contra ello, era el mejor sexo que había tenido, podía sentir que pronto llegaría a tocar el cielo con sus manos. El nirvana del sexo, un momento elevado de pura gloria sexual, emocional y en donde sus cuerpos se fusionaban de tal forma, que parecían estar hechos el uno para el otro.

—¡Ah, más, lléname más, más profundo!-entre gemidos se apartó de su boca y gritaba extasiado sin dejar de cabalgarlo.

El agente se pregunto cómo podía aguantar tanto esa postura, debía ser incomoda, pero él parecía no preocuparse de ello. Estaba empeñado en hacerlo llegar…

—Sasuke-le miró con  puro deseo. Al no poder estrecharlo entre sus brazos con fuerza, notó que sus pezones estaban cerca de su rostro, sonrió, abrió la boca y agarró uno con sus labios, lo chupó tanto como pudo.

—¡Naruto, ah!-estaba sorprendido, no esperaba cooperación del rubio. Y menos hacerlo gozar, pero dejó a su alcance sus pezones para que pudiera degustarlos a su antojo. Paró de cabalgar, se abrazó a su rubio apoyando su mentón en su revoltoso cabello iniciando un lento vaivén de adelante a atrás para no perder la chispa—Chupa… más-gimió.

Naruto mordió suavemente el pezón hasta dejarlo erecto, Sasuke por inercia se corrió para que chupara el otro y lo dejara igual de hinchado, seguía restregándose sin parar contra el blondo mientras gemía su nombre lleno de placer.

—¡Ah, Naruto, muérdeme, más!-el rubito acató sus ordenes y mordió su pezón haciendo que el azabache soltara un gutural gemido, lo chupó y acarició con la lengua la pequeña aureola.

Cuando el agente se apartó Sasuke volvió a reanudar las cabalgatas sobre sus muslos, el clímax estaba próximo. Dio rienda suelta hasta el último de sus energías para lograr que su amante se corriera dentro de él, lo cual no estaba muy lejos.

—Sas-Sasuke… yo, ya no…-entrecerró los ojos, preso de las sensaciones.

—¡Dámelo todo, Usuratonkachi!-gritó con la adrenalina corriendo por sus venas—¡!Que tu verga me llene de leche, Dobe!!-se movió hacia adelante juntando sus frentes, mirándolo a los ojos, fuego con fuego sin dejar de moverse. El pene del blondo palpitaba al borde del orgasmo.

 —Sasuke-ttebayo…-susurró.

—Riega tu semilla, mi dobe, hasta la última gota en mis entrañas-lo besó metiéndole la lengua, el mar de gemidos quedó aplacada en sus gargantas—Mmhh-y al fin, su rubio se corrió explosivamente en su interior—¡¡Aaahhhh, tanto, tanto de mi rubio, dentro de mi…!!-arqueó la espalda, se sintió suspendido en el aire, permaneció mirando el techo mientras sentía como el esperma inundaba su entrada, si, efectivamente llevaba acumulando bastante—Naruto…-bajó la mirada y se encontró a su amante adormecido. Al parecer, había sido mucho para él, sonrió—Te amo-le acarició las tiernas marquitas que lo hacían lucir un tanto infantil, pero adorable—No me arrepiento de nada, sabes…-llevó su mano a su vientre—Puedo sentirlo… tu semen expandiéndose, gracias, Dobe. Nuestro bebé pronto vendrá-le besó tiernamente los labios. Se paró con cuidado de encima suyo, mientras recogía sus prendas, los hilos blancos bajaron poco a poco por sus piernas—Cuando cumpla mi venganza, regresaré para estar juntos…-le miró—Es una promesa.

Llevaba esperándole como una hora y media fuera de la estructura defectuosa, apoyado contra el muro de concreto cercano a la entrada. Estaba somnoliento. Sin embargo, sus sentidos se despertaron cuando oyó pasos aproximarse hacia afuera. Miró a su lado a Sasuke salir, abotonándose los últimos botones de la camisa, frunció el seño.

—¿Le pagaste a Deidara por su servicio?

El pelinegro mayor, asintió en silencio.

—¿Qué hiciste exactamente con él…?-tuvo un mal presentimiento.

—Una familia-sonrió emocionado acariciándose el vientre.

—¡¿Qué?!-exclamó estupefacto—¿Acaso olvidas lo que nos falta solucionar? ¡Un bebé a estas alturas es un estorbo, Sasuke!

 —Hermano… tranquilízate, por favor. Sé bien eso. Mataremos al asesino de nuestros padres antes de que mi barriga se note, ¿vale? Lo haré por mi hijo, y por mi dobe.

—Estúpido hermano menor, te has fijado en un tonto de esa calaña.

—Lo siento-sonrió—Serás un tío bastante gruñón, Itachi.

—Hm… andando, ya saqué los pasajes de avión.

—Sí-miró la entrada sintiendo un horrible vació y amargura en su pecho.

“No es un adiós definitivo, es un, Nos vemos”

—No me olvides, Naruto…

Un año después.

—Llegó la correspondencia, muchachos.

Kiba, un compañero entró al lugar con una caja repleta de cartas. Las oficinas eran meramente lo esencial para cada uno, y los separaba unas delgadas paredes a cada uno de los agentes.

—Shikamaru-leyó en voz alta.

—Dame-se lo arrebató de las manos para volver a su lugar.

—Tranquilo hombre, a poco, me muerdes. Gaara.

—Mh-se levantó de la silla y la tomó en sus manos.

—Naruto.

—¿Eh? ¿Tengo correspondencia ttebayo? Nunca lo he tenido…-se le hizo extraño.

Recibió el sobre, que por cierto, estaba sin remitente y solo figuraba su nombre y apellido junto a la dirección de su trabajo. Kiba siguió dictando los nombres, y Naruto volvió a su asiento abriendo el sobre lleno de curiosidad. Y la curiosidad lo dejó boquiabierto…

Una fotografía, era todo lo que había en la carta. En ella se reflejaba un tierno bebé con escaso cabello azabache en su cabecita, ojos azules y unas marquitas que él conocía a la perfección. Al juzgar por su apariencia, era muy pequeño, debía tener dos o tres meses de nacido. Tuvo una corazonada y la dio vuelta, había un pequeño mensaje.

“Su nombre es Menma, Menma Uzumaki, fruto de mi amor por ti, y quiero pensar que tu también me amas… dobe, sé que cometí muchos errores, tal vez no fue lo correcto, pero tenía miedo a no tener una oportunidad contigo. Estaba aterrado… pero ahora, estoy listo para saber tu respuesta, no tienes porque responsabilizarte por nuestro hijo, incluso así, no dejaré de amarte con todo mi corazón. Te esperaré esta tarde en tu casa, en la puerta, con Menma… está bien si no me amas, solo quiero que mi hijo conozca a su papá. Te amo”

—¡¿Kiba, hace cuanto llegó la correspondencia al correo?!

 —Eh-lo miró—Viejo, ¿Qué sucede? Estás llorando…-sus compañeros también lo miraron sin habla.

—¿Naruto porque lloras?-preguntó Shikamaru.

—¡Solo dime lo que te pregunte dattebayo!-conteniendo el llanto.

—Ha-hace unas horas.

—Me retiro-recogió su saco y guardó el sobre en su bolsillo trasero—Díganle al jefe que me disculpe, haré lo que me pida luego.

—Oye, pero no puedes irte así como si nada-Kiba le retuvo del brazo—¿A dónde vas con tanta urgencia?

—A conocer a mi hijo y pedirle matrimonio al doncel que amo-sonrió entre lágrimas—Jamás pude olvidarlo…-Kiba lo soltó con los ojos desmesuradamente abiertos, Naruto no dudó en fugarse de las oficinas.

—¿Oí bien? ¿Tiene un hijo? ¿Y quién es la madre?

—Te sorprendería saber-sonrió el pelirrojo, amigo de infancia del blondo.

Todas las miradas fueron a parar a Gaara.

—¡Dinos, por favor, ¿quién es el hombre que lo enamoró?

—Lo siento, mi boca está sellada, cuando él vuelva, se los contará.

—¡Eres cruel, Sabaku!

“Sabía que terminarían juntos, Naruto, desde el momento en que te encontré en ese sitio esposado… aunque lo odiabas por lo que te hizo, lo amabas”

—Eso me recuerda que debe pagarme por la apuesta que hicimos, yo gané.

—¿De que apuesta hablas?

—Nada…

 

Notas finales:

 

 


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